Monigote de carbón. Orientaciones docentes
Propuesta para trabajar situaciones de lectura y escritura en torno a esta obra de Laura Devetach.
Creado: 8 noviembre, 2024 | Actualizado: 22 de noviembre, 2024
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Índice
Lectura a través del docente y espacio de intercambio
Un pequeño personaje muy decidido
Los personajes secundarios de este cuento
Lectura de los niños por sí mismos
¿Qué pensaba Micael cuando Roque se fijó en él?
Escribir recomendaciones de los cuentos y poemas preferidos
Escribir pensando en el sistema de escritura
Presentación
Esta propuesta incluye situaciones de lectura y escritura en torno a “Monigote de carbón”, de Laura Devetach. Su desarrollo permitirá a las niñas y los niños detenerse en la singularidad de este cuento. Por otra parte, sostener la lectura de diferentes obras de esta autora permitirá a las lectoras y los lectores establecer intercambios alrededor del mundo creado por Devetach –las características de sus personajes, la presencia de objetos simples de la vida cotidiana que cobran cierto protagonismo y su particular lenguaje poético– tal como ya mencionamos en relación con las orientaciones para docentes de “Cuento del pantalón”.
*Estos dos cuentos de Laura Devetach se encuentran disponibles en la sección Recursos.
Lectura a través del docente y espacio de intercambio
Antes de iniciar la lectura del cuento, la o el docente podrá presentarlo haciendo un comentario o apreciación personal acerca de la historia y, también, de su vinculación con “Cuento del pantalón” y otros cuentos que hayan leído en el marco de la actividad habitual de cuentos y poemas de Devetach.
- Vamos a leer otro cuento de Laura Devetach. Este se titula “Monigote de carbón”, seguramente con ese título ya podrán imaginar quién puede ser uno de sus protagonistas. Además, ¡ya sabemos que en los cuentos de esta autora hasta un pantalón puede ser protagonista de la historia!
Una vez leído el cuento completo, la o el docente conversará con las chicas y los chicos sobre sus primeras interpretaciones y sensaciones como lectoras y lectores.
Algunas intervenciones posibles para abrir el intercambio son:
- ¡Pobre monigote Micael! ¡Cuántas cosas le pasaban! ¿Por qué le pasaban tantas cosas? ¿Qué les parece?
- Mientras leía el cuento, en algunos momentos me daba la sensación de que todo iba a terminar muy bien, con Micael loco de alegría, pero en otros momentos tenía la sensación contraria. ¿A ustedes les pasó lo mismo?
Además, después de leer este cuento me quedé pensando en que, en algunas partes, es un poco triste, bien diferente de “Cuento del pantalón” que también es de Devetach. ¿Qué les parece a ustedes?
Un pequeño personaje muy decidido
En este cuento también advertimos la presencia de un personaje que, en muchas ocasiones –en la vida cotidiana y, principalmente, en la de las personas adultas–, pasa desapercibido y hasta es desechable. Un monigote de carbón que habita la vida cotidiana de un niño: su recorrido en la vereda, un día en la escuela, sus útiles escolares, sus juegos en la plaza y hasta en su habitación. En esa vida cotidiana circulan y se manifiestan abiertamente distintos deseos y frustraciones de cada uno. Algunos de ellos son producto de la interacción entre ambos: el niño y el monigote. Por ejemplo, el anhelo de Micael de ser un señor importante es creado a partir de las palabras del niño, quien no solo dice en quién lo convertiría –en un pirata– sino también cómo sería y qué nombre tendría.
Algunas intervenciones para profundizar en este eje podrían ser:
- En la primera parte del cuento dice (lee): “Lástima que su destino fuera estar siempre estampado con carbón en esa aburrida pared”. ¿A qué se refiere con eso?
- ¿Dónde les parece que estaba esa pared? ¿Qué pistas hay en el relato para darnos cuenta del lugar donde estaba?
- Micael pasó de estar alegre y saltarín a sentirse de otra manera cuando se dio cuenta de que le faltaba un ojo. ¿Cómo les parece que se sentía? ¿Qué le molestaba?
- Monigote parece enojado con las moscas, las hormigas y los pájaros. Les releo esta parte:
Pero las moscas eran tontas, y cuando él les hablaba se limitaban a tantearlo con sus trompas para ver si era comestible.
—¡Tontas! –les gritaba Micael–. ¿Dónde vieron que los monigotes se coman?
Las hormigas eran aún peores porque a veces querían morderle sus bracitos de carbón. Y los pajaritos… ¡Oh, los pajaritos!, ellos vivían en otro mundo, balanceándose en el aire, felices, y poco caso hacían de un pobre monigote de carbón.
¿Qué es lo que dice Micael de esos animales que lo enojan? Pero en realidad, ¿qué es lo que le molesta de ellos? ¿Hay alguna pista en el texto?
- Al principio también se enojó con el niño, Roque. ¿Por qué será que enseguida se le pasa ese enojo?
- En algunos pasajes podemos darnos cuenta sin dudar de que Roque le habla al monigote. Por ejemplo, en esta parte que voy a releerles
—¡Qué lindo sos! –le dijo el niño–, te haría el ojo que te falta, así, al lado del otro.
Micael dio un respingo.
—También te haría un sombrero negro de pirata con una calavera y dos huesos cruzados. Serías el Gran Pirata Negro Rey del Caribe y de los Mares Universales.
La emoción del monigote no tenía límites. ¡Qué honor ser un señor tan importante! ¿En qué trabajarían los piratas? ¡Y qué nombre tan largo tenía ese señor Caribe Universales!
—Te haría también –continuó Roque siempre con su flauta de caña pegajosa– un trabuco y una espada en cada mano, y unas botas y al lado un barco lleno de oro.
¡Señor, con lo lindo que sería tener zapatos nuevos, y un barco!
¿Qué es lo que Roque le dice al monigote? ¿Para qué se lo dice?
- ¿Cómo se sentía Micael con el niño?
Para profundizar en las reacciones de Micael a partir de la atención de Roque, se pueden plantear intervenciones como las que se describen a continuación.
- Hay una parte de ese episodio que me llamó la atención, es esta:
Micael estaba loco de alegría, pero casi se cayó de la pared cuando Roque sentenció: —Lástima que no tengo carbón ni tiza, ni siquiera un cascote.
Con el dedo mojado escribió un invisible “Roque” al lado de Micael y se fue silbando una mezcla de “Arroz con leche” y “Mambrú”.
¿Qué querrá decir con eso de que “casi se cae de la pared”? ¿Por qué a Roque le preocupa no tener carbón, ni tiza, ni un cascote?
- Cuando Roque se va, escribe su nombre al lado del monigote, ¿para qué lo habrá hecho? ¿Cómo se habrá sentido Micael?
- ¿Cuáles son las intenciones de Micael a partir de que Roque le habla, firma a su lado y después lo deja? ¿Cómo se dan cuenta?
Los personajes secundarios de este cuento
Los personajes secundarios de este cuento son personas adultas. Sin embargo, ponen de relieve la relación entre el niño y el monigote que cobra vida para compartir el mundo de Roque y sus problemas. En este caso, personas que los marginan e imponen sus reglas de orden, prolijidad y una forma única de comportarse en los espacios vitales del niño –la casa, la escuela– y provocan enojos, angustias y frustraciones.
Será conveniente detenerse en la aparición de estos personajes y sus efectos para profundizar en esos temas ya que en una primera lectura podrán no resultar tan evidentes para las pequeñas y los pequeños lectores. En este sentido, se recomiendan las siguientes intervenciones:
- Ya estuvimos conversando sobre lo que sintió Micael después de que Roque se fue. Sin embargo, pensó algo, lo leo: “Pero Micael pensó que las cosas no podían quedar así”. Y es en ese momento cuando Micael empieza a seguir a Roque insistentemente, ¿cuáles son los lugares en los que se le aparece? ¿Cómo se dieron cuenta de que está en la casa de Micael?
- Me parece muy bonita esta parte, les leo: “se deslizó entre sus útiles y con mucho cuidado se acomodó lo más bien en el cuaderno del niño. Se estiró en una hoja blanca y suave, debajo de un problema”. ¿Se dieron cuenta de lo que hizo el monigote? Me da una sensación parecida a cuando se acercan los perritos lentamente y se van acurrucando cerquita… como buscando mimos ¿qué palabras nos hacen pensar en eso?
- Sin embargo, en cada lugar hay adultos que se molestan con la aparición del monigote. Vamos a releer lo que pasa en la escuela:
—¿Qué es esto, Roque? –gritó la maestra cuando corregía los deberes, y con un enorme lápiz rojo trazó una cruz sobre Micael. El monigote la miró con odio. Estaba preso. La cruz le pasaba justo por sobre la pancita. Roque tenía los ojos redondeados por el estupor.
—Señorita… yo… no sé… no lo hice…
—¿Y encima mentiras? Te quedarás después de clase.
El pobre Roque, cabizbajo, escribió debajo de Micael, cuarenta veces: “No debo hacer monigotes en el cuaderno”.
—Por tu culpa –le decía, lloroso, a Micael–. ¿Por qué tenías que venir a mi cuaderno? Mirá vos, con lo lindo que estaba, ahora la maestra me lo rayó. Yo no digo que vos no seas lindo, pero… ¡Mirá, por tu culpa!
¿Por qué les parece que la maestra se molesta con Roque?
- ¿Por qué dice que el monigote estaba preso?
- Yo me quedé pensando, al final ¿quién raya/marca el cuaderno de Roque? ¿El monigote o la maestra? ¿O ambos?
- Hay una parte que me llamó mucho la atención, se la releo:
“Adornaré su pared”, se dijo muy contento, palmoteando de alegría.
Pero al rato Roque lloraba en su cama con algunas marcas coloradas en la colita.
—¿Qué diablos querés, monigote? –le gritó–. ¿Ves lo que me hacés?
- Hace un tiempo era más frecuente y aceptado que las madres o los padres dieran chirlos a sus hijas o hijos cuando querían retarlos por algo ¿ustedes qué opinan de eso?
- Hacia el final, Micael se vuelve a deslizar hacia una hoja de papel de Roque que lo presenta en el concurso de dibujo. En esa oportunidad no lo castigan al niño, al contrario, lo premian con el primer puesto. ¿Por qué sucederá eso?
- Algunas chicas y algunos chicos que escucharon este cuento me dijeron que después de todo lo que había pasado Micael se sentía contento porque finalmente Roque había ganado un premio de un concurso de dibujo gracias a él. En cambio, hubo quienes decían que el monigote estaba contento porque Roque se había ocupado de él y lo había adornado convirtiéndolo en alguien, en un gran pirata negro. ¿Qué opinan ustedes?
Mientras tanto…
En simultáneo a las propuestas de lectura y escritura que profundizan en “Monigote de carbón”, la o el docente, junto a la bibliotecaria o el bibliotecario, podrán leer otras obras de Devetach –como las sugeridas en la secuencia en torno a “Cuento del pantalón”– y, también, algunos poemas de “Diez mil papelitos” y otros. Asimismo, se puede compartir la lectura de algunos textos no ficcionales que permitan seguir profundizando en el conocimiento de la autora y su obra.
Se comparten algunas sugerencias para desarrollar durante la actividad habitual de lectura.
- Leer poemas de “Diez mil papelitos” y otros.
Se sugiere dar continuidad a las situaciones planteadas en el marco de la propuesta “Canciones y poemas” y, además, detenerse en algunos de ellos.
Por ejemplo, la o el docente podrá leer el poema “Todos ruedan” y luego comentar acerca de la presencia, nuevamente, de los objetos de la vida cotidiana, pequeños, que resultan inadvertidos (botones, lentejas). También, será importante reparar en la sonoridad de las palabras seleccionadas preguntándose por qué la autora habrá elegido esos elementos “para rodar” y no otros como pelotas, ruedas, sandías. Incluso se podrá pensar en conjunto un nuevo poema: “Todos vuelan”. En este caso, se trata de recrear el poema original (“Todos ruedan”) a partir de otros elementos que presentan la cualidad de volar y, además, están vinculados por ser objetos cotidianos –a veces insignificantes– y por la sonoridad de las palabras que aluden a ellos. Por ejemplo: las hojas, las moscas, las sombras; los papeles, los carteles, los cordeles… Después de un intercambio colectivo durante el cual se puede ensayar, probar y jugar con el lenguaje, la o el docente podrá plantear a las chicas y los chicos que escriban el poema, así como otros conjuntos de elementos que comparten estas características y se sumen al poema recreado colectivamente.
También, luego de compartir la lectura con el grupo de “Enganchado de la pelea” se podrá preguntar acerca del porqué del título del poema, si conocen algunas de esas expresiones populares o estribillos cotidianos, y pensar otros posibles para poner en juego el lenguaje y recién después escribirlos para agregar “otros enganches” a la pelea.
- Leer textos sobre la vida y obra de Laura Devetach
Después de leer a través de la o del docente la biografía de la autora –presentada en la contatapa del ejemplar de los dos cuentos que son eje de esta secuencia–, releer algunos pasajes permitirá comentar algunas expresiones que las chicas y los chicos podrán interpretar a la luz de los diferentes cuentos leídos. Valdrá la pena detenerse, por ejemplo, para comentar qué les evoca la frase “va dejando, como Hansel, miguitas como pistas, para que sus lectoras y lectores las encontremos” y para atribuirles sentido a expresiones tales como “establecer puentes entre sus cuentos” así como a la idea de texto como tejido, como trama, como bordado. Estas ideas se irán enriqueciendo al abordar otros cuentos para seguir “bordando” el recorrido lector de la obra de Laura Devetach.
Asimismo, sugerimos la lectura por parte de la o del docente de un pasaje del libro “Oficio de palabrera. Literatura para chicos y vida cotidiana”, en donde la autora habla de su propia obra.
(...)
—¿Y vos por qué escribís cuentos de monigotes? –preguntó la nena haciendo bailar un diente flojo. Una vez más les conté a la nena y a la bandada de chicos que un monigote es ese primer muñeco que una dibuja, panzón, con piernas y brazos y…
—Sí, pero vos ¿por qué escribís cuentos de monigotes?
La pregunta era implacable.
(…)
Y me puse a recordar.
Estábamos en la isla Apipé. El río corría sin pedir permiso, los chicos me contaban cosas de su tierra y yo les revelaba misterios de ciudad que nunca habían visto ni siquiera por televisión, porque no había televisión en el pago.
—¿A qué les gusta jugar?
—A la embopa.
—A la rayuela.
—A dibujar en el suelo, en la arena…
—¡A dibujar en la arena! –murmuré con una especie de luz gozosa por ahí adentro–. ¿Y… qué dibujan?
—Así –dijo un petiso de ojos como ciruelas negras. Con un palito plantó un formidable monigote de ojos redondos.
Al minuto todos los chicos estuvieron dibujando en el suelo. Con el dedo, con un palito, con un junco seco, con un cascote. Hicieron casitas, personas, patos, perros, soles y árboles. El reino de los monigotes.
Y se hizo la luz. Ahí estaba la cultura de la tierra, de la arena a la orilla del río, de los patios y las veredas amplias, primer pizarrón generoso, paupérrimo y riquísimo. Ahí nomás lo vi, un pedazo de Litoral. Los chicos correntinos me estaban enseñando de dónde habían salido mis propios monigotes.
(...)
(Laura Devetach, 2007, pp. 115-116)
Antes de leer el pasaje, será importante comentar que la autora solía reunirse con niñas y niños para hablar de sus cuentos y poemas, y sobre cómo los escribe. También, en relación con esos encuentros –y con otros temas– escribe libros para docentes y lectores adultos, el fragmento que van a leer es parte de uno de ellos. Al finalizar la lectura se esperan los comentarios de las chicas y los chicos para entrar al texto a partir de algunas de esas contribuciones. También preguntarles si se habían hecho una pregunta similar a la de la nena y cuál respuesta imaginaban. Asimismo, habrá que reponer información acerca de dónde queda la isla misionera que se menciona y vincularla con la biografía de la autora respecto a su lugar de nacimiento.
Lectura de los niños por sí mismos
Al igual que en las orientaciones para docentes en torno a “Cuento del pantalón”, se presentan aquí dos tipos de situaciones.
En algunos casos, se plantea la lectura de pasajes del cuento con el propósito de profundizar en algunas interpretaciones sobre la historia y favorecer que las niñas y los niños avancen en su autonomía como lectoras y lectores.
En otros casos, se plantea leer palabras, expresiones o enunciados breves despejados del texto-fuente pero vinculados a éste, a fin de ofrecer distintas oportunidades para que quienes lean puedan, principalmente, centrarse en las propiedades de la escritura para anticipar –en un conjunto de alternativas acotadas– cuál es cuál, dónde dice o qué dice y verificar considerando indicios proporcionados por la escritura.
¿Qué pensaba Micael cuando Roque se fijó en él?
Para detenerse en las interpretaciones realizadas durante los intercambios entre lectores sobre la relación entre Roque y Micael, se propone la lectura del fragmento donde el niño se detiene a mirar al monigote estampado en la pared y le dice cómo lo adornaría y en quién lo convertiría.
El sentido de esta propuesta de lectura consiste en recuperar tanto lo que dice el niño como lo que piensa y siente el monigote para seguir pensando en la relación entre ambos –una relación que permite a Micael disfrutar de una existencia diferente y produce un cambio en la vida de Roque.
El fragmento del texto que se propone leer es muy conocido por las chicas y los chicos porque fue releído y comentado durante el intercambio entre lectores. No solo conocen su contenido sino también la forma en que está expresado: la voz de Roque que dice cómo lo adornaría y en quién lo transformaría, y también lo que Micael siente y piensa en relación con esos mismos adornos (ver anexo: Micael se transforma en otros personajes).
—¡Qué lindo sos! –le dijo el niño–, te haría el ojo que te falta, así, al lado del otro.
Micael dio un respingo.
—También te haría un sombrero negro de pirata con una calavera y dos huesos cruzados. Serías el Gran Pirata Negro Rey del Caribe y de los Mares Universales.
La emoción del monigote no tenía límites. ¡Qué honor ser un señor tan importante! ¿En qué trabajarían los piratas? ¡Y qué nombre tan largo tenía ese señor Caribe Universales!
—Te haría también –continuó Roque siempre con su flauta de caña pegajosa– un trabuco y una espada en cada mano, y unas botas y al lado un barco lleno de oro.
¡Señor, con lo lindo que sería tener zapatos nuevos, y un barco!
La consigna de lectura puede ser la siguiente:
- Ya estuvimos conversando acerca de lo que hace Roque cuando ve por primera vez al monigote; también sobre lo que le dice, en quién lo convertiría y qué nombre podría tener. Ahora vamos a volver a leer esa parte del cuento para recuperar qué pensó y sintió Micael cada vez que escuchaba a Roque.
La o el docente puede organizar un trabajo por parejas de estudiantes y, al acercarse a cada una, realizar intervenciones como las siguientes.
- ¿Se acuerdan de qué es lo primero que Roque le dice al monigote luego de haber pasado su dedo por todo su cuerpo?
- Yo empiezo a leer, desde acá, desde la raya de diálogo y ustedes siguen (lee y acompaña la lectura con un señalamiento continuo) “—¡Qué lindo sos! –le dijo el niño–, te haría el…”. Sigan ustedes, ¿qué dice después?
- ¿Dice “te haría un sombrero” o “te haría el ojo”? ¿Dónde dice ‘ojo’?
- ¿Desde dónde hasta dónde dice ´te haría el ojo que te falta’?
- Y ahí en esta parte dice “Micael dio un respingo”, ¡claro, se puso contento! Vuelvan a leer y señalen con el dedo cómo dice “Micael dio un respingo”.
- Luego Roque le siguió diciendo qué le dibujaría y en quién lo convertiría. Sigan leyendo ustedes para recordar qué le dice y cómo reacciona Micael.
- Acuérdense de que cada vez que habla Roque hay una raya de diálogo y luego está lo que piensa y siente Micael de eso que le dice.
Seguramente, algunas parejas de niñas y niños necesiten mayor ayuda para leer, y en ese caso la o el docente podrá contribuir con intervenciones como las siguientes:
- En esta parte, desde la raya de diálogo, vuelve a hablar Roque y también le dice qué le haría en qué lo convertiría, ¿lo recuerdan?
- Yo empiezo a leer y ustedes siguen (lee y señala): “También te haría un sombrero… ¿cómo sigue?
- Después le dice que ese sombrero negro de pirata tenía una calavera, ¿dónde dice ‘calavera’? Empieza como el nombre de Camila (nuestra compañera), como “Caperucita” y “caballo”, pueden buscarlo en las tarjetas de nombres que hicimos cuando leímos “Los sueños del sapo”.
- Ahora busquen dónde dice ‘Gran Pirata Negro Rey del Caribe y de los Mares Universales’. Cuando lo encuentren, me avisan.
- ¿Hasta dónde dice ‘Gran Pirata Negro’?
- ¡Qué lindo lo que le dice Roque! Micael se emocionó al escucharlo. ¿Qué pensaba al escuchar eso? ¿Cómo lo dice en el texto?
- Luego, Roque vuelve a decirle algo más al monigote, le dice que lo adornaría con otros elementos, todos muy bonitos ¿cuáles eran?
- Claro, una espada, un trabuco, botas y un barco. ¡Cuántas cosas! Fíjense dónde dice “espada”, empieza como “Esteban”. Fíjense que “botas” y “barco” empiezan igual, ¿cuál es cuál?
- ¡Qué alegría sentiría Micael! ¡Miren todo lo que Roque le dice que le dibujaría! ¿Y qué dice en ese momento Micael? ¿Lo recuerdan?
- Empiezo yo y ustedes siguen (lee con señalamiento): “Señor, con lo lindo que sería tener…” sigan ustedes, ¿qué dice después?
En todos los casos será importante que las primeras intervenciones alienten a recuperar el contenido del texto para que las chicas y los chicos puedan hacer anticipaciones ajustadas y buscar indicios para corroborarlas. Hacer notar la presencia de la raya de diálogo cada vez que habla un personaje permitirá que las chicas y los chicos incorporen estas rayas a su repertorio de indicios y las usen como base para anticipar que va a hablar un personaje. Cuando saben quién es el personaje que habló antes, podrán anticipar también quién es el que hablará a continuación e incluso qué podría responder.
Una vez que se ha dado un tiempo suficiente para que las y los estudiantes puedan leer por sí mismos el fragmento propuesto –recibiendo más o menos ayudas– e intercambiar entre quienes integran las parejas, la o el docente propondrá una puesta en común.
Entonces, ¿qué siente Micael cuando escucha a Roque?
- Pareciera que cada vez que lo escucha se siente más feliz, porque primero da un respingo, después dice (lee) “la emoción de monigote no tenía límites”. ¿Y por qué será que su alegría es cada vez mayor, hasta el punto de que casi se cae de la pared?
- Otros chicos que leyeron el cuento me dijeron que eso es lo que está pensando Micael, el monigote, pero no lo dice en voz alta. ¿Ustedes qué piensan? ¿Cómo se pueden dar cuenta? ¿Hay alguna pista en el texto?
Otras propuestas de lectura
- Leer nombres de los personajes y otros nombres
Como hemos comentado en otros materiales, esta situación consiste en la lectura de carteles con nombres (de personajes, de objetos que le dibujaría el niño, partes del cuerpo del monigote) para armar el banco de datos o rotular la figura del personaje, respectivamente.
Estas propuestas plantean el problema de descubrir cuál es cuál en un conjunto de palabras, algunas muy diferentes entre sí y otras que presentan más semejanzas (ver anexo: ¿Dónde dice? y el monigote).
- Agenda de títulos de Laura Devetach
Se propone continuar con la propuesta presentada en “Cuento del pantalón” con diferentes propósitos, por ejemplo, para que las y los estudiantes localicen el título del cuento que acaban de leer y lo marquen; para recordar los títulos de los cuentos y poemas de la autora que se han leído; o localizar cuáles títulos tienen un monigote como protagonista.
- ¿Quiénes se acercaban al monigote y qué hacían?
Se trata de leer expresiones y enunciados breves para relacionar el nombre del animal con lo que hace cada uno de ellos cerca o sobre la figura del monigote (ver anexo: Visitas molestas).
Esta propuesta luego podrá continuar con la de escritura (ver anexo Más visitantes y ver apartado “Escribir pensando en el sistema de escritura”).
ESCRITURA
Producción de textos
En el marco de esta secuencia se sugieren dos propuestas de producción de textos que plantean desafíos diferentes según sus características y el tipo de transformaciones a efectuar con respecto al texto-fuente. En la primera, las chicas y los chicos escriben por sí mismos en parejas; y en la segunda, a través de la o del docente.
- Reescribir un episodio
- Escribir recomendaciones
Reescribir un episodio
Esta propuesta consiste en recrear la parte del cuento en la que el niño le relata al monigote sus deseos de convertirlo en un gran pirata. Esto permite a las niñas y los niños componer el texto sin la exigencia de inventar algo diferente de lo que se narra en el cuento original. Sin embargo, plantea otros problemas de escritura: prever los hechos indispensables de ese episodio y cuidar que se conserve el orden en que se relatan en el cuento leído, circunscribir la parte de la historia a relatar (por ejemplo, desde que Roque sigue con la yema de sus dedos el dibujo de Micael hasta cuando le dice que no tenía tiza, cascote ni carbón) y seleccionar formas de decir el contenido de la historia que “se parezcan” a las utilizadas en el texto de Devetach (ver anexo: Un Gran Pirata Negro, Rey del Caribe y de los Mares Universales).
Por lo tanto, para colaborar en la resolución de esos problemas, es imprescindible que la o el docente destine un tiempo a planificar con todo el grupo el texto que se va a producir. Para ello, se podrán realizar las siguientes intervenciones.
- Ayudar a pensar acerca de qué se va a escribir.
- Vamos a volver a contar el pasaje del cuento en que Roque se fija en el monigote, lo recorre con su dedo y comienza a decirle qué le dibujaría para convertirlo en un pirata. Es una parte emocionante porque el monigote reacciona de manera muy diferente de como lo hacía cuando se acercaban los animalitos. ¡Parece tan contento!
- Releer el episodio que se propone reescribir para recuperar lo conversado en el espacio de intercambio acerca de la manera en que Roque se detiene en el monigote, así como lo comentado sobre los pensamientos y sentimientos de Micael en la situación de lectura de las niñas y los niños por sí mismos (“¿Qué pensaba Micael cuando Roque se fijó en él?”). Además, al releer ese pasaje, se podrá delimitar desde dónde hasta dónde será la re-narración.
- Mientras se conversa sobre lo anterior, la o el docente podrá ir registrando en un papel afiche, a la vista de todos, los hechos más importantes para la construcción del plan de texto. Por ejemplo:
Roque dice que… | El monigote… |
Le haría el ojo. | Da un respingo. |
Le dibujaría un sombrero. | |
Le pondría un nombre largo e importante. | |
Le haría trabuco, espada, botas y barco | |
Lamenta no tener carbón, tiza ni cascote, firma con saliva y se va |
- Ofrecer un posible inicio
El niño siguió con su dedo índice todas las líneas que dibujaban a Micael, sus bracitos, las piernitas flacas y su cuerpo con forma de pelota. Luego lo miró y le sonrió. Micael sintió la misma alegría que cuando el sol lo acariciaba y empezó a reírse.
De pronto, escuchó…
- Alentar a la re-narración –para evitar que se limiten a copiar el texto original–.Se podrá iniciar de manera colectiva escribiendo a través de la o del docente una parte de lo planificado y ofreciendo distintas alternativas acerca de “cómo decirlo” y qué lenguaje usar para contar la misma historia de esa parte del cuento.
Para la primera parte de la textualización colectiva, se podrán tener en cuenta similares intervenciones a las propuestas en las orientaciones de “Cuento del pantalón”.
Una vez que han recreado colectivamente la primera parte del episodio, podrán continuar la escritura los estudiantes por sí mismos, en parejas. La maestra o el maestro alentará a tener en cuenta lo que han hecho en conjunto para producir la primera parte.
Tanto las ayudas para la textualización –especialmente a las parejas que más lo requieran– como las propuestas de revisión cuando vayan terminando de escribir, ya han sido presentadas en las orientaciones mencionadas en torno a “Cuento del pantalón” y en otras destinadas a la unidad pedagógica (UP) también.
Una vez que las chicas y los chicos hayan realizado una primera revisión global del texto –para controlar si se entiende lo que han contado y si no falta algo de lo acordado en el plan del texto– y de la escritura de algunas palabras, la o el docente podrá plantear la importancia de incluir marcas para delimitar las voces directas de los personajes. Es decir, se trata de advertir a quienes lean el texto para que reconozcan más fácilmente, en este caso, cuándo habla el niño.
Para esto, resaltar que en el cuento lo que dice el niño cada vez que le habla al monigote está separado de lo anterior y se inicia con una rayita que se llama raya de diálogo. Luego, solicitará que relean su texto para fijarse si hicieron hablar al personaje de forma directa y, en ese caso, tendrán que delimitar –con ayuda de la o del docente si la necesitan– desde dónde hasta dónde habla, y agregarle la raya de diálogo, tal como el texto original.
Escribir recomendaciones de los cuentos y poemas preferidos
Esta propuesta está orientada a la producción de recomendaciones sobre los cuentos y poemas de Laura Devetach que se van leyendo, tanto en el marco de la secuencia como en la actividad habitual de lectura. Consiste especialmente en despertar el interés de otras niñas y otros niños de la escuela y, de esta manera, integrar y ampliar “la comunidad de lectoras y lectores de Devetach”. Se trata de escrituras que salen de las paredes del aula para ser leídas por compañeras y compañeros de otros años.
Para elaborar las recomendaciones, será necesario haber leído diversos títulos de la autora, no solo para elegir cuáles recomendar sino también para incluir en esas recomendaciones características de algún personaje, expresiones típicas de las obras de Laura Devetach u otros aspectos vinculados a su estilo que se hayan podido reconocer al establecer semejanzas entre algunas de sus obras.
Esta propuesta puede comenzar como una situación de escritura a través de la o del docente y luego, las chicas y los chicos podrán seguir escribiendo por sí mismos –agrupados en parejas– otras recomendaciones del cuento o poema que prefieran.
Para desarrollar esta situación, se propone leer previamente una recomendación de otro cuento de Devetach –sea de circulación social o escrita por otras niñas y otros niños– con el propósito de decidir si el cuento recomendado parece atractivo y si provoca el deseo de leerlo.
Una posibilidad sería leer la siguiente recomendación.
Monigote en la arena
Laura Devetach
“Monigote en la arena es cosa que dura poco” repetían el agua, las nubes, las hojas voladoras, la lluvia y las hormigas.
¿A dónde van esos monigotes que el agua borra, o que las nubes rozan, o que la lluvia moja?
En la escuela leímos este cuento y nos hizo imaginar lo que pasa en la orilla del mar.
Si querés saber qué hicieron el agua, las nubes y otros amigos de Monigote para cuidarlo, podés leer esta historia de Laura Devetach. Está en la biblioteca de la escuela.
Al finalizar la lectura se puede plantear:
- Si quieren, podemos leer este cuento… ¿Les parece interesante lo que la recomendación nos dice sobre él? ¿Qué les llama la atención?
- Aquí dice (lee) “Monigote en la arena es cosa que dura poco”. Es una frase del cuento y pareciera que son muchos quienes lo dicen, ¿por qué será que en la recomendación citan esa frase?
Finalmente, la o el docente acuerda con las niñas y los niños qué día de la semana se compartirá la lectura del cuento cuya recomendación se ha leído.
Luego, la o el docente compartirá con las y los estudiantes la propuesta de escribir en conjunto una recomendación. Será importante enfatizar el propósito de ese texto: entusiasmar a compañeras y compañeros de otros cursos para que lean el cuento seleccionado y publicarlo en una cartelera en los pasillos o patios de la escuela. Además, pueden intervenir de la siguiente manera:
- Leer el listado de títulos de Devetach que forman parte de la agenda de lectura para recordar aquellos que se han leído. Esta es una buena oportunidad para que las niñas y los niños lean por sí mismos en una nueva situación con sentido.
- Recuperar los comentarios y apreciaciones personales de algunos de los cuentos y poemas que se fueron escuchando a lo largo de la secuencia y de la actividad habitual (ver “Mientras tanto…” en este mismo material).
- Compartir la lectura de la recomendación del cuento “La planta de Bartolo” (ver anexo). En esta ocasión, se podrán realizar intervenciones semejantes a las sugeridas para comentar la recomendación de “Monigote en la arena”, reparando en particular en qué dice una recomendación acerca del texto que se recomienda. Será productivo también hacer otras intervenciones vinculadas a datos específicos de las obras recomendadas y/o de los lugares donde localizarlas, por ejemplo: “Además de contarnos algo de sus personajes y lo que dicen, ¿qué otras informaciones sobre el cuento nos aporta esta recomendación?”.
- A medida que se conversa sobre el contenido de las recomendaciones leídas, la o el docente podrá ir registrando a la vista de las y los estudiantes algunos acuerdos –a modo de plan de texto– para tenerlos en cuenta cuando se escriba la propia recomendación (por ejemplo: título, autora, qué se quiere decir de este cuento, nuestra opinión sobre él, dónde se puede encontrar).
Mientras la o el docente escribe la recomendación que van produciendo las chicas y los chicos con su colaboración, podrá ir releyendo lo que acordaron escribir para que no falte nada, revisar reiteradamente lo que se va escribiendo para evaluar cómo va quedando el texto, comentar acerca de la puntuación que decide usar y sus razones (por ejemplo, puntos y aparte para separar lo dicho acerca del cuento de la información para localizarlo), entre otras intervenciones.
Cuando se haya terminado la primera versión, será necesario releer la recomendación completa para revisar si se entiende lo que quieren comunicar a otras chicas y otros chicos acerca de ese cuento o poema y si han incluido la información necesaria para localizarlo, así como para controlar que el texto producido despierte efectivamente el interés de las personas destinatarias por leer la obra que se recomienda.
En una siguiente oportunidad, las y los estudiantes podrán volver a elegir, junto a alguna compañera o algún compañero, su cuento o poema preferido para recomendarlo escribiendo en parejas. Luego de decidir cuál recomendarán, comentarán al resto del grupo los motivos de su elección y lo que han pensado decir para entusiasmar a otras y otros a leer el cuento o poema. Asimismo, la o el docente pedirá que tomen en consideración lo acordado al planificar la recomendación producida colectivamente.
Finalmente, la o el docente recordará que relean el texto completo con los mismos propósitos que se han señalado para la revisión colectiva.
Escribir pensando en el sistema de escritura
Las propuestas de este apartado, tal como ya se ha señalado en otras orientaciones, están destinadas especialmente a las chicas y los chicos que aún no escriben alfabéticamente –o recién comienzan a hacerlo de manera esforzada– ya que se trata de situaciones que están centradas en resolver cuántas, cuáles y en qué orden poner las letras de una palabra y, en algunos casos, en decidir dónde separar las palabras escritas.
Dado que es imprescindible que las y los estudiantes avancen en su apropiación del sistema de escritura, es necesario que estas situaciones se presenten con frecuencia a la vez que se alternen con otras de lectura y producción de textos. Para decidir el orden al organizar la secuencia de situaciones, es conveniente tener en cuenta que algunas de estas escrituras resultan escritos intermedios preparatorios para la producción de los textos más extensos. Por ejemplo, al reescribir el episodio en que el niño relata su deseo de convertir al monigote en un pirata, se podrán recuperar los carteles con los nombres de las partes del cuerpo y los rótulos de los elementos del reconocido personaje.
Algunas propuestas
- Escribir listas de palabras o rótulos
Por ejemplo:
- Los lugares donde estuvo Micael. Escribir los nombres de los diferentes lugares en los que se posó y donde se fue metiendo Micael (pared, cuaderno, papel/hoja blanca) y ampliar la lista con otros posibles (mochila, playón, tierra, arena, puerta).
- Los elementos que el niño agrega a Micael para convertirlo en pirata y en otros personajes. Se trata de escribir los rótulos al monigote ya transformado en pirata. También se podría proponer la escritura de los rótulos si el monigote fuera transformado en un mago (varita, capa, sombrero, conejo, etc.).
- Otros personajes en que podría convertirse Micael. Escribir los nombres de diferentes personajes que podría haber dibujado Roque sobre el monigote para transformarlo (payaso, príncipe, ogro, duende, mago, bombero…) y luego agregar algunos elementos que habría que dibujarle.
- Producir textos muy breves pensando en el sistema de escritura
- Otros animales que se acercan al monigote y sus molestias. Se trata de escribir las molestias que podrían causarle al monigote otros animales que se acercan. En esta oportunidad la o el docente podrá releer el fragmento referido a las moscas, las hormigas y los pajaritos para recordar lo que hacían y cómo molestaban al monigote cuando estaba en la pared o recuperar la propuesta de lectura “Visitas molestas”. Luego podrán conversar acerca de qué hacen y cómo son los perros, los gatos y otros animales cuando andan por la calle y/o en las paredes y qué de eso no sería amigable para Micael. De esta manera, el esfuerzo no estará dado tanto por pensar qué decir de cada uno sino por cómo escribirlo.
- El entusiasmo por otros personajes dibujados. Se trata de pensar y escribir qué diría Micael frente a las palabras del niño que desea convertirlo en otros personajes. Esta situación de escritura podría realizarse luego de haber rotulado a ese otro personaje. De esta manera, se podrán reutilizar las palabras escritas en los rótulos como insumo para producir la exclamación del monigote. Por ejemplo, lo que diría Micael al alegrarse frente a la propuesta de ser un mago. “Señor, ¡qué lindo sería tener una gran varita mágica!”