Los cambios en las plantas a lo largo del año

Propuesta centrada en la observación sistemática, descripción, comparación y el registro de las plantas de la escuela, del barrio o de alguna plaza cercana.

Creado: 18 abril, 2023 | Actualizado: 27 de diciembre, 2024

Las chicas y los chicos de tercer año suelen tener experiencias relacionadas con la germinación y el crecimiento de las plantas y tienen sus representaciones sobre los cambios que les ocurren a las plantas durante su ciclo de vida o a lo largo del tiempo. Generalmente conocen sobre algunos de los cambios, como por ejemplo, que las plantas florecen en primavera o que pierden sus hojas en otoño. Desde la escuela, podemos organizar y complejizar estos saberes acercándonos a la idea de que si bien todas las plantas pueden cambiar, no todas lo hacen de la misma forma ni en el mismo momento. ¿Todas las plantas florecen en primavera? ¿Todas pierden sus hojas en otoño? ¿Todos los árboles tienen el mismo color de tronco? ¿Siempre?

A continuación desarrollamos una propuesta centrada en la observación sistemática y el registro de las partes de plantas de la escuela, del barrio o de alguna plaza cercana, que permite la descripción y comparación de los cambios que experimentan a lo largo del año y el reconocimiento de que no todas las plantas cambian por igual.

Orientaciones para la planificación de la enseñanza 

Al momento de la planificación, es relevante tener en cuenta que para poder reconocer los cambios en las distintas plantas, será necesario prever la realización de tres o cuatro observaciones en diferentes momentos del año.

Una de las claves para la planificación de este recorrido es la selección de las plantas a observar, a modo de garantizar que las alumnas y los alumnos conozcan una diversidad en cuanto a los cambios que experimentan.

Para observar plantas que no pierden todo su follaje junto en los meses fríos (perennifolias) pueden seleccionar tanto árboles como arbustos, algunos que renuevan sus hojas en primavera luego de perderlas en el otoño (caducifolios) y otros de follaje persistente. Entre las especies a incluir entre los árboles que son de follaje caduco: ceibo, paraíso, catalpa, morera, sauce, olmo, pata de buey, plátano, y entre los de follaje persistente: eucalipto, níspero, palta, magnolia, palmera pindó, araucaria. Entre los arbustos: tamarindo, corona de novia.

De modo de poder establecer comparaciones y al mismo tiempo sin complejizar demasiado el análisis comparativo, sugerimos que elijan cuatro o cinco especies para realizar el seguimiento durante el año.

A continuación se enuncian algunas recomendaciones para seleccionar las plantas a observar:

  • Que florezcan y fructifiquen en diferentes momentos del año.
  • Que algunas cambien su follaje durante el año y algunas mantengan su copa provista de hojas.
  • Pueden incluirse especies que cambien la corteza a lo largo del año, como los eucaliptos.
  • Si van a realizar salidas de campo, que las especies elegidas se encuentren relativamente cerca entre sí (y de la escuela).
  • Si van a observar árboles, que tengan ramas lo suficientemente bajas como para que las chicas y los chicos puedan verlas.

Partir de lo conocido

Para iniciar el recorrido, se podrá proponer una consigna de dibujo que permita que las chicas y los chicos pongan en juego lo que saben y recuerdan acerca de las partes de las plantas. A partir de estos dibujos, se podrá intercambiar y problematizar acerca de si es posible observar las mismas partes en todas las plantas y en la misma época. “¿Todos los árboles tienen el tronco de color marrón? ¿Todo el año mantiene el mismo color? ¿Tienen flores los árboles? ¿Solamente en primavera? ¿Y frutos?

Piensen en una planta que conozcan y hagan un dibujo de ella donde se vean todas sus partes.

Anoten con flechas los nombres de las partes que conozcan.

Las preguntas que se formulen durante esta instancia darán sentido a realizar la primera salida de observación.

Los saberes previos como punto de partida

Concebimos a los saberes y las representaciones que las y los estudiantes presentan sobre un tema como la base sobre la cual tender un puente con las ideas que esperamos que construyan a lo largo de una propuesta de enseñanza. Por eso resulta valioso registrarlas y dejarlas disponibles para que tanto las maestras o los maestros como las chicas y los chicos puedan retomarlas en diferentes momentos. De este modo, pueden ser conscientes de su propio proceso de aprendizaje. En este sentido, una buena estrategia es disponer de una cartelera o de un afiche que quede accesible permanentemente en el aula con estas ideas originales así como con las preguntas que quedan planteadas en las primeras instancias y que dan sentido a realizar las actividades que siguen a continuación.

Las salidas de campo como actividades de búsqueda de información

Nos parece importante pensar las salidas de observación como actividades de búsqueda de información. La finalidad de estas salidas es responder -por medio de la observación, la descripción, el registro y la posterior comparación- algunos interrogantes que quedaron planteados inicialmente. ¿Cuándo se le caen las hojas a los eucaliptos de enfrente? ¿Cómo son los frutos del paraíso? ¿Y las semillas de las catalpas de la escuela? ¿Los plátanos tienen el tronco de color marrón? ¿La lechuga da flores? ¿Cómo son?

La salida como actividad de búsqueda de información se inicia previamente a la salida en sí, con su preparación, y continúa al regreso con la organización y el análisis de los datos recolectados y con la socialización de lo observado.

Una vez instalado el propósito de la salida, habrá que prever el recorrido, la organización del grupo, de los tiempos y de las tareas. Si bien la planificación la realizan las y los docentes, y hay decisiones que las toman ellas y ellos, hacer partícipes a las y los estudiantes en esta instancia promueve que se involucren directamente y comprometan con el desarrollo de la actividad desde un lugar protagónico.

En las clases previas a la salida, podrán pensar cómo se organiza el grado durante la misma, si lo hará en grupos, qué recorrido y qué tareas realizará cada uno, qué hará cada integrante, qué tipo de registro se usará y qué materiales será necesario llevar, por mencionar algunos ejemplos.

La primera salida

Durante la primera actividad de observación, la mirada estará centrada en que las chicas y los chicos reconozcan las partes de las plantas que estén visibles en ese momento y que identifiquen las plantas que van a estudiar a lo largo del año (que fueron previamente seleccionadas por su docente) a partir de algún rasgo que las caracterice.

Una de las posibles dinámicas para la salida es que inicien la observación de alguna planta que resulte significativa para el grupo, como puede ser algún árbol que se vea desde la ventana del aula, uno de la entrada de la escuela o alguna planta del patio. En esa primera instancia podrán realizar entre todas y todos la descripción y un registro gráfico detallado de las partes observables. Algunas orientaciones docentes para guiar esta tarea: ¿Tiene hojas? ¿Muchas, pocas? ¿De qué color? ¿Se ven todas del mismo color? ¿Qué forma tienen? ¿A qué se parece? ¿Tienen el borde liso, como “serrucho”? ¿Se les ven las flores? ¿Hay frutos o semillas caídos? ¿Cómo son? ¿De qué color? ¿Cómo podemos averiguar si son frutos o si son semillas? Cuando a continuación realicen la observación de otros árboles u otras plantas seleccionadas, podrán usar esta especie como referencia y establecer comparaciones del estilo: ¿Tienen hojas parecidas? ¿En qué se parecen? ¿Y el tronco/tallo se parece al de…? ¿Por qué? ¿Cómo es?

Otra posibilidad para el primer recorrido es que se realice entre todas y todos y, luego, cada grupo se ocupe del registro detallado de una especie en particular. Una alternativa es asignar a cada agrupamiento de estudiantes una especie, realizar las observaciones en forma conjunta pero, al detenerse a observar la planta asignada, sea el grupo quien se encarga de tomarle fotos, recolectar hojas, flores o frutos si es que se encuentran caídos, de realizar un grabado del tronco frotando crayones o carbonilla sobre una hoja o completando un instrumento de registro.

Imagen de dos afiches en donde se puede ver dibujos hechos por niñas y niños sobre el plátano y su fruto, y sobre diversos formatos de hojas de un árbol.

Imágenes de archivo DGCyE.

Al regreso de la salida será necesario ordenar y sistematizar toda la información recabada. Para favorecer el intercambio sobre lo que observaron y registraron las alumnas y los alumnos, se podrían proyectar las fotografías que hayan tomado en la salida y compartir los dibujos y otros registros que hayan realizado. Una vez organizada la información, podrán analizarla y retomar las preguntas que habían guiado la actividad para ver si pueden responderlas ahora con los nuevos datos y registrarlas en una cartelera destinada para este tema. ¿Todas las plantas que vimos tenían tallos? ¿Eran todos iguales? ¿En qué se parecían y en qué no? ¿Todas tenían flores? ¿Y frutos? ¿Cómo eran?

Esta instancia, entonces, se convertirá en una situación de formulación de nuevos interrogantes que motivarán una nueva salida. Pueden agregarse estas nuevas preguntas a la cartelera.

El registro de las observaciones 

La información que podemos registrar por medio de una foto o de un dibujo es complementaria a lo que podemos anotar en una tabla o por medio de notas en una libreta de campo. Esto puede ser comentado y analizado con el grupo. En cualquiera de los casos, podrán seleccionar aquellos instrumentos que promueven la autonomía durante las salidas por parte de las chicas y los chicos. 

Si deciden hacer más de un tipo de registro, podrán optar por realizar algunos en forma grupal y otros individualmente.

Niña tomando registro de lo observado  en una hoja.

Imagen de archivo DGCyE

Dado que realizarán más de una salida en diferentes momentos del año en las cuales se observarán varias especies, resultará importante incluir la fecha y el nombre de la planta registrada en cada registro.

Ficha con registros de un palo borracho.

Imagen de archivo DGCyE.

Resulta necesario guiar el registro a partir de algunas orientaciones que se pueden plantear antes del dibujo y durante el mismo. Una consigna que colabora en este sentido es la de proponer que dibujen el árbol o la planta que se les haya asignado lo más parecido a como lo/la ven. “¿Las hojas tienen esa forma? Fijate bien, ¿cuántas puntas tiene? ¿Todas esas? ¿Y cómo es el borde de esas hojas? ¿Es liso o parece un serrucho?” En este sentido es posible reflexionar sobre la importancia de estos datos, ya que diferentes tipos de hojas pueden corresponder a especies distintas.

Ficha con registros de un fresno.

Imagen de archivo DGCyE.

Cabe comentar que para que los dibujos adopten el valor de registro tienen que ser realizados durante la observación en la salida de campo; de otro modo, constituirán el registro de lo que recuerdan haber observado.

La segunda salida

Como parte de la preparación de la segunda salida o de las subsiguientes, podrán retomar los registros que realizaron y analizar qué cosas les falta averiguar. Por ejemplo: ¿Se habrán caído las hojas del níspero? ¿O habrán cambiado de color? ¿Podremos ver las flores esta vez? ¿La corteza seguirá igual o habrá cambiado? En este momento, las y los estudiantes también pueden consultar la cartelera donde registraron las ideas iniciales y los interrogantes que no podían responder.

Será conveniente que la o el docente organice la segunda salida o las siguientes luego de confirmar que hayan ocurrido cambios significativos en algunas de las plantas respecto de la salida anterior. Por ejemplo, que haya florecido o que haya dado frutos, que se le hayan caído las hojas o que le hayan crecido hojas nuevas.

Entre una salida y otra

Además de la organización de los datos recolectados y la comparación de los cambios que ocurren entre las distintas especies, entre una salida y otra será posible profundizar en algunos aspectos particulares del ciclo de vida de las plantas con flor: la transformación de la flor en fruto, la diversidad en el ciclo de vida de las plantas (algunas plantas son anuales, otras bianuales y algunas viven muchos años).

Los cambios en las plantas a lo largo de su ciclo de vida

La diversidad en las plantas en cuanto a sus ciclos de vida se puede pensar estableciendo comparaciones entre los cambios que les ocurren a las plantas en su vida.  

Las plantas anuales, como el rabanito, las arvejas o el maíz, en un año germinan, crecen, florecen, dan frutos y semillas y mueren. En cambio, las plantas bianuales acumulan nutrientes en la raíz, como las zanahorias y las remolachas, o en los bulbos, como las cebollas y los ajos. En el primer año germinan y desarrollan la raíz, el tallo y las hojas y crece el bulbo, donde almacenan los nutrientes. Y en un segundo año brotan tallos del bulbo, de donde van a desarrollar las hojas, las flores y los frutos con las semillas. Al cabo del segundo año mueren. Y por último, las plantas perennes, como los árboles frutales, por citar un ejemplo. Es decir, todas las plantas con flor atraviesan las mismas etapas y cambian de la misma manera pero algunas completan su ciclo en un año, algunas lo hacen en dos y las plantas perennes crecen un poco más cada año durante varios años.

Si en la escuela tienen huerta o si para esta propuesta decidieron sembrar y cultivar algunas especies, podrán realizar estas comparaciones a partir del seguimiento de sus propias hortalizas o de las plantas que están cuidando en el grado.

¿Cómo piensan que cambia la planta de paltas desde que es una semilla hasta que forma el árbol de paltas? Para responder pueden ayudarse con dibujos.

Integración y cierre

Para el cierre de esta propuesta, que posiblemente sea luego de unos meses de observaciones sistemáticas, podrán partir de la comparación de los cambios que registraron en las distintas especies. Esta instancia será también una buena oportunidad para retomar las ideas y las preguntas que habían intercambiado en la primera clase. ¿Qué les parece esto que pensaban al principio? ¿Todos los árboles tienen un tronco de color marrón? ¿Todos los árboles pierden sus hojas en invierno? ¿Todas las plantas florecen en primavera? ¿Qué podrían comentar ahora?

A modo de integración podrán formular algunas generalizaciones del estilo:

  • Hay plantas que pierden sus hojas durante los meses fríos, como los ceibos y los paraísos. En cambio, hay plantas que mantienen su follaje durante todo el año como las anacahuitas y las araucarias.
  • Hay plantas que florecen una vez al año, en primavera. Otras plantas florecen dos veces en el año, como por ejemplo, el jacarandá.
  • Hay árboles que mantienen su corteza todo el año y hay algunos, como los eucaliptos, en los que la corteza se desprende en tiras.

Las propuestas para estudiantes de tercer año vinculadas a estas orientaciones se pueden descargar desde el apartado “Materiales complementarios”.

Imagen de portada: Archivo DGCyE.

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