Día del respeto a la diversidad cultural

El Día del respeto a la diversidad cultural busca promover el diálogo intercultural, en un país habitado hoy por 39 pueblos indígenas.

Creado: 4 octubre, 2021 | Actualizado: 4 de octubre, 2023

Las formas de nombrar algunas efemérides cambian según las ideas dominantes en cada época. 

La llegada de Colón a América, un 12 de octubre, fue denominada oficialmente desde 1917 “Día de la Raza”. En el año 2000 el Instituto Nacional contra la Discriminación y el Racismo (INADI) presentó un proyecto para modificar dicha denominación por “Día de la Diversidad Cultural Americana”. 

Estos cambios suponen dejar atrás la celebración del “descubrimiento de América. Como todos los hechos históricos, este también puede analizarse desde distintos puntos de vista: cuando Colón llegó, América estaba habitada desde hacía miles de años por distintos pueblos. Por lo tanto, Colón no descubrió América. Se trata entonces de cuestionar las miradas que solo priorizan esa cosmovisión europea para dar paso al conocimiento y la valoración de la inmensa variedad de prácticas y tradiciones culturales, con formas específicas de organización social, política y económica que los pueblos indígenas (y luego también afrodescendientes) han aportado y aportan a la construcción de nuestras identidades a lo largo de la historia y en el presente. 

La situación de estas comunidades en la actualidad es preocupante. En muchos países no tienen garantizadas las condiciones mínimas para vivir. Hay regiones donde aún se prohíbe hablar su lengua o mantener sus costumbres. Múltiples organizaciones reclaman por sus derechos; sin embargo, los gobiernos y las sociedades tienen con ellas grandes deudas pendientes.

Lejos de celebrar un supuesto “descubrimiento” o “encuentro armonioso entre culturas”, el Día del respeto a la diversidad cultural busca promover el diálogo intercultural, en un país habitado hoy por 39 pueblos indígenas¹. En efecto, gran parte de las y los miembros de los pueblos mapuche, qom/toba, kolla, guaraní, tupí-guaraní, wichí, moqoit/mocoví, diaguita, entre otros, viven en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, en La Plata y sus alrededores². Una vez más, resulta central que la escuela parta de conocer y reconocer las comunidades a las que pertenecen sus estudiantes y sus familias. 

Marco general: 12 de octubre

 

Día del respeto a la diversidad cultural

Un 12 de octubre de 1492, arribaron tres carabelas españolas a nuestra tierra. Más de quinientos años después, el impacto de esa llegada sigue resonando y es nuestra intención continuar buscando los ecos de esos sonidos. [...]

Continuar leyendo el marco general .

La siguiente propuesta permitirá a algunas niñas y niños reconocerse y también enriquecer sus saberes sobre sus propias historias y tradiciones. Para otras y otros, será una manera de acercarse a formas de vidas diferentes de las suyas. En ambos casos, se trata de que el jardín de infantes promueva el conocimiento y la valoración de las diversas prácticas culturales que conforman nuestras identidades. 

Desde esta perspectiva, el Día del respeto a la diversidad cultural es una oportunidad para aproximarse y valorar los modos de vida de estos pueblos. Tradicionalmente, la escuela, de algún modo, ha invisibilizado a las comunidades indígenas y afrodescendientes, y han sido tomadas como parte del pasado, como si no existieran en la actualidad. En esta propuesta, haremos foco en el pueblo mbyá guaraní³ en el presente.

Saberes descalzos, por María Lucila Rodriguez Cellín (FFyL, UBA). Muestra fotográfica en el 12 Congreso Argentino de Antropología Social “Controversias, diálogos y compromiso social”, La Plata, Buenos Aires, septiembre de 2021. 

Llevar adelante una secuencia de este tipo en el jardín de infantes supone que las y los docentes revisemos nuestros propios puntos de vista y nuestros prejuicios, tal como se plantea en las páginas siguientes.  Asimismo, requiere estudiar sobre las y los mbyá guaraníes para construir una mirada actualizada, en este caso.

Se trata de conocer las particularidades de este pueblo indígena, las prácticas culturales que sostienen en vinculación con la naturaleza, pero que no pueden comprenderse en su total dimensión si no se las analiza desde las condiciones de desigualdad en las que viven.

Las y los guaraníes son, en su conjunto, más de cien mil personas agrupadas en unas quinientas aldeas y comunidades en las actuales repúblicas de Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina. Los paĩ son la parcialidad más numerosa y luego le siguen los mbyá y los avá y, por último, los aché.

Las comunidades más grandes de mbyá guaraníes de Argentina viven en la provincia de Misiones. Por lo general, no migran a las ciudades ni se establecen en barrios de sus periferias, sino que se agrupan en 118 aldeas con una población de más de 10.000 habitantes en zonas de selva.

Logran resistir al desmonte, a los agronegocios y a la privación de uso de territorios preservados. Pese a la destrucción de la selva la siguen prefiriendo para vivir en ella. Muchas de estas comunidades luchan porque se les reconozca su derecho a la propiedad de esas tierras en las que habitaron sus antepasados y las están reclamando por medio de procesos judiciales que se encuentran en marcha.

El contacto permanente con la población de la región que habitan ha ocasionado cambios en la dieta de las y los mbyá porque, principalmente, ya no es posible que hagan uso de los recursos naturales como ocurría hasta hace unas décadas atrás. Sin embargo, el profundo conocimiento que tienen de la selva les permite seguir aprovechándola para alimentarse. Es por ello que buscan seguir produciendo sus alimentos adaptando sus prácticas tradicionales a la situación actual en la que se encuentra la selva misionera: cazan, pescan, recolectan frutos y larvas y cultivan en pequeñas chacras utilizando la antigua técnica de tala y quema. Así, abren claros entre los árboles y queman la madera, aprovechando la ceniza para nutrir la tierra. La caza es de dominio masculino por excelencia; si bien no se practica como antes, entre las y los mbyá aún perdura la regla cultural de no cazar más de lo necesario para el consumo.

La actitud remisa hacia la población criolla y migrante ha sido una característica reiterada en la historia de las relaciones interétnicas con el pueblo mbyá. El “conservadurismo cultural” de las y los mbya, a diferencia de los demás grupos guaraníes, resultó muy eficaz en la protección de los antiguos saberes transmitidos a través de las generaciones. Por su parte, son un pueblo que mantiene su lengua -homónima- activa con un gran número de personas que lo hablan.

(Notas extraídas y adaptadas de: Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve “antes vivíamos muy bien”. Colección Pueblos indígenas en la Argentina Nº 8. 2016. Ministerio de Educación y Deportes de la Nación).

A continuación, compartimos un conjunto de fuentes tomadas de distintas investigaciones que recogen información desde la perspectiva de los miembros de las comunidades, con el propósito de que sean un insumo para diseñar distintos itinerarios didácticos de acuerdo con las características de los grupos, las instituciones y las comunidades. 

Estos itinerarios permitirán a las niñas y los niños más grandes del jardín tomar contacto con las y los mbyá guaraníes y sus prácticas culturales: dónde viven mayoritariamente; trabajos que realizan mujeres y varones; el mangá como uno de los juegos tradicionales; su lengua y, en especial, la importancia de las escuelas interculturales bilingües. 

Las alumnas y alumnos podrán obtener algunas informaciones a través de la observación de fotos orientada por la guía de preguntas. Sin embargo, ciertos datos no se recogen de la observación directa y, por lo tanto, requieren de información que aporta la voz de la o del docente y también de los textos breves y sencillos. En esta misma línea, compartimos un testimonio que cuenta “de primera mano” ciertas experiencias.

Además, se propone la observación de documentales. Si bien este tipo de  filmaciones no están pensadas para el público infantil, algunos fragmentos seleccionados permiten poner la mirada sobre las temáticas a indagar y, muy especialmente, tomar contacto con la lengua guaraní4 , puesto que están totalmente habladas en este idioma. 

Mientras que las fotografías aportan una visión detenida y pormenorizada, las filmaciones presentan en acción aquello que se está analizando. Dado que se trata de mirar una parte de una filmación para buscar información, es central compartir previamente con niñas y niños preguntas que orientan la observación.

Las informaciones que brindan las fuentes propuestas se irán articulando unas con otras a través de variadas actividades que permitan a las niñas y niños conocer acerca de algunas de las prácticas culturales de las y los mbyá guaraníes en la actualidad. 

También, es necesario prever instancias para organizar, sistematizar y comunicar lo indagado, por ejemplo, a través de carteleras o producciones audiovisuales como un modo de compartir lo aprendido con otras salas, con las familias y la comunidad.

Los mbyá guaraníes 

Reserva de la Biósfera Yabotí. Imagen de Marilyn Cebolla Badie, tomada de "Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve, antes vivíamos muy bien" (fascículo 8), Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, 2016.. 

Marilyn, la fotógrafa, cuenta: “Al fondo se ve la aldea Pindó Poty que está abajo en un valle. Lo difícil era el regreso porque había que subir un cerro terrible. Esta foto la tomé hace quince años. Bien, ahora está todo muy cambiado, hay un camino que llega hasta la aldea”.

Vista aérea en la cual se observa la selva misionera, los ríos y también los campos cultivados. Fotógrafo: Claudio Esses.

Aldea mbyá sobre la ruta provincial Nº 7, Misiones. Imagen de Marilyn Cebolla Badie, tomada de "Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve, antes vivíamos muy bien" (fascículo 8), Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, 2016.

Las comunidades más grandes de mbyá guaraníes de Argentina viven en la selva en la provincia de Misiones y se agrupan generalmente en aldeas. Algunas están ubicadas cerca de las ciudades y otras lejos. Algunas son grandes y tienen muchos habitantes, mientras que otras son pequeñas. Hay aldeas en las que se crían animales, sobre todo gallinas, y otras en las que no. La mayoría de las aldeas tiene escuelas. Algunas son muy antiguas y otras se crearon hace poco tiempo. Más allá de las distancias, las y los mbyá viajan frecuentemente de una aldea a otra. Por eso en cada aldea siempre hay parientes de visita y esto permite la circulación de novedades entre las comunidades.

(Adaptación de: Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve “antes vivíamos muy bien”. Colección Pueblos indígenas en la Argentina Nº 8. 2016. Ministerio de Educación y Deportes de la Nación).

Para intercambiar

¿Qué características tiene la zona que se ve en las fotos? 

¿Qué colores predominan? 

¿Cómo es el color de la tierra y del agua de los ríos que la surcan? 

¿Cómo es la vegetación que se observa?

¿Qué opinan de la costumbre Mbyá de ir de visita a otra aldea y quedarse allí a vivir un tiempo? 

¿Se imaginan cómo sería? 

¿En sus familias tienen esta costumbre de visitarse?

Confección de un cesto. Imagen de Marilyn Cebolla Badie, tomada de "Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve, antes vivíamos muy bien" (fascículo 8), Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, 2016.

Para los mbyá es especialmente difícil ganarse la vida. Una de las principales fuentes de dinero es la cestería. Hombres, mujeres, niñas y niños hacen canastos para usar en su vida cotidiana y, sobre todo, para vender a turistas que visitan la zona

En el siguiente documental Mbya - Guaranies. Kaaguy, el Monte. Capítulo II (sitio que puede consumir datos móviles), entre el minuto ´12 y ´13 se observa cómo algunos miembros de la comunidad trenzan los cestos a la vera de la ruta. 

Figuras en madera representando el transporte de un pecarí, animal habitual de la selva misionera. Artesano: Vicente Ramos. Imagen de Marilyn Cebolla Badie, tomada de "Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve, antes vivíamos muy bien" (fascículo 8), Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, 2016.

Algunos varones se han especializado en hacer figuras de madera que representan diferentes animales y que venden a los negocios de las ciudades y ferias artesanales. Muchos hombres trabajan como hacheros en la industria de la madera o levantando la cosecha en las plantaciones. También realizan tareas de construcción y mantenimiento de viviendas o de gallineros.

Las mujeres dedican mucho tiempo al lavado de la ropa y al cuidado de las niñas y niños. Algunas cultivan orquídeas que son plantas con flores muy hermosas y las venden. 

Para intercambiar

¿Cuáles son los trabajos que realizan las mujeres y cuáles los varones mbyá? 

¿Les parece que alguno de los trabajos que hacen los varones pueden realizarlos las mujeres? 

¿Y los trabajos que hacen las mujeres podrían realizarlos los varones? ¿Por qué?

Tomar mate: una herencia guaraní 

Los guaraníes beben la caán o yerba mate. Toman mate frío y en calabazas. Esta costumbre guaraní se arraigó entre los criollos de gran parte de la población de Sudamérica.

A continuación, compartimos una leyenda que reconstruye el origen guaraní de la yerba mate y que da cuenta de algunos de los significados que recoge esta tradición para el pueblo. 

Las leyendas son narraciones que en su proceso de transmisión crean y recrean las cosmovisiones de los grupos y sus tradiciones y, al igual que ellas, van pasando de generación en generación, de forma oral, y es por eso que tienen distintas versiones.

  • Leyenda de la yerba mate (narrada en guaraní), de la colección “Cuentos que viajan”. Narradora: Juana González Ferreira. (Este sitio puede consumir datos móviles).
  • Leyenda de la yerba mate (narrada en castellano), de la colección “Cuentos que viajan”. Narrador: Federico Martínez. (Este sitio puede consumir datos móviles).
La leyenda del mate y la luna (Anónima. Adaptación)

Los guaraníes cuentan que la luna, Yacy, paseaba desde siempre por los cielos nocturnos, observando curiosas los bosques, las lagunas, el río y los esteros desde lo alto. Cada día contemplaba su belleza como una niña que está conociendo el mundo por primera vez.

Sin embargo, a sus oídos fueron llegando los relatos de quienes habían visitado el mundo y que le iban contando de la vida de los animales, de la belleza de las flores, del canto de los grillos, el piar de las aves, del sonido del río, y la luna fue tornándose cada vez más curiosa y con deseos de visitar la tierra.

Así que un día se decidió y junto con Araí, la nube, fue a pedirle autorización a Kuaray, el Sol, para que las dejase bajar a la tierra para así poder contemplar de cerca las bellezas del mundo. El dios Sol se mostró reacio a dejarlas partir, pero por fin cedió y las dejó marchar. Sólo les impuso una condición: en la tierra serían vulnerables a los peligros de la selva como cualquier humano, aunque también serían invisibles para ellos. Luego las dejó partir.

Fue así como la luna, Yacy, llegó un día a la tierra. Y junto con Araí fueron visitando los lugares que veían desde las alturas, maravillándose a cada paso. Observaron de cerca cómo las arañas tejían sus redes, sintieron el frío del agua del río, tocaron la tierra roja con sus manos.

Tan absortas en su mundo estaban ambas diosas que no se percataron de la acechanza de un yaguareté que las seguía de cerca. El felino estaba hambriento y quería comer, por lo que en un momento largó el zarpazo para atrapar a las mujeres.

En el momento justo cuando estaba por alcanzarlas, el animal fue alcanzado por una flecha lanzada por un joven cazador guaraní, que justo pasaba por el lugar y que sin saberlo salvó la vida de las diosas. El joven cansado por la búsqueda, pero feliz por su conquista, decidió descansar al pie de un árbol, antes de regresar a su aldea o tekoa. Y entonces, se durmió. En sus sueños fue visitado por las diosas que, vestidas de blanco, le hablaron con cariño. Yacy le dijo que, como símbolo de gratitud, cuando llegue a su aldea o tekoa encontrará un arbusto a la entrada que nunca antes había visto. Le dijo cómo hacer con sus hojas para preparar una infusión que uniría a las personas de todas las familias o tevys, como símbolo de hermandad y de confraternidad.

Cuando se despertó y volvió con su gente, el joven cazador vio el arbusto a la entrada de la aldea y, siguiendo las instrucciones que la diosa le dio en sueños, el muchacho buscó una calabaza hueca, picó las hojas del arbusto, las puso dentro y llenó el cuenco con agua. Luego, con una pequeña caña tomó la bebida. Inmediatamente compartió la infusión con la gente de la aldea o tekoa que observaba curiosa el trabajo del cazador. La calabaza fue pasando de mano en mano y todos fueron tomando la infusión.

Así nació el mate, que une a las personas, que es un símbolo de paz y confraternidad, que fue un regalo de la luna a las personas para que compartan vivencias, para que fomenten su amistad, o para que disfruten un silencio compartido.

Preguntas para conversar

¿Toman mate en sus hogares? 

¿En qué momentos del día? 

¿Quiénes y cómo lo ceban? 

¿Son siempre las mismas personas las encargadas de armar y cebar el mate? ¿Por qué?

Escuchar la leyenda puede ser una buena ocasión para intercambiar y “pasar en limpio” varias de las informaciones indagadas en otras actividades: las características de la selva, el río, la tierra roja, la aldea, etc. 

Los juegos mbyá: el mangá guaraní

Pelota utilizada para jugar al mangá en comunidades de la Reserva Yaboti, Misiones. Archivo personal Noelia Enriz. 

El mangá es un juego reconocido como parte de la tradición mbyá-guaraní. Es practicado tanto por personas adultas como por niñas y niños, y para jugar se utiliza una pelota hecha con chalas de choclos que a veces también está provista de plumas. El objetivo del juego es mantener la pelota en el aire el mayor tiempo posible y que no toque el suelo. La denominación mangá puede provenir de mangavsý, una especie de goma que se extrae del árbol llamado mangaý con el que se hace la pelota (Tomado de Enriz, 2012).

Según los ancianos, el mangá "es un juego que todos conocen”. Además, como muchos otros juegos de las y los mbyá, no es competitivo: en él nadie gana ni pierde.

En el documental La voz de los sin voz - Mbya Guaraní en el minuto 44, se observa cómo se fabrica la pelota con la chala del maíz y cómo se juega. (Este sitio puede consumir datos móviles)

Para intercambiar

¿Se parece el mangá a otros juegos de pelota que conozcan? 

¿Qué encuentran de parecido y de diferente? 

¿Se animan a fabricar la pelota y jugar al mangá?

La escuela intercultural bilingüe en una comunidad mbyá guaraní

Escuela Intercultural Bilingüe Nº 812, “ARANDU RA” de la comunidad mbyá llamada Tekoa  Arandu del Municipio Pozo Azul - Provincia de Misiones.  

La Escuela Nº 812 “Arandu Ra” es una Escuela Intercultural Bilingüe ubicada en Misiones. Esto significa que las chicas y chicos que hablan la lengua guaraní que aprendieron en sus casas pueden aprender a leer y a escribir en guaraní y también en castellano. Por eso, la escuela cuenta con equipos docentes indígenas y no indígenas. A esta escuela asisten más de cien niñas y niños de jardín y primaria. 

Rodolfo Fernández es director y también maestro de 3º grado de la Escuela Nº 812 “Arandu Ra” y con su esposa viven en una casa que la comunidad construyó al lado de la escuela. Este es su testimonio:

Acá en esta escuela, aprendemos juntos: los chicos y nosotros. Tenemos que trabajar muy de la mano de la comunidad. Estar en contacto con los papás, con los abuelos, hablar con ellos, hacer reuniones en la escuela para que nos digan qué quieren que aprendan sus hijos. Por supuesto que todo lleva sacrificio, trabajo, esfuerzo y no es fácil. 

Yo siempre lo digo, me recibí de docente creyendo que no había más aborígenes. Como que los indígenas fueron `cosa del pasado´. Y después, cuando fui a trabajar como maestro descubrí que había indígenas y muchos. Las comunidades indígenas son grandes.

En esta comunidad los niños son muy respetados y, a la vez, muy bien educados. Algo que aprendí acá, en esta comunidad, es ¡cuánto valoran la naturaleza!

Con mi familia vivimos en la comunidad y puedo asegurar que vivimos felices”. 

Testimonio extraído y adaptado del documental La Educación en la Identidad Mbya Guaraní.

Sabían que…

En muchos lugares del país hay escuelas bilingües donde las chicas y los chicos aprenden en su lengua originaria y también el castellano.

Hablar guaraní

En Paraguay, el idioma guaraní se mantiene como principal lengua hasta hoy y muchísima gente lo habla en las provincias argentinas como, por ejemplo, en Corrientes y Misiones. 

En Buenos Aires donde viven personas nacidas en esos lugares también se escucha hablar en guaraní. 

¿Saben qué quiere decir che, esa palabra típica de las y los argentinos? Che significa “yo” y “mi” en guaraní.

Por ejemplo, “che amigo” significa “mi amigo”; con el tiempo fue quedando sólo el che: “Vení che amigo”, pasó a: “Vení che”. Otras palabras como pororó o chiripá también son guaraníes. (Adaptación de Palermo y Boixados, 2010).

Para intercambiar

Tal vez alguna persona de la comunidad del jardín hable guaraní y les pueda cantar una canción o recitar una poesía en esta bella lengua o enseñarles algunas palabras. 

También conversar si conocen palabras en guaraní que se fueron incorporando al español tales como chipá, yacaré, yaguareté, gurí.

Conclusiones

Más allá de las dificultades y transformaciones históricas, las y los mbyá siguen resignificando su historia, sus prácticas y modos de vida y organización cotidiana. Esta propuesta se sustenta en la idea de que “no es posible pensar la diversidad salvo con un profundo respeto a la igualdad de todos los seres humanos (...). La atención a la diversidad tiende a deslizarse fácilmente hacia la distinción, hacia el racismo y la dominación. Así, a estas alturas de la vida humana, persiste la tarea constante de darse tiempo para la conversación, para la reflexión, para imaginar alternativas comunes. En el proceso, también reconocemos esa diversidad que llevamos dentro de nosotros mismos” (Rockwell, 2020). Se trata de ir construyendo colectivamente una comunidad que se asiente en el principio irrenunciable por el cual todas y todos somos diferentes y también, somos iguales en tanto tenemos los mismos derechos.

Bibliografía

Di Biase, Ayelén Rocío Soledad (2016). Guaraníes en José C. Paz: Un acercamiento a las problemáticas de una comunidad originaria en el conurbano bonaerense. En Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología; tomo 41. Sociedad Argentina de Antropología. (Sitio consultado en septiembre de 2021).

Enriz, Noelia (2012) Ceremonias lúdicas mbyá guaraní. Maguaré, Volumen 26, Número 2, 2012. (Sitio consultado en septiembre de 2021). 

Ministerio de Educación y Deportes de la Nación (2016) Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve “antes vivíamos muy bien". Colección Pueblos indígenas en la Argentina Nº 8. (Sitio consultado en septiembre de 2021).  

Ministerio de Educación y Deportes de la Nación (2016): Indígenas en clave urbana intercultural en el Conurbano y La Plata. Colección Pueblos indígenas en la Argentina 5. (Sitio consultado en septiembre de 2021). 

Palermo, Miguel Ángel y Boixadós, Roxana (2010).  Los guaraníes, Colección La otra historia. Los pueblos originarios. A-Z editora.

Rockwell, Elsie (2020). La diversidad que llevamos dentro. (Sitio consultado en septiembre de 2021). 

Wolman, Susana y otros (2009): 12 de octubre. Abriendo sentidos. Aportes para la enseñanza. Escuela Primaria. Ministerio de Educación, CABA.

Material de consulta:

Pueblos originarios / Mbya guaraníes I: Ñanderu, el Creador. (Sitio consultado en septiembre de 2021)

Pueblos originarios / Mbya guaraníes II. Kaaguy, el Monte. (Sitio consultado en septiembre de 2021)

La Educación en la Identidad Mbyá Guaraní. (Sitio consultado en septiembre de 2021) 

La voz de los sin voz - Mbyá Guaraní. (Sitio consultado en septiembre de 2021). 

 


¹ Proyecto Interculturalidad y educación en comunidades toba/qom y mbyá-guaraní de Argentina: una aproximación histórico-etnográfica a la diversidad étnica y lingüística en las escuelas. Programa de Antropología y Educación, Facultad de Filosofía y Letras, UBACyT 2018-2021.

² Ministerio de Educación y Deportes de la Nación (2016): Indígenas en clave urbana intercultural en el Conurbano y La Plata. Colección Pueblos indígenas en la Argentina Nº5. (Sitio consultado en septiembre de 2021).

³ Para profundizar el tema se sugiere consultar: Ministerio de Educación y Deportes de la Nación 2016: Mbya-guaraní. Yma roiko porã ve “antes vivíamos muy bien. Colección Pueblos indígenas en la Argentina 8. (Sitio consultado en septiembre de 2021).

4 Si bien los mbyà hablan mbyá guaraní que es distinto al que se habla en otras zonas, en este texto nos referiremos a la lengua guaraní en términos generales. 

 

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