Abuelas, memorias e infancias
Itinerarios de lectura para trabajar el Día Nacional del Derecho a la Identidad.
Creado: 14 octubre, 2024 | Actualizado: 10 de diciembre, 2024
Autoría:
Marco General
“Sé quién soy”
22 de octubre: Día Nacional del Derecho a la Identidad
La Ley nacional 26.001, sancionada en 2004, instituye el 22 de octubre como el “Día Nacional del Derecho a la Identidad” con el objetivo de reconocer la labor realizada por Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda y la restitución de identidad de las nietas y los nietos, víctimas de apropiación ilegal durante la dictadura militar de 1976-1983 en el marco del terrorismo de Estado en Argentina. Asimismo, la Ley 15.329, sancionada por la provincia de Buenos Aires en 2022, garantiza el derecho de todas las personas a la búsqueda de su identidad de origen.
Uno de los aspectos centrales de la educación inicial es la formación ciudadana. Fortalecer los valores democráticos a partir de prácticas conjuntas de niñas, niños, familias, docentes y toda la comunidad educativa, incluye una mirada que integre aspectos de las memorias colectivas. El trabajo con memorias barriales, institucionales e históricas, permite aproximarse a la reflexión sobre la identidad. Pensar esas memorias en movimiento y en diálogo permite preguntarse hoy por el porvenir de una manera activa.
Algunos de los temas referidos a educación y memoria suponen una complejidad que excede las posibilidades de comprensión de niñas y niños del Nivel Inicial. Son temas que seguramente irán conociendo en su tránsito por todo el sistema educativo. Sin embargo, el jardín de infantes se propone que niñas y niños inicien sus primeros acercamientos a ciertos aspectos de estas temáticas de modo que puedan ir aprendiendo la importancia de vivir en democracia y de respetar los derechos humanos, evitando que las propuestas de enseñanza se centren en el horror y el crimen del terrorismo de Estado.
Una de las posibilidades se abre a partir de la literatura infantil. La experiencia de lo literario permite a las niñas y los niños del jardín entrar en el universo simbólico de temáticas desafiantes y también controvertidas. Al mismo tiempo, la literatura se constituye en fuente histórica para conocer diferentes aspectos de una época.
Los itinerarios de lecturas literarias a los que se les dio el nombre de “Abuelas, memorias e infancias” constituyen una oportunidad para ingresar a las temáticas de memoria en el Nivel Inicial. Son tramas de lecturas de literatura infantil que consideran a las niñas y los niños sujetos activos en el proceso de construcción de las narrativas de la memoria.
La selección de los textos requiere conocer las obras con el propósito de anticipar tanto las modalidades de la lectura (lectura a través de la maestra o del maestro, o lectura por sí mismas y por sí mismos, leer fragmentos, organizar mesas o alfombras con libros para seleccionar obras, realizar préstamos domiciliarios de libros, entre otras), como las posibles intervenciones sobre la historia o el relato.
Cuentos con abuelas protagonistas
La propuesta es acercarse a historias donde las abuelas cumplen una función social clave en la memoria intergeneracional: son portadoras de historias y saberes familiares y comunitarios. En estas historias, las abuelas olvidan y recuerdan, persiguen monstruos, paran diluvios, juegan en el jardín de infantes, zurcen muñecos, inventan “quitapenas” para consolar, cuentan cuentos, son de “carne y hueso”, tienen poderes mágicos, se transforman en robots, se enfrentan a los lobos, luchan por el derecho a la identidad, por la memoria, la verdad y la justicia.
Estas historias donde las abuelas son protagonistas se pueden leer en los siguientes títulos que se encuentran en los jardines de infantes: Lluvia de abuelas de Adriana Keselman; Árboles de pan de Julia Rossi y Nicolás Arispe; El membrillo de Claudia Degliuomini; Pañuelito Blanco de Ruth Hillar, Sebastián Cuneo y Estrellita Caracol; Mi abuela de El esperpento; Caperucita Roja de los hermanos Grimm; Doña Elba de Mariano Díaz; La tortilla de papas de Sandra Siemens y Ramón preocupón de Anthony Browne.
Las abuelas nos cuentan
Un segundo itinerario que se propone es el de los cuentos seleccionados por las Abuelas de Plaza de Mayo. Una selección de cuentos elegidos por ellas de acuerdo con su gusto personal, porque les recordaban algo que habían leído a sus hijas o hijos cuando eran pequeñas y pequeños, o porque les resultaron interesantes o divertidos. Entre estos cuentos es posible leer: El reglamento es el reglamento de Adela Basch; El esqueleto de la biblioteca de Silvia Schujer; El vuelo del sapo de Gustavo Roldán; Los cuatro increíbles de Ricardo Mariño; Cuentos para los más chicos de Oche Colifa y Margarita Eggers Lan; La leyenda del otoño y el loro de origen selknam reescrita por Graciela Repún; Soy de Mario Méndez y La cuenta de Ricardo Mariño.
Cuentos infantiles prohibidos durante la dictadura entre 1976 y 1983
Por último, un tercer itinerario posible es el de los cuentos infantiles prohibidos durante la última dictadura. Se trata de una serie de cuentos que no se permitía leer en los jardines durante ese periodo, pero que maestras y maestros leían como un acto de resistencia. Cuando la escritora Laura Devetach pudo volver a publicar la obra La torre de cubos, en 1985, agregó el siguiente epígrafe: “A todas las maestras y todos los maestros que hicieron rodar estos cuentos cuando no se podía, ¡muchas gracias!”. Entre otros títulos prohibidos pueden leer: La planta de Bartolo de Laura Devetach; Un elefante ocupa mucho espacio de Elsa Bornemann y El pueblo que no quería ser gris de Beatriz Doumerc y Ayax Barnes y el ya mencionado La torre de cubos también de Laura Devetach.
A partir de estas propuestas y otras similares, los jardines de infantes bonaerenses se convierten en espacios en donde se pueden contar historias como un modo de encontrar las palabras que resignifican la propia identidad y que permiten seguir proyectándose hacia el porvenir. Contar, comprender, hablar y preguntar es fundamental para que los sucesos y acontecimientos ocurridos durante la última dictadura militar, sean recordados en el tiempo y que nunca más se repitan.
Una experiencia
Jardín 967 José Tedeschi de Quilmes
Esta institución se denomina José Tedeschi en conmemoración a un sacerdote tercermundista, referente de la barriada Itatí, que fue desaparecido por la última dictadura cívico-militar. En el marco de la efeméride del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, las salas del jardín trabajaron con tres itinerarios propuestos. El día del acto escolar llegaron a la institución varias familias, vecinas, vecinos, escuelas cercanas, autoridades provinciales y municipales, asociaciones de derechos humanos, amigas y amigos. Fueron muchas y muchos que poblaron la puerta y las calles del jardín para compartir palabras y memoria. Se recordó a José Luis Tedeschi, nombre que lleva el jardín, a partir de una votación comunitaria. Itatí y Renzo, hija y hermano de José, acompañaron con sus recuerdos. Las niñas y los niños también recordaron a José y compartieron lecturas. Se plantó el Árbol de la Memoria. Se habló de sus flores amarillas y de cómo cuidarlas. Y, entre todas y todos, se compartieron frases entonando: “Pañuelito blanco hasta la plaza querés volar / Pañuelito blanco siempre te vamos a acompañar / Pañuelito blanco agranda la ronda de la verdad”, del grupo musical Canticuénticos (extraído de El árbol de las abuelas: itinerarios entre infancias y memorias DGCyE, 2023).
Agenda de lectura vinculada a derechos humanos y memoria en un jardín de infantes. Archivo DGCyE.