A viva voz

Estrategias para orientar la producción de coberturas periodísticas realizadas por chicas, chicos y jóvenes.

Creado: 26 junio, 2024 | Actualizado: 4 de julio, 2024

Introducción

Todos los días se viven distintos eventos y hechos en las escuelas de la provincia de Buenos Aires. Pero hay momentos en los que suceden acontecimientos excepcionales que, por generar impacto en la comunidad, merecen un tratamiento especial de la información para ser compartidos. 

La puesta en marcha de una radio escolar, la visita a la escuela de una personalidad destacada, la realización de una feria distrital y/o de un evento educativo, la participación de estudiantes en un torneo, la salida a un sitio específico, entre otros, son algunos ejemplos de este tipo de hechos significativos. 

Muchas veces, las coberturas periodísticas de estos acontecimientos quedan a cargo de las y los docentes, quienes elaboran informes y reseñas para compartir con el resto de la comunidad educativa y las familias. Ahora bien, ¿qué pasa si estos sucesos son trabajados periodísticamente por estudiantes de la escuela? Estas experiencias constituyen una oportunidad para que las y los estudiantes puedan:

  • tomar la palabra;
  • relacionarse con el entorno a partir de experiencias con medios de comunicación para poder narrar;
  • generar instancias de observación directa;
  • promover momentos de trabajo colaborativo y creativo.

A su vez, las oportunidades que ofrece esta práctica, en articulación con las propuestas de enseñanzas, son:

  • propiciar la formulación de preguntas;
  • favorecer la integración y articulación con distintos lenguajes, géneros y formatos;
  • potenciar el aprendizaje de la lectura y la escritura;
  • alentar la integración de la escuela y la comunidad;
  • construir espacios de comunicación alternativa;
  • fortalecer la pertenencia institucional.

Por otra parte, desde el hacer comunicacional, este tipo de propuestas son una invitación para que las y los estudiantes puedan realizar sus propias coberturas periodísticas y al mismo tiempo: 

  • desarrollen habilidades comunicacionales;
  • compartan sus propias miradas sobre los hechos y acontecimientos que suceden en la escuelas y en la comunidad;
  • sean capaces de crear, producir y compartir contenidos;
  • reconozcan roles al interior del grupo y puedan gestionar, decidir e implementar sus ideas;
  • conozcan y promuevan sus propios derechos comunicacionales, tanto para recibir información como también para poder expresarse y generarla.

Se propone conocer las características de las coberturas periodísticas, sus aspectos principales, usos, pasos, etapas y herramientas. ¿Para qué? Para que, de la mano de esos acontecimientos excepcionales, las y los estudiantes puedan -con la guía y el acompañamiento de sus docentes- tomar la palabra, realizar sus propias coberturas y vincularse  con un proceso creativo, colectivo y comunicacional en el cual puedan compartir las noticias desde sus propias voces y miradas.

¿Qué es una cobertura periodística? Función y aspectos a tener en cuenta

Ante todo, hacer la cobertura de un evento significa tomar la voz y compartir la mirada. Es una práctica que va mucho más allá de tener un micrófono o tomar una cámara para registrar y hacer preguntas. Se trata de desplegar una serie de acciones para buscar, encontrar, interpretar y contar algo que está ocurriendo en el presente. 

¿Por qué? ¿Para qué? La cobertura permite compartir con otras y otros un hecho que, por alguna razón, se considera importante dar a conocer. Puede ser un acto escolar, una feria, una muestra, un torneo, algo que se haya hecho en la escuela o que sea valorado como de interés público.

Para poder explicar qué es una cobertura, es importante reconocer sus características. Hay un rol que es determinante para llevar adelante esta tarea: la de periodista, que será quien investigue y registre qué es lo que está sucediendo. Si hay periodista, entendido como una persona que cuenta y narra noticias en los medios, entonces hay también un medio que le da un marco a esa tarea, le da un objetivo y un espacio de circulación.  

Entonces, para esta actividad la clave reside en la observación como primera herramienta. Dentro de ese escenario, la premisa será distinguir si ese evento es un suceso o un acontecimiento.    

En el primer caso, al suceso se lo considera un sinónimo de “suceder”.  Se puede pensar en un suceso como la secuencia de una película, como un montaje de momentos que ocurrieron o están ocurriendo en el aquí y ahora. 

Cada cosa vivida es una experiencia que se comparte con otras y otros. Pero en el periodismo no todo es noticia, es decir, no todo lo que pasa aparece en los medios. Por eso, las y los periodistas para decidir qué cosa se vuelve noticia, seleccionan sucesos que reúnen una serie de factores noticiables, y los llaman acontecimientos. Y, justamente, la diferencia entre uno y otro será la importancia que se le da a ese momento por su relevancia social, es decir, porque se considera permite comprender fenómenos de la propia comunidad. 

Como advierte Cristian Alarcón (2013, p. 2) “Es preciso entender que el periodismo bien hecho es aquel que no se agota en una anécdota, un suceso desconectado sin causas ni implicancias, un evento aislado condenado al olvido o a ser -como suele decirse despectivamente- futuro envoltorio para huevos o papel para prender el asado”.

Un hecho para volverse noticia debe volverse un acontecimiento, “debe tener un efecto sobre la sociedad y los medios de comunicación” (Ruiz, 2010)

Ahora bien, ¿cómo saber si un suceso es un acontecimiento? ¿Qué lo vuelve importante y, por ende, noticioso? Para poder identificarlo, se puede tener en cuenta una serie de factores noticiables

  • Actualidad: “para que un hecho pueda ser considerado noticia, el primer requisito que tiene que cumplir es el de ser nuevo o actual: es decir, haber ocurrido recién, estar a punto de suceder, o ser un hecho antiguo del que recién se tiene conocimiento ahora” (Ruiz, 2010)
  • Avances: aquellas innovaciones en el mundo científico-tecnológico.
  • Proximidad: puede ser por dos cosas, porque el protagonista vive cerca de lo que pasó o porque se identifica de manera personal con ese evento.
  • Emoción: es cuando la noticia genera alguna emoción como tristeza, alegría, temor, etc. 
  • Conflicto: puede tratarse de una pelea, discusión, problema de intereses
  • Rareza: se trata de hechos que salen de la rutina, de lo cotidiano y de lo esperado. Son sucesos extraños o exóticos. 
  • Suspenso: se genera una incógnita. 

Al hacer la tarea de cobertura, es clave poder formularse preguntas para contar con toda la información necesaria para ser relatada o narrada. Entre ellas:

  • Qué: se refiere al acontecimiento. Qué está pasando o qué pasó. 
  • Quién: se refiere a las personas protagonistas del hecho. Quiénes lo hicieron, participaron o se involucraron.
  • Dónde: se refiere al lugar en donde ocurrieron los hechos.
  • Cuándo: se refiere al momento en el que sucedió.
  • Cómo: esta pregunta implica una explicación acerca del desarrollo de los acontecimientos.  

Es posible que, en un primer momento, no se disponga de todos los datos necesarios para contestar estas preguntas. Por eso, se debe recurrir a fuentes de información para reconstruir lo ocurrido. Es importante poder observar el espacio y ver quiénes son las personas implicadas o protagonistas para poder saber lo que ocurre o sucedió. 

Para informarse y obtener datos útiles para armar sus coberturas las y los periodistas acuden a distintos tipos de fuentes. Pero ¿qué es una fuente? ¿Dónde se busca la información? Las fuentes de información pueden ser personas, instituciones, organizaciones y/o documentos que proporcionen información y/o den una opinión de interés acerca de un tema o acontecimiento. Se distinguen dos tipos:

Fuentes primarias: es la información obtenida de primera mano por la o el periodista, a partir de entrevistas realizadas a personas vinculadas al tema que se va a abordar. 

Fuentes secundarias: incluye todo lo que ya ha sido publicado sobre el tema, tanto en libros, revistas, diarios, portales digitales de noticias, etc.

Los acontecimientos que son noticias van a componer la agenda. ¿Qué es esto? Si se tiene un papel en donde se anota todo lo importante que pasó durante el día y se  mira de lejos, se puede pensar que los días de una semana son cuadros de una tabla, como un calendario, en donde aparecen las cosas importantes que se hicieron. A esa lista que resume los principales acontecimientos, los temas que son importantes en la actualidad, se la llama agenda. No hace mucho, los diarios y principales medios de comunicación confeccionaban la lista de los asuntos importantes y lo comunicaban a otros medios para que tomaran conocimiento de lo ocurrido en su comunidad.

¿Qué y cómo registrar? Las coberturas periodísticas y el lugar de la observación participante 

Tal como se desarrolló, una de las claves de toda cobertura periodística es estar en el lugar de los hechos. Pero estar ahí no asegura realizar una buena cobertura. En todo el proceso que implica narrar un acontecimiento, la observación y el registro que la o el periodista realiza tienen un claro protagonismo.

Ahora bien, ¿qué aspectos se deben tener en cuenta a la hora de registrar? Se comparten tres ejes centrales que no deberían faltar: 

  • Registro de lo que sucede: este punto se refiere a la secuencia de acciones y sucesos que implica el hecho en sí mismo. 
  • Registro de lo que viven las y los protagonistas: en este punto es clave registrar lo que ese hecho representa para ellas y ellos. 
  • Registro del clima y ambiente: en este punto es fundamental  tomar registro y describir el espacio a partir de datos que se obtienen mediante la observación del lugar.

La importancia de la entrevista: cuando contar también es escuchar 

Como se mencionó en líneas anteriores, en toda cobertura periodística una de las cuestiones claves para obtener información es recurrir a fuentes, preguntar y entrevistar a las y los protagonistas de ese acontecimiento. Para ello, la entrevista se torna un instrumento fundamental para conocer y obtener información. Como sostiene el comunicador y educador Mario Kaplún (2002, p. 88), “una verdadera comunicación no comienza hablando, sino escuchando”. Y una de las principales condiciones periodísticas para poder cubrir, contar y narrar distintos hechos es saber escuchar. 

Imagen: Archivo de la DGCYE

Ahora bien, para realizar una buena entrevista la preparación es central. Pensar las posibles preguntas es toda una tarea. Por eso, es importante preguntarse: ¿cuál es el objetivo de la entrevista? ¿A quién se va a entrevistar? ¿Qué interesa saber? Una vez que se pensaron estas cuestiones es fundamental armar una hoja de ruta con aquellas preguntas que van a ser parte del encuentro.

Una vez que se tiene todo listo llega el momento de la ejecución de la entrevista, es decir el encuentro e intercambio que permite realizar las preguntas que se pensaron. En esa instancia es fundamental tener a mano la hoja de ruta para organizar la entrevista, pero no olvidarse que las preguntas siempre son una guía y que en una entrevista una de las cosas más ricas e interesantes es la repregunta.

Para tener en cuenta

Para acompañar el proceso de preparación de la entrevista resulta importante conocer los distintos tipos de preguntas que se pueden utilizar (cerradas, abiertas, etc.) y pensar opciones donde las mismas se usen de forma combinada. En este sentido:

Las preguntas cerradas tienen como respuestas puntuales “sí” o “no” y, por eso, demandan una declaración o constatación clara y precisa, mientras que las preguntas  abiertas pueden disparar en la entrevistada o el entrevistado una respuesta amplia que va más allá de un sí o de un no. Estas preguntas sirven para obtener información, explicaciones o aclaraciones sobre los temas.

Además, las preguntas pueden ser:

Preguntas elementales: aquellas que no pueden faltar para elaborar una información. Son las que comienzan con pronombres interrogativos: qué, cuándo, dónde, cómo y por qué.

Preguntas con ejemplo: cuando la respuesta de la persona que se entrevista no es clara, o resulta incompleta, entonces se puede solicitar que ejemplifique.

Preguntas reiteradas: muchas entrevistadas y entrevistados se preparan previamente para evadir preguntas o para contestar siempre lo mismo. Por lo tanto, a veces es necesario retomar una pregunta para que la entrevistada o el entrevistado pueda dar una respuesta clara.

Repregunta: si la persona consultada dijo algo interesante, hay que tener el oído atento para seguirlo y disparar preguntas nuevas, aunque esto suponga un desvío del cuestionario inicial. Sirve para aclarar un término, para despejar dudas, para completar una respuesta o una información dicha a medias.

Las coberturas periodísticas y los lenguajes: los aportes personales a la hora de narrar

Los relatos en vivo y las crónicas grabadas con entrevistas en vivo son solo algunas de las diferentes formas que toma la tarea de periodista. En este contexto, la interacción con las entrevistadas y los entrevistados, el contacto directo con la realidad y sus protagonistas, estar en el lugar donde el hecho sucede y la distancia con el medio para el que trabaja se vuelven premisas de la tarea periodística. Son el ABC de ese rol. 

Pero para poder contar algo sobre un evento en particular, va a ser importante considerar quién es la persona que está del otro lado, aquella a la cual uno se dirige y que se considera la audiencia. Esta será una figura central del mensaje que se va a producir y del medio a través del cual vaya a circular. Si con el relato no se llega a esa audiencia, entonces se debe revisar cómo hacerlo.  

Por ejemplo, si el objetivo es contarles a abuelas y abuelos de la escuela sobre el acto del Día de la Independencia, se tiene que pensar en cómo construir ese mensaje; si se hace a través de una serie de historias de Instagram, tal vez hay que preguntarse previamente: ¿ellas y ellos usan esa red social? ¿Consumen esos contenidos habitualmente? 

Imagen: Archivo de la DGCYE

Por todo lo expresado anteriormente, se deben tomar decisiones previas, antes de producir relatos, con cierto sentido estratégico. Pensar una estrategia significa prever acciones antes de que ocurran, entendiendo que cada acción tiene un efecto. Entonces, se trata de entender que entre el mensaje y la audiencia, se están construyendo relatos que son una de las tantas formas posibles de establecer una mediación. ¿A través de una nota periodística? ¿A través del registro audiovisual? ¿Contándolo por la radio? ¿En un reel

Este sentido también implica reconocer cuáles son los recursos que se tienen para poder hacerlo. Por ejemplo: si se quiere cubrir la noticia a través de una producción audiovisual, será fundamental contar con un dispositivo de filmación y con un programa de edición. ¿Se cuenta con estos materiales? ¿Se dispone de personas que sepan usar esas herramientas? Para tomar estas decisiones, es muy importante reconocer algunas características sobre los lenguajes.

  • Lenguaje gráfico. Este tipo de relatos se producen apelando a las palabras. Se cuenta el hecho a partir de la escritura. Será importante un título que llame la atención y que condense lo importante. Se pueden utilizar otros recursos como fotos, colores, mapas, cuadros, etc. Así, entre algunos ejemplos, se pueden citar las notas de los diarios, las publicaciones en revistas, los cuentos, etc.    
  • Lenguaje sonoro. Los instrumentos por excelencia para contar serán la voz, la música, los sonidos y los silencios. Hay que tener en cuenta que una producción sonora puede no necesariamente ser transmitida a través de una radio con antena; se pueden usar otros recursos, como podcast, audios de WhatsApp, una radio abierta, radio por streaming, entre otros.  
  • Lenguaje audiovisual. El relato audiovisual se filma, se edita, se mira. Aquí prevalece la imagen y los sonidos como una experiencia conjunta. Se puede pensar en un programa de TV, un reel, un corto, una película, un documental, etc.    

Este es un brevísimo resumen que solo pretende reponer algunas de las características centrales que componen los lenguajes para reconocer sus particularidades y, a partir de allí, tomar decisiones estratégicas para producir mensajes. 

Lenguajes, diversidad del registro y trabajo colaborativo

En el apartado anterior se compartieron algunas de las características centrales que componen a los distintos lenguajes. Sin dudas, reconocer y pensar cuál será el elegido a la hora de realizar las propias coberturas es central. Ahora bien, en tiempos de digitalización y redes sociales, resulta clave pensar la integración entre los distintos lenguajes y medios. ¿Cómo se difundirá el acontecimiento? ¿Se publicará una nota en el sitio web de la escuela, en un Instagram, se preparará un audio, se realizará una producción audiovisual? ¿Se difundirá la misma nota en distintos medios? ¿Se cubrirá el acontecimiento preparando distintas coberturas en función de cada medio y lenguaje?

Imagen: Archivo de la DGCYE

Para tener en cuenta estas cuestiones resulta clave pensar en la diversidad del registro que se puede realizar y en el trabajo colaborativo que surge de este tipo de propuestas. Por ejemplo, se puede realizar una cobertura periodística multimedia o transmedia. 

Las particularidades de cada una:

Multimedia se refiere a la plataforma que permite la convivencia de más de un lenguaje. De este modo, el multimedia se interesa en la multiplicación o replicación de una sola historia en muchos medios y formatos.

Transmedia hace referencia al proceso en el que los elementos de una cobertura periodística se estructuran, construyen y dispersan en diferentes relatos en distintas plataformas tecnológicas y diversos lenguajes, con el fin de crear una experiencia unificada y coordinada de un universo narrativo que se expande por la complicidad o colaboración de las usuarias y los usuarios. Por ejemplo, se puede escribir una nota periodística que tiene un enlace para mirar un video sobre lo que ocurrió, que a la vez contiene los tweets que resumen el hecho en cuestión, con comentarios de lectores que también publican sus opiniones e intercambian sus relatos. Se trata de un mensaje, claro, pero en donde conviven múltiples lenguajes.  

Ahora bien, ya sea que se realiza una cobertura a partir de una producción audiovisual, de un podcast, de la escritura de una nota, de una producción transmedia, etc. un aspecto fundamental es pensar y planificar una cobertura que contemple y dé lugar a un trabajo colaborativo en el que todas y todos participen asumiendo un rol en la producción de contenido.  

Roles y criterios de trabajo colaborativo: ¿cómo hacerlo con otras y otros?

  • Quienes buscan. Se explicó previamente la importancia que tiene conocer antes de producir. Este rol demanda investigar, buscar materiales y brindar información para planificar esa propuesta. Estas personas trabajan coordinadamente con quienes producen y pueden aportar esos datos para construir un guión para que, quienes entrevistan o relatan, conozcan sobre la temática o la persona en cuestión. Entonces esa búsqueda implica ordenar esas ideas de manera clara para que sean compartidas con el equipo.   
  • Quienes producen. Dentro de un equipo, siempre habrá alguien (o tal vez más de una persona) que se encargue de gestionar. Este rol implica coordinar y tener una mirada general sobre el proyecto. Marca los tiempos, construye el guión o la pauta, define entrevistas, diseña el criterio general y delega tareas entre los otros participantes, como quien dirige la orquesta.   
  • Quienes dicen. Esta tarea implica, justamente, poner voz o poner escritura a ese relato. Son quienes ponen ritmo y atrapan a la audiencia. Por supuesto que este rol va a depender del lenguaje que se elija, pero se trata de ser portavoz de ese mensaje para esa otra o ese otro con quien se quiere hablar. 
  • Quienes entrevistan. Puede suceder que quienes relatan sean quienes lleven adelante la entrevista, pero puede ser que pensemos en alguien que se encargue específicamente de ese rol. Aquí será importante, como se dijo antes, preguntar, conocer pero también escuchar. 
  • Quienes graban. Es preciso que haya un registro sobre eso que sucede. En el caso de que se elija el lenguaje sonoro o audiovisual, se tendrá que contar con un dispositivo que filme y dé cuenta del acontecimiento y con un equipo o una persona que esté estratégicamente asumiendo ese rol. 
  • Quienes editan. Este rol implica pulir ese material con el que se cuenta para producir una pieza final. Estas personas editan técnicamente pero también estilísticamente. Por ejemplo, si el mensaje es una nota periodística, quienes editan mirarán la ortografía pero también cómo fueron usadas las palabras para que sean atrapantes y potentes. O, por otra parte, si el mensaje es sonoro, quienes editan cortan o crean esas piezas sonoras para que no se escuchen ruidos pero también podrán ponerle efectos a esas voces o música con cierto criterio estético. 

¿Qué momentos y pasos se deben tener en cuenta? Etapas de una cobertura periodística 

A partir de los distintos puntos que se fueron desarrollando, se puede establecer que las coberturas periodísticas cuentan con algunas etapas específicas que conforman el proceso: la preproducción, la producción y la postproducción. 

Preproducción

  • La instancia del conocer. Antes de registrar es necesario saber cuál va a ser el hecho que se va a cubrir. Para ello, esta etapa implica un proceso de investigación, de conocimiento sobre el tema o el problema. Conocer quiénes son parte de ese hecho, dónde ocurre, cuál es el contexto en el que eso ocurre. Por ejemplo, si va a venir una invitada o un invitado a la escuela, es importante saber quién es esa persona, por qué está invitada, qué hace, quiénes la van a recibir, cuáles son las actividades que se van a realizar. Para ello, se puede armar una planificación sobre lo que ocurrirá ese día. 
VisitaBúsqueda de informaciónActividadRolesDuración
Jugadora de Hockey Jugadora del equipo… Oriunda de… Recibida institucional
Dos estudiantes, equipo directivo, docente de Educación Física15 minutos
¿Por qué decidiste jugar al hockey?¿Qué te imaginás hacer en el futuro?Entrevista abierta Estudiantes de… Docente de… 60 minutos
  • La instancia del decidir. A partir de lo que se conoce sobre el tema, se toma  posición sobre lo que se va a decir (qué se quiere decir, para qué, cómo decirlo, dónde va a circular, a quiénes se le hablará y a quiénes no), desde qué lugar se va a enunciar y cómo producir ese relato. 

Producción 

  • La instancia del registro. Esta es la tarea que implica ir al campo; es decir, es cuando se despliegan las acciones para recabar información. Es necesario contar con un instrumento para registrar: libreta y lapicera, teléfono celular, cámara de fotos o cámara de video. Estas acciones van a depender siempre de lo que se decida previamente. Es recomendable buscar fuentes de información de las y los protagonistas del hecho, pero también de aquellas personas que participaron y quieran sumar su mirada. 

Postproducción 

  • La instancia de narrar. Este es el momento de producir y editar un relato sobre ese evento que se cubrió. Según la estrategia se escribirá una nota periodística o se armará un resumen con las ideas más importantes para compartir con las compañeras, los compañeros, las y los docentes. Es clave tener en cuenta  en qué medios y espacios se le dará circulación y difusión a la cobertura. Tal vez, se contará lo que pasó en la radio de la escuela o por audio de WhatsApp, o se filmará un video mostrando lo que pasó o se diseñará contenido para las redes sociales. Incluso ese relato puede ir contándose en vivo. Cualquiera sea la estrategia, se tendrán que producir mensajes claros y concisos, pensando siempre en quién está del otro lado leyendo, oyendo, mirando, interactuando.     
  • La instancia de evaluar. Una vez que se ponen a circular los mensajes que se produjeron puede ser que la respuesta no sea la que se esperaba o puede ser que supere las expectativas. Esta etapa implica e invita a revisar y a reflexionar, entre todas y todos, sobre el producto y el proceso para discutir, problematizar, tensionar y transformar eso que se hizo. Implica darse el momento de releer críticamente las decisiones y evaluar el trabajo.

Claro que estas instancias muchas veces van a convivir. Sin embargo, será importante poner énfasis en cada una para poder identificarlas como etapas que (aunque se den a la vez) responden a momentos específicos del hacer.

La importancia de la responsabilidad a la hora de comunicar

Una de las funciones fundamentales que cumplen los medios de comunicación es la de mantener a la sociedad informada. Todos los días las y los periodistas cuentan a partir de las noticias distintos hechos, temas, acontecimientos y sucesos. A partir de las coberturas periodísticas que realizan pueden visibilizar e instalar temas en la agenda pública como también excluirlos. Esto quiere decir que su rol y función social ocupa un lugar privilegiado tanto en la conformación de las agendas como en la construcción y representación de los temas. 

Teniendo en cuenta y partiendo de la importancia del rol de los medios y de las y los periodistas, es clave que a la hora de realizar como estudiantes las coberturas periodísticas lo hagan siempre con responsabilidad y compromiso. Ahora bien, esto ¿qué significa? ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta?

Realizar coberturas periodísticas con responsabilidad implica que la información que se brinda tiene que ser:

  • Chequeada con fuentes confiables. A la hora de informar es fundamental que toda información que se comunica sea cierta y confiable. Para ello,  es clave recurrir a fuentes que brinden datos, información u opinión, priorizando aquellas voces que sean propias del lugar donde ocurrieron los hechos y tengan conocimiento de la realidad concreta que se aborda.
  • Respetando y cuidando los datos que ofrecen sobre las personas involucradas en las noticias. Así como es fundamental chequear la información también es clave que todos los datos que se brinden de niñas, niños, adolescentes y jóvenes sean autorizados para su correspondiente difusión. En el caso de utilizar imágenes se sugiere contar con el consentimiento en pos de su publicación y circulación por los distintos espacios y medios.
  • Evitando cualquier denominación que reproduzca y/o refuerce estereotipos y estigmas. Muchas veces a la hora de realizar las coberturas periodísticas los medios generalizan, simplifican, estereotipan y estigmatizan a grupos y personas. Por eso es clave evitar el uso de palabras e imágenes alusivas que resulten discriminatorias y/o refuercen estereotipos y estigmas socioculturales.
  • Comunicando desde una perspectiva de derechos. Es decir, realizar coberturas periodísticas que promuevan un abordaje respetuoso y recurran a nominaciones adecuadas a la hora de hablar de las infancias, las adolescencias, las juventudes y todos los grupos sociales. Para ello, es clave utilizar un lenguaje que ni oculte, ni subordine, ni excluya a ninguno de los géneros y sea responsable al considerar, respetar y hacer visible a todas las personas. 

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