Cuento del pantalón. Orientaciones docentes

Propuesta para trabajar situaciones de lectura y escritura en torno al cuento y otras obras literarias de la autora.

Creado: 24 septiembre, 2024 | Actualizado: 9 de octubre, 2024

En esta oportunidad, se propone articular situaciones de lectura y escritura en torno a dos cuentos de Laura Devetach (“Cuento del pantalón” y “Monigote de carbón”) que las y los estudiantes tendrán disponibles en un único ejemplar. Las orientaciones docentes, en cambio, se organizan en dos entregas sucesivas cada una de las cuales estará centrada en una de estas obras. Al mismo tiempo que se trabaja con el cuento, pero después de haber iniciado la secuencia, se sugiere también comenzar a leer poemas de esta autora argentina –algunos de los cuales forman parte de la publicación Diez mil papelitos–.

*Estos dos cuentos de Laura Devetach se encuentran disponibles en la sección Recursos. 

Asimismo, tanto en la biblioteca como en el aula, será oportuno seleccionar otros cuentos y poemas para compartir su lectura con las y los estudiantes, con el fin de que acrecienten su recorrido por la obra literaria de Devetach –y participen así de la práctica de seguir la obra de una autora o un autor–.

La siguiente es una posible organización temporal de las propuestas que se presentan en estas orientaciones:

LECTURA

  • Lectura a través del docente de Cuento del pantalón.
  • Intercambio entre lectores: 

○  Un primer intercambio: sobre el sentido global de la historia (y el impacto que produce en los lectores).

  Sobre los personajes de esta historia (y de otras de Devetach).

 

Lectura de los niños por sí mismos:

  • Los personajes.

 

ESCRITURA

Escribir pensando en el sistema de escritura:

  • Los invitados. 
  • Calzoncillos coloridos. 

Intercambio entre lectores: 

  • Objetos cotidianos que toman un papel protagónico.

 

Lectura de los niños por sí mismos:

  • Los objetos cotidianos de este cuento. 

Escritura de los niños por sí mismos: 

  • ¿Qué sembraba y plantaba Sidonia? 
  • Las tareas de Sidonia y Peteco en su casa.

Lectura de los niños por sí mismos: 

  • Agenda de títulos de Laura Devetach. 
  • ¿Quiénes siguieron a Peteco para leer el diario y de qué trataban de enterarse?

Escribir pensando en el sistema de escritura

  • Peteco en las calles.

 

MIENTRAS TANTO…

Actividad habitual de lectura de cuentos y poemas de Laura Devetach.

 

Intercambio entre lectores: 

  • Lo poético en el lenguaje de los cuentos.

 

Lectura de los niños por sí mismos: 

  • Agenda de títulos de Laura Devetach. 
  • Poemas de “Diez mil papelitos”.

PRODUCIR TEXTOS

Escritura a través del docente: 

  • Reescribir el episodio en el que Peteco camina por las calles del pueblo (reescritura de una parte y ampliación del episodio).

Escritura de los niños por sí mismos:

  • Reescribir otra parte del episodio en el que Peteco camina por las calles del pueblo.

 

Lectura a través del docente y espacio de intercambio 

En primer lugar, la o el docente puede comentar a las chicas y los chicos que se trata de un cuento de una autora argentina que quizás conozcan por haber leído alguna de sus obras en el jardín o con alguien de su familia. Sugerimos mencionar algunos títulos de los libros de Laura Devetach y comentar alguna de sus conocidas historias, así como dar lugar a los aportes de las niñas y los niños. Por ejemplo:

  • Laura Devetach escribió muchos cuentos y poemas. Uno que siempre me causa mucha gracia es “El garbanzo peligroso”, ya su título me hace reír, que algo tan chiquito e insignificante pueda ser peligroso... Pero anda por todos lados y no lo pueden parar… hasta que se encuentra con la tía Sidonia…
  • Otro cuento de esta autora es El ratón que quería comerse la luna. Trata de un ratón que piensa que la luna está hecha de queso e intenta de muchas maneras llegar a ella y comerla ¿Lo conocen? 
  • Un libro de ella que me gusta mucho es La hormiga que canta. Sus poemas son muy bonitos y, además, por cómo están escritos en las hojas del cuento pareciera que son las mismas hormigas quienes están escribiendo o que juegan con las palabras. ¿Lo conocen del jardín? (y muestra alguna o algunas páginas del libro).
  • También tiene muchos otros poemas, seguro conocen alguno de su libro “Ayer pasé por tu casa. Coplas de amor y risa” o de “Diez mil papelitos” (y lee alguna copla de esos libros).
  • ¿Conocen otros cuentos o poemas de Laura Devetach?, ¿cuáles? 

Los anteriores son solo ejemplos de intervenciones que se ajustarán a los recorridos lectores de las y los docentes, y a los libros con los que se cuente. En todos los casos, la o el docente de biblioteca podrá hacer una exploración y selección de algunas obras de la autora para compartir al presentar la propuesta, así como en una actividad habitual de lectura que se desarrolle –por ejemplo– una vez por semana.

Después de esta introducción se presenta Cuento del pantalón y se comparte alguna pregunta o comentario que convoque a la lectura. Por ejemplo:

  • Esta es una historia que me gustó mucho porque en un momento sucede algo que nunca hubiese imaginado y me parece que a los personajes les pasó algo parecido.
  • Esta es la historia de Sidonia y Peteco que estaban enamorados, pero tenían gustos muy distintos y algunos problemas. Es divertida porque en un momento Peteco tiene un problema con su pantalón, y lo resuelve de una manera inesperada…

Después de la lectura completa del cuento, la o el docente abre un primer intercambio acerca del sentido global de la historia y del efecto que pudo haber generado en las lectoras y los lectores.

  • Cuando leí este título me llamó la atención y pensé, ¿qué pasará para que tenga un título de algo tan común como un pantalón? Después de leerlo me di cuenta de que llamarlo así fue una buena decisión de la autora. ¿Ustedes qué piensan? 
  • Por un momento me dio la sensación de que ese amor, esa alegría y armonía entre Sidonia y Peteco iba a terminar en problemas. ¿A ustedes les pasó lo mismo? ¿Por qué dará esa sensación?

Para profundizar en la interpretación de la historia y focalizar en el relato, se proponen a continuación distintos ejes alrededor de los cuales puede girar el intercambio.

  • Sobre los personajes de esta historia (y de otras de Devetach)

Una característica del “estilo Devetach” es reiterar personajes en diferentes cuentos cuyas historias son muy distintas entre sí. A veces se trata de personajes mencionados al pasar, como el garbanzo peligroso.1 En “Cuento del pantalón” vuelve a aparecer Sidonia –la protagonista de “Un cuento ¡puaj!”, “Así, así, asá” y “Diablos y Mariposas”– y también un grano de maíz amarillo, panzoncito y de nariz blanca que está presente en varios cuentos. 

Detenerse en las características de Sidonia y Peteco permite profundizar en la singularidad de cada personaje y en las formas de vincularse entre sí; tal como es posible advertir no solo en lo dicho explícitamente en el cuento sino también en lo que se puede inferir a partir de lo que dicen, hacen y deciden.

Sidonia, enamoradiza como varias de “las Sidonias”, a diario hacía las rutinas de la casa; Peteco también se ocupaba de esas tareas turnándose con Sidonia. Ella sembraba un tipo especial de garbanzos y maíz, al que Peteco halagaba; él hablaba con los animales y las plantas, y decía que tenían un idioma muy particular para hacerlo. Así como cada uno tenía sus gustos, también tenían sus “berretines” y formas de actuar: a Sidonia le disgustaba coser y a Peteco, ir de compras; Sidonia parece decidida y rápida en resolver los problemas de Peteco, y Peteco, que usaba siempre el mismo pantalón y se vestía con ropa de colores brillantes, parece algo despreocupado y bastante indeciso. 

  • Cuando leímos la primera parte del cuento empezamos a darnos cuenta de cómo son estos dos personajes. ¿Cómo es Sidonia?, ¿y Peteco?  
  • También enseguida me imaginé el lugar donde viven aunque no lo diga el cuento, ¿ustedes?, ¿en qué se fijaron?
  • Cada uno tenía sus gustos, pero también había cosas que no les gustaban para nada. ¿Cuáles son?

Para profundizar en otras características no tan evidentes de los personajes, se puede plantear:

  • Pareciera que no siempre todo es armonía y paz entre Sidonia y Peteco. A veces, ella se impacienta. ¿Qué pistas nos da el cuento acerca de cómo se siente Sidonia?
  • Me llamó la atención que dice (lee): “En calzoncillos color violeta –no le gustaban los calzoncillos aburridos–”. Y después, Peteco compra pantalones de unos colores muy particulares. ¿Qué idea nos da esto sobre cómo es Peteco? 
  • Parece que a Peteco le costaba bastante salir de compras. ¿Qué le pasaba cuando lo hacía? Vamos a releer esa parte (lee): “Entonces, le mostró un montón de pantalones. Uno detrás de otro. Después de probarse tres pilas altísimas –por algo le costaba tanto ir de compras–, Peteco se quedó con un pantalón naranja madura”. ¿Se dieron cuenta de cuál es la razón por la que tanto le costaba ir de compras?
  • Algunos chicos de otro grupo me decían que Peteco parecía un niño por la forma en que se comportaba, y que Sidonia a veces parecía su mamá por lo que hacía y decía cada vez que el pantalón se le rompía. ¿Están de acuerdo con ellos?, ¿por qué? 
  • Objetos cotidianos que toman un papel protagónico

Un pantalón, simple prenda de vestir y de uso cotidiano que es fuente de problema entre Peteco y Sidonia; un garbanzo, semilla pequeña e insignificante que perturba la cocina de Sidonia y, también, es regalo para doña Virtudes; así como las hojas de las plantas para Peteco, pueden hablar de diferente manera según sus formas y tamaños. 

En la obra de Laura Devetach cobran protagonismo objetos “simples” y cercanos; en su escritura, lo literario pone en valor lo elemental, pequeño y, a veces, efímero que forma parte de las experiencias cotidianas de la vida como un diario, las hormigas, una lombriz, un dedal, un monigote o un jarrito.2

  • Me quedé pensando en el pantalón de Peteco ¡pero qué idea se le ocurrió! Algunas chicas y algunos chicos de otro grupo me decían que en realidad esa idea la había dado Sidonia más de una vez. Pero otras y otros opinaban que Sidonia lo decía enojada como si eso fuera un disparate casi como imposible de hacerse. ¿Ustedes qué piensan? 

La o el docente podrá releer: 

“…— ¡Se lo arregla ya, ya, doña Virtudes! ¡Si no, Peteco va a tener que salir envuelto en papel de diario! —decía enojada—. ¡No hay manera de que se compre otro pantalón!”. 

“… le dijo enojada:

—¡Tendrás que ir envuelto en papel de diario! ¡Todo por ese berretín de no comprarte otro pantalón!”.

  • ¿Por qué será que Peteco habrá elegido un diario para hacerse un pantalón? Parece que tiene sus beneficios… 

Se podrá releer la parte que refiere a la velocidad y facilidad para confeccionarlo: 

“Peteco pensó un rato moviendo el bigote y de pronto pegó un salto.

En calzoncillos color violeta –no le gustaban los calzoncillos aburridos–, buscó el diario. Puso las hojas sobre el piso y las marcó con una tiza color ciruela. Después recortó y unió pedazos y, pácate, quedó listo el pantalón.”

  • ¿Cómo fue que un pantalón hecho con algo tan simple como papel de diario pasó a ser el centro de la escena del cuento, casi como protagonista? ¿Cómo se explica que pasara esto?, ¿qué empezó a suceder?
  • ¿Qué le habrá pasado o qué habrá pensado Peteco para decidir de repente sacarse los pantalones de papel de diarios y tirarlos?
  • Lo poético en el lenguaje de los cuentos

Volver a algunos pasajes del texto para reparar en ciertas expresiones permitirá que las niñas y los niños vayan apreciando algunas formas propias del lenguaje literario y poético de este cuento. De este modo, podrán comprender mejor qué le aportan al texto esas formas de decir diferentes y compartir una experiencia estética. 

Una particularidad estilística de este relato –y de varios otros de esta autora– es la presencia de palabras o expresiones del lenguaje cotidiano y algunas regionales, de nuestro país, propias de ámbitos capitalinos o rurales.

  • Voy a releer esta parte del cuento en la que se repiten algunas expresiones:

“Pero el problema estaba en que Peteco tenía un solo pantalón porque tampoco le gustaba salir de compras. Por eso, de tanto y tanto usarlo, se le rompía el cierre cada dos por tres. Y cada dos por tres Sidonia tenía que salir corriendo a casa de doña Virtudes…”

¿Por qué repetirá esa expresión “cada dos por tres”? ¿Qué querrá decirnos? ¿Han escuchado esa forma de decir, “cada dos por tres me dan ganas de…” 

  • En el cuento hay otras palabras o formas de decir un tanto diferentes a las de los cuentos que hemos estado leyendo, ¿se dieron cuenta? 

Se podrán releer algunos fragmentos, por ejemplo: cuando Peteco halaga el grano de maíz de Sidonia con la expresión “¡Qué grano tan pupipu!”, o las reiteradas menciones al “berretín” de Peteco por parte de Sidonia, así como aquellos pasajes donde aparecen expresiones como “pácate”, “compadrear”...

  • ¿Conocen esas palabras? Algunas parecen un poco antiguas… Les releo esas partes para que veamos qué quieren decir… 

Asimismo, el juego con onomatopeyas y palabras inventadas que, al replicar algunos sonidos, llevan a reparar en su musicalidad –y también en el nuevo significado que adquieren al relacionarse con la forma de las hojas–.

  • En muchos de sus cuentos, Laura Devetach pareciera jugar con las palabras. Escuchen bien esta parte que me parece muy bonita y hasta me causa gracia, la releo:

“…Decía que así como las vacas hacen mu, los gatos miau, cada planta tenía su forma de hablar.

Las de hojas largas y finitas, iiaban.

Las de hojas redondas, ooaban.

Las de hojas en forma de corazón, hacían chuic.

Las chiquititas, chiquititas, hacían fru fru, fru fru, secreteando.”

¿Se dieron cuenta de que hay algunas palabras inventadas? ¿Cuáles son? 

  • ¿Notaron que hay sonidos que se repiten? Es como si tuvieran música, como un ritmo que nos hace sonreír.
  • ¿Y por qué será que algunas hojas “iiaban”, otras “ooaban”, otras hacían “chuic”... ¿Con qué tendrá que ver esa forma de hablar de cada hoja?

Otros pasajes sobre los que vale la pena detenerse son aquellos donde se presentan comparaciones –por ejemplo, “su presencia en la calle era como un reparto de juguetes”, “Corazón como medialunas de las ocho de la mañana”– que aluden a relaciones entre los personajes, así como en expresiones que enfatizan aquello que disgusta a los protagonistas: 

  • Les leo: “Sidonia, que antes de encontrarse con una aguja era capaz de hacerles la tarea a todos los chicos del pueblo…” ¿a qué se refiere? Parece un poco exagerado, ¿no? ¿Qué querrá decirnos la autora con esa exageración?

El lenguaje de este cuento toma también formas metafóricas e imágenes sensoriales, especialmente visuales –“silencio color hormiga”; “pantalón color naranja madura”– que expresan los sentimientos de los protagonistas en cierto momento de la historia o realzan características de objetos que se vinculan con rasgos del personaje. A la vez, los objetos que se invocan son cercanos a las experiencias cotidianas, lo que favorece la comprensión de la relación establecida y lleva a los lectores a detenerse en lo pequeño y simple que nos rodea.

  • ¿Por qué será que cuando Sidonia y Peteco caminan hacia la casa de su amigo dice “en silencio color hormiga”? ¿Cómo se imagina ese silencio?
  • Me llama la atención la forma en que se describen los pantalones que Peteco se lleva de la tienda, porque dice que son de un tipo especial de azul y de naranja. ¿Por qué dirá “azul relámpago” y no simplemente azul? ¿Qué nos imaginamos al leer “azul relámpago”?
  • Lo mismo sucede con “un pantalón color naranja madura”, ¿qué diferencia introduce decir “color naranja madura” en lugar de decir solo “color naranja”?

Mientras tanto...

Para que las niñas y los niños profundicen en el conocimiento de la obra de Devetach y avancen en su formación como lectoras y lectores de literatura al ampliar sus recorridos de lectura, se propone una actividad habitual de intercambio en torno a otros cuentos y poemas de la misma autora, que pueden ser escuchados desde la voz de la o del docente del grupo, de la bibliotecaria o el bibliotecario o leídos por los chicos por sí mismos. Por ejemplo:

  • Para conocer otros cuentos en donde aparecen algunos personajes de “Cuento del pantalón” y así profundizar en la intertextualidad al interior de la obra, podrán leerse El garbanzo peligroso, Las 1001 del garbanzo peligroso y Las 1002 del garbanzo peligroso. O también Un cuento ¡puaj!, Así, así, asá y Diablos y Mariposas para detenerse en la presencia de Sidonia en estas historias o poemas, o de Clodomira en poemas tales como Secretos en un dedal y Diez mil papelitos.
  • Para reparar en los objetos pequeños o elementos de la vida cotidiana que cobran protagonismo en sus cuentos o poemas, podrán leerse –por ejemplo– Secretos de un dedal y Todo cabe en un jarrito, así como Todos ruedan.
  • Para advertir el uso por parte de la autora de expresiones populares y la invención de palabras que generan cierta musicalidad en el lenguaje, podrán leerse otros cuentos y poemas tales como Enganchado de la pelea y Los pomporerá

Asimismo, cuando se avance en la secuencia con la lectura de Monigote de carbón, podrá leerse Monigote en la arena para reparar en la singularidad de cada obra, pero también en lo que comparten.

Lectura de los niños por sí mismos

Las propuestas que se presentan a continuación son de dos tipos: en algunos casos, se plantea la lectura de pasajes del cuento –situación que contribuye a la construcción de sentidos de la historia y favorece que las niñas y los niños adquieran mayor autonomía como lectoras y lectores–; en otros casos, se propone leer palabras y enunciados despejados del texto-fuente pero vinculados a éste –a fin de ofrecer diversas oportunidades de reflexionar sobre el sistema de escritura–.

  • ¿Quiénes siguieron a Peteco para leer el diario?, ¿de qué trataban de enterarse?

Para profundizar en las interpretaciones realizadas durante los intercambios entre lectores y responder al propósito de lectura planteado, las chicas y los chicos tendrán que buscar la parte del texto donde Peteco circula por las calles envuelto en papel de diario y leer lo que allí se dice acerca de quienes se acercaron y para qué lo hicieron.

Es decir, se relee una parte de la historia para seguir pensando no solo en la extrañeza de un pantalón hecho de diario sino también en los intereses de quienes se acercan a leer. 

La consigna de lectura puede ser la siguiente:

  • Ya sabemos que Peteco llama mucho la atención de quienes lo ven pasar porque tiene un pantalón hecho de diario, pero ¿quiénes son los que se acercan?, ¿qué le interesa leer a cada uno? 
  • Busquen en el cuento la parte en que Peteco sale a caminar por las calles del pueblo con su pantalón de diario y fíjense quiénes se le acercan. 

La o el docente organizará a las niñas y los niños por parejas y alentará a sus integrantes a colaborar entre sí tanto para localizar el fragmento como para leerlo –incluso puede resultar productivo que lean un único texto para ambas o ambos. Luego, se acercará a las parejas para ayudar a las niñas y los niños a localizar rápidamente el fragmento buscado: puede recordarles que ese suceso se encuentra hacia la mitad del cuento, sugerirles que se fijen en las imágenes o circunscribir directamente la parte que se va a leer.

Una vez localizado el fragmento, se podrán realizar intervenciones como las siguientes:

  • ¿Se acuerdan quiénes fueron los primeros que empezaron a seguir a Peteco?
  • Yo empiezo a leer y ustedes siguen (lee) “Mientras caminaban por las calles del pueblo, unos…”. Sigan ustedes, ¿qué dice después?
  • ¿Dónde dice ‘chicos’? ¿y Peteco? Pueden fijarse en las tarjetas de los nombres de los personajes (ver anexo “¿Quién es quién?”). Ahora lean todo junto lo que dice, les vuelvo a leer la primera parte: “Mientras caminaban por las calles del pueblo, unos…”. 
  • ¿Y qué era lo que querían mirar, lo recuerdan? 
  • ¿Desde dónde hasta dónde dice “mirar las fotos”? 
  • Y luego dice que también miraron los chistes, fíjense si dice “chistes del diario” o “chistes del pantalón”. 
  • Pueden fijarse en el título del cuento, les va a ayudar para saber si dice “diario” o “pantalón”.
  • Ahora que ya sabemos que dice “chistes del pantalón”, vayan leyendo y señalen con el dedo cómo dice “mirar las fotos y los chistes del pantalón”.

Seguramente, algunas parejas de estudiantes podrán ir leyendo o intentando leer a partir de unas pocas intervenciones colectivas –como las que se acaban de proponer–. Otras, en cambio, necesitarán que la o el docente sostenga la lectura compartida de algún pasaje y les ofrezca información para ubicar indicios en el texto que permitan reconocer quiénes son los vecinos que se acercan y qué intentan ver o leer en el diario. En todos los casos será importante que las primeras intervenciones alienten a recuperar el contenido del texto para que las chicas y los chicos puedan hacer anticipaciones ajustadas y buscar indicios para corroborarlas.

Para aquellas y aquellos estudiantes que requieran de ayudas más focalizadas, la o el docente podrá también realizar intervenciones orientadas a anticipar algunas palabras o expresiones incluidas en el enunciado y pedir que las localicen para que luego puedan releer ese fragmento, o leer la primera parte y alentar a que continúen, u ofrecer distintas alternativas de lo que puede decir el texto, por ejemplo, ¿dice “chistes del diario” o “chistes del pantalón”?3

Al realizar la puesta en común, se podrá completar el cuadro “Peteco en las calles” (Ver anexo). Conviene llenar colectivamente la primera fila, ya que esto permitirá que la o el docente les enseñe a completarlo al verbalizar las decisiones que toma respecto a qué registrar y cómo hacerlo.

¿Quién se acercó a Peteco?¿Qué quería ver o leer en el diario? 
Los chicosMirar las fotos y los chistes
Sidonia

Luego, se podrá proponer la lectura de los otros fragmentos en que distintos personajes se acercan a Peteco con el mismo sentido: recuperar quiénes son y qué parte del diario tienen interés en leer, para luego compartir colectivamente posibles motivos de esos intereses. Por ejemplo, la escena donde Sidonia busca leer la parte sobre los pulgones de las plantas o el portero de la municipalidad quería enterarse sobre el paro… Para eso, la o el docente irá rotando por las diferentes mesas o parejas de estudiantes y ofrecerá distintas ayudas para no dejarlos solos frente al desafío de leer.

Esta propuesta de lectura puede distribuirse en diferentes momentos: un día se propone leer algún o algunos fragmentos (por ejemplo, el de los chicos y el de Sidonia) y hacer el registro de cada uno en el cuadro; y al otro día o el siguiente, el de los otros fragmentos (el panadero, la señora de las compras…). Si la diversidad de posibilidades de las y los estudiantes como lectoras y lectores fuera muy notable, se puede proponer a quienes ya hayan logrado cierta autonomía, que lean una cantidad mayor de pasajes del cuento –lo cual no impide que todo el grupo esté leyendo el mismo episodio del cuento o partes del él y con el mismo propósito–. 

Finalmente, se puede hacer un comentario colectivo para poner en común lo que todas y todos fueron registrando (una vez finalizado el cuadro) y plantear: 

  • ¿Por qué cada uno buscaba una parte diferente para leer del diario?
  • En esta parte dice (lee) “Y así, unos por los policiales, otros por el último chisme político, otros por el horóscopo” ¿Quién se habrá acercado a leer los policiales?, ¿y los chismes políticos?
  • Si un jugador de fútbol fuese el que se acercara, ¿qué les parece que hubiese querido leer?

Esta puesta en común no solo tiene el propósito de construir ciertas relaciones entre los diferentes personajes y sus diversos intereses, sino que apunta también a compartir algunas ideas que se actualizarán ante la propuesta de escritura (ver apartado: “PRODUCIR TEXTOS. Reescribir el episodio en el que Peteco camina por las calles del pueblo con su pantalón hecho de diario y lo siguen diversos vecinos”, en este mismo material).

  • Otras propuestas de lectura
  • Leer los nombres de los personajes y otros nombres para armar el banco de datos.

Consiste en la lectura de “carteles” con los nombres de los personajes para pegar en tarjetas personales que quedarán disponibles en un sobre, cajita o folio para su consulta en otras situaciones de lectura y de escritura. Esta propuesta plantea el problema de descubrir cuál es cuál en un conjunto de palabras, algunas son muy diferentes entre sí y otras presentan más semejanzas, por ejemplo: en cuál dice “Sidonia” y en cuál “Peteco”; o en cuál dice “portero” y en cuál “panadero”. (Ver anexo: ¿Quién es quién?).

  • Agenda de títulos de Laura Devetach 

Se propone leer una lista de títulos de obras de la misma autora, a modo de agenda para prever próximas lecturas y luego marcar las que ya se han leído (Ver anexo: Agenda de lectura). La o el docente podrá registrar los cuentos y poemas que se leerán en el aula o con la o el docente bibliotecario. Como las chicas y los chicos ya conocen los títulos, la consigna puede ser encontrar cuál es cuál e ir señalando aquellos que se van leyendo, o bien registrar cuáles serán los próximos a leer según la agenda semanal ya prevista para el desarrollo de la actividad habitual (Véase “Mientras tanto” en este mismo material). Asimismo, las chicas y los chicos podrán tener esta agenda en sus cuadernos. En algunas oportunidades se podrá proponer volver a leer algunos títulos de la agenda con diferentes propósitos: recuperar los títulos de los cuentos o poemas que ya han leído de la autora, recordar cuáles de los cuentos tienen al garbanzo como protagonista, precisar el título del poema de Clodomira, entre otros. 

  • Leer el índice de Diez mil papelitos  

Se trata de una situación semejante a la anterior con el propósito de elegir cuál poema leer y agregarlo a la agenda de lectura. La diferencia reside en que en esta ocasión las chicas y los chicos no conocen la totalidad de los títulos que allí se presentan. Será necesario que la o el docente realice intervenciones que repongan el contenido del texto y que quede a cargo de las niñas y los niños encontrar indicios que les permitan localizar en cuál dice y dónde dice cada parte del título que se está leyendo. Algunas intervenciones podrían ser: 

  • Uno de estos títulos es “Los viejitos”, fíjense cuál es.  
  • En uno de estos dos títulos dice “Los pomporerá” y en otro “Los viejitos” (mostrando ambos títulos, pero sin decir cuál es cuál), ¿en cuál dice “Los viejitos”?
  • ¿Dónde dice “viejitos”? “Viejitos” empieza como viernes (mostrando el cartel del calendario).
  • ¿Y en este otro qué dice? (señalando “Los pomporerá”)

Intervenciones semejantes podrán realizarse con pares de títulos como Margarita tenía una pena y Pozo redondo, y una vez localizado preguntar ¿dónde dice “Margarita”?, ¿de dónde hasta dónde?, ¿dónde dice “pena”? y solicitar lectura con señalamiento de todo el título (Ver anexo: Los poemas de “Diez mil papelitos”).

Para las niñas y los niños que leen con cierto esfuerzo pero logran construir sentido, se podrá proponer la misma situación pero planteando que lean para saber qué títulos contiene ese poemario y si conocen alguno de esos poemas o si quieren elegir otro para que la o el docente lo lea. Es decir, en este caso, la o el docente no les informa qué dice en ese índice. 

Escritura

Producir textos

  • Reescribir el episodio en el que Peteco camina por las calles del pueblo con su pantalón hecho de diario y lo siguen varios vecinos (reescritura y ampliación del episodio).

La situación contempla dos momentos: reescritura a través del docente y escritura de las y los estudiantes por parejas. En el primer momento, se reescribe colectivamente una parte del episodio y se agrega una escena con un nuevo vecino que consulta el diario; en el segundo momento las parejas continúan la escritura. 

Dedicar un tiempo a la producción colaborativa del texto permite a las chicas y los chicos comprender el sentido de la situación y participar en prácticas de escritura. De este modo, van aprendiendo estrategias para resolver el desafío de escribir.  

Intervenciones posibles durante la planificación colectiva del texto:

  • Ayudar a pensar acerca de qué se va a escribir. 
  • Vamos a escribir el episodio en que Peteco camina por las calles del pueblo luciendo su pantalón de diario. Como ya comentamos, esta es la parte más divertida del cuento por la cantidad de vecinos que se acercan y lo que hacen para intentar leer una partecita del diario que les interesa. 
  • Vamos a contar juntos los pasajes en que leen (en el pantalón) los chicos del pueblo y Sidonia, luego podemos agregar algún vecino interesado por otra noticia. Después, ustedes van a continuar escribiendo por parejas. 
  • Releer la parte de la historia que se propone reescribir y recuperar lo conversado acerca del papel protagónico que toma el diario y lo que sucede a partir de ese momento. 
  • Reconocer los aspectos que se señalan en relación con lo que hace cada uno de los personajes para cumplir con sus propósitos. Por eso, en cada caso, habrá que fijarse –o decidir– qué quiere saber cada personaje, dónde está ubicada esa información en los pantalones de Peteco y en qué posición tiene que colocarse el personaje para leerla o mirar las imágenes. A medida que se conversa sobre esto, la o el docente va registrando a la vista de todas y todos. Un plan de texto posible es el que sigue (se ofrece como ejemplo la primera parte):

CHICOS

  • ¿Qué buscaban? 
  • ¿En qué posición se ponen?
  • ¿En qué lugar del pantalón habrán estado las fotos y chistes?

SIDONIA

  • ¿Qué quería saber? 
  • ¿En qué posición se pone? 
  • ¿En qué lugar estaba la información?

La o el docente relee luego el pasaje del cuento que alude a otros temas por los que estaban interesados algunos vecinos, pero en el que no se especifica quién se interesa ni dónde se encontraba esa información (“Y así, unos por los policiales, otros por el último chisme político, otros por el horóscopo seguían a Peteco leyéndole los pantalones”) y propone que piensen quién podría acercarse a leer el horóscopo. 

Después de un breve intercambio, se acuerda en que la interesada puede ser una jovencita y se agrega un nuevo punto al plan de texto, por ejemplo:

UNA JOVENCITA

  • ¿Qué quería leer? (el horóscopo)
  • ¿Dónde estaba esa información? (en la parte de abajo del pantalón, cerca del tobillo).
  • ¿En qué posición se pone para leerla? (se arrodilla y baja la cabeza).
  • Ofrecer un posible inicio:

Peteco estaba tan contento con su pantalón que compadreaba delante de Sidonia. Luego, los dos enfilaron a la casa de su amigo. Mientras caminaban por las calles del pueblo…

Durante la textualización se podría contar con otros espacios de escritura (dos afiches, dos archivos de Word que se proyectan, un afiche y otro espacio del pizarrón) -similar a lo ya mencionado en las Orientaciones de Los tres chanchitos-. De esta manera, en uno se irá desarrollando el texto y el otro quedará disponible para probar diferentes alternativas propuestas -ofrecidas por las y los estudiantes, y por la o el docente-, sobre las que se pueda debatir antes de decidir cuál registrar. 

A lo largo de la textualización se registra lo que se va acordando escribir a partir del texto oral que van componiendo las chicas y los chicos. La o el docente les pide que le “dicten tal como quieren que quede escrito” y, cuando lo considera necesario, sugiere sustituir alguna expresión propia del lenguaje oral cotidiano pensando en expresiones “de los cuentos”. Asimismo, la maestra o el maestro interviene ejerciendo diversas prácticas de escritor: 

  • leer y releer para evaluar cómo va quedando y decidir cómo seguir;
  • recuperar lo acordado al planificar para no olvidarse de contar ninguno de los hechos;
  • escribir algunas alternativas y debatir acerca de cuál les parece que es mejor para que se parezca a un cuento de Laura Devetach (“Algunos proponen ‘una jovencita se tiró al piso para leer el horóscopo en la botamanga’ y otros, ‘una jovencita quiso leer el horóscopo para saber cómo le iba a ir en el amor’, ¿cuál les parece mejor?”);
  • pone punto y seguido al final de cada oración destinada a presentar y decir lo que hace cada personaje y justifica el uso del punto (“Acá terminamos de contar qué hicieron y qué buscan los chicos, por eso pongo punto y seguido y sigo con Sidonia”.)
  • en alguna oportunidad también podrá hacer algunas sugerencias acerca de cómo seguir, qué agregar o cómo mejorar un enunciado.

Al día siguiente o unos días después de que hayan terminado la producción colectiva, la o el docente propone una revisión global del texto. Sugiere entonces a sus alumnas y alumnos que, mientras se va releyendo el texto, se pongan en el punto de vista de una lectora o un lector que no forma parte del grupo (alguien de su familia a quien le propondrán leer la producción, por ejemplo) para pensar si se entiende bien la historia que están contando; propone también que vayan controlando en conjunto si se incluyen todos los puntos previstos al planificar. Se puede analizar también en qué medida la forma en que narraron se parece al estilo Devetach. 

Luego, podrá detenerse en algún otro aspecto a mejorar, por ejemplo, la repetición innecesaria de “pantalón” o de “diario”. Si las chicas y los chicos no advirtieran este problema, se lo podrá comentar y ofrecer algunas posibles soluciones.  

Finalmente, se propone que las chicas y los chicos continúen -en parejas- escribiendo por sí mismos la escena en la que se acercó el panadero. Si la o el docente lo considera necesario, puede decidir, por ejemplo, que las niñas y los niños que terminen más rápidamente esta producción –y la hayan escrito de una manera más o menos legible-, continúen el relato introduciendo a un nuevo vecino que se acercó a leer policiales. 

En relación con el panadero, se puede remitir al cuento donde se especifica qué quería saber el personaje (cómo había sido el gol) y dónde se encontraba esa noticia (en la pierna derecha), pero las niñas y los niños tendrán que agregar en qué posición tuvo que ponerse el panadero para leerla –ya que en el texto no se brinda esta información-. Y la o el docente puede agregar estas informaciones al punteo realizado al planificar. 

Para las y los estudiantes que continúen el relato agregando lo que puede suceder con un nuevo vecino, como no se sabe quién es el que se acercó a leer policiales, habrá que imaginar la situación y registrar lo que se decida. Por ejemplo: 

- ¿Quién se acerca a leer policiales? Un chico desconocido y bajito.

- ¿Dónde está esa información? Cerca de la cintura de Peteco.

- ¿En qué posición se pone para leerla? Se pone en puntas de pie.

Considerando el estado de conocimiento de las y los estudiantes en relación con la escritura, la maestra o el maestro decidirá si se encarga de registrar este punteo o si puede confiarlo a las chicas y los chicos que realicen esta última propuesta de escritura. 

Mientras escriben, al acercarse a las parejas –sobre todo a aquellas que requieran más ayuda-, podrá solicitar que relean lo producido o colaborará en esa lectura, alentará a consultar el plan de texto, señalará algunos contenidos que falten, aportará información para escribir algunas palabras y alentará la consulta de las palabras seguras del aula e, incluso, podrá ofrecerse a escribir una parte que le dicten las o los estudiantes de la pareja para que luego continúen por su cuenta. 

Cuando vayan terminando de escribir, impulsará la relectura de lo producido intentando revisar si se entiende lo que han contado y si les falta algo de lo acordado al presentar a cada personaje. En los casos en que las escrituras sean más difíciles de interpretar -especialmente cuando han pasado unos días- se recomienda transcribir lo que las autoras y los autores han tenido intención de producir. De todas formas, será importante que la revisión se realice apenas se ha terminado la escritura para que recuerden bien qué quisieron escribir.

Realiza también intervenciones orientadas a la revisión de aspectos vinculados al sistema de escritura, destacando palabras importantes para la historia, cuya escritura las chicas y los chicos pueden mejorar si se centran en pensar con cuáles y en qué orden se escriben y si consultan las fuentes de información disponibles en el aula. Por ejemplo:

  • Fíjense cómo escribieron “Peteco” (o “pantalón” o “diario”). Seguramente escribieron varias veces esas palabras, ¿siempre las escribieron igual? Revisen las tarjetas que hicimos con los nombres de los personajes.
  • ¿Cómo escribieron “noticia”? Les escribo NOTICIERO. Fíjense qué parte les sirve para escribir “noticia”.
  • Ustedes acá quisieron escribir “deportes” (DEPOTES) pero les falta esta R, ¿dónde la pondrían?

Escribir pensando en el sistema de escritura

Las situaciones que se proponen en este apartado están destinadas a que las chicas y los chicos avancen en su apropiación del sistema alfabético, es decir, que puedan resolver los problemas de cuántas, cuáles y en qué orden poner las letras de una palabra. Es por esta razón que tiene especial sentido ofrecerlas a quienes aún no escriben alfabéticamente.  

Dado que es imprescindible que avancen en la apropiación del sistema de escritura, se presentan algunas situaciones vinculadas directamente al cuento sobre el cual se está trabajando, pero es necesario complementarlas con otras que pueden no relacionarse con él.

La o el docente decidirá en qué momento desarrollar estas situaciones, alternándolas con las propuestas de lectura y producción de textos (también presentes en esta secuencia) de modo que el orden en que se propongan favorezca la resolución de las siguientes. 

  • Escribir listas de palabras o enunciados breves

Se ha comentado sobre la productividad de escribir listas y rótulos y se han compartido los criterios para seleccionar palabras de otras posibles listas o situaciones de reflexión sobre el sistema de escritura en diversos materiales. Particularmente, se podrá consultar este mismo apartado, “Escribir pensando en el sistema de escritura”, correspondiente a las Orientaciones para docentes en torno al cuento Los tres chanchitos.

Algunas listas que la o el docente podrá proponer a sus estudiantes, son las siguientes:

  • Los animales que asistieron a la boda de Peteco y Sidonia. Hacer una lista de los animales que asistieron a la boda y ampliar a otros posibles. Las chicas y los chicos propondrán algunos nombres y la o el docente podrá agregar otros (anexo “LOS INVITADOS”).
  • Los colores de los calzoncillos de Peteco: Escribir los nombres de los colores de los calzoncillos de Peteco y ampliar la lista con otros posibles (verde, amarillo, turquesa, rojo…) (anexo “CALZONCILLOS COLORIDOS”)
  • Los vecinos que se acercaron a leer el pantalón de Peteco: Hacer una lista de los vecinos que se acercaron y ampliar a otros posibles que podrían leer los policiales, el último chisme político y el horóscopo u otros (anexo “EL PANTALÓN DE PETECO”). Esta escritura podrá ser recuperada cuando se reescriba el episodio en que Peteco camina por las calles del pueblo con su pantalón de diario.  

Otras listas posibles pueden ser ¿Qué sembraba y plantaba Sidonia? y “Las tareas de Sidonia y Peteco en su casa” (lavar los platos, ordeñar la vaca, sembrar granos, entre otras). 

Algunas de estas listas podrán ser escritas por distintos grupos de chicas y chicos según sus conceptualizaciones sobre el sistema de escritura. Considerando este criterio, en algunos casos se podrá proponer la escritura de diminutivos de palabras de las listas ya dadas y, en otros, la escritura con letras móviles –ya sea ofreciendo todas las letras que forman parte de la palabra para que focalicen en el orden en que van o bien entregando algunas letras “de más” para promover mayor reflexión sobre cuáles son las que efectivamente hay que incluir en la palabra que se está escribiendo-.


1 El garbanzo es un clásico de esta autora y es protagonista en obras como El garbanzo peligroso, Las 1001 del garbanzo peligroso y Las 1002 del garbanzo peligroso.

2 Otros cuentos de Devetach que reparan en estos objetos y conforman así “una poética de lo cotidiano” (expresión recuperada de Mila Cañón y Elena Stapich, 2011) son: Lombriz que va, lombriz que viene (1996), “Los difíciles días de la lombriz” en Canción y pico (1998a), Todo cabe en un jarrito (1996), Secretos en un dedal (2003b) y La hormiga que canta (2004).

3 Otras intervenciones se incluyen en el apartado “Los últimos sueños del sapo” en torno al cuento Los sueños del sapo y en “Lectura de las niñas y los niños por sí mismos” de las orientaciones para el docente de Los tres chanchitos y Caperucita Roja. (Material para docentes, DPEP, Área Prácticas del Lenguaje, año 2023 y 2024).

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