Vida cotidiana de diferentes grupos sociales en la Buenos Aires de principios del Siglo XIX

Caracterización de los diferentes grupos sociales de la época, sus prácticas sociales, costumbres, vestimentas, viviendas, trabajos y ámbitos de sociabilidad.

Creado: 5 mayo, 2023 | Actualizado: 15 de diciembre, 2023

Sentido de la propuesta y consideraciones generales

La enseñanza de las Ciencias Sociales en el primer ciclo de la educación primaria busca enriquecer las ideas que las chicas y los chicos tienen acerca de la vida en sociedad, a cuestionar o relativizar otras, a indagar nuevos aspectos de temáticas cercanas o aproximarse a otras desconocidas para construir representaciones que progresivamente les permitan empezar a observar la diversidad y la complejidad de los mundos sociales del presente y del pasado, así como a desnaturalizar su mirada sobre las sociedades y sobre el conocimiento social. Desnaturalizar las representaciones de la vida en sociedad, diversificarlas y complejizarlas son aspectos fundamentales para contribuir a la formación ciudadana de las alumnas y los alumnos de nuestras escuelas.

Con estas intenciones que enmarcan la enseñanza en el primer ciclo presentamos una propuesta sobre la vida cotidiana de diferentes grupos sociales en la Buenos Aires de las primeras décadas del siglo XIX, es decir, de fines de la etapa colonial y primeras décadas posteriores a la Revolución de Mayo. Si bien en este tiempo se condensan cambios políticos sustanciales, no se producen cambios significativos en la vida social y urbana de la región. Por eso proponemos trabajar sobre este tiempo. Además porque disponemos de fuentes diversas situadas en esas décadas que resultan propicias para abordar el tema con las niñas y los niños de primer ciclo.

Para aproximar a las chicas y los chicos al conocimiento de ciertos aspectos de la sociedad de la Buenos Aires de principios de siglo XIX, proponemos trabajar con los diferentes grupos que la integraban y hacer foco en la vida cotidiana de alguno/s de ellos. La sociedad colonial conformada a partir de la conquista de América fue estamental, jerárquica, profundamente desigual. El orden legal impuesto por la colonia establecía clara y explícitamente las posibilidades y los límites de los diferentes grupos en base al origen étnico de sus integrantes. Si bien existen muchas clasificaciones de la época que buscaron “ordenar” la diversidad impuesta por el mestizaje, dar nombre a cada pequeña parcialidad, podemos decir que la sociedad colonial estaba compuesta por dos grupos muy diferentes entre sí: un grupo privilegiado integrado por europeos (los conquistadores y sus descendientes) y los sectores populares subordinados a los primeros (los indígenas, los esclavos y los “mezclados”, es decir, todos los nacidos de la unión de indígenas, esclavos y blancos). El grupo privilegiado se llamó a sí mismo “gente decente” y denominó “bajo pueblo” o “plebe” a los sectores populares.

La desigualdad entre estos grupos sociales era un principio ordenador de esta sociedad. Como anunciamos en el párrafo anterior, las características de los grupos sociales y los principios que rigen la vida social en la etapa colonial no se van a modificar “a la par” de los cambios políticos radicales que marcaron el fin del imperio español en la región a partir de la Revolución de Mayo. La vida social y urbana de Buenos Aires va a mantener muchas de sus características durante las décadas posteriores a la revolución.

La vida cotidiana de los grupos sociales es una puerta de entrada que permite abordar la desigualdad constitutiva de esta sociedad. Proponemos enseñar sobre las prácticas sociales, costumbres, vestimentas, viviendas, trabajos, ámbitos de sociabilidad de los grupos privilegiados y de los sectores populares. En el caso de los grupos del “bajo pueblo”, sugerimos hacer foco en uno de ellos para profundizar la mirada: los esclavos africanos y sus descendientes1. Interesa adentrarse en las particularidades de su vida cotidiana, considerar las razones de ciertas prácticas o costumbres y analizar los tipos de relación y vínculos entre los grupos estudiados2. A través del análisis compartido de relatos, textos, pinturas de la época y producciones audiovisuales3, las chicas y los chicos podrán aprender sobre la cotidianidad de estos grupos y aproximarse así a conocer algunos aspectos de la sociedad rioplatense de la primera mitad del siglo XIX.

Para que las alumnas y los alumnos puedan dar sentido a las cuestiones enunciadas, será necesario presentarles el contexto en el que vivían los grupos estudiados. Para eso nos centraremos en la Buenos Aires de las primeras décadas del siglo XIX, en la “pequeña aldea” (capital del virreinato del Río de la Plata desde 1776) y en su campaña4. Disponemos para su tratamiento de una gran variedad de fuentes históricas adecuadas para el trabajo en el aula en el primer ciclo -pinturas y relatos de viajeros, entre otras-, así como materiales curriculares5 sobre el tema que maestras y maestros pueden consultar en línea.

Comenzaremos entonces por caracterizar la Buenos Aires de los años 1800. Nos proponemos que las chicas y los chicos puedan aproximarse a comprender algunas de sus características, que construyan representaciones sobre esta pequeña ciudad y su entorno rural, que imaginen este espacio social. Luego nos centraremos en la vida de las personas que lo habitaron durante el período mencionado.

Sugerencias y materiales6 para el trabajo con estudiantes

Las propuestas para estudiantes se pueden descargar desde el apartado “Materiales complementarios”.

Primera parte: Buenos Aires, pequeña aldea

Presentamos a la antigua ciudad de Buenos Aires, la de los años 1800, a través de una serie de pinturas, de un texto de nuestra autoría sobre las características generales de esta pequeña aldea y del testimonio de un viajero francés que describe las mañanas en esta ciudad situada a orillas del río. El Río de la Plata, en ese momento, era la puerta de entrada (y de salida) de quienes llegaban a estas tierras (o se iban).

Los autores de las fuentes históricas que presentamos son europeos. Algunos son viajeros, como es el caso del francés que acabamos de mencionar -Alcide d’Orbigny- y de Emeric Essex Vial, un inglés que recorrió Buenos Aires y Montevideo y publicó sus memorias de regreso a su país (un libro que incluye hermosas descripciones y pinturas). Otros vinieron a trabajar y se instalaron definitivamente en la ciudad, como Charles Pellegrini (padre de quien sería Presidente de la Nación entre 1890 y 1892, Carlos Pellegrini), un ingeniero francés que comenzó a pintar escenas de Buenos Aires para mostrar a su familia la ciudad a la que había llegado y terminó haciendo de la pintura su actividad principal. Rodolfo Carlsen, finalmente, fue un pintor danés que vivió largo tiempo en Buenos Aires hasta que finalmente regresó a su país.

No es casual que muchos de los que describen la ciudad en sus textos y pinturas sean los viajeros o los recién llegados, ya que ellos registran todo aquello que les llama la atención desde su “mirada externa”. Así producen ricas representaciones que permiten, desde el presente, reconstruir una sociedad del pasado. Sugerimos hacer notar a las alumnas y los alumnos esta condición de los autores de las fuentes. Por ejemplo, hacia el final del trabajo se podría proponer una mirada de conjunto que recupere esta cuestión y analizar la relación entre la “extranjería” de los autores y la producción de descripciones e imágenes de la ciudad.

Cuando Buenos Aires era una pequeña aldea

Presentamos un recorrido por la pequeña aldea que era entonces Buenos Aires que comienza justamente por la mirada de los que llegaban a la ciudad a través del Río de la Plata. La acuarela de Charles Pellegrini Vista de Buenos Aires (1834, Museo Nacional de Bellas Artes) proporciona una visión de conjunto de la ciudad, ofrece un perfil desde esta perspectiva que nos permite aproximarnos a sus dimensiones, a la altura de sus edificaciones y a muchas de las actividades que se desarrollaban en su ribera: el desembarco de pasajeros y mercancías -actividad central de la ciudad-puerto-, la carga de agua por parte de los aguateros para su reparto en las viviendas familiares, el lavado de ropa realizado por las lavanderas, la provisión de agua para animales de carga, el paseo por la Alameda. Buenos Aires fue construida junto a un amplio río, sobre una barranca para estar protegida de las crecidas. El camino costero arbolado (la Alameda) muestra un lugar cuidado para disfrutar de la ribera a la vez que protegido de los vientos que soplan fuerte desde el río.

Luego de presentar el tema, la o el docente podrá proponer a las alumnas y los alumnos un trabajo de observación de la pintura de Pellegrini para empezar a conocer cómo era Buenos Aires hace más de 200 años.

En la presentación de la obra, con su título y su autor, se podrá señalar que Charles Pellegrini fue un pintor francés que vino a Buenos Aires en 1828 y se quedó a vivir. Realizó sus primeras pinturas para mostrar a su familia la ciudad a la que había llegado. Con el tiempo la pintura se convirtió en su actividad principal y sus obras permiten conocer cómo era la ciudad por aquellos tiempos.

Vista de Buenos Aires, Charles Pellegrini, 1834. Tomada del Museo Nacional de Bellas Artes.

A través de la observación de esta acuarela y el intercambio colectivo orientado por la o el docente, apuntamos a que las chicas y los chicos puedan hacer un primer acercamiento a la ciudad desde una perspectiva similar a la de los viajeros y disponerse a conocerla mejor. 

Sobre la observación de imágenes

Las imágenes no hablan por sí solas. Para que las alumnas y los alumnos puedan “ver” es preciso presentar la obra, contextualizar la propuesta en relación con el tema que se está estudiando y comunicar un propósito para mirar juntos la imagen.

También es necesario detenerse a observar, sostener la mirada y compartir con otras y otros aquello que se empieza a ver y cómo se lo interpreta, así como las preguntas que puede surgir sobre determinadas cuestiones. Por ejemplo: ¿por qué hay carretas adentro del agua?, ¿qué están haciendo?, ¿es en un lago?, ¿es el mar? O: ¿qué hacen las personas que están en el agua?, ¿son mujeres? Algunas preguntas podrán responderse en el momento y otras quedar como interrogantes que podrán ser resueltos más adelante. Además, la o el docente orienta la observación en función de los contenidos a enseñar, promueve que las alumnas y los alumnos infieran aspectos no observables, que establezcan relaciones entre diferentes elementos, que reparen en cuestiones que pasaron por alto.

Muchas veces es necesario contar con información adicional para interpretar aspectos de la imagen. Esa información puede ser introducida por la o el docente al contextualizar la fuente o en el intercambio sobre lo observado. Los comentarios de las alumnas y los alumnos nos dan pistas de cómo están interpretando y lo que necesitan saber para revisar o profundizar los sentidos que están produciendo.

Por otra parte, las imágenes pueden ser tomadas como punto de partida para ampliar aspectos que allí no aparecen o no resultan tan “visibles” o para contar historias que la imagen no muestra. Por ejemplo, que los grandes barcos no podían llegar hasta la costa de Buenos Aires porque el río es poco profundo y que por eso debían anclar a distancia de la ribera y hacer el desembarco de pasajeros, tripulantes, equipajes y mercancías a través de carretas con grandes ruedas que se internaban en el río con ese fin. Estos relatos -que contextualizan o amplían la información- ayudan a que las chicas y los chicos puedan representarse las situaciones que no conocen y, de ese modo, aprender sobre ellas.

Luego del trabajo de observación, proponemos la lectura compartida del texto “Cuando Buenos Aires era una pequeña aldea”, para saber más acerca de la ciudad en las primera décadas de 1800. Las representaciones construidas en la observación de la pintura de Pellegrini podrían ayudar a las niñas y los niños a interpretar el texto que caracteriza a Buenos Aires como una pequeña aldea. Por eso proponemos su lectura después de la imagen, para que las y los estudiantes puedan abordarlo con conocimientos que los habiliten para anticipar lo que encontrarán en el texto o para entenderlo mejor.

CUANDO BUENOS AIRES ERA UNA PEQUEÑA ALDEA

Durante mucho tiempo, Buenos Aires fue una ciudad muy chica. Los viajeros que la visitaban a principios de 1800 decían que era una pequeña aldea. De una punta hasta la otra tenía unas treinta cuadras. En sus alrededores se hallaban las quintas que ocupaban una superficie mucho más extensa y abastecían de frutas y verduras a sus habitantes. En la ciudad vivían unas 40.000 personas.

Estas personas recorrían la ciudad a pie o a caballo porque las distancias eran cortas: ir de un lado a otro no tomaba mucho tiempo. Si llovía se complicaba, porque las calles eran de tierra y el barro dificultaba los traslados. Para distancias más largas las familias ricas usaban carruajes tirados por caballos, pero no había muchos en la ciudad. Para el transporte de mercaderías se usaban carretas tiradas por bueyes.

Buenos Aires era una ciudad baja, la mayoría de las casas tenían una sola planta. Algunas tenían dos pisos a los que se llamaba “altos” y los vecinos los identificaban por el apellido de sus dueños, por ejemplo, “los altos de Elorriaga”. Muchas casas tenían azotea y miradores donde las familias podían disfrutar de las vistas del río y ver la llegada de algún barco. Las únicas construcciones que sobrepasaban esa altura eran las cúpulas y campanarios de las iglesias que, por cierto, eran muchas en esta pequeña aldea.

En el intercambio sobre el texto, leído por la maestra o el maestro, sugerimos volver sobre la pintura así como promover que las chicas y los chicos se imaginen (a partir de lo que las fuentes describen) cómo era Buenos Aires en ese momento.

Luego sugerimos volver a observar la pintura de Pellegrini para profundizar algunas cuestiones. Por ejemplo:

  • Fíjense en las construcciones de la ciudad que pintó Pellegrini. ¿Cuáles son iglesias? ¿Cómo se dieron cuenta? 
  • ¿Ven alguna casa “de alto”? ¿Cuáles?
  • El texto describe las calles de la ciudad. ¿Encontraron alguna calle en la imagen? ¿Cómo es?
  • ¿Qué otras cosas de la imagen de Pellegrini les dan pistas para saber cómo era Buenos Aires en ese tiempo?

Y, a modo de cierre parcial:

  • ¿Por qué les parece que los viajeros decían que Buenos Aires era una “pequeña aldea”?

La ciudad y el río

Proponemos a continuación trabajar con algunas escenas de la acuarela “Vista de Buenos Aires”, de Pellegrini7 para hacer foco en las relaciones entre la vida en la ciudad y el río. El recorte de esas escenas busca favorecer la observación por parte de las alumnas y los alumnos así como aportar nueva información a través de los epígrafes para enriquecer su interpretación de las imágenes y la aproximación de los contenidos de enseñanza. El análisis de estas escenas puede permitir a las y los estudiantes imaginar aspectos de la vida cotidiana en Buenos Aires vinculados con los diferentes usos del agua del río que hacían sus pobladores, así como comprender la relevancia del río en la vida de las personas. La disponibilidad de agua dulce era un criterio central para la fundación de las ciudades coloniales (y del pasado lejano, en general) en tanto elemento básico para el desarrollo de la vida humana.

El río era muy importante para la población de la ciudad. Si miran en detalle las partes de la pintura de Pellegrini que aparecen a continuación, van a saber por qué.

Obra de Charles Pellegrini donde se ve a Buenos Aires desde el río.

Vista de Buenos Aires, Charles Pellegrini (parte). Por el río llegaban los viajeros, las mercancías y la información que venían de Europa o de otras partes de América. Como el río era muy poco profundo, los barcos grandes no podían llegar hasta la orilla. Por eso, carretas de grandes ruedas se internaban en el río para acercarse a los barcos y transportar a los pasajeros y las mercancías hasta la ciudad.

Recorte de la obra de Charles Pellegrini donde se ve un aguatero transportando barriles en su  carreta tirada por bueyes.

Vista de Buenos Aires, Charles Pellegrini (parte). Del río se obtenía el agua que las personas necesitaban para beber, cocinar, limpiar o asearse. El aguatero entraba al río con su carreta tirada por bueyes, cargaba su tonel de agua y luego la repartía por las casas de la ciudad.

Pintura de Charles Pellegrini donde se ve a las lavanderas en el río.

Vista de Buenos Aires, Charles Pellegrini (parte). Las lavanderas, generalmente esclavas, lavaban la ropa de sus amos en el río. Como no podían volver con la ropa mojada porque era muy pesada, la secaban en la orilla. Mientras esperaban que se secara, conversaban y tomaban mate. Así se enteraban de las novedades de la ciudad.

Pintura de Charles Pellegrini donde se ve un paseo público arbolado en al ribera del río.

Vista de Buenos Aires, Charles Pellegrini (parte). La Alameda, un paseo público rodeado de árboles en la ribera del río, era uno de los lugares preferidos de los habitantes de Buenos Aires. Lo recorrían a pie o en carruaje al atardecer. En las noches de verano, se acercaban las familias para tomar baños nocturnos.

Buenos Aires vista desde el río

Para cerrar esta primera aproximación a la ciudad sugerimos la observación de la pintura Vista de Buenos Aires desde la playa, de Rodolfo Carlsen (1845). Con una perspectiva similar a la de Pellegrini, esta pintura permite comparar dos representaciones de la ciudad, analizar la nueva imagen desde lo aprendido, reconocer elementos comunes y otros que aportan nueva información.

Pintura de Rodolfo Carlsen donde se ve la ciudad de Buenos Aires desde la plata del río.

Vista de Buenos Aires desde la playa, de Rodolfo Carlsen (1845). Tomada del Centro Virtual de arte argentino (Centro Cultural Recoleta).

Se puede plantear a las alumnas y los alumnos:

  • La obra Vista de Buenos Aires desde la playa, pintada por Rodolfo Carlsen en 1845, ofrece una visión de la ciudad parecida a la de Pellegrini. Observen en la pintura las características y los lugares de Buenos Aires que pueden reconocer a partir de lo que aprendieron. Miren también a las personas y lo que están haciendo.

Luego del intercambio colectivo sobre esta nueva representación de la ciudad, una posibilidad para pasar en limpio algunas de las ideas trabajadas es reflexionar sobre esas preguntas, que además pueden dar lugar a una escritura colectiva a través del docente:

  • ¿Por qué el río era importante para la ciudad? ¿Para que usaban sus aguas las personas que vivían allí o la visitaban?

La plaza y el mercado de Buenos Aires

A continuación, presentamos un acercamiento a otras actividades y otros espacios centrales de esta ciudad: la plaza y el mercado.

La descripción de las mañanas en Buenos Aires del viajero francés Alcide d’Orbigny8 da cuenta de un intenso movimiento (Ver texto: Las mañanas de Buenos Aires según lo que cuenta un viajero francés. Ficha 4). En el trabajo con las alumnas y los alumnos con esta fuente -a través de un relato por parte de la o del docente o de su lectura compartida- proponemos hacer foco en los protagonistas de ese movimiento y en sus acciones para analizar por qué el autor dice que, por las mañanas, “la ciudad presenta el aspecto de todos los puertos”.

Las mañanas de Buenos Aires según lo que cuenta un viajero francés

Cuando la ciudad despierta se ven en primer lugar las carretas de los pescadores que regresan de la playa, cargadas de pescados. Salen a pescar todos los días antes del amanecer, arrojan una o varias veces la red arrastrada por caballos. Y la carreta se carga de hermosos pescados para llevarlos al mercado.

Las carretas que sirven para el desembarco de pasajeros y marineros marchan en grupo hacia el río. Tienen ruedas tan altas que impresionan y son conducidas por un gaucho.

Vienen después los aguateros, trepados en el yugo que une a los bueyes de la yunta, mientras que una campanilla anuncia su paso.

Luego llegan toda clase de vendedores a caballo… los lecheros, los distribuidores de pan, sentados entre dos grandes canastas de cuero llenas de panes. Los vendedores de aves y frutas recorren también las calles, así como los artesanos que se dirigen a sus talleres.

Las lavanderas negras o mulatas con la cabeza cargada con una gran batea en la cual llevan ropa y jabón, se dirigen al río fumando su pipa y llevando la pava para calentar agua para su mate. Ellas no hacen nada antes de haber tomado su bebida favorita.

A las ocho comienza el día para los comerciantes: abren sus negocios, se ubican frente al mostrador o se dedican a desempaquetar mercaderías.

La ciudad presenta entonces el aspecto de todos los puertos: se ven las carretas cargadas de mercaderías, hombres de negocios de distintas naciones, se oye hablar todas las lenguas.

Viaje a la América Meridional realizado de 1826 a 1833, por Alcide d’Orbigny. Recuperado de la Biblioteca Nacional Digital de Chile en abril de 2023.

Las siguientes preguntas, por ejemplo, pueden orientar el intercambio sobre el texto:

  • ¿Cómo eran las mañanas de Buenos Aires según Alcide d’Orbigny?
  • ¿Qué personas y qué lugares de la ciudad nombra el viajero? Señalalos en el texto.
  • ¿Qué tareas hacían las personas que nombra el viajero? 

Algunos indicadores sobre las actividades y sus protagonistas para tener en cuenta:

  • En la ribera del río: la entrada de los pescadores y su salida con la carreta cargada de pescados para su venta en el mercado, el ingreso de las carretas para el desembarco de pasajeros y tripulantes, la carga de agua por parte de los aguateros, la llegada de las lavanderas. Muchas de estas actividades y protagonistas pueden verse en la pintura de Pellegrini Vista de Buenos Aires.
  • En el mercado de la plaza central y en las calles: los vendedores las recorren ofreciendo sus productos o los disponen en la plaza para la llegada de los compradores, los comerciantes abren sus puestos, los artesanos van a los talleres. Se ven carretas cargadas con mercaderías, hombres de negocios de diferentes naciones, se oyen hablar “todas las lenguas”.

En relación con los contenidos de la descripción que realiza d’Orbigny, se presentan dos representaciones iconográficas del mercado en la Plaza de la Victoria. Ambas obras ofrecen elementos para caracterizar el mercado -sobre todo la de Vidal, razón por la cual se presenta en primer lugar- pero, además, “dejan ver” el contexto urbano. Es posible, entonces, seguir profundizando las representaciones de las alumnas y los alumnos sobre la Buenos Aires de los 1800, volver a pensar juntas y juntos en las características de la ciudad que se vienen trabajando y descubrir otras nuevas con imágenes que aportan una perspectiva diferente del espacio urbano (no ya desde la ribera sino desde la plaza central y sus alrededores).

Para introducir el trabajo con estas obras, la o el docente puede plantear:

  • El mercado que describe Alcide d’Orbigny fue pintado por varios artistas de la época, muchos de ellos también viajeros como Charles Pellegrini.
  • El inglés Emeric Essex Vidal visitó Buenos Aires y Montevideo en 1816. Al volver a su país, publicó sus pinturas y relatos de lo que vio en un libro titulado “Ilustraciones pintorescas de Buenos Aires y Montevideo”.
  • Su obra “El mercado” representa la plaza principal de Buenos Aires en un día de mercado.
Pintura de Emeric Essex donde se ve el mercado y las personas que comercializan en ese lugar.

El mercado, de Emeric Essex Vidal (1820). Tomada de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

En la obra de Emeric Vidal se ve la Recova Vieja, una construcción con muchos arcos que atravesaba la plaza principal y la dividía en dos: la Plaza de la Victoria y la Plaza del Fuerte (estas dos plazas forman hoy la Plaza de Mayo). En la Recova había comercios que vendían alimentos (pescados, hortalizas, frutas, panes, huevos), escobas, velas o telas.

Además, otros vendedores ofrecían su mercadería en sus carretas o en el suelo de la plaza. Según Vidal, las damas nunca iban al mercado a hacer las compras. Lo hacían los hombres o los esclavos y las esclavas de la casa.

En la interpretación de esta pintura con las chicas y los chicos proponemos hacer foco, primero, en el mercado y, después, en el contexto urbano.

Algunos aspectos a observar en El mercado, de Emeric Essex Vidal (1820) pueden ser:

  • Los vendedores (de pescados, aves, huevos, panes), sus puestos instalados en la plaza y los compradores que los recorren (hombres y esclavos que se desplazan entre los puestos o cargan las mercancías recién obtenidas para llevar a la casa de sus amos). La Recova Vieja (donde también funcionan puestos del mercado).
  • Detrás de la Recova, un campanario de iglesia y la bandera del fuerte (como la imagen es de 1820, se trata de la bandera creada por Belgrano en vez de la española que flameaba en el fuerte en tiempos de la colonia). En el borde de la plaza, casas de alto. En primer plano, la calle de tierra, los caballos para desplazarse. La iluminación mediante faroles (a vela). 

En el material para estudiantes (ver Ficha 4, La plaza y el Mercado) se incluye una serie de preguntas a modo de pistas para guiar la observación. Se pueden dar por escrito o utilizarlas para orientar el análisis de la obra:

Para buscar en la pintura “El mercado”: 

  • La Recova Vieja.
  • Una torre de iglesia.
  • Carretas de ruedas grandes.
  • Una mujer que lleva una mulita agarrada de la cola y una canasta con panes. ¿Cómo lleva la canasta? ¿Adónde irá?
  • Un vendedor de aves vestido con un poncho.
  • Vendedoras de pescado, aves y huevos.
  • Un esclavo que lleva la mercadería (un gran pescado y dos gallinas) que compró en el mercado para sus amos.
  • Otras personas que están de paso por el mercado.

¿Qué otras cosas ven en la imagen de Essex Vidal? 

Plaza de la Victoria (frente al sur), acuarela de Charles Pellegrini (1829, Museo Nacional de Bellas Artes), ofrece una visión de la plaza hacia el sur de la ciudad (Ver Ficha 4).

Imagen de la Plaza de la Victoria.

Algunos aspectos para analizar en la obra en función de los contenidos que se están trabajando en esta propuesta:

  • Los diferentes puestos del mercado (ambulantes y en la Recova) y personas que los recorren. Carretas para el transporte de mercaderías/funcionamiento de puestos. 
  • La plaza como espacio abierto, las calles de tierra, los carruajes y caballos para el desplazamiento de las personas (los palenques frentes a la Recova para sujetar los caballos), las viviendas familiares con balcones y azoteas, los miradores en las casas, las iglesias (en este caso, Santo Domingo) como las edificaciones de mayor altura. La calle lateral con bastante movimiento de personas y puestos de venta.

En la ficha se incluyen las siguientes preguntas que, nuevamente, podrán brindarse por escrito o utilizarse como guía para orientar la observación:

Observen detenidamente la imagen para localizar y comentar en el aula: 

  • Los puestos del mercado. 
  • ¿Quiénes están comprando o recorriendo los puestos? Señálenlos.
  • ¿Quiénes están en la calle? ¿Qué les parece que están haciendo?
  • Hay carretas de carga y carruajes para las personas. ¿Cuántas carretas y cuántos carruajes encontraron? Fíjense en qué se parecen y en qué se diferencian.
  • Miren las construcciones de la ciudad y busquen: 
    • La Recova Vieja.
    • Una azotea (o terraza). Miren cómo es. ¿Se acuerdan qué hacían allí las familias?
    • Una persona en un balcón.
    • La iglesia.

Finalmente, proponemos relacionar las actividades realizadas en las plazas del siglo XIX con las que tienen lugar en el presente, así como sus características:

A diferencia de las plazas que conocemos hoy, las plazas de los años 1800 eran lugares abiertos. El piso era de tierra y no había otras construcciones9. Allí funcionaban los mercados y se estacionaban las carretas y los carruajes de los vendedores y artesanos. La gente las usaba como espacio de reunión, para celebrar fiestas o para acontecimientos importantes.

Segunda parte. La gente de Buenos Aires

Para empezar a estudiar sobre los grupos sociales que vivían en la ciudad de Buenos Aires y en sus alrededores en los años 1800, proponemos abordar las ideas del texto “La sociedad de Buenos Aires”, que ofrece un panorama general sobre la cuestión. Luego se presentará una caracterización de los sectores denominados como la “gente decente” y el “bajo pueblo”. Dentro de este grupo se hará foco en la vida cotidiana de los esclavos africanos y sus descendientes.

Finalmente se propone un cierre del tema vinculado con ciertos espacios compartidos por ambos grupos sociales. Así, las ideas generales que se presentan en la primera aproximación al tema que plantea el siguiente texto irán cobrando nuevos sentidos a medida que se avanza en la propuesta.

Se puede optar por una lectura compartida de “La sociedad de Buenos Aires” (ver Ficha 5) o una presentación-explicación del tema por parte de la o del docente. En cualquiera de los casos se sugiere abrir al intercambio sobre estas ideas, comentarlas con las chicas y los chicos, animarlas y animarlos a que expresen sus interpretaciones, sus dudas o preguntas para pensar juntos acerca de esta sociedad.

LA SOCIEDAD DE BUENOS AIRES

En Buenos Aires había dos grupos sociales muy diferentes entre sí: un grupo privilegiado, por un lado, y los sectores populares, por el otro.

Desde la época de la colonia, los miembros del grupo privilegiado eran españoles o criollos (hijas e hijos de españoles nacidos en América). En aquellos tiempos el color de piel determinaba la posición social de las personas. Todos los miembros de este grupo eran blancos. Además, todos eran adinerados porque la riqueza era otro elemento fundamental para pertenecer a este grupo. Estas personas se llamaban a sí mismas “gente decente”.

Los sectores populares estaban formados por indígenas, esclavas y esclavos africanos o nacidos en América y todos los “mezclados”, es decir, todos los descendientes de personas de distinto origen (por ejemplo, los mestizos, que eran hijas e hijos de una indígena y un español). También había personas blancas en este grupo; esto pasaba cuando eran pobres o realizaban tareas consideradas inferiores o no tenían vivienda o educación. En síntesis, los sectores populares estaban formados por todas las personas que eran colocadas en una posición inferior en la sociedad, ya sea por el color de su piel o por su ocupación. La “gente decente” los llamaba “el bajo pueblo” o “la plebe”. Estos grupos tenían derechos muy diferentes y la “gente decente” concentraba todos los privilegios. La sociedad de aquellos tiempos era totalmente desigual.

Una diferenciación relevante:

En la sociedad colonial las diferencias entre los grupos sociales estaban establecidas por sus leyes: unos pocos tenían muchos más derechos que otros. Después de la Revolución de Mayo en 1810 muchas cosas comenzaron a cambiar, pero las diferencias entre los grupos sociales continuaron por largo tiempo. En la actualidad todas las ciudadanas y todos los ciudadanos somos iguales ante la ley aunque las diferencias sociales permanecen.

Esta primera aproximación a ideas complejas supone brindar información y explicaciones adicionales (seguramente será necesario hacer una referencia breve a los pueblos que originalmente poblaron el actual territorio de la Argentina y a la conquista europea que da origen a la sociedad colonial). Supone también escuchar a las chicas y los chicos para saber qué ayudas necesitan para avanzar en su acercamiento inicial al tema.

Además de comentar la existencia de estos dos grandes grupos y su composición, se podrá intercambiar sobre algunas expresiones como “gente decente y “bajo pueblo” y acerca de por qué el texto dice que esas denominaciones provenían de los sectores privilegiados (que se llamaban a sí mismas “gente decente” y llamaban “bajo pueblo” a los sectores populares).

El grupo privilegiado o la “gente decente”

Para trabajar en el aula se presentan dos pinturas realizadas por Charles Pellegrini en 1831 (Tertulia porteña y Minuet) y un texto que caracteriza al grupo. 

Las pinturas representan a las tertulias porteñas. Mediante su observación, las alumnas y los alumnos podrán acercarse a conocer a algunas características de estas reuniones, de quiénes participaban en ellas y de qué manera, de cómo era el lugar donde se realizaban: los salones de las viviendas de las familias de la elite porteña. Para proponer su observación se puede plantear:

  • Para saber más sobre las familias ricas de Buenos Aires, vamos a trabajar con dos pinturas de Pellegrini que muestran una de las actividades que realizaban los miembros de este grupo: las tertulias.    
Imagen de personas reunidas al rededor de una mesa.

Tertulia porteña, Charles Pellegrini, 1831.

Imagen de personas reunidas al rededor de una pareja bailando.

Minuet, Charles Pellegrini, 1831.

Algunas preguntas posibles para guiar la observación y el intercambio colectivo sobre las obras, en relación con los contenidos a enseñar: 

  • ¿Quiénes participan de la tertulia? 
  • ¿Cómo están vestidos los hombres y las mujeres?
  • ¿Qué actividades están realizando?
  • ¿Cómo es el lugar en el que están reunidos? (Qué parte de la casa les parece que es, qué muebles tiene, cómo está adornada).

En ambas representaciones Pellegrini pintó a una mulata, seguramente esclava por el año de realización de la pintura. Si las chicas y los chicos reparan en este personaje o si la maestra o el maestro decide hacerlo, se promoverá que las chicas y los chicos infieran su papel en esa escena (y que digan en qué basan su inferencia. Por ejemplo: en el uniforme o en lo que parece estar haciendo en el salón o asomada a la puerta). Estas inferencias podrán corroborarse al abordar el texto que se presenta a continuación. 

Las observaciones realizadas y las preguntas que pudieran surgir podrán sistematizarse a través de una escritura colectiva.

A continuación, para profundizar en el tratamiento de estos grupos, proponemos abordar los contenidos del siguiente texto mediante una lectura compartida o a través del relato de la o del docente.

LA “GENTE DECENTE” 

Las familias de la llamada “gente decente” en general tenían muchos hijos. Sus casas eran muy grandes porque, además del matrimonio y los hijos, vivían bajo el mismo techo otros parientes, huéspedes, empleados y esclavos. Estas familias disponían en sus casas al menos de cinco esclavos: cochero, lacayo y encargados de la limpieza, la cocina y el acarreo del agua. Así las cosas, entre parientes y sirvientes, en las casas de la “gente decente” podían llegar a vivir hasta cincuenta personas.

Estas familias desarrollaban la mayor parte de sus actividades adentro de sus casas. Allí trabajaban, aprendían, se reunían con otros familiares y conocidos, se divertían. 

La principal diversión eran las tertulias, unas reuniones que las familias de este grupo ofrecían por las noches. Los salones se llenaban de visitantes a los que invitaban con mate y dulces. Las diversiones consistían en conversar; bailar las danzas europeas de moda (como el minué o el vals) o algún baile criollo (como el cielito); tocar música (con piano, guitarra o arpa) y cantar. Era costumbre saludar a la dueña de casa al llegar pero luego los invitados podían retirarse sin despedirse. Era común asistir a varias tertulias en una misma noche, según cuenta en sus memorias el viajero Samuel Haigh. 

Para elaborar este texto se consultó el artículo “Una revolución en las costumbres: las nuevas formas de sociabilidad de la elite porteña, 1800-1860.”, de Jorge Myers. En Devoto y Madero (1999): Historia de la vida privada en la Argentina. Tomo 1. Buenos Aires: Taurus.

Luego de la lectura del texto o la escucha del relato, sugerimos intercambiar sobre su contenido para profundizar la caracterización de los grupos privilegiados: cómo eran las familias y las viviendas, cuáles eran sus actividades, cómo se divertían. Sobre el último punto, se podrá volver a las pinturas para complejizar lo observado a partir de la nueva información. Se podrá plantear a las chicas y los chicos:

  • Vuelvan a mirar las pinturas de Pellegrini y traten de descubrir nuevos detalles sobre las tertulias de la “gente decente”. 

Los sectores populares o el bajo pueblo

Para el abordaje de los sectores populares de esta sociedad proponemos hacer foco en los esclavos africanos y sus descendientes. Encontrarán un texto centrado en los trabajos de los esclavos y otro sobre el candombe. 

La maestra o el maestro pueden comentar a sus estudiantes algunas de las siguientes ideas a modo de relato explicativo:

Entre los sectores populares de Buenos Aires, el grupo más numeroso era el de los esclavos y sus descendientes. Hacia 1810 uno de cada tres habitantes de la ciudad era de origen africano o hija e hijo de africanos.

Las africanas y los africanos eran capturados en sus tierras, trasladados a América en barcos llamados “negreros” y vendidos como esclavos por comerciantes europeos. No eran considerados personas, se compraban y vendían como mercancías. 

La venta de esclavos fue legal durante cientos de años. Pero, en esa época, había también personas que rechazaban la esclavitud. 

Los trabajos de las personas esclavizadas

Para dar inicio a esta temática, proponemos presentar las siguientes ideas a las chicas y los chicos: 

  • En los distintos lugares de América en los que fueron vendidos, los esclavos realizaron diferentes tareas. En la ciudad de Buenos Aires sobre todo hacían trabajos domésticos en las casas de sus amos. Si volvemos a mirar las pinturas de Pellegrini “Tertulia porteña” y “Minuet” podremos ver a una esclava ubicada detrás de las invitadas y los invitados para atenderlos.
    Los esclavos realizaban también algunos oficios vinculados con el funcionamiento de la ciudad, por ejemplo, encendedor de faroles. Muchos se dedicaban a la venta ambulante
    (Se puede ir tomando nota de los rubros que se van mencionando)
    Las obras de artistas de la época permiten conocer algunos de los trabajos que hacían   los esclavos. Uno de esos artistas es César Bacle. Nacido en Suiza, se instaló en Buenos Aires junto con su esposa alrededor del año 1828. Juntos se dedicaron a representar escenas de la vida en Buenos Aires y a reproducirlas en álbumes. 

Varias de las litografías10 que las niñas y los niños observarán se encuentran publicadas en uno de esos álbumes, se les puede presentar la tapa al grupo: 

  • Esta es la tapa del álbum “Trajes y costumbres de la Provincia de Buenos Aires” que reúne obras de César Hipólito Bacle. Vamos a analizar algunas de sus ellas.
Imagen de la tapa del álbum con la inscripción "trajes y costumbres"

Luego se propone trabajar con Los trabajos de los esclavos. Sugerimos comenzar con las imágenes y ocuparse del texto después.

Lo que allí se propone se puede realizar en parejas o grupitos chicos para luego intercambiar de manera colectiva. La consigna de la ficha es: 

  • Observen las imágenes con atención y conversen sobre qué tipos de trabajos muestran. Los títulos de las pinturas que aparecen debajo de cada imagen también aportan información.

LOS TRABAJOS DE LAS PERSONAS ESCLAVIZADAS

Observen las imágenes con atención y conversen sobre qué tipos de trabajos muestran. Los títulos de las pinturas que aparecen debajo de cada imagen también aportan información. 

Imagen de una lavandera cargando su equipo de trabajo.

La lavandera, César H. Bacle.

Imagen de un farolero cargando una escalera.

El encendedor de faroles, César H. Bacle. 

Imagen de un vendedor de escobas.

El vendedor de escobas, César H. Bacle. 

Imagen del acceso de una pulpería.

Pulpería en la ciudad en la ciudad de Buenos Aires. Alberico Ísola (1844).

En el trabajo colectivo, sugerimos nuevamente detenerse en cada una de las imágenes para enriquecer las interpretaciones. 

A medida que avanza la interpretación de las imágenes se puede pedir a las alumnas y los alumnos que identifiquen cuáles trabajos corresponden al servicio doméstico, cuáles son oficios urbanos y cuáles son venta ambulante

El texto aporta nueva información sobre algunos de los trabajos que se vienen trabajando, los caracteriza, y agrega nuevos rubros como las actividades artesanales o de entretenimiento.

LOS TRABAJOS DE LAS PERSONAS ESCLAVIZADAS

En Buenos Aires, las personas esclavizadas estaban destinadas principalmente al trabajo doméstico. Sus amas y amos les hacían desempeñar todas las tareas hogareñas posibles, por ejemplo: conducir los carruajes, atender a los animales, limpiar la casa, hacer la comida y servirla, acarrear el agua, lavar la ropa en el río, plancharla, hacer las compras, cuidar a las niñas y los niños. Además, como era costumbre en la época, las esclavas amamantaban a los bebés de la familia.

Por otra parte, los esclavos trabajaban realizando una serie de oficios urbanos como el transporte de agua, el alumbramiento de las calles o la exterminación de insectos. Mujeres y varones esclavizados también se ocupaban de la venta ambulante de alimentos, velas, escobas u otros elementos.

Las y los esclavos realizaban además la mayor parte de las actividades artesanales de la ciudad: producían pan, alimentos, muebles, sombreros, zapatos y ropa. Algunos esclavos trabajaban en oficios vinculados con el entretenimiento: aprendían a tocar instrumentos y se desempeñaban como músicos en las tertulias que se celebraban en la casa de sus amos o en otras celebraciones.

Después de la lectura compartida del texto, se puede abrir el intercambio del siguiente modo: 

  • El  texto aporta información acerca de más trabajos que realizaban los esclavos:
  • ¿Qué nuevos trabajos encontraron?
  • ¿Cómo eran esos trabajos?

Durante el intercambio se sugiere volver tanto al texto como a las imágenes para profundizar el reconocimiento y la caracterización de los diferentes trabajos. 

Para cerrar el tratamiento sobre los trabajos de las esclavas y los esclavos, se puede realizar una escritura compartida que sistematice las ideas abordadas en el aula. 

El candombe

En este apartado desarrollamos contenidos vinculados con otros aspectos de la vida cotidiana de las esclavas y los esclavos en Buenos Aires.

La siguiente información puede ser leída junto con las alumnas y los alumnos o introducida por la o el docente:

  • Los esclavos que vivieron en Buenos Aires se reunían los domingos en sus viviendas o en terrenos baldíos de la zona sur de la ciudad para celebrar festividades de su tierra, tocar música y bailar al ritmo del tambor. Estas reuniones eran conocidas como “tambor” o “candombe” y se hacían escuchar en toda la ciudad. 
    La pintura “Candombe federal”, de Martín Boneo, representa una de estas reuniones. 

Para plantear el trabajo con la obra de Boneo, se sugiere pedir a las alumnas y los alumnos que observen con atención el fragmento de la pintura para saber más sobre los candombes.

Imagen de personas festejando y tocando el bombo en un candombe.

El candombe federal, Martín Boneo, 1845. (Fragmento)

Algunas pistas para observar e intercambiar sobre la pintura: 

  • ¿Cómo es el lugar donde están reunidas las personas que pintó Martín Boneo?
  • ¿Qué están haciendo las diferentes personas?
  • ¿Quiénes participan del candombe y cómo están vestidos? 

Además, proponemos una comparación entre esta escena característica de uno de los grupos de los sectores populares con la de los grupos privilegiados. Para promover la comparación y el análisis de diferencias y similitudes, se puede proponer a las alumnas y los alumnos:

  • Vuelvan a mirar las pinturas sobre las tertulias y el candombe. 

  • ¿En qué se parecen y en qué se diferencian estas reuniones? 

Como cierre, proponemos que las alumnas y los alumnos escriban acerca de cómo eran los grupos sociales que vivían en Buenos Aires en los 1800. Según las características del grupo, se podrá optar por una escritura en pequeños grupos o por dictado a la maestra o al maestro. Sin pretensión de exhaustividad, la producción escrita busca ser una instancia para expresar y sistematizar algunas de las ideas construidas a lo largo de la propuesta, así como para seguir pensando sobre ellas al escribir.

Bibliografía

Di Meglio, Gabriel (2012): Historia de las clases populares en la Argentina. Desde 1516 hasta 1880. Buenos Aires: Sudamericana. 

Di Meglio, Gabriel (2009): El libro del Bicentenario. Buenos Aires: Sudamericana. 

D’Orbigny, Alcide. Viaje a la América Meridional realizado de 1826 a 1833

Emeric Essex Vidal (1816) Ilustraciones pintorescas de Buenos Aires y Montevideo

González Bernaldo, Pilar (1999): Vida privada y vínculos comunitarios: formas de sociabilidad popular en Buenos Aires, primera mitad del siglo XIX. En Devoto y Madero: Historia de la vida privada en la Argentina. Tomo 1. Buenos Aires: Taurus.

Ministerio de Educación de la Nación (2006). Ciencias Sociales 1. Núcleos de Aprendizajes Prioritarios. Serie Cuadernos para el aula. Autores: A. Ajón, B. Akselrad, D. González y M. Scaltritti

Myers, Jorge (1999): Una revolución en las costumbres: las nuevas formas de sociabilidad de la elite porteña, 1800-1860. En Devoto y Madero: Historia de la vida privada en la Argentina. Tomo 1. Buenos Aires: Taurus.

Serie “Bajo pueblo”, episodio “El canto del tambor”, Canal Encuentro.


1 Aunque la esclavitud es una institución instaurada en América por la colonia, siguió existiendo después de la Revolución de Mayo. En 1813, la Asamblea del Año XIII estableció la libertad de vientres y la prohibición del comercio de esclavos. Sin embargo, quienes eran esclavos continuaron siéndolo excepto que lograran comprar su libertad. Por otro lado, aunque ya no eran esclavos, las niñas y los niños nacidos a partir de 1813 se integraban a la vida de sus padres y compartían sus condiciones de vida. 

2 Desde la Dirección Provincial de Educación Primaria (2020), desarrollamos una serie de materiales que abordan esta temática, haciendo foco en la vida de los esclavos a través del tiempo, que pueden consultar como complemento de esta propuesta: De la colonia a la independencia: La vida de los esclavos. Tercer año. (El material incluye algunas referencias a los afroargentinos en la actualidad).

3 Sugerimos el visionado, para seleccionar algunos fragmentos para compartir en el aula, de “El canto del Tambor” de la serie “Bajo Pueblo”, una docu-ficción que recrea, caracteriza y conceptualiza la vida de los esclavos en la Buenos Aires colonial y la esclavitud como institución social. Recuperado de Canal Encuentro en abril de 2023.

4 Recordemos que, en esa época, el territorio indígena ocupaba gran parte de la actual provincia de Buenos Aires.

5 Dirección Provincial de Educación Primaria (2021) Buenos Aires, pequeña aldea (contenidos interactivos).

6 Se adjunta un power para que maestras y maestros proyecten en su aula las imágenes que, en esta propuesta, son fuente de información para analizar las características y condiciones de la “pequeña aldea” que era BUENOS AIRES, en 1800 .

7 El trabajo que aquí proponemos con la acuarela de Pellegrini “Vista de Buenos Aires” ha sido desarrollado también como contenido interactivo en Buenos Aires, pequeña aldea (Continuemos Estudiando).

8 Viaje a la América Meridional realizado de 1826 a 1833. Alcide d’Orbigny. 

9 Excepto la Recova de la plaza principal.

10 “La lavandera”, “El encendedor de faroles”, “El vendedor de escobas”, “Señoras porteñas por la mañana” y “Señora porteña” (ver Ficha 8)  son  algunas de las litografías incluidas en el álbum.

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