Elaboración de los primeros DNI en el marco de la ley de Identidad de Género
La ampliación de derechos como resultado de las demandas sociales por el reconocimiento de identidades.
Creado: 11 octubre, 2023 | Actualizado: 6 de noviembre, 2023
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Imagen tomada de Asociación Civil Infancias Libres, organización sin fines de lucro creada en 2017.
El año 2012 marca un nuevo paradigma a partir de la aprobación de la Ley de identidad de Género (26.743), una medida que ubicó a la Argentina entre los pocos países que reconocen el derecho de las personas a ser inscriptas en su DNI acorde a su identidad de género, es decir, permitiendo el cambio de nombre, imagen y sexo que se designó en el nacimiento.
Poco tiempo después de este acontecimiento, el 9 de octubre de 2013, una pequeña de 6 años, tan sólo con un trámite administrativo logró ser la primera niña trans del mundo en recibir por parte del Estado su DNI de acuerdo con su identidad autopercibida. Este caso emblemático comienza a hacerse conocido a partir de la participación política y el compromiso de su madre, quien siendo escritora comenzó a hacerse oír para que lo que su hija sentía y manifestaba se efectivizara en un derecho. Lo que movilizó la lucha principalmente fue la salud de su hija; su madre cuenta que la pequeña comenzó a expresar signos de angustia que se reflejaban en su estado general y no encontraba una o un profesional que pudiera explicar los motivos. Lo que su madre veía eran los ojos tristes de una niñez que es reprimida y que no es aceptada socialmente. Ante esta situación recuerda una frase de su madre que decía: “cuando no sepas qué hacer, cuando no haya respuesta, la única respuesta es el amor”.
En aquel momento, las redes sociales también exponían mensajes de odio que no sólo no aceptaban ni comprendían este acontecimiento, sino que se posicionaban fuertemente en contra. Fue así que cada vez fueron más familias las que comenzaron a encontrarse y sumarse en la lucha contra la discriminación de las niñeces trans. Su bandera era la lucha por infancias libres de violencia, entendiendo que la violencia es también ignorar cuando una criatura dice quién es y no es escuchada o se le niega esa posibilidad. En este contexto, durante el año 2017 se crea la Asociación Civil Infancias Libres, lo que venía a formalizar un grupo de pertenencia que desde entonces busca preparar a las niñeces para que acepten su cuerpo, promover derechos de niñas, niños y adolescentes trans y brindar información a toda la comunidad.
Desde una política de cuidado, pensar en infancias libres es una forma de participar y trabajar en la prevención de la vulneración de derechos de las niñeces, adolescencias y juventudes, para garantizar la salud desde una perspectiva integral. Estas situaciones exponen cómo la ampliación de derechos es resultado de la demanda de determinados sectores de la sociedad que hacen oír sus voces para ser reconocidos y visibilizados como sujetos de derecho.
La lucha por el reconocimiento de derechos de personas trans, en realidad, comienza mucho antes. En nuestro país, en la década del ’90, la historia de Mariela Muñoz (fallecida en 2017) permitió visibilizar a la primera mujer adulta trans reconocida por el Estado argentino.
En la actualidad, gran parte de estas luchas, que fueron visibilizadas, constituyen las bases de los marcos normativos y leyes que hoy permiten a las personas trans poder vivir con mayor libertad y ejercer sus derechos. El abordaje de estas situaciones encontró respuesta en el sistema educativo desde la incorporación de la Educación Sexual Integral (ESI) mediante la sanción de la Ley 26.150, en el año 2006, que asumió la sexualidad desde una perspectiva integral y un enfoque de derechos, superando la histórica mirada biologicista.
En relación con las infancias trans, puntualmente, ciertos marcos regulatorios como la ley 26.061 de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (2005) sentaron las bases para la ampliación de derechos, resaltando por ejemplo, el interés superior de niñas, niños y adolescentes, así como el derecho a ser oídos y a poder participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernen y en aquellos que tengan interés.