Cocinas y modos de cocinar
Se propone el abordaje de esta temática centrada en aspectos de la vida cotidiana a mediados de siglo XX, un pasado relativamente cercano para las y los estudiantes.
Creado: 25 abril, 2023 | Actualizado: 16 de mayo, 2025
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La enseñanza de las Ciencias Sociales en el primer ciclo de la educación primaria busca enriquecer las ideas que las chicas y los chicos tienen acerca de la vida en sociedad, cuestionar o relativizar otras, indagar nuevos aspectos de temáticas cercanas o aproximarse a otras desconocidas para construir representaciones que progresivamente les permitan empezar a observar la diversidad y la complejidad de los mundos sociales del presente y del pasado, así como a desnaturalizar su mirada sobre las sociedades y sobre el conocimiento social. Desnaturalizar las representaciones de la vida en sociedad, diversificarlas y complejizarlas son también aspectos fundamentales para contribuir a la formación ciudadana de las alumnas y los alumnos de las escuelas.
Las cocinas y los modos de cocinar
Proponemos una temática centrada en aspectos de la vida cotidiana situados en un pasado relativamente cercano: las cocinas y los modos de cocinar a mediados de siglo XX1. Analizar aspectos de la vida cotidiana genera la posibilidad de reconstruir ciertas relaciones sociales, culturales, económicas que se dan en tiempos y contextos específicos. Estudiar las cocinas y los modos de cocinar a mediados del siglo XX permite abordar determinadas maneras de resolver la necesidad de alimentación: las formas de producir alimentos, de comercializarlos, de conservarlos y de elaborar comidas, los tipos de comidas, las características de las cocinas en relación con las tecnologías disponibles, los modos de organización familiar, los comportamientos de género. Permite también comprender ciertos cambios que comenzaron a darse a partir de algunas transformaciones tecnológicas (extensión de las redes de distribución de gas y electricidad, avance tecnológico en artefactos domésticos).
Abordar un tiempo no tan lejano permite indagar el tema a partir de entrevistas con informantes claves (abuelas y abuelos, personal de la escuela, vecinas o vecinos) así como a través de diversas fuentes: objetos y fotografías familiares de la época, testimonios e historias de vidas publicadas, material audiovisual, etc. Visitar museos locales o regionales, algún restaurante o comercio antiguo vinculados con la temática puede brindar una excelente oportunidad de tomar contacto con objetos y artefactos de cocina de épocas pasadas. Asimismo, el armado de museos en el aula constituye una oportunidad para sistematizar la información recogida, así como para compartir lo aprendido con la comunidad.
Analizar la vida cotidiana es un modo de acercarse a conocer contextos pasados que además ofrece elementos para desnaturalizar prácticas sociales del presente. Atender a las comparaciones que las chicas y los chicos establecen entre el pasado en estudio y el presente, así como promover el análisis sistemático de cambios y permanencias, puede aportar elementos en este sentido -siempre que cuidemos no caer en relaciones anacrónicas ni estereotipadas-. El presente, además, es diverso y desigual y muchos aspectos del pasado subsisten en la actualidad en determinadas regiones, grupos sociales y prácticas culturales.
No es necesario realizar la totalidad de las actividades ni utilizar todas las fichas propuestas. En función de las características del grupo, del tiempo disponible, etc., cada docente diseña su propio itinerario, seleccionando las fuentes de información que le parecen más adecuadas.
Las propuestas para estudiantes (fichas) se pueden descargar desde el apartado “Materiales complementarios”.
Presentación del tema: Cocinar y comer en distintas épocas y lugares
Para entrar en tema
Una forma de introducir el tema que se va a estudiar puede ser una presentación en la cual las y los docentes conversen con las chicas y los chicos acerca de las distintas formas de cocinar y de comer que se pueden identificar en distintos hogares, en distintos lugares del mundo o en distintas épocas. También se puede conversar sobre las diferencias entre las comidas cotidianas y las de las fiestas. Sobre todas estas cuestiones, seguramente tienen mucho para decir puesto que en su mayoría han participado de cumpleaños y de otras celebraciones, además del ritual cotidiano familiar. De acuerdo con las características de cada comunidad escolar, las y los estudiantes también suelen conocer comidas y costumbres típicas de distintos lugares de la Argentina y de otros países, que podemos invitarlos a comentar.
La idea que sostiene esta presentación es la del contraste entre lo que es común a todas las épocas y lugares -la necesidad de alimentarse- y la diversidad de usos y costumbres. Lo común en este caso está ligado a una necesidad natural, mientras que las diferencias y particularidades se plantean en relación con costumbres establecidas históricamente y que responden a múltiples variables (económicas, culturales, religiosas, etc.).
En la FICHA N° 1 ofrecemos imágenes relacionadas con escenas de comidas. Chicas y chicos pueden explorarlas y conversar en parejas acerca de lo que pueden ver, lo que es común a las fotos o lo que es diferente. Sugerimos conversar acerca de si les parece que es una comida cotidiana o una situación especial; si pueden identificar el lugar; si se trata de un desayuno, un almuerzo o una cena; si es en una casa, ver si es un ambiente interior o en un patio, de día, de noche, etc.
Compartir la lectura del texto COCINAR Y COMER EN DISTINTAS ÉPOCAS Y LUGARES puede ser una manera de sistematizar esta presentación del tema.2
COCINAR Y COMER EN DISTINTAS ÉPOCAS Y LUGARES
Comer es imprescindible para poder vivir. Los alimentos que comemos permiten reponer las energías que gastamos en todas las actividades que realizamos, desde caminar, correr y jugar, hasta estudiar o trabajar. Las niñas y los niños de todo el mundo, además, deben alimentarse para poder crecer, para mantenerse sanos y también para prevenir enfermedades. Por eso, la alimentación es una de las preocupaciones cotidianas de las personas en todas las épocas y en todos los lugares del mundo.
En cambio, el tipo de alimentos que las personas prefieren, las formas de prepararlos y comerlos son muy diferentes en distintas sociedades y cambiaron mucho a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en la India las vacas son consideradas animales sagrados y por esa razón se las puede ver deambulando por calles y campos y no se consume su carne, mientras que en Estados Unidos la costumbre es cenar muy temprano, entre las 6 y las 7 de la tarde cuando todavía es de día.
Las formas de preparar los alimentos también cambian a lo largo del tiempo junto con las tecnologías, los gustos, la disponibilidad de ingredientes. Además, en una misma época y en un mismo lugar, distintos grupos de personas eligen diferentes comidas y las preparan de maneras diversas de acuerdo también con los precios de los alimentos y el dinero que disponen. También cambian los artefactos, los utensilios, los horarios, las personas que se encargan de la cocina, los lugares donde se come y muchos otros aspectos de la alimentación.
Los cambios a lo largo del tiempo
Tras la presentación general del tema de estudio proponemos trabajar con los cambios a lo largo del tiempo. Para eso seleccionamos una etapa del pasado relativamente cercano, la década de 1950, porque ofrece interesantes contrastes con la actualidad y porque, además, permite recurrir a testimonios de personas que pueden ofrecer información en primera persona. Como no es una etapa conocida por las y los estudiantes, será necesario realizar una breve descripción.
La década de 1950 puede ser presentada como cuando bisabuelas y bisabuelos de las y los estudiantes eran chicos, o bien hace unos 70 años. En esa contextualización se pueden comentar algunas características generales de la época. Por ejemplo, la clara diferenciación de tareas para mujeres y hombres, algunos artefactos que, si bien existían, eran muy caros y todavía no estaban en los hogares de las familias de trabajadores como las heladeras eléctricas. La radio era el único artefacto presente en la mayoría de las viviendas (entretenimiento de las personas adultas y las infancias, noticias, publicidad, etc.). Se pueden seleccionar y mostrar algunas fotografías para ver que, si bien existía la posibilidad de tomar fotos, eran muy diferentes a las de la actualidad; seguramente las chicas y los chicos identifiquen la diferencia en cuanto a que son fotos en blanco y negro. Pero también se puede contar que las cámaras de fotos eran caras, y la mayoría de la gente iba a tomarse fotografías en ocasiones muy especiales a estudios donde un fotógrafo profesional los hacía posar. Que las imágenes no se podían ver en el momento porque después de tomar las fotos había que llevarlas a un laboratorio para revelarlas y copiarlas en papel, etc. Los años 50 son también los de los comienzos de la televisión -muy diferente de como la conocemos actualmente- y como bien de lujo que solo las familias adineradas tenían. Finalmente se puede focalizar en la necesidad siempre presente de cocinar los alimentos.
La o el docente puede explicar por qué se cocinan los alimentos, que solo algunos se pueden consumir crudos, pero que la forma de cocinarlos fue cambiando a lo largo del tiempo y por eso siempre se utilizaron distintas técnicas para cocinar. Las chicas y los chicos tal vez pueden identificar alimentos que se comen sin necesidad de cocinarlos -como las frutas- otros que solo se pueden consumir una vez cocidos -como las papas o las carnes-. También pueden comentar los artefactos de cocina que conocen.
La FICHA N° 2 incluye imágenes de los artefactos de cocina que se usaban hasta 1950 -FOGÓN A LEÑA, COCINA A LEÑA, HORNO DE BARRO, COCINA A QUEROSEN- con sus respectivos epígrafes y una COCINA ECONÓMICA más moderna con las diferentes partes señaladas.
Seguramente las niñas y los niños conocen el fogón a leña, que además es muy parecido a las parrillas que se usan actualmente para hacer asados. Probablemente también hayan visto un horno de barro, que aunque es muy antiguo se usa también en la actualidad. La cocina a querosén seguramente va a resultarles desconocida.
Por otro lado, los artefactos de cocina cambiaron en el transcurso del tiempo. Algunos de los que se utilizan actualmente no existían hace 70 años como la cocina a gas o el microondas, mientras que otros, como el horno de barro y el fogón, se siguen usando en algunas ocasiones. En una primera exploración las chicas y los chicos pueden identificar que son cuatro artefactos que sirven para cocinar y conversar acerca de cómo se dieron cuenta, si los conocen, si se usan en la actualidad, cómo les parece que se utilizaban, etc.
Sugerimos formular algunos interrogantes a partir de la observación de imágenes. Estos van a servir para bordar más tarde las entrevistas y para realizar la encuesta.
- ¿Cómo se usarían? ¿Sería sencillo prender el fuego? ¿Llevaría mucho tiempo cocinar con estos artefactos? ¿Quiénes tendrían en sus viviendas uno de estos artefactos? ¿Cuál sería más común en las viviendas más sencillas? ¿Quiénes se encargarían? ¿Se usarían todos tanto en el campo como en la ciudad?
Las FICHAS N° 3 y N° 4 corresponden a las entrevistas que incluimos con la intención de ir complementando distintas fuentes de información que permitan conocer los modos de cocinar en los años ´50.
La idea es, con apoyo en las imágenes y a partir de los interrogantes que se hayan formulado, compartir las entrevistas a Elsa y a Ana, dos mujeres que eran chicas hace 70 años, en la época que estamos estudiando.3
- Para saber más sobre las cocinas de antes vamos a compartir lo que contaron Doña Elsa, que cuando era chica vivía en el campo, y Doña Ana, que vivía en la ciudad.
Aclaramos que no es necesario trabajar las dos fuentes. Sólo si interesa establecer comparaciones entre espacio rural y urbano.
Tras la lectura de cada una de las entrevistas por separado es recomendable establecer algunos intercambios -en relación con lo que las chicas y los chicos quieran comentar y/o los interrogantes que se plantearon- para, más tarde, establecer algunas comparaciones -similitudes y diferencias- y tratar de vincularlas a las características del lugar en que vivía cada una de las entrevistadas.
Con apoyo en las imágenes de la FICHA N° 2, las chicas y los chicos pueden reconocer el artefacto de cocina que nombra cada una.
Si se trabajaron ambas entrevistas, sugerimos algunos ejes para el análisis y las comparaciones:
- Las características de las viviendas.
- Los usos del espacio de la cocina y el artefacto de cocina que tiene cada una.
- Las tareas de mujeres y hombres.
- Lo que se compra y lo que no en cada caso (en relación con la disponibilidad de una huerta, de frutales, de gallinero, de leña a recolectar).
- Los comercios en un espacio y en otro, las distancias a recorrer en cada caso.
La FICHA N° 5 ofrece un MODELO posible de ENCUESTA.
Es importante compartir con las chicas y los chicos lo que es una encuesta, en qué consiste, que tipo de información brinda. No se trata de hacer una exposición en términos técnicos sino de compartir algunas características de un instrumento muy utilizado en ciencias sociales para recolectar información. Por ejemplo, a diferencia de las entrevistas que permitieron conocer algunos detalles de las cocinas de Elsa y de Ana, las encuestas van a permitir saber si muchas personas usaron un tipo de cocina u otro o si fueron poquitas o ninguna y de esa manera conocer lo que era más común en la mayoría de los hogares. Para eso, en las encuestas se realizan las MISMAS preguntas a DIFERENTES personas y luego se hacen algunas cuentas.
Para introducir la realización y el sentido de la tarea sugerimos una invitación de este tipo:
- Vamos a hacer una encuesta para averiguar qué artefactos usaban las y los familiares o personas conocidas de ustedes para cocinar hace más de 70 años. Para hacer esta encuesta van a necesitar la colaboración de una persona, familiar, vecina o vecino que responda las preguntas y que tenga más de 70 años. Pueden ensayar antes con una compañera o un compañero o familiar. Cuando vayan a hacer la encuesta lleven el cuaderno para leer las preguntas y también lápiz para anotar las respuestas. Si quieren, y la persona entrevistada no se opone, pueden tomar fotografías o grabar audio con un celular. ¡No se olviden de dar las gracias antes de terminar!
Cuando todas las chicas y todos los chicos hayan realizado su encuesta, el trabajo de puesta en común y análisis de los resultados se puede organizar compartiendo primero aspectos de la experiencia de hacer la encuesta que las chicas y los chicos quieran comentar, a partir de preguntas del tipo:
- ¿Cómo les fue haciendo la encuesta? ¿la hicieron personalmente, por teléfono, por WhatsApp?
En un segundo momento, para procesar las respuestas se puede construir un cuadro en el pizarrón e ir comentando entre todas y todos qué información van a colocar en cada lugar e ir agregando “un palito” por cada respuesta.
Entrevistadora o Entrevistador | Entrevistada o entrevistado | Usaba fogón a leña | Usaba cocina a leña | Usaba horno de barro | Usaba cocina a querosén | Usaba otro tipo de cocina |
TOTAL DE ENTREVISTAS | TOTAL DE PERSONA ENTREVISTADAS | total | total | total | total |
Luego, entre todas y todos, se podrán formular algunas conclusiones del tipo:
- Las cocinas que más usaban las personas que encuestamos son…
- Unas pocas personas tenían cocinas…
- Ninguna persona…
A modo de cierre parcial, una lectura compartida o una exposición de la o del docente puede sistematizar los contenidos abordados hasta el momento. A continuación, incluimos un texto para leer con las chicas y los chicos, o que puede servir como guion de una exposición.4
EL FUEGO, EL CALOR Y LOS ALIMENTOS
Sabemos que algunos alimentos, por ejemplo, las frutas y algunas verduras se pueden consumir sin cocinar. Muchos otros, en cambio, como las carnes, no se pueden comer crudos, es decir, es necesario cocinarlos.
Al cocinar, mejoran el sabor y el aspecto de muchos de los alimentos que consumimos, además el calor sirve para exterminar las bacterias que podrían producir enfermedades.
Como viste, en algunos casos ha cambiado el modo de emplear el calor del fuego para cocinar. En las “cocinas económicas” las ollas y las pavas no se ponen sobre el fuego. Como estas cocinas están construidas con ladrillos o tienen placas de hierro, al encender la leña, tanto los ladrillos como el hierro se calientan mucho y permiten hervir o freír los alimentos aprovechando el calor que conservan esos materiales.
Desde hace muchos años, en algunas zonas de la Argentina se emplea también el gas como combustible para encender el fuego o producir calor tanto para cocinar como para calentar los ambientes. Muchas familias también utilizan el gas como combustible, pero lo obtienen de otra manera. Compran el gas envasado en garrafas.
Los artefactos para cocinar, como ven, son muy diferentes. Algunos se dejaron de usar, otros se siguen usando, aunque cambiaron bastante. Los artefactos a gas no existían cuando sus bisabuelas y bisabuelos eran chicas y chicos. Igualmente, en distintos lugares del país, muchas personas siguen utilizando en la actualidad la leña para hacer fuego para cocinar.
FICHA N° 6
Hacer las compras, conservar los alimentos
Para introducir el análisis de los cambios en el comercio y en la conservación de los alimentos -así como las relaciones entre unos y otros- y enlazarlos con los contenidos vistos, la o el docente puede comentar que, así como estuvieron estudiando sobre los artefactos que se utilizaban hace 70 años para cocinar alimentos, van a ver cómo eran otras tareas que son necesarias para poder cocinar y comer.
Tal vez las chicas y los chicos pueden inferir algunas tareas previas, como la de hacer las compras y otras como la higiene y la conservación de los alimentos. Recuperando las entrevistas a Ana y a Elsa podrán identificar algunos hogares en los que muchos de los alimentos que se consumían eran producidos por los miembros de la familia y el contraste con el hogar urbano de Ana. Además, pueden revisar la entrevista a Doña Elsa y hacer una lista de los alimentos que se producían en su casa.
También se puede compartir información acerca de que, en la actualidad, la mayoría de las familias necesita comprar gran parte o la totalidad de los alimentos que consume y los productos que necesita para elaborarlos. Que con el tiempo cambiaron los comercios, por ejemplo, con la multiplicación de los supermercados en las ciudades y también la frecuencia y las formas de hacer las compras (sobre todo en relación con la disponibilidad de heladeras eléctricas).
El siguiente texto coloreado puede servir como guion para una exposición que utilice como apoyo las imágenes de la FICHA N° 7
HACER LAS COMPRAS EN LOS AÑOS ´50
Las formas de comprar los alimentos también cambiaron mucho con el tiempo. Hasta más o menos el año 1960, la mayor parte de los alimentos se compraban en negocios pequeños que se especializaban en un tipo de productos, como la carnicería, la verdulería, la panadería o el almacén, que generalmente estaban en una esquina cercana, dentro del barrio y, en el campo, solían estar ubicados cerca de las escuelas.
En los almacenes, muchas mercaderías se vendían sueltas: el azúcar, la harina, las galletitas. La persona que atendía el almacén tenía una gran cuchara para cargar y llevar, por ejemplo, el azúcar o las galletitas hasta uno de los platillos de la balanza. Pesaba la mercadería y la envolvía en un papel blanco.
También se vendían diversos productos en las ferias callejeras, en algunos mercados. En algunos barrios y en algunos pueblos era muy común la venta ambulante de productos como la leche y el hielo. En las ferias había puestos de venta de verduras, frutas, pescado, carne, quesos, ropa, artículos de limpieza.
Muchas vecinas y muchos vecinos acudían a comprar a las ferias porque los precios eran más bajos. A partir de 1980, en las ciudades más grandes se comenzaron a instalar numerosos supermercados.
¿Cuáles de estas formas de comercio aparecen en la entrevista a doña Ana? ¿Y a doña Elsa?
En la FICHA N° 7 se pueden identificar comercios de los años ´50 como un almacén y un puesto de feria así como imágenes de venta ambulante de leche y de hielo.
Una mirada de conjunto puede ser el punto de partida para comenzar a explorar estos nuevos aspectos del tema. Es muy importante estar atentas y atentos y escuchar qué es lo que más les llama la atención a las y los estudiantes: ¿la balanza del almacenero? ¿Que se vendiera hielo? Para superar una mirada superficial y pintoresca, esas curiosidades se pueden transformar en interrogantes. Así, las particularidades del comercio de alimentos en los años ´50 se pueden poner en relación con el desarrollo de la industria del plástico y de la industria eléctrica que, aunque existían estaban en un estadio incipiente. En el caso de la industria eléctrica, la clase está en la fabricación de heladeras que, si bien era una realidad, producía a unos precios muy elevados y, por lo tanto, las heladeras eran un producto de lujo inaccesible para los hogares de las trabajadoras y los trabajadores. La centralidad de la balanza en el almacén tiene que ver con la abundancia de productos que se vendían a granel y esto, entre otras cosas, por las características de los envases. Aunque algunos plásticos ya se producían, no eran tan variados ni tan accesibles, de modo que el papel o cartón, el vidrio y la hojalata eran las opciones más habituales para fabricar envases. Si interesa este aspecto, las chicas y los chicos pueden buscar información para luego comentar entre todas y todos y registrar la continuidad del uso de latas.
- Averigüen con un familiar, vecina o vecino, cómo eran los envases de la soda, el aceite, el detergente, la lavandina, la manteca y las conservas de tomate y arvejas hace 70 años. ¿Cuáles cambiaron? ¿Cuáles no?
Conservar los alimentos
Finalmente, proponemos focalizar en la conservación de los alimentos. En este aspecto, hay “un antes y un después” de la difusión de las heladeras y su llegada a los hogares de las trabajadoras y los trabajadores. La disponibilidad de heladeras modificó las formas de hacer las compras. Redujo la frecuencia de “los mandados”, permitió cocinar con anticipación, guardar “sobras”, etc.
Para presentar este aspecto sugerimos evocar las entrevistas a Elsa y a Ana y recuperar la información que ofrecen al respecto. Elsa, una fiambrera y más tarde una heladera de querosén, también enfriaban bebidas bajándolas y sumergiéndolas en el pozo de agua. Ana, una pequeña heladera de hielo.
- ¿Tenían heladera en su casa Elsa y Ana? ¿Cómo eran?
La lectura del siguiente texto puede servir para presentar esta cuestión:
CONSERVAR LOS ALIMENTOS
Observar en la FICHA N° 8 la imagen de una fiambrera y de una heladera con hielo.
Para conservar la mayoría de los alimentos hace falta frío porque si no se echan a perder.
Hacia el año 1940 se fabricaban heladeras eléctricas, pero como eran muy caras, muy pocas familias tenían una en su casa. Por eso la mayoría de las familias no podía comprar, por ejemplo, varios litros de leche para beberla durante toda la semana porque, si no se mantiene en el frío, la leche “se corta”.
¿Y entonces? Todos los días, por la mañana, generalmente las mujeres de la familia salían a “hacer los mandados”. Se compraban algunos alimentos para consumirlos ese mismo día: la leche, la carne, algunas frutas y verduras no podían conservarse hasta el día siguiente, sobre todo en verano. Era importante calcular bien la cantidad de comida, porque tampoco se podía guardar lo que sobraba porque, al no tener frío, se ponía feo y no se podía consumir.
Algunos fiambres, chorizos, panceta o morcillas se podían conservar por un tiempo en una fiambrera, que se colgaba en un lugar fresco de la casa. En las heladeras de hielo, podían conservarse frescos algunos alimentos y bebidas, pero no por mucho tiempo.
La disponibilidad de heladeras es un aspecto interesante de la enseñanza del tema porque tiene un impacto directo en la vida cotidiana de las personas. De esta manera, las niñas y los niños podrán advertir la manera en que los cambios tecnológicos modifican la vida de las personas. Sugerimos establecer la diferencia entre la existencia o no de heladeras y su accesibilidad. Las heladeras, como todos los nuevos artefactos, van a impactar y transformar la organización de las tareas de los hogares en la medida en que lleguen a la mayoría de ellos.
La producción en escala y la venta a plazos van a facilitar la compra de heladeras -y de otros bienes semidurables- difundiendo su uso en amplias capas de la sociedad.
Las cocinas se modernizan
Para cerrar la propuesta, sugerimos abordar la continuidad de los cambios tecnológicos en relación con la vida cotidiana hasta el presente. La FICHA N° 9 ofrece un texto con información al respecto que se puede complementar con la que las chicas y los chicos puedan relevar en sus hogares.
Por otra parte, en la FICHA N° 9 incluimos dos publicidades -una de heladera eléctrica y otra de cocina a gas- que ofrecen algunas particularidades que contrastan con las publicidades actuales.
Las chicas y los chicos podrían observarlas y leer a través del docente la información que contienen para luego comentar lo que les llama la atención. Discutir por qué se explica la forma en que están hechas y cómo se usan, por qué en ambas la figura corresponde a una mujer, etc.
La comparación con alguna publicidad actual -gráfica o televisiva-. Puede ser la oportunidad para sistematizar algunas de las ideas compartidas a lo largo de la propuesta.
Las observaciones resultantes pueden ser organizadas en una escritura colectiva que realiza el grupo a través de la maestra o del maestro.
1 Para consultar sobre el tema: Dirección Provincial de Educación Primaria (2021) La preparación de las comidas. Antes y ahora. Cuaderno Primer año. Programa ATR.
2 En relación con todos los textos que se dirigen a las niñas y los niños, es imprescindible que su docente inicie el diálogo sobre el tema a desarrollar, se asegure de que todas y todos dispongan del texto - cada dos o tres estudiantes o, en el mejor de los casos, uno para cada una o cada uno-pero será la o él docente quien lea y comente, explique o amplíe lo que va leyendo y, sobre todo, ponga el sentido de los textos en relación con lo que se haya conversado en otros momentos.
3 Es importante preparar la lectura de las entrevistas, o de una de ellas, de modo que la escucha resulte ágil para las niñas pequeñas y los niños pequeños. Podría ser una colaboración entre la o el MG y la o el MB u otra persona del equipo escolar para que formule las preguntas y otra responda, explique y comente -sin salir del rol de “entrevistada”- para hacerlo accesible al auditorio. Si fuera posible, se pueden repartir las preguntas entre varias o varios estudiantes para que sean ellas mismas o ellos mimos quienes interroguen a Elsa y/o a Ana representada/s por una o un docente que responda.
4 La maestra o el maestro puede leer los textos coloreados de modo dialogado, comentándolos y dando lugar al intercambio con las niñas y los niños. En cambio, si lo desean, pueden dialogar directamente sobre los temas desarrollados en dichos textos teniéndolos en cuenta en carácter de guion o ayuda memoria.
Imagen de portada: Archivo General de la Nación