Día de la confraternidad argentino-boliviana

El 12 de julio se conmemora el “Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América”, aniversario del natalicio de la Heroína de la Independencia, la Generala Da. Juana Azurduy de Padilla.

Creado: 22 junio, 2023 | Actualizado: 1 de marzo, 2024

La Dirección de Educación Sexual Integral y la Dirección de Ámbitos de desarrollo de la Educación, en una tarea articulada, acercan a las instituciones y sus docentes esta propuesta de trabajo para la efeméride que recuerda a la Heroína de la Independencia Nacional Da. Juana Azurduy de Padilla, en el marco del Día de la confraternidad argentino-boliviana.

Introducción

El 12 de julio se conmemora el día del nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla en homenaje a todas aquellas mujeres invisibilizadas que, durante la lucha por la emancipación sudamericana, intervinieron en combates, tanto en Argentina como en Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela.

La fecha fue instaurada el 10 de agosto de 2007 por Ley 26.277 como el “Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América” y simboliza una reivindicación del lugar de la mujer en nuestra sociedad.

En 2009, Juana Azurduy fue ascendida como Generala del Ejército Argentino y Mariscal del Estado Plurinacional de Bolivia, y en 2010 la entonces presidenta de nuestro país, Cristina Fernández de Kirchner, hizo entrega del sable y de la insignia junto a sus restos a la casa de la Libertad de Sucre, Bolivia. Además, junto al entonces presidente de ese Estado plurinacional, Evo Morales, firmaron el tratado que instituyó el “Día de la confraternidad argentino-boliviana”.

La vida de una revolucionaria

“Truena el cañón, préstame tu fusil, 

que la revolución viene oliendo a jazmín.”

(Ariel Ramírez y Félix Cesar Luna)1

Juana Azurduy nació en Toroca, al norte de Potosí (actualmente el Estado plurinacional de Bolivia). Hija de Eulalia Bermúdez, una mujer mestiza de Chuquisaca, y de Matías Azurduy, un hacendado con una buena posición económica, luchó con gran coraje en la guerra de la independencia de su país. Combatió junto a su esposo, arriesgando su vida en sangrientas jornadas, alistando hombres y mujeres para la guerra. Organizó un batallón  que bautizó con el nombre de “Leales”, al cual comandó en acciones contra la dominación de la corona española y con el que ganó treinta y tres batallas que le dieron el reconocimiento del General Manuel Belgrano.

Durante la guerra por la Independencia, Juana vio morir a sus cuatro hijos y combatió embarazada de su quinta hija. Cuando quedó viuda, y con su única hija, se unió en la defensa del Norte bajo el servicio del General Martín Miguel de Güemes.

Tras el asesinato del General Güemes en 1821, sin más combate, quedó carente de recursos para volver a su patria. Su vida transcurrió en Salta reclamando inútilmente a Bolivia sus bienes confiscados. Recién en 1825, el gobierno salteño le otorgó dinero para su regreso. El 1 de abril de ese mismo año, el Capitán Simón Bolívar la ascendió al rango de Coronel y le otorgó una pensión que recibió durante cinco años. Con la proclamación de la independencia de Bolivia, Juana buscó por todos los medios recuperar sus tierras pero no lo consiguió, y un 25 de mayo de 1862 falleció en Jujuy, a los 81 años, sin honores ni condecoraciones.

Pasó mucho tiempo para que se le reconociera su lugar en la historia. Nació buscando justicia social para las y los habitantes oprimidos de América, supo luchar contra la tiranía y las desigualdades de su época junto a los suyos, hombres y mujeres, indígenas, negros, mestizos y criollos todos juntos en pos de la independencia de su patria.

Retrato de Juana Azurduy, dispuesto en el Salón de Espejos de la Ciudad de Padilla, Bolivia. Imagen tomada de Wikimedia Commons. 

El 12 de julio desde la Educación Sexual Integral

Cuando miramos la historia desde la perspectiva de la ESI, las mujeres se revelan en la memoria colectiva como protagonistas de sus vidas y hacedoras de la historia. Utilizar la categoría de género para pensar el pasado permite dar cuenta de las invisibilizaciones que tienen lugar bajo el paradigma androcéntrico2 en la producción de conocimiento. Cuando el androcentrismo nos cuenta la historia, las mujeres son invisibilizadas por omisión explícita, o bien por una narrativa que las define siempre en relación a un varón y no como sujetas de la historia: “hermanas de”, “hijas de”, “esposas de”.

Resignificar el pasado desde la perspectiva de género es fundamental para reconocer el valor de las vidas, las voces y las luchas de las mujeres que, como Juana Azurduy, abrieron caminos de libertad e independencia.

A su vez, esta perspectiva crítica que propone la ESI es indisociable del largo camino de ampliación de los derechos humanos de las mujeres y las disidencias en la búsqueda de la igualdad. Cada derecho adquirido por las mujeres tiene una historia de luchas y transgresiones a los mandatos de género y a las desigualdades de clase, raciales y étnicas. Visibilizar la biografía de una pionera como Juana Azurduy es dar cuenta de esas genealogías de revoluciones y batallas contra las múltiples opresiones que se intersectan en la experiencia concreta de las mujeres y de los pueblos que a lo largo de la historia han habitado el territorio del Abya Yala3 y que desde la colonización fue nombrado América. Reflexionar críticamente sobre nuestro presente desde el respeto a la diversidad, como propone la perspectiva interseccional4 de la ESI, es revisar los sesgos de género, racial, étnico y clase propios de las epistemologías eurocéntricas y androcéntricas desde donde se ha narrado la “historia oficial”.

Juana desde una perspectiva intercultural: Construyendo la independencia desde el Sur

Invitamos a reflexionar sobre el papel que desempeñó Juana desde una perspectiva intercultural e interseccional, lo que significa tomar su trabajo por la revolución como mujer, pero también contemplando su identidad mestiza.

En nuestro continente el mestizaje es parte del orden colonial que jerarquiza y clasifica a las personas según sus orígenes raciales. Esto conlleva a desigualdades de estatus y determina muchas de las posibilidades para desarrollarse en la vida. Desde sus orígenes Juana reivindica su identidad y usa sus conocimientos del lugar ya que desde niña acompañaba a su padre en las labores rurales junto a las trabajadoras y los trabajadores indígenas. De esta forma aprendió a montar hasta lograr ser una excelente jinete, también hablaba el quechua y el aymara. Ella entendía a las comunidades indígenas, su organización de vida en los ayllus y las formas de vivir en la zona.

La región del altiplano no estaba todavía dividida en fronteras entre países, por el contrario, era un gran territorio. Juana luchó desde la región del Alto Perú, el norte de Chuquisaca, en el Altiplano, hasta las selvas del sur. La revolución movilizó a toda la región y unió fuerzas con Manuel Belgrano, Martín Miguel de Güemes e incluso Simón Bolívar. Su destreza como conocedora de su territorio y un espíritu inquebrantable la pusieron al mando tanto de hombres como de mujeres. Lo hizo como mujer y como madre, luchando embarazada y dando a luz en el campo de batalla. Su lucha trasciende fronteras, por eso ella es un símbolo de libertad tanto para nuestro país, Argentina, como para nuestro país hermano, Bolivia. Juana puso el estandarte de la independencia para toda la región y condensa los sufrimientos, la lucha y los sueños de quienes quieren una Patria Grande para todas y todos, sin importar su origen racial y étnico, su género o su clase.

Es por ello que recuperar su historia es poner en valor el trabajo mancomunado de ambos países, nuestra historia en común y nuestra actual unión. Una historia escrita desde el Sur, con sus luchas y sus heroínas con los colores de estas tierras. Es así que el 15 de julio de 2015 el Estado plurinacional de Bolivia hace entrega de un regalo muy especial a la República Argentina: un monumento en honor a la Capitana Juana Azurduy.

Imagen de Dennis Jarvis tomada de Wikimedia Commons.

Propuestas y materiales para compartir

Las efemérides escolares son instancias a partir de las cuales la comunidad educativa se encuentra para reflexionar colectivamente sobre los acontecimientos históricos que han sido emblemáticos en la historia nacional y en la construcción de nuestra identidad como pueblo. Una identidad abierta que se sigue construyendo en el presente revisando las desigualdades y exclusiones. En este sentido, celebrar el nacimiento de Juana Azurduy constituye una reparación histórica que hace justicia a nuestra memoria colectiva.

Desde la Dirección de Ámbitos de desarrollo de la Educación y la Dirección de Educación Sexual Integral se invita a ver los siguientes materiales audiovisuales para seguir reflexionando y destacar la figura de Da.  Juana Azurduy de Padilla, símbolo de heroína en las guerras emancipadoras y de la hermandad y la identidad que une a ambos pueblos dentro del contexto institucional y áulico.

  • Emisión por la pantalla de la TV Pública de “El asombroso musical de Zamba con Belgrano y Juana Azurduy”, el nuevo musical presentado por Pakapaka, el canal infantil del Ministerio de Educación de la Nación, en el microestadio Bicentenario de Tecnópolis. En esta oportunidad, Zamba y El Niño que lo Sabe Todo viajan al pasado para ayudar al general Manuel Belgrano a crear la bandera y en su recorrido se encuentran con personajes de la historia argentina como Juana Azurduy, que luchó contra los realistas en el Alto Perú.

    Primera parte.

    Segunda parte.

1 Fragmento de la canción “Juana Azurduy” de los compositores Ariel Ramírez y Félix Cesar Luna.

2 La historia androcéntrica es la que pone al varón (“andros” en griego significa varón) como centro y referencia del relato histórico.

3 En el año 2004, se realizó la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, realizada en Quito, Ecuador. En dicha Cumbre fue consensuado el término Abya Yala, nombre asignado por el pueblo kuna de Panamá al continente americano y que significa tierra viva o tierra que florece.

4 El concepto de “interseccionalidad” acuñado por Kimberté Crenshaw propone un análisis que contempla la convergencia de los múltiples ejes de poder como son el género, la etnia, la clase, la edad, la orientación sexual, etc. Estos ejes de poder articulan los diversos sistemas de dominación como son el patriarcado capitalista racialmente estructurado y se intersectan en las experiencias concretas y situadas.

Imagen de portada: Wikimedia Commons.

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