Trabajar el «Ni una Menos» en las escuelas

Orientaciones y propuestas vinculadas al 3 de junio, Día de la acción colectiva contra los femicidios.

Creado: 2 junio, 2021 | Actualizado: 16 de octubre, 2023

Marco general: 3 de Junio

Día de la acción colectiva contra los femicidios

A partir del año 2021, por Resolución conjunta 3016/2020, la Dirección General de Cultura y Educación incluyó en el calendario escolar el 3 de junio, "Ni Una Menos", Día de la acción colectiva contra los femicidios para ser trabajado en las instituciones educativas de la provincia de Buenos Aires; y así recordar la significatividad social de la fecha en virtud de las manifestaciones colectivas y autoconvocadas en contra de las violencias machistas. […]

Desde la Dirección Provincial de Educación Primaria proponemos a las y los docentes que los días cercanos al 3 de junio, fecha que a partir del 2021 fue incorporada al calendario escolar como “Día de la acción colectiva contra los femicidios”, sea una oportunidad para renovar y profundizar la apuesta que la escuela primaria hace cotidianamente en Educación Sexual Integral.

Las y los estudiantes de nuestras escuelas son parte de un contexto que tiene debates permanentes en los medios de comunicación, en las casas, en las escuelas, en los juegos y en las propias charlas entre pares sobre violencia de género, aunque no se la nombre así. En este sentido, la escuela debe tomar aquí también el rol que la ha caracterizado históricamente como institución educativa: el de albergar, contener, explicar y ordenar aquellas cuestiones que movilizan a la sociedad, en general, y a las infancias, en particular.   

Es importante que en las aulas se dé lugar al tratamiento de esta fecha en particular y a las violencias por motivo de género, en general. Sabemos que, muchas veces, habilitar o propiciar intercambios sobre estas cuestiones genera incomodidades, vergüenzas, angustias y enfrentamientos de posicionamientos entre las y los estudiantes que nos interpelan como docentes y como personas adultas1.

Algunas orientaciones de trabajo 

Se propone generar algunos espacios de intercambio sobre esta cuestión, preguntarles a las y los estudiantes si han visto carteles, noticias o publicaciones en las redes sociales sobre estos temas. Por otra parte, y atendiendo a la complejidad que requiere explicar las violencias por razones de género y el funcionamiento del patriarcado en general, cada estudiante podrá (por medio de este intercambio entre sí y con las estratégicas intervenciones de sus docentes) comenzar a aproximarse a la complejidad del tema. Este es un primer paso para comenzar a interrogar y desnaturalizar las violencias, esbozar explicaciones que tendrán posibilidad de complejizarse más adelante, y comenzar a imaginar y practicar nuevas maneras de vincularnos.

Para Primer Ciclo se sugiere: 

  1. Conversar sobre el sentido de consignas tales como #Ni Una Menos: ¿La han visto?, ¿la han oído?, ¿dónde? ¿Saben qué significa? ¿Qué piensan las chicas y los chicos sobre esta consigna?
  2. Desnaturalizar las violencias y conversar sobre la necesidad de practicar otras maneras de vincularnos.

Resulta de gran complejidad referirse con las más pequeñas y los más pequeños a las violencias por razones de género. La fecha nos permite instalar momentos de conversación: algunas o algunos podrán comentar sobre el tema; otros comenzarán a informarse en este diálogo entre la maestra o el maestro y las y los compañeros. 

Para Segundo Ciclo se propone: 

  1. Conversar sobre el sentido de consignas tales como #Ni Una Menos: ¿La han visto?, ¿la han oído?, ¿dónde? ¿Saben qué significa? ¿Qué piensan las chicas y los chicos sobre esta consigna?
  2. Desnaturalizar las violencias y conversar sobre la necesidad de practicar otras maneras de vincularnos entre todas y todos.

En el caso de las y los estudiantes más grandes, también podemos propiciar este tipo de intercambios e incorporar recursos que ayuden a complejizar los sentidos comunes y el plano de las opiniones para pasar a intercambios y análisis más puntuales.

Una posibilidad sería presentar la voz de nuevos actores, individuos o instituciones, para que ayuden a comprender la magnitud de este problema social -a escala regional o global-. Se puede apelar a las opiniones de una estudiosa o un estudioso en el tema; de una o un profesional de la salud, las leyes o la educación; una o un activista; un observatorio u organismo internacional que se ocupe de prevenir y contrarrestar las violencias, etc.). También se puede recurrir a textos o materiales. 

El siguiente artículo, por ejemplo, nos permite conversar con las y los estudiantes y descubrir las distintas formas que puede asumir la violencia contra las mujeres. La desigualdad se hace visible también en los ámbitos de trabajo.

En América Latina las mujeres realizan el 73,5 por ciento del trabajo de cuidado no remunerado, en promedio dedican 2,8 veces más tiempo que los hombres a esas tareas que no suelen ser reconocidas como trabajo. “El trabajo de cuidados no remunerado constituye la principal barrera para la participación de las mujeres en los mercados laborales. En la región el 42,4 por ciento de las mujeres en edad laboral declararon que no estaban disponibles o que no buscaban trabajo debido al trabajo no remunerado. Los hombres en las mismas condiciones son solo el 5,2 por ciento”, explicó Arteta al referirse a una de las principales problemáticas de las estructuras laborales y distributivas latinoamericanas.

Desde esa perspectiva las tareas no remuneradas como el cuidado de niños y adultos mayores representan un obstáculo para la calidad del trabajo de las mujeres ya que afecta la cantidad de horas que pueden estar empleadas y, por lo tanto, limita sus ingresos. En otras palabras, existe la brecha salarial porque hay desigualdad en el hogar. “Las mujeres con responsabilidades de cuidado tienen más probabilidades de trabajar por cuenta propia y estar ocupadas en la economía informal y menos probabilidades de aportar al régimen de seguridad social”, consideró Arteta ante la consulta de este diario.

Lukín, T. (2018, 9 de octubre). La desigualdad crece con la crisis. Página 12. Recuperado en mayo de 2022.

Para tener presente

Como docentes, y sabiendo la sensibilidad que provocan estos temas, que muchas veces son parte de la cotidianeidad de nuestras y nuestros estudiantes -y también de nuestras propias vidas-, debemos tomar recaudos y cuidados con nuestras intervenciones: las preguntas, los términos, las caracterizaciones y/o generalizaciones que hagamos. Evitar posturas que reproduzcan la lógica de la víctima y el victimario, testimonios o materiales que hablen explícitamente de hechos de violencia, noticias sensacionalistas u otros recursos que puedan impresionar o generar temor. Es importante tener presente las trayectorias de las y los estudiantes, sus entornos y lo que sepamos de sus vidas a fin de evitar exposiciones innecesarias.

Por otra parte, cuando trabajamos con estos temas es importante prestar atención al relato de las y los estudiantes para la detección de situaciones de violencia o vulneración de derechos en sus grupos de crianza. Recordemos que la escuela es un nexo con otros agentes e instituciones del Estado en su rol de garantizar los derechos de las infancias y las personas en general. En estos casos, debemos siempre informar y actuar de manera conjunta con el equipo directivo y los equipos de orientación escolar, quienes cuentan con información y pueden construir las redes que la situación amerita. Recordemos que también contamos con una Guía de Orientación para la intervención en situaciones conflictivas en el escenario escolar donde se describe la manera de proceder.  

Las intervenciones que hagamos, ya sea en el diálogo con estudiantes o sobre los recursos que decidamos proponer, pueden estar enfocadas en develar los distintos tipos de violencia; en el rol de las instituciones y el Estado, en general, en la actuación sobre ellas y/o en la prevención de las mismas; los diferentes escenarios donde se da la violencia y/o los principales reclamos de los grupos de mujeres hacia la sociedad y el Estado. Recordemos que la detección temprana de situaciones de violencia y la oportuna intervención sobre las mismas es lo que puede prevenir o evitar la violencia estructural y sistémica. 

Si decidimos nombrar instituciones, es importante que hagamos referencia a las delegaciones locales, en qué zona de nuestra localidad se encuentran o cómo podemos comunicarnos con las mismas, de manera que las y los estudiantes las perciban como algo cercano y accesible. Actualmente existen muchas formas de comunicarse con centros de asesoramiento y ayuda sobre violencia de género, entre ellos la línea 144 del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.

Sabemos que no es fácil abordar la violencia en la escuela y mucho menos la violencia por motivos de género. La visibilización, la desnaturalización y la problematización de las violencias son el camino para la construcción de otras maneras de relacionarnos. La escuela primaria nos ofrece un rol protagónico para esta construcción.   


¹ En la publicación del año 2020 se hace alusión al origen de la fecha. EFEMÉRIDES 3 DE JUNIO “NI UNA MENOS”

Imagen de portada: Icons8.

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