Celebrar la cultura. El bicentenario
La celebración del bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810 y el sentir popular a través de expresiones artísticas.
Creado: 11 octubre, 2023 | Actualizado: 2 de diciembre, 2024
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La celebración del bicentenario de la Revolución de mayo de 1810 recreó el sentir popular mediante expresiones artísticas. En este marco, se implementaron políticas públicas que fortalecieron el acceso masivo al libro como bien cultural. En 2010, el Ministerio de Educación de la Nación distribuyó en las escuelas secundarias dos tomos de El libro de lectura del Bicentenario, una selección de relatos/poemas de autoras argentinas y autores argentinos. Ese mismo año, se publicó la antología 200 años de poesía argentina que llegaría a las escuelas secundarias como parte de la Colección Juan Gelman.
Poner a disposición relatos y voces de la literatura argentina crea condiciones de acceso a la cultura. Pero es en la escuela donde esa celebración ocurre, debido a que la frecuentación del lenguaje literario requiere de espacios mediados por docentes. Así, catálogos y documentos curriculares que acompañaron la llegada de los libros a las escuelas incluyeron apartados con propuestas para desarrollar recorridos y experiencias en el aula que hicieron foco en las trayectorias de lectura de las y los estudiantes para la construcción colectiva de nuestra identidad.
Tanto los relatos como los textos poéticos que integran las colecciones problematizan el presente de las lectoras contemporáneas y los lectores contemporáneos del bicentenario de la patria. A 200 años del inicio de la patria, pudimos preguntarnos: ¿qué forma parte de la tradición? O, parafraseando a Jorge Montelone, ¿cuáles de los sentidos de estas lecturas se escriben sobre el mármol?
Pero, más allá del legado, la pregunta fue mucho más amplia, porque estas lecturas nos incluyeron como protagonistas, como hacedoras y hacedores de los sentidos de la patria en estos tiempos. Quizá por eso, los cuentos y poemas que integran El libro de lectura del bicentenario fueron seleccionados porque sus autoras y autores los escribieron en los últimos decenios; porque, incluso, algunas de estas personas están escribiendo la literatura argentina de hoy. Las tramas se desarrollan en escenarios que habitamos, con los interrogantes que aún en el siglo XXI nos siguen acompañando: cuáles son los sentidos del ser patriótico, quién es la otra y/o el otro, cómo nos define su existencia, qué nos vuelve vulnerables, qué relaciones mantenemos con lo que nos rodea y nos constituye.
La llegada de una antología que reunía 200 años de poesía argentina, también produjo un hito en las escuelas.
La antología aspira, a decir de Monteleone (2010), a ser una memoria de la voz y la lengua poética argentinas como un legado y como un tesoro momentáneo, como un libro que se abre y se cierra una y otra vez pero no para siempre, porque al hacerlo escribimos una y otra vez el canon en el agua, para que nada persista sino como transformación, fluir incesante en la historia.
La presencia de los libros en las aulas en la tercera década desde la vuelta a la democracia nos invitó a abrirlos y volverlos a abrir como objetos que transforman permanentemente aquello que consideramos legado. La literatura en general y la poesía en particular invita a la lectura al margen de lo transparente, celebra la resistencia de la palabra a un mensaje estanco. La literatura acepta y requiere de silencios para pensar lo que desata con cada palabra: cómo nos constituye, confronta y transforma.
Entonces, la distribución de estos libros en las escuelas significó no sólo una renovación del corpus; también posibilitó que se tracen nuevos recorridos de lectura, esto es, nuevas y diversas relaciones entre los textos, sus contextos de producción, los universos de significado a los que remiten.
Los libros del bicentenario promovieron otros modos de leer textos literarios que ya eran parte del canon escolar (y, en ese sentido, de la “memoria” cultural de una comunidad) al enlazarlos con otros textos que habitaban los bordes y fueron visibilizados. De ese modo, el proceso de distribución masiva y apropiación de estos libros en las clases de literatura, implicó procesos de democratización tanto material como simbólica; hitos culturales de la tercera década que aún persisten.
Bibliografía:
Ministerio de Educación de la Nación (2010) El libro de lectura del Bicentenario. Secundaria 1. Disponible en la Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros.
Ministerio de Educación de la Nación (2010) El libro de lectura del Bicentenario. Secundaria 2. Disponible en Plan Nacional de Lectura.