10 de noviembre “Día de la Tradición”

Un recorrido por la vida de José Hernández y el contexto histórico del Martín Fierro. Tradiciones compartidas.

Creado: 9 noviembre, 2022 | Actualizado: 26 de junio, 2023

José Hernández y el contexto histórico del Martín Fierro

El 10 de noviembre se celebra el Día de la Tradición. La fecha fue elegida porque se recuerda ese día el nacimiento de José Hernández, autor de “El gaucho Martín Fierro”, un poema gauchesco publicado en 1872, que a partir del éxito obtenido dio lugar a una segunda parte, “La vuelta de Marín Fierro”, que salió a la luz en 1879.

Martín Fierro, el protagonista, es un hombre de la llanura, un gaucho nacido en la que hoy es la provincia de Buenos Aires. En la segunda mitad del siglo XIX, los tiempos en que Hernández hace vivir a su personaje –su época–, se libra en estas tierras una lucha: la disputa por la posesión de las tierras (ricas para el cultivo y la cría de ganado) entre los invasores europeos y sus descendientes, y los pobladores originarios, los indios, los habitantes y los dueños indiscutidos del lugar, hasta la invasión en los primeros años del siglo XVI.

El “hombre blanco”, es decir, los españoles instalados en lo que hoy es el territorio argentino y, luego, algunos de sus herederos, los criollos, intentaron apropiarse desde su llegada, durante la colonia y hasta mucho después de la Revolución de Mayo de 1810, de los campos inmensos habitados por sus pobladores originarios. 

La resistencia de los indígenas se prolongó por largos años. Mientras tanto, las ciudades actuales –ya bajo gobiernos criollos– fueron creciendo y los indios siguieron siendo expulsados por los ejércitos nacionales. 

Simultáneamente, con gran esfuerzo, fue organizándose políticamente lo que es hoy la República Argentina. Sus fronteras se iban extendiendo –principalmente hacia el sur– a medida que los pueblos originarios iban siendo derrotados. 

Los enfrentamientos armados entre los ejércitos y los malones prácticamente finalizaron recién hacia 1880 cuando Julio Argentino Roca, al mando los ejércitos nacionales, culminó una guerra muy sangrienta contra los antiguos pobladores de las actuales provincias de la Patagonia. La campaña se denominó conquista del desierto. 

Algunos de los jefes del ejército de Roca se apropiaron de grandes extensiones territoriales y las alambraron para dedicarlas al cultivo de cereales y la cría de ganado, los productos que se comerciaban en grandes cantidades en lo que poco a poco– fue constituyéndose como la República Argentina. 

Las estancias, así se denominaron esas grandes propiedades, eran atendidas por otros hombres y otras mujeres que no eran ni jefes del ejército ni pobladores originarios. Esas mujeres y esos hombres se reconocían a sí mismos como gauchos. Eran pobres, trabajaban de sol a sol las tierras de sus patrones o cuidaban sus ganados a cambio de unas pocas monedas. De ese modo, peones, arrieros, puesteros, cosecheros…, habían ido construyendo sus ranchos, sosteniendo su hogar y criando a sus hijas e hijos. 

El gaucho Martín Fierro

Las dos partes de Martín Fierro relatan la vida de uno de esos hombres, un gaucho, a caballo, siempre armado con su facón y abrigado con su poncho. Cuentan también la historia de alguno de los amigos de Fierro; con ellos, el gaucho se reunía en la pulpería a guitarrear y a tomar unas copas. Con sus enemigos –no muchos– se enfrenta algunas veces, cada uno con su facón, o compiten en una payada, guitarra en mano, argumentando en verso cada uno.

Martín Fierro describe con ternura su rancho, habla de su mujer –la china, como él la llama–, de sus hijos, del mate a la sombra del ombú que crece con fuerza en la pampa argentina, en nuestra provincia de Buenos Aires. 

Hasta que un día, obligan a Fierro a sumarse al ejército, a pelear contra los indios que no son sus enemigos. Al regresar de la campaña, los hijos se habían dispersado buscando la forma de ganarse la vida, el rancho estaba destruido y no vuelve a encontrarse con su china.

Los versos del Martín Fierro

El Martín Fierro es un relato en verso, los versos tienen ocho sílabas y se organizan en estrofas similares a las que cantaban los gauchos en sus fiestas y en sus payadas, siempre acompañados por las cuerdas de su guitarra. 

Estas son algunas de las primeras estrofas de “El gaucho Martín Fierro”. 

Aquí me pongo a cantar 

al compás de la vigüela,

que el hombre que lo desvela

una pena estraordinaria,

como la ave solitaria

con el cantar se consuela.

Que no se trabe mi lengua       

ni me falte la palabra

el cantar mi gloria labra

y poniéndome a cantar, 

cantando me han de encontrar

aunque la tierra se abra.

Con la guitarra en la mano

ni las moscas se me arriman,

naides me pone el pie encima

y cuando el pecho se entona

hago gemir a la prima 

y llorar a la bordona.

Y apenas el horizonte

empezaba a colorear,

los pájaros a cantar

y las gallinas a apiarse

era cosa de largarse 

cada cual a trabajar. 

Tuve en mi pago en un tiempo

Hijos, hacienda y mujer, 

Pero empecé a padecer, 

Me echaron a la frontera

¡y qué iba a hallar al volver!

Tan solo hallé la tapera.

 

Martín Fierro y la tradición

Varias imágenes surgen al recordar a Martín Fierro y relacionarlo con nuestra tradición. 

Nuestra provincia tiene extensas llanuras, todo nuestro país ofrece distancias grandes a los viajeros. Los gauchos se desplazaron durante años a caballo –y aún lo hacen– trasladando el ganado que hoy va en grandes camiones. El caballo, la guitarra que acompaña la soledad en los largos caminos, el canto…, forman parte de la tradición de todas las argentinas y todos los argentinos. 

El mate y el asado compartido entre amigas y amigos. Las zambas, las chacareras y el malambo presentes durante muchos años en las fiestas populares y hoy en las celebraciones escolares. 

Son gustos y costumbres que compartimos entre todas y todos. 

El tango es una tradición, la ropa del gaucho y las paisanas luciéndose en las fiestas patrias en las plazas de los pueblos y las ciudades. 

La globalización, los extraordinarios avances de los medios de comunicación, a veces nos hacen confundir, nos reconocemos en otras costumbres y en otros gustos. 

Sin embargo, alguna vez, al recibir un mate nos damos cuenta de que compartimos entre todas y todos algunos gestos –tender la mano para ofrecer el mate– que nos pertenecen, como extender la mano o preguntar: “¿dulce o amargo?”.

 

Martín Fierro en las aulas de la escuela primaria

Las maestras o los maestros pueden narrar a sus estudiantes del segundo ciclo el contexto histórico en el que se desarrolla la vida del protagonista de esta historia y luego presentarlo. 

La obra, Martín Fierro, tiene como protagonista al gaucho payador que vivía con su mujer y sus hijos en un rancho; trabajaba la tierra y vivía con esfuerzos y pequeñas alegrías. Un día fue obligado a incorporarse al ejército para pelear contra los indígenas. 

Víctima de la opresión y la injusticia, huye para convertirse en un gaucho matrero (fuera de la ley).

Imagen tomada de Wikimedia Commons.

Con solo con escribir su nombre, las chicas y los chicos pueden encontrar muchas imágenes del gaucho, recreadas por diversos pintores argentinos, si su docente las y los orienta para buscar en Internet. Sin duda, grandes, pequeñas y pequeños pueden observar el aspecto del gaucho, su vestimenta y otros detalles. Para las chicas y los chicos de zonas rurales, seguramente significará reencontrarse con una figura reconocible para ellas y ellos.  

En ambos ciclos, pueden escuchar a las y los docentes leer diversas estrofas significativas del gran poema gauchesco y, las y los más grandes, pueden hojear la obra de Hernández en la biblioteca para seleccionar y disfrutar de otras estrofas. 

Los hermanos sean unidos

porque esa es la ley primera 

tengan unión verdadera, 

en cualquier tiempo que sea 

porque si entre ellos pelean,

los devoran los de ajuera.

Pueden también indagar en la búsqueda de escenas pintadas por Florencio Molina Campos (1891-1959) y conversar sobre las costumbres y vida del hombre de campo argentino. En sus obras, este artista pinta en detalle al paisano, a la pampa, el trabajo de campo y sus costumbres; sus casas, los caballos y las carretas, el mate, los bailes camperos, tomados con una gracia que les da particularidad a sus obras.

¿Qué tradiciones compartidas entre las argentinas y los argentinos se reflejan en las obras de Molina Campos?

Imágenes tomadas de Ministerio de Cultura de la Nación, Molina Campos, un artista que exaltó nuestras tradiciones.

También pueden comentar entre las compañeras y los compañeros y su docente acerca de las tradiciones compartidas en diversas familias y regiones. 

La palabra tradición significa transmitir o entregar. Es aquello que pasa de una generación a otra. Legados que continúan hasta el presente y construyen nuestras identidades culturales.

Tradiciones hay muchas, el mate es una de ellas. Para las argentinas y los argentinos es un símbolo de encuentro y una costumbre familiar que se hereda.

Imagen tomada de Wikimedia Commons.

Hay comidas y alimentos que las argentinas y los argentinos tenemos la costumbre de consumir y esa costumbre ha permanecido a través del tiempo. Además del mate, las empanadas, el asado y el dulce de leche se consideran tradicionales de nuestro país y han sido declarados parte del Patrimonio Cultural, Alimentario y Gastronómico Argentino por la Secretaría de Cultura de la Nación. 

 

Imagen de portada: Ministerio de Cultura de la Nación, Molina Campos.

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