¿Qué pasó en la Vuelta de Obligado?

El 20 de noviembre de 1845 en San Pedro, provincia de Buenos Aires, tuvo lugar la batalla de la Vuelta de Obligado, un enfrentamiento entre la Confederación Argentina, liderada por el gobernador Juan Manuel de Rosas, y una escuadra anglofrancesa que pretendía utilizar los ríos internos en su beneficio. 

Para impedir el avance extranjero, la Confederación organizó una heroica defensa que incluyó barcazas encadenadas en el medio del río Paraná para evitar el paso de los invasores. Aunque no logró detenerlos, las negociaciones diplomáticas posteriores reconocieron que el tema de la navegación de los ríos interiores debía resolverse sin la injerencia de poderes extranjeros. Por eso, la Vuelta de Obligado, aun siendo una batalla perdida, es considerada un triunfo en la reivindicación de la soberanía.

Combate de la Vuelta de Obligado. Mural del artista plástico Rodolfo Campodónico. Fuente: Municipalidad de Trenque Lauquen.

Para entender este hecho es necesario conocer el contexto internacional. Por un lado, existían pretensiones imperiales de las potencias: en 1830, Francia se había apoderado de Argelia; en 1833, Gran Bretaña había invadido las Islas Malvinas; y en 1838, los franceses ya habían bloqueado el puerto de Buenos Aires. Por otro lado, había conflictos regionales, que tenían en el centro la disputa por la ciudad de Montevideo, entre el gobierno oriental, Francia e Inglaterra.

En este marco, las potencias europeas pretendían dos cosas: evitar la intervención rosista en Uruguay y la apertura de los ríos Paraná y Uruguay que el gobierno de Rosas mantenía cerrados en función del monopolio del puerto de Buenos Aires –y que los comerciantes británicos de Liverpool y Manchester exigían para colocar sus productos–.

La batalla del 20 de noviembre estuvo al mando del general Lucio Mansilla, que organizó la resistencia con cuatro tropas de artillería armadas con cañones, barcazas con cadenas que atravesaron el río Paraná para evitar el paso del enemigo, el bergantín de guerra republicano, batallones de infantería de línea y milicias de campaña. También participaron fuerzas auxiliares y voluntarias, integradas por la población local, en las que se destacó la presencia de las mujeres.

Un documental para conocer la historia

“Memorias del frente: arqueología del campo de batalla” es una serie de Canal Encuentro compuesta por cuatro capítulos dedicados a reconstruir mediante la investigación arqueológica lo sucedido en diferentes batallas de la historia argentina del siglo XIX: La Verde, Carmen de Patagones, Cepeda y, por último, la Vuelta de Obligado, el capítulo seleccionado para esta propuesta. Se trata de una producción que entiende que la soberanía audiovisual también es una forma de ejercer la soberanía nacional.

“Memorias del frente”, un documental de Canal Encuentro protagonizado por un grupo de arqueólogos, propone un modo novedoso para conocer la batalla de la Vuelta de Obligado del 20 de noviembre de 1845. Mediante la búsqueda de objetos que ayuden a reconstruir lo sucedido –como una vasija, una bala y hasta pedazos de las cadenas utilizadas en la defensa– permite rearmar partes de esta gesta, sinónimo de soberanía nacional.

Todos los capítulos de la serie empiezan con un texto en off que dice: “Un hueso, un botón pueden cuestionar verdades oficiales y disparar recuerdos. Somos un equipo de arqueólogos que busca rastros de batallas pasadas. La memoria pulsa por emerger, solo hay que desenterrarla”. Así, se advierte que hay cantidad de materiales que, muchas veces de forma inadvertida, organizan y estructuran la vida cotidiana. Esos elementos pueden constituir la base de la investigación arqueológica e iluminar aspectos poco considerados en las narrativas históricas.

¿De qué manera el hallazgo de una vasija puede ayudar a interpretar las condiciones en que se libró una batalla? ¿Cómo reconstruir mediante pequeños hallazgos el lugar que ocupó cada batería durante la batalla? ¿Para qué sirve recrear el modo en que se disparaban los cañones en aquellos años? 

La arqueología, una de las disciplinas que componen el amplio campo de las ciencias sociales, se ocupa del estudio de variados restos materiales hallados en la tierra. Estos registros, luego de ser excavados de los sitios arqueológicos, son examinados de acuerdo a métodos científicos que ayudan a reconocer de qué materiales se trata, a qué momento histórico pertenecen y por quiénes fueron producidos. 

En diálogo con otras disciplinas –la historia, la antropología, la geografía, la biología–, el trabajo de arqueólogas y arqueólogos contribuye a conocer la forma en la que vivían las sociedades del pasado. De este modo, se pueden reconocer condiciones de vida, comportamientos, modos de alimentación, formas de producir los alimentos y, como muestra el documental, formas de combatir en los campos de batalla.

A partir de estos hallazgos, la arqueología invita a formular preguntas que amplían la mirada sobre el pasado: ¿Quiénes fueron a la guerra? ¿Quiénes perdieron la vida en el campo de batalla? ¿Quiénes encendieron los cañones? ¿Participaron las mujeres? ¿Qué tareas desempeñaron? ¿Qué emociones habrán tenido quienes estuvieron en el combate?

A través de la materialidad del pasado, de los objetos encontrados, la arqueología propone pensar estas preguntas para reconstruir, comprender y problematizar las experiencias humanas, las decisiones individuales y las colectivas, las sensaciones y las emociones de las personas que las produjeron.

Un docu-reality

El programa está realizado en el género docu-reality, un formato que combina las técnicas del documental clásico con acciones que parecen tomadas de la vida real. Esta forma de narrar y presentar el tema y a sus protagonistas suele ser más dinámica y entretenida. A diferencia de un documental tradicional, este género se inclina a mostrar situaciones como si no tuvieran guión, de manera más “espontánea” y siguiendo las acciones de las y los protagonistas durante distintos momentos.

El género tiene varias características:

• Sus protagonistas son reales, no son actrices ni actores. 
• La narrativa se basa en la realidad: las situaciones son reales, aunque en general se editan para crear una historia con mayor tensión y emoción. Por eso, en muchos casos parecen más dramáticas o exageradas de lo que fueron realmente. 
• Mezcla géneros: se fusiona el documental con elementos de los géneros de ficción.
• Tiene un estilo de producción propio: puede usar técnicas de observación como cámaras en mano, localizaciones reales y sonido natural con el objetivo de sostener la sensación de realismo.
• Objetividad y subjetividad: parte de una base documental real, pero a menudo incorpora elementos subjetivos para generar acercamiento a sus protagonistas, así como emoción y misterio.

Es posible mirar el capítulo y encontrar ejemplos de cada una de estas características: ¿Quiénes son sus protagonistas? ¿Qué situaciones reales consideran que fueron modificadas para generar más emoción? ¿Qué ejemplos encuentran de los diferentes géneros? ¿Y del estilo de producción?

¿Qué escena les parece que muestra mejor la tensión entre la objetividad y la subjetividad? ¿Por qué?

¿Qué escena elegirían cómo la más lograda para dar cuenta de lo sucedido en la batalla de la Vuelta de Obligado? ¿Y cuál para representar la idea de soberanía?

La producción de un reality

A continuación, se comparte un fragmento de un correo electrónico de los equipos de producción de Canal Encuentro en 2021, escrito unos meses antes del estreno.

El texto da cuenta de cómo se produce este tipo de iniciativas audiovisuales y qué implica la realización de un programa de esta naturaleza: las dificultades, los objetivos y la pasión por contar.

Memoria y soberanía

La memoria individual y colectiva es un proceso complejo. Como toda trama subjetiva que sintetiza recuerdos, olvidos y silencios sobre pasados traumáticos va cambiando con los contextos: se amplía, elabora, reconstruye el pasado. Por lo tanto, se trata de un proceso que disputa los sentidos que el pasado adquiere en el presente. Esta dimensión social de la memoria tiene una relevancia particular en los países que atravesaron genocidios o terrorismos de Estado. En la Argentina, la construcción de la memoria colectiva está determinada por la necesidad de procesar el pasado traumático de la última dictadura.

Desde la recuperación de la democracia en 1983, la memoria se constituyó en una de las representaciones centrales sobre el pasado y en una forma de construcción de identidades colectivas. 

La sociedad procesa acontecimientos recientes pero también recuerda hechos más lejanos –como la batalla de la Vuelta de Obligado– un episodio clave para reflexionar en el presente acerca de las disputas sobre el sentido de esos sucesos históricos. A través de relatos y prácticas conmemorativas algunos eventos o ciertos personajes pueden reivindicarse, legitimarse o condenarse de acuerdo con las valoraciones que se realizan desde la actualidad.

Así, en 1973, a través de la Ley 20770, el Congreso Nacional estableció el 20 de noviembre como “Día de la Soberanía Nacional”, pero esta efeméride fue anulada por la última dictadura militar y restablecida recién en 2010, en el año del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

Algunas representaciones posteriores a la batalla (pinturas, canciones, relatos), reflejan que la resistencia de la Confederación frente a la invasión extranjera constituyó una férrea defensa de la soberanía nacional, expresándose en ella la capacidad que tiene un Estado de gobernarse a sí mismo sin la injerencia externa.

De este modo, la lucha por la soberanía supone dos elementos sustanciales: la necesidad de no sujetarse a poderes externos y la capacidad de tomar decisiones de manera libre y autónoma. Traer a la memoria la fecha del 20 de noviembre es también la oportunidad de reflexionar en estos sentidos sobre el concepto de soberanía.