El exilio durante la última dictadura cívico militar en la Argentina

Aportes para el trabajo en las aulas en relación con el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Creado: 20 marzo, 2024

Momentos de esta propuesta

  1. 1El exilio durante la última dictadura cívico militar en la Argentina
  2. 2Osvaldo Soriano: una biografía a varias voces. Anexo I
  3. 3Poemas del exilio de Juan Gelman. Anexo II

El 24 de marzo, aniversario del golpe de estado de 1976, constituye una oportunidad para reflexionar acerca de la importancia del respeto por los derechos humanos, la vigencia del estado de derecho, la libertad de expresión y la participación. Las escuelas juegan un rol importante en este ejercicio colectivo de reflexión y memoria que se puede apoyar en la presentación de multiplicidad de situaciones vividas por personas y grupos en nuestra historia, en particular durante los gobiernos militares. La última dictadura, con su implementación del terrorismo de Estado, demanda pensar abordajes adecuados para su tratamiento en las aulas. 

Así lo plantea la Ley de Educación Nacional 26.026, sancionada en 2006, en su artículo 92, inciso C:

El ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, con el objeto de generar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos, en concordancia con lo dispuesto por la Ley N° 25.633.

En este marco, en segundo ciclo de la escuela primaria se propone tratar la problemática del exilio. Para ello, se definen dos ejes: 

  • la experiencia del exilio;
  • las acciones de las y los exiliados para denunciar desde el exterior los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívico militar en la Argentina (1976-1983). 

Se propone abordar el primer eje a partir de la lectura y el análisis compartido de El Negro de París, así como a través de los testimonios de su autor, Osvaldo Soriano, de sus amigos, compañeros de trabajo y compatriotas también exiliados. Se pone a disposición una biografía del autor, testimonios en videos, fragmentos de entrevistas y programas televisivos, artículos periodísticos y poemas. Para el segundo eje –el papel de los exiliados en la denuncia de los crímenes–, se incluyen artículos periodísticos de especialistas en la temática. Las maestras y los maestros pueden seleccionar algunas de las fuentes de información sugeridas y/o incluir otras para acercar a las y los estudiantes a conocer este aspecto del terrorismo de Estado en la Argentina. 

El exilio representa un recorte significativo en tanto brinda elementos para profundizar el intercambio y la reflexión compartidos entre estudiantes y docentes en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia (leyes nacionales 25.633 y 26.085). 

Introducción-presentación del tema

Antes de “entrar” al tema del exilio, habrá que contextualizar haciendo referencia a la última dictadura cívico-militar en la Argentina (1976-1983), al golpe del 24 de marzo de 1976 y al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. La memoria institucional de los aspectos abordados en los años anteriores con las alumnas y los alumnos será una información indispensable para tomar las primeras decisiones. La escucha de sus intervenciones, preguntas y comentarios, será otro elemento central para ajustar esta presentación inicial en función de las particularidades de cada grupo. Se busca no repetir ni dar por supuestos conocimientos, sino articular informaciones y conceptos con las ideas de las y los estudiantes.

Los siguientes materiales aportan elementos relevantes para pensar esta presentación: 

Luego, se puede anunciar el tema específico que se va a enfocar: el exilio de miles de argentinas y argentinos que sintieron que su vida corría riesgo o que fueron directamente amenazadas y amenazados por los dictadores y sus grupos de tareas. La introducción al tema puede incluir aspectos como los siguientes. 

  • A lo largo de la historia, muchas personas se han visto forzadas a dejar su país, sobre todo durante dictaduras, regímenes políticos autoritarios, guerras, persecuciones religiosas.
  • En América Latina, muchos países atravesaron períodos de dictadura durante el siglo XX. En consecuencia, muchas y muchos de sus habitantes partieron hacia el exilio, generalmente a países cercanos o de Europa. 
  • No se sabe con exactitud cuántas personas tuvieron que exiliarse de la Argentina durante la última dictadura, pero distintas fuentes estiman que fueron entre trescientas cincuenta mil y quinientas mil. Muchas y muchos regresaron al país a partir de 1984 con el retorno de la democracia, pero hubo quienes decidieron quedarse en el país que las y los acogió.

A partir de la caracterización del contexto político y de esta primera información general sobre el exilio, se puede promover en el grupo la reflexión compartida sobre las posibles implicancias de esta experiencia para sus protagonistas.

  • ¿Qué habrán sentido las personas que se exiliaron al abandonar el país en ese contexto?
  • ¿Cómo puede haber sido su vida en el país de destino? 
  • ¿Qué problemas les parece que pueden haber enfrentado?

Esta sugerencia busca promover que las alumnas y los alumnos se pongan en el lugar de quienes protagonizaron el exilio, que se formulen preguntas y planteen dudas en base a la información brindada. No se buscan respuestas sino la apertura de interrogantes sobre algunos aspectos que ellas y ellos pueden estar en condiciones de inferir en relación con la perspectiva de las y los protagonistas como punto de partida para conocer la experiencia del exilio. 

La experiencia del exilio

1.1. El Negro de París

Presentación de la novela y de su autor, Osvaldo Soriano

En esta presentación, la o el docente puede plantear a sus estudiantes que para empezar a conocer esta temática van a leer una novela breve que narra una experiencia de exilio en el contexto de la última dictadura (1976-1983) y cuyo autor se exilió en Europa durante esos años. Primero en Bruselas –Bélgica– y luego en París –Francia. La obra se titula El Negro de París y su autor es Osvaldo Soriano.

Se propone también hacer una primera y breve presentación del autor. Además de la referencia a su exilio en Europa, se pueden incluir algunos datos biográficos, sobre todo los más pertinentes para contextualizar la obra que van a analizar (su amor por los gatos, su pasión por el fútbol, su desempeño como escritor de novelas y periodista, el interés por la historia argentina plasmado en sus obras). Si resulta posible, se sugiere mostrar algunas imágenes del autor. En el Anexo I “Osvaldo Soriano: una biografía a varias voces”, se presenta una reseña de la vida del autor realizada en base a fragmentos de entrevistas televisivas con él, sus amigos y compañeros de exilio. 

 Ilustración de tapa de El Negro de París realizada por Miguel Rep. Editorial Seix Barral, 2005.

Lectura compartida y análisis de El Negro de París

Se propone comenzar con una sesión de lectura a través de la maestra o del maestro, con un inicio compartido que permita crear y sostener las condiciones necesarias para que las alumnas y los alumnos “entren” en la historia que el autor despliega. Como el texto es largo, será necesario definir cómo se continuará su lectura, según los criterios que cada docente considere más pertinente. En función del tiempo con que se cuente, las características del grupo, el contenido de la novela y la disponibilidad de ejemplares del libro en la escuela se decidirá si se realiza una lectura completa en el aula, si se continúa en biblioteca o en las casas de las y los estudiantes, etc.

Si sólo fuera posible leer algunos fragmentos, la maestra o el maestro tendría que encargarse de sostener el hilo de la narración agregando la información necesaria para que las chicas y los chicos puedan reconstruirla. Es imprescindible que sepan –por ejemplo– que el narrador de la historia es un niño argentino cuya familia tuvo que abandonar el país al comienzo de la dictadura y emigrar a Francia.

El Negro de París (fragmentos) 

[…] Habíamos llegado tiempo atrás a Francia, y yo me sentía muy solo, sin entender por qué habíamos dejado Buenos Aires con tanto apuro.   

Mi papá y mi mamá me explicaron muchas veces que corríamos peligro mientras los militares gobernaran en el país y que sería mejor que yo creciera y fuera a una escuela en un lugar donde me enseñarían a vivir en libertad. Cuando nos fuimos de Buenos Aires no tuvimos tiempo de llevarnos nuestras cosas; yo tuve que dejar un triciclo y un largo tren eléctrico que hacía marchar entre montañas, bosques y ríos que cabían sobre la mesa del comedor. Pero lo que más me dolió fue dejar a Pulqui, que dormía conmigo hecha una bolita tibia, acurrucada entre mis piernas, hasta que me despertaba a la mañana, siempre a la misma hora, para ir al colegio. […]

Llegamos a Francia y tuve que hacer nuevos amigos que hablaban un idioma cantarín y engolado que al principio no entendía. Todo era nuevo para mí: el idioma, pero también la nieve, las calles que terminaban enseguida y si uno doblaba una esquina, se perdía, porque en París es imposible dar la vuelta a la manzana.

¡Lindo lío! No sé cómo se las arreglará el cartero para ir y venir por ese jeroglífico, pero de vez en cuando traía una carta de mi tío Casimiro para papá y mamá y una foto de Pulqui para mí.  Pero la foto no me bastaba. Yo quería acariciarla y jugar con ella, y tanto la extrañaba que un día mi papá me propuso que le buscáramos un amigo. Un lindo gato que pudiera recorrer las calles de París sin perderse y que alguna vez llevaríamos con nosotros a la Argentina para que se reuniera con Pulqui […]

[…] En poco tiempo de juegos y miradas que valían más que palabras, me di cuenta de que el Negro tenía un carácter calmo, distante, rudo cuando se lo molestaba, aunque nunca llegó a ser grosero. Cuando venían visitas, por ejemplo, echaba una mirada a la gente y si advertía que iban a hablar de cosas aburridas me miraba y con los ojos me decía: “Vámonos a otra pieza, que estos son unos plomos”. Y nos íbamos a jugar o a charlar a otro lado.

[…] Entretanto yo había aprendido a hablar y escribir en francés y tenía buenas notas en la escuela. Lentamente, sin darme cuenta casi, Buenos Aires empezó a ser para mí una curiosidad que mis padres nombraban con pasión y a veces con miedo. Mis amigos del colegio no sabían nada de la ciudad en la que yo había nacido. Desconocían el mate, las pastillas de menta, los clásicos entre Boca y River, la factura, la planta de ruda, el dulce de leche, el guardapolvo blanco de la escuela, la campaña de San Martín y las tortas fritas.  

[…] Cuando a fines del 1983 los argentinos restauraron la democracia, mi papá y mi mamá hablaban todos los días de volver a Buenos Aires. Decían que había que regresar para hacer un lindo país, una nación donde yo, que estaba terminando la escuela, pudiera vivir en libertad, con justicia y sin miedo. Para que nunca tuviera que irme como ellos. 

Por las noches, mi papá desplegaba un gran mapa de la Argentina sobre la mesa y me contaba cosas que yo no había aprendido en el colegio francés. Recorría con su gran dedo índice ese triángulo que se terminaba en la Antártida y me contaba de las provincias cálidas de la Mesopotamia, de Cuyo y de la Patagonia fría y rica. Me relataba las batallas de la Independencia, me hablaba de la Primera Junta, de Moreno, de Belgrano, de San Martín, de Rosas, de Sarmiento, de Yrigoyen y de Perón. […]

[…] A veces, antes de dormir, pensaba en cordilleras nevadas, tierras rojas, llanuras interminables y guardapolvos blancos. Una de esas noches, el Negro se echó a mi lado, y me dijo con un abrir y cerrar de ojos que había una manera de mirar sobre el mar y ver mi país y así palpitarlo antes de volver definitivamente.   

Y así emprendí la gran aventura de mi vida. 

[…] fuimos, de techo en techo, bordeando antenas y saltando paredes […] Cruzamos un puente largo. […] Levanté la cabeza y vi, frente a nosotros, la torre que mis papás me habían traído a ver muchas veces […] la torre Eiffel. 

En la escuela me habían enseñado que tiene 300 metros de alto, así que inmediatamente pensé que el Negro estaba más loco que una cabra si pensaba hacerme seguir. […] Me hizo un gesto para que lo siguiera y empezamos a subir por la escalera de la torre.

Por fin, saltamos hasta lo más alto y entonces sentí que el mundo entero estaba a nuestros pies. 

“Fijate, podríamos conocer todos los países sin movernos de aquí –me susurró el Negro–. Allá está la Argentina, ¿ves? ¡Allá, allá, bajo la Cruz del Sur!”

Sus ojos se inflaron y las estrellas aparecieron en el cielo sobre un paisaje que tenía la misma forma que el mapa que tantas veces me había mostrado mi papá. De pronto, una constelación de edificios, avenidas y parques se desplazó hacia nosotros. Entonces reconocí la calle Corrientes y la Plaza de Mayo, los colectivos y los coches como en una fotografía agrandada y viva. En Villa Devoto estaba mi casa; más allá, en Liniers, la de mis tíos, donde debía estar Pulqui. De pronto volvieron a mí los olores de las acacias, el sabor de los turrones y un torbellino de imágenes y recuerdos de cuando era muy chico y todavía no iba a la escuela. 

[…] Tomé [al Negro] en mis brazos, le acaricié la cabeza y nos quedamos un largo rato mirando Buenos Aires. 

“Tengo tantas ganas de volver…” –dije. 

“Ya lo sé. Por eso te traje, para que vieras el lugar donde naciste y donde te vas a hacer grande.”

Finalizada la lectura, se sugiere una situación de intercambio de comentarios y relecturas compartidas entre estudiantes y docentes. Este tipo de situaciones son indispensables para ajustar y profundizar las interpretaciones iniciales así como para conocer –cómo se planteó en este caso– lo que su autor sostiene sobre el exilio del protagonista en París –ciudad donde Soriano transitó la mayor parte del suyo. 

Un primer momento de intercambio abierto a lo que las alumnas y los alumnos quieran comentar acerca de la obra puede favorecer la construcción de un marco compartido desde donde avanzar en el conocimiento de la temática del exilio. Desde el punto de vista docente, se apunta a conocer mejor las ideas de las chicas y los chicos: qué cuestiones relevan, cuáles no advierten, qué les impacta, para intervenir buscando “tender puentes” entre esas ideas y los contenidos, para “engarzar enseñanza con aprendizaje” (Lerner, 2001).

Analizar la obra para aprender sobre el exilio

Se propone luego un recorrido sistemático por los pasajes de la obra referidos al exilio: ¿Qué cuenta el protagonista de El Negro de París sobre esa experiencia? ¿Qué referencias a la perspectiva de los padres sobre el exilio aparecen en su relato?

Al analizar la obra desde este punto de vista, para conocer una temática histórica y no desde una perspectiva literaria, se seleccionaron los fragmentos en los que Soriano se refiere al exilio y se construyeron categorías posibles para ordenar esas referencias. 

En El Negro de París, el narrador protagonista relata lo siguiente.

  • Los motivos del exilio (aquellos que la madre y el padre contaron a su hijo y que él no entiende muy bien: “corríamos peligro mientras los militares gobernaran el país”, “sería mejor que yo creciera y fuera a la escuela en un lugar donde me enseñarían a vivir en libertad”), la salida “con tanto apuro” de Buenos Aires (“no tuvimos tiempo de llevarnos nuestras cosas”, “yo tuve que dejar un triciclo y un largo tren eléctrico…”), el desgarro de dejar a su gata (“Pero lo que más me dolió fue dejar a Pulqui”).
  • La llegada a un “departamento muy chiquito”, los primeros tiempos del niño en Francia –los nuevos amigos, todo lo que desconocían de su país, el idioma “cantarín y engolado”– y las diferencias con su ciudad –la nieve, la falta de kioscos, los perros dentro de los bares y muchas otras que va descubriendo con el paso del tiempo. 
  • Las cartas que llegaban de Argentina para su familia y las fotos de Pulqui para él.
  • La adopción del Negro. 
  • Los cambios con el paso del tiempo y las diferencias en las vivencias y el sentir del niño y sus padres: “Lentamente, sin darme cuenta casi, Buenos Aires empezó a ser para mí una curiosidad que mis padres nombraban con pasión y a veces con miedo.”
  • La recuperación de la democracia y la idea de volver: los sentimientos y proyectos de su madre y su padre, la recuperación de su historia a través de los relatos y los libros de su papá, la recuperación de sus recuerdos (“Entonces reconocí la calle Corrientes y la Plaza de Mayo, los colectivos y los coches como en una fotografía agrandada y viva. En Villa Devoto estaba mi casa; más allá, en Liniers, la de mis tíos, donde debía estar Pulqui. De pronto volvieron a mí los olores de las acacias, el sabor de los turrones y un torbellino de imágenes y recuerdos de cuando era muy chico y todavía no iba a la escuela”), sus anhelos (“Tengo tantas ganas de volver…” A lo que el Negro responde: ‘Ya lo sé. Por eso te traje, para que vieras el lugar donde naciste y donde te vas a hacer grande.”)
  • Los sentimientos asociados al exilio y sus cambios en el devenir de la experiencia y entre el niño y sus padres. 

Durante este recorrido sistemático por la obra, será necesario releer los fragmentos específicos que estudiantes y docentes seleccionen para dar cuenta de la diversidad de dimensiones del exilio. Será necesario, además, detenerse en las expresiones, imaginar las situaciones, ponerse en el lugar de quienes están relatando la experiencia para aproximarse a conocer su perspectiva. 

Por otra parte, cuando se trata de construir conocimientos en el marco de la lectura, suele ser necesario que la o el docente aporte nueva información, que desarrolle explicaciones, que establezca relaciones con nuevas fuentes. En fin, que “rellene” (Aisenberg, 2010) aquello que la obra no plantea y las alumnas y los alumnos no pueden inferir porque desconocen la temática, que explique lo que aún no logran explicar por sí mismas y por sí mismos o que pasen en limpio sus preguntas para seguir indagando. 

Como producto de este análisis compartido de la novela podrá realizarse una primera caracterización de la experiencia del exilio a través de, por ejemplo, una escritura colectiva que sistematice lo trabajado. Como parte de esta sistematización, es importante reconsiderar que estas ideas provienen de una obra literaria que muestra una perspectiva muy particular, la de un niño. Para avanzar en el conocimiento del exilio durante la última dictadura en la Argentina, recurriremos a nuevas fuentes. 

1.2. El exilio según Soriano y quienes compartieron su experiencia: cartas entre personas argentinas exiliadas y testimonios de gente que lo conoció

El intercambio epistolar fue un medio de comunicación muy utilizado por las exiliadas y los exiliados. Las cartas que produjeron constituyen una fuente irremplazable para conocer su experiencia. 

En 2007, a diez años de la muerte de Soriano, su amigo Osvaldo Bayer escribió “Las cartas del exilio”, una nota periodística que publicó en Página 12/ Radar con fragmentos de algunas de las cartas que recibió del autor de El Negro de París y que él atesoró. Osvaldo Soriano y Osvaldo Bayer habían forjado una amistad entrañable durante sus años de exilio en Europa. Se visitaban periódicamente y también intercambiaban cartas, ya que vivían en ciudades (y países) diferentes. La amistad continuó hasta la temprana muerte de Soriano en 1997. 

Dice Bayer:

“En este invierno europeo indefinido, resfríos griperos y cielos más grises, quise recordar al amigo que nos dejó hace diez años. Para eso recurrí a las interminables carpetas del exilio con las cartas. Sí, en la S de Soriano, bien catalogadas por fechas. Me pasé una tarde releyéndolas, volviendo al clima del exilio, de esos desolados años. Allí están las preocupaciones por la subsistencia, la falta de perspectivas, lo injusto. Exiliados por escribir. Claro, a los amigos que quedaron les fue mucho peor: desaparecidos por escribir, presos por escribir. Poco se ha escrito sobre los días del exiliado. En estas cartas de Soriano se puede medir el vivir diario, los problemas diarios. Todo en lenguaje argentino. Él me escribe desde Bruselas, yo le contesto desde Essen, en la cuenca del Ruhr alemán. Luego me escribirá desde París y yo le contestaré desde Berlín. Él, siete años; yo, ocho de entrada prohibida. En las cartas está el clima diario, el idioma diario. Al idioma político lo dejábamos para los actos de denuncia.” 

Fragmento tomado de Bayer, Osvaldo (2007, 28 de enero) Las cartas del exilio. Página 12/ Radar.  El resaltado en negrita es de la Dirección Provincial de Educación Primaria. 

Como anuncia Bayer, las cartas describen su vida cotidiana, sus preocupaciones y sus sentimientos mientras estuvieron en el exilio. Para avanzar en la comprensión, se propone la lectura del artículo completo: Bayer, Osvaldo (2007, 28 de enero) Las cartas del exilio. Página 12/ Radar, consultado en marzo de 2024.

Una posible organización de la situación de lectura puede ser la siguiente: la maestra o el maestro presenta el artículo y a Osvaldo Bayer –su autor–, lee el copete de la nota y el fragmento inicial transcripto más arriba a modo de introducción. Esas primeras líneas sintetizan, a la vez que anticipan, los tópicos recurrentes que las cartas transmiten acerca de la experiencia del exilio: el clima de desolación y angustia; la espera y la búsqueda de noticias de la Argentina; la injusticia del exilio; las preocupaciones cotidianas (el lugar donde vivir, la documentación necesaria para residir y trabajar legalmente, la subsistencia, las comunicaciones con familiares y amistades). 

Como parte de esta introducción se podrá reparar en las fotografías que la nota incluye así como enfatizar la relevancia de las cartas como medio de comunicación en la época y en el contexto del cerco informativo impuesto por la dictadura: ¿cómo saber qué pasaba en la Argentina?, ¿a qué medios recurrir para tener noticias confiables? Las cartas de familiares y amigos eran portadores privilegiados de esa información. A continuación, se propone a las chicas y a los chicos leer para conocer lo que Soriano y Bayer cuentan en sus cartas. 

A partir de ese marco introductorio y en función de los conocimientos que las y los estudiantes fueron construyendo sobre el tema, se puede plantear una lectura de las cartas por grupos pequeños. También, sería adecuado seleccionar algunas partes del artículo –que incluye fragmentos de cinco cartas desde Bruselas y dos cartas desde París– para que lean en sus casas. 

Si se organiza la actividad en pequeños grupos, la o el docente decidirá si todas las alumnas y todos los alumnos leen el artículo completo o, por ejemplo, la mitad lee las cartas escritas por Soriano desde Bruselas y la otra mitad las escritas desde París. En cualquiera de los casos, en una instancia colectiva posterior, se propone intercambiar acerca de lo leído para adentrarse primero en la experiencia narrada en las cartas y avanzar, luego, en la caracterización del exilio a partir de los testimonios de estos protagonistas. 

Se transcribe a continuación, una selección de frases de la primera carta y ejes para su análisis, a modo de ejemplo del trabajo que se propone con las cartas como fuentes de información sobre el exilio. Esto se piensa como insumo para el análisis compartido guiado por la o el docente y no como producto acabado para ofrecer a las alumnas y a los alumnos.

FRAGMENTOS DE LA CARTAS DE SORIANOEJES DE ANÁLISIS
22 de marzo de 1977, desde Bruselas: “Miro tu carta del 23 de diciembre y me parece penoso haber dejado pasar tres meses sin contestarte (…) Me alegro de que tus cosas vayan bien en lo que a trabajo se refiere. Yo, por mi parte, todavía estoy en pelotas y lo que me viene salvando hasta ahora son los pagos de anticipo por el libro; la editorial Fayard me tiró cinco mil y con eso voy tirando; ahora estoy a punto de firmar con la editorial alemana Suhrkamp que, miserables, anticipan apenas mil marcos. De todas maneras me será útil que el libro aparezca y no estoy en condiciones de negarme” Después me describe cómo es su primera casa del exilio: “Me vine a vivir a una antigua casa burguesa del siglo pasado, llena de vitrales increíbles, en la que no pagamos nada, porque es de la iglesia y con un buen verso nos la dieron por lo menos para un año y medio si fuera necesario”. (Soriano muestra ya su optimismo en la espera de que el exilio iba a ser corto): “Yo tengo la planta baja, que son dos piezas, una para el apoliyo y otra para escritorio, que las puse muy habitables: enfrente hay un parque con lago y la vista no es mala. Uno se olvida de vez en cuando que es Bruselas”. “En verdad no sé cómo voy a sobrevivir dentro de tres meses, pero supongo que dios proveerá como lo viene haciendo hasta ahora. La segunda novela (No habrá más penas ni olvido) me la rechazaron en España con un procedimiento muy jodido, evidentemente con quilombos políticos, porque les había gustado y ya estaba aceptada y a último momento se echaron atrás”.

“Te dejo por ahora, haceme saber de vos y los tuyos, cómo anda el trabajo y cómo sobrellevás el trago amargo. Yo empecé a escribir una novela (…)”

“Para peor no me dan papeles de residencia en Bélgica, con lo cual estoy siempre de eterno turista. Los belgas son más duros (…) Si en Alemania se hablara francés sería bárbaro. Pero los alemanes hablan esa cosa terrible. ¿Cómo es posible aprender a chamuyar en esa lengua?”

La preocupación por la subsistencia. Las dificultades de los primeros tiempos. 

Relevancia de no pagar por el lugar donde vivir. 

Esperanza de un exilio breve.

Disconformidad con Bruselas.

Nueva referencia a la preocupación por la subsistencia.

Persistencia de problemas políticos. 

Nueva referencia a la preocupación por el trabajo. 

Sentimientos en el exilio.

Problemas de residencia. 

Dificultades relativas al idioma

A continuación, se presentan los tópicos desarrollados en el conjunto de las cartas. La selección de fragmentos de diferentes cartas sobre un mismo tema, además de mostrar la perspectiva de los protagonistas, da cuenta de la recurrencia de los problemas, las preocupaciones y los sentimientos de su vida en el exilio.

Las dificultades de la subsistencia:

Carta de Soriano a Bayer desde París, 20 de agosto de 1979:

Para ganarme unos mangos escribo articulitos para un anuario que hacen en España. Necrológicas, es decir, que me gano la vida con la muerte de los otros. Negra tarea. Recorro los diarios para ver qué figurón se murió cosa de hacerme unas pesetas.”

La ansiedad por recibir noticias de la Argentina, la preocupación por lo que allí sucedía: 

Carta de Soriano a Bayer. Bruselas, 1977.

“Estuve todos estos días sin noticias de Argentina, así que decime si tenés algo nuevo porque Le Monde ha entrado en un silencio un poco largo, salvo que el silencio de los cementerios se haya conseguido ya

Carta de Soriano a Bayer desde Bruselas, no especifica fecha. 

Ni noticias de Argentina. Mi sueño es comprarme una Grundig Satélite, una radio que es una barbaridad y (…) dicen que con una muy buena antena se puede agarrar Argentina a ciertas horas del día”. (El sueño y la necesidad de acercarse a la propia tierra.) Y continúa: “Cuando tenga guita... Perdón, estoy delirando”.

Los problemas de documentación:

Carta de Soriano a Bayer desde París, 20 de agosto de 1979:

“Tengo que resolver mi problema de papeles pues estoy como turista (…).”

La importancia de dejar testimonio de lo vivido “para el futuro”*:

Carta de Soriano a Bayer. Bruselas, 16 de junio de 1977.

“No dejes de escribir por nada del mundo, acordate que es todo lo que podemos hacer en este momento, dejar papeles entintados sobre ciertas cosas que sentimos o vemos. Yo no creo que un escritor sea muy importante en estos tiempos, pero tampoco hay que restarle el valor que puede tener cualquier testimonio para el futuro”.

La posibilidad de mejorar, la importancia de los gatos como acompañantes y las amistades en el exilio:

Carta de Soriano a Bayer desde París, no especifica fecha:

“No te hagas mala sangre, mi situación no es mala de ninguna manera en estos momentos: no tengo deudas y hasta traje un gato que morfa como un león. (…) Me gustaría mucho verte. Lástima que estamos más lejos ahora. Pero alguna vez cuando tengas una semanita desocupada te iré a visitar”.

El dolor del exilio:

Carta de Soriano a Bayer desde París, 6 de diciembre de 1978:

“Se nos vienen las ‘fiestas’, pásenlas lo mejor posible y ojalá que el nuevo año nos traiga las mejores noticias aún cuando sea más fácil pedir que llueva en Santiago del Estero”.

La esperanza del regreso, el dolor por los que no están: 

Bayer narra las expectativas crecientes, la alegría y el dolor de volver: 

“Entramos a la década del ochenta. Las cartas se amontonan. (…) Y las esperanzas del regreso también. Hasta ese octubre del ‘83. La alegría. De regreso. Nos encontramos con el Gordo en los 36 Billares**. El abrazo fue en silencio, casi ritual. Lo habíamos logrado. Pero había lágrimas. Los queridos Haroldo, el Paco, Rodolfo*** ya no iban a estar. Íbamos a encontrar una ciudad sola.” 

*Sobre la importancia de “dejar papeles entintados” a la que Soriano refiere en esta carta, Bayer menciona además la participación del “gordo” en “Sin censura”, un periódico realizado en París para romper el cerco informativo impuesto por la dictadura y denunciar sus crímenes. Esta temática será enfocada en el apartado siguiente. 

**Se refiere al bar 36 billares de la Ciudad de Buenos Aires, Av. de Mayo 1271.

*** Se refiere a Haroldo Conti, Paco Urondo y Rodolfo Walsh, desaparecidos en dictadura.

Mientras se analizan las cartas, la maestra o el maestro puede leer fragmentos de las entrevistas del documental “No habrá más penas ni olvido” del ciclo Biografías (Canal a). Otra opción, es ver las partes del documental relativas a la experiencia del exilio narradas por amigos de Soriano, entre ellos, Osvaldo Bayer. El documental incluye una conversación entre ambos en un bar sobre las dificultades vinculadas a la reinserción de las exiliadas y los exiliados de regreso al país (minuto 34). 

Este material audiovisual se puede encontrar en Youtube. Algunas palabras clave para ubicarlo son: no habrá más penas ni olvido + soriano + biografías + canal a. Además, el Anexo I contiene fragmentos transcritos de la entrevista. En él, se resaltan en negrita las ideas y expresiones referidas al exilio; y se señalan entre paréntesis los minutos en que fueron dichas en el video para facilitar su localización. 

1.3. Perspectivas sobre el exilio: las experiencias de niñas, niños y personas adultas

Como cierre de esta parte del trabajo, se propone reflexionar junto con las y los estudiantes sobre los aspectos comunes y las diferencias entre las implicancias del exilio para el niño protagonista de El Negro de París y para las personas adultas en el exilio (Soriano, Bayer, madre y padre del niño del cuento).

2. Las acciones de las exiliadas y los exiliados para denunciar los crímenes de la dictadura (1976-1983)

“Sin censura”: argentinas y argentinos exiliados en París denuncian las violaciones de los derechos humanos ocurridas en la dictadura

En “Las cartas del exilio”, Bayer hace referencia al papel de los exiliados en la denuncia de los crímenes de la dictadura y su impacto en la opinión pública internacional. Osvaldo Soriano participó de estas acciones que permitieron romper el cerco informativo impuesto por la dictadura. 

La o el docente puede introducir el tema releyendo este fragmento de la nota de Página 12/ Radar.

“Ya en París, a Soriano le irá mejor (…) Sus cartas tendrán un viso de optimismo. Es por los planes de ‘Sin censura’, la revista del exilio argentino que aparecía en París*. Él fue un colaborador asiduo. Yo envié notas desde Alemania y siempre recuerdo esa publicación como un orgullo de los exiliados que no se rindieron sino que pusieron su grano de arena en el esclarecimiento de los crímenes de la brutal dictadura militar. El 20 de agosto del ‘79 me escribe dándome un anuncio: “Me estuve acordando de vos un rato largo mientras acariciaba al gato (son las 3 de la matina): dejamos el número cero de ‘Sin censura’ para septiembre... queremos hacer algo digno”. Y así fue.

*El documental “S.C. Recortes de prensa” (2014) rescata la historia de esta publicación editada en Francia por un grupo de personas exiliadas de la Argentina. Fue realizado por Oriana Castro y Nicolás Martínez Zemborain, hijo de uno de los exiliados responsables de la publicación, Oscar El Chino Zemborain. En el grupo de editores de “Sin censura” estaban también Julio Cortázar, Carlos Gabetta, Hipólito Solari Yrigoyen, Gino Lofredo, y Osvaldo Soriano. Matilde Herrera era la coordinadora de redacción. 

También se puede consultar la siguiente nota: Cerezo Matías y Moris Valeria (2020, 7 de junio). Sin censura, un proyecto político en el exilio. Haroldo, la revista del Conti.

Tomado de Bayer, Osvaldo (2007, 28 de enero) Las cartas del exilio. Página 12/ Radar.  El resaltado en negrita es de la Dirección Provincial de Educación Primaria. 

A partir del proyecto de publicación de “Sin censura”, las cartas de Soriano –dice Bayer– empiezan a tener un viso de optimismo. Bayer habla también del orgullo con que recuerda esa publicación de los exiliados “que no se rindieron sino que pusieron su grano de arena en el esclarecimiento de los crímenes de la brutal dictadura militar.” Como se verá en el punto siguiente, el aporte de estas acciones de argentinas y argentinos en el exilio impactó en la opinión pública internacional y contribuyó al desprestigio de la dictadura.

Además de analizar estos aspectos con el grupo, se puede ampliar la información sobre esta publicación. La nota “Para romper el cerco informativo” publicada por la Agencia de noticias Ciencias de la Comunicación (ANCCOM-UBA) aporta datos relevantes sobre el estreno de un documental titulado “Sin censura”, realizado en el Centro Cultural Haroldo Conti.

A continuación se presentan algunas de las ideas e informaciones de la nota que se pueden comentar con las y los estudiantes.

Para romper el cerco informativo

El número 0 de “Sin censura” apareció en noviembre de 1979. En total se publicaron en París seis números.

Propósitos de la publicación

El periódico “se proponía denunciar internacionalmente los crímenes que se estaban cometiendo en las dictaduras de América Latina y romper el bloqueo informativo.”

Sin censura. “El nombre que se le ocurrió a Cortázar iba contra un principio periodístico: nunca un título debía ser negativo. Pero en una región dominada por la censura y la autocensura, en un contexto latinoamericano de manipulación informativa y de libertad de expresión cercenada, Sin Censura obedecía al objetivo y a la razón de ser del diario.” 

“Sin Censura transfiguró así el exilio en un valor de combate.” Sus integrantes adscribían a ideologías diversas “pero todos compartían el compromiso y la pasión por una forma de hacer periodismo, un periodismo a favor de la verdad y combativo contra la dictadura, contra la represión, contra la muerte.” 

El grupo fundador de Sin Censura coincidió en el contexto de exilio. “Con el aporte de mil quinientos dólares de cada uno para financiar las publicaciones y su distribución –lo que implicaba un gran esfuerzo para quienes se encontraban entre la imposibilidad de conseguir trabajo y la sobrevivencia- los seis conformaron el Consejo Directivo del periódico, que contó con la colaboración y las voluntades de Eduardo Galeano, Gabriel García Márquez y Hortensia Bussi de Allende, viuda del ex presidente chileno, entre otros*.”

[...]

¿Cómo se editaba el periódico? ¿Cómo circulaba en el contexto de censura?

“El trabajo era artesanal: se reunían en una casa con sus hojas de papel escritas y tipeaban los textos en la máquina con el formato de diario, pegaban tira por tira hasta completar una película, que se imprimía y finalmente se enviaba el diario por correo postal desde Francia a Washington, punto desde el cual se repartían alrededor de tres mil ejemplares a la Argentina, mil a Chile, mil a Uruguay y quinientos a Paraguay.” 

“Como las denuncias de violaciones a los derechos humanos que llegaban del exterior eran inmediatamente traducidas por el gobierno militar como parte de una campaña antiargentina que [...] buscaba desprestigiar al país, la distribución de Sin Censura tenía que ser estratégica. Si la correspondencia venía directamente de Francia, España o México, iba a ser sospechosa: la mayoría de los exiliados latinoamericanos se refugiaban en esos países. ¿Pero quién desconfiaría de Estados Unidos? Así ingresaba el diario de manera clandestina a los países de la región latinoamericana para informar sobre lo que no se decía en la prensa argentina.”

*Por ejemplo, Osvaldo Bayer.

Fragmentos tomados de Abeyá, Laura (2016, 9 de marzo) Para romper el cerco informativo. ANCCOM

Para finalizar, se pueden mostrar las imágenes del periódico publicadas en la nota de ANCCOM correspondiente al número 1 de “Sin censura”, publicado en febrero de 1980.

También se puede analizar con las y los estudiantes el pedido de suscripción al periódico.

SIN CENSURA.

Periódico de información internacional para América Latina. 

¿Por qué debe usted suscribirse a SIN CENSURA?

Porque este periódico hace un esfuerzo excepcional de difusión en aquellos países latinoamericanos donde la censura de prensa constituye una de las herramientas principales de la dictadura. Porque cada suscripción supone un nuevo lector en esos países.

Será interesante analizar los argumentos del pedido de suscripción: “la censura constituye una de las herramientas principales de la dictadura”, afirman, y “este periódico hace un esfuerzo excepcional de difusión…”. También se podrá reparar con las y los estudiantes en la diversidad de monedas en que aceptan el pago del bono (libras esterlinas, francos, marcos, pesetas, pesos mexicanos) así como en las direcciones postales para enviarlo que dan cuenta de un modo de circulación del periódico que buscaba burlar los controles de la dictadura. 

Visiones de la dictadura en el exterior: el papel de las exiliadas y los exiliados

Para sistematizar las ideas que se vienen trabajando y conocer algunos de los grupos que se conformaron con las personas exiliadas, en los principales países de destino, la o el docente puede comentar al grupo algunas ideas de los apartados “¿Cómo fue vista la dictadura en el exterior? ¿Cuál fue el papel de los exiliados?” (pp. 114-116) del siguiente material: Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina (Ministerio de Educación de la Nación, 2014).

En este material se plantean las razones del apoyo de las principales potencias occidentales a la dictadura, la progresiva deslegitimación en la opinión pública internacional a medida que se conocían los crímenes cometidos por los militares y el papel de las personas exiliadas en su denuncia.

En su desarrollo mencionan los principales países de destino de las personas exiliadas y los diferentes grupos, comisiones y comités que conformaron para organizar acciones de solidaridad con el pueblo argentino y de denuncia sobre el terrorismo de estado. Dan cuenta de las manifestaciones y las acciones de boicot ante eventos de carácter internacional en la Argentina como el Mundial ‘78, congresos científicos internacionales, etc. El sentido de esta información específica es que las alumnas y los alumnos adviertan que no se trató de acciones puntuales o aisladas sino extendidas y sistemáticas de distintos grupos de personas exiliadas organizadas.

Ideas para un cierre

Como cierre se propone un trabajo centrado en la lectura de poemas sobre el exilio y en la reflexión compartida acerca de esta experiencia. 

Los poemas seleccionados fueron escritos por Juan Gelman durante su exilio en Roma y publicados junto a una serie de ensayos de Osvaldo Bayer en el libro Exilio (Ver Anexo II). Con la belleza y la fuerza de la poesía, transmiten el desgarramiento que implica el exilio, el dolor del destierro, de estar obligado a vivir fuera de la patria. Estos poemas pueden promover un nuevo acercamiento a la perspectiva de las personas exiliadas sobre su experiencia. 

Finalmente, en el marco del intercambio promovido a partir de la lectura de los poemas, se propone instalar la reflexión compartida acerca del exilio y su relación con la conmemoración del 24 de marzo. ¿Qué dicen los testimonios de las exiliadas y los exiliados acerca de la relevancia de conservar memoria de lo acontecido durante la última dictadura en la Argentina? 

Una instancia de escritura individual o por parejas puede constituir un nuevo espacio para la reflexión acerca de lo aprendido y discutido colectivamente, para seguir pensando y construyendo memoria. 

Referencias bibliográficas

Aisenberg, B. (2010) Enseñar Historia en la lectura compartida. Relaciones entre consignas, contenidos y aprendizaje. En: Siede (coord.) (2010): Ciencias Sociales en la escuela. Criterios y propuestas para la enseñanza. Buenos Aires, Aique.

Bayer, O. (2007, 28 de enero) Las cartas del exilio. Página 12/ Radar. 

Bayer, O. y Gelman, J.  (1984) Exilio. Buenos Aires, Editorial Legasa. Citado en Ministerio de Educación de la Nación (2014) Pensar la dictadura: terrorismo de estado en la Argentina. (pp. 128-129)

Lerner, D. (2001) Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible, lo necesario. México, Fondo Económico de Cultura.

Ministerio de Educación de la Nación (2014). Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina. Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza. Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación. Equipo de producción de este volumen: María Celeste Adamoli, Matías Farías, Cecilia Flachsland, Federico Lorenz, Pablo Luzuriaga, Violeta Rosemberg y Eduardo Vannucchi. (pp. 114-116)

Soriano, O. (2005) El Negro de París. Buenos Aires, Seix Barral.

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