Elecciones presidenciales. El pueblo vuelve a las urnas en un acto masivo de participación ciudadana
La concurrencia a los actos electorales, una de las acciones cívicas más representativas del sistema democrático.
Creado: 11 octubre, 2023 | Actualizado: 2 de diciembre, 2024
Jóvenes en la Plaza de Mayo en el marco de la asunción de Raúl Alfonsín a la Presidencia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Foto de Alicia Sanguinetti, Archivo Nacional de la Memoria.
Si bien el ejercicio de la ciudadanía puede ser pensado desde múltiples espacios, ámbitos y prácticas individuales o colectivas, la participación en actos electorales para elegir gobernantes es una de las acciones cívicas más convocantes y representativas de un sistema democrático. En este sentido, no podemos dejar de destacar la importancia que tuvieron las elecciones presidenciales de 1983, luego de más de siete años de dictadura cívico-militar durante la cual se prohibió celebrar los procesos electorales según lo establecido por la Constitución Nacional.
Raúl Alfonsín, candidato de la Unión Cívica Radical (UCR), resultó electo presidente en los comicios celebrados el 30 de octubre de 1983 y el 10 de diciembre de ese año asumió la presidencia. En las propuestas de campaña los objetivos más importantes enunciados fueron consolidar la democracia e impulsar el desarrollo económico. También fueron explicitadas medidas en materia de salud, trabajo, vivienda, seguridad y una política de Justicia y Derechos Humanos. Estas elecciones, en tanto expresión de la voluntad del pueblo para decidir sus gobernantes y ser parte de un proyecto político nacional, representó la posibilidad y el anhelo de desterrar la violencia como forma de acceso al poder. Más de un 85% de la población inscripta en el padrón electoral participó de estos comicios, lo que da cuenta del alto involucramiento de la sociedad en la vida política de aquel momento.
El 30 de octubre de 1983 la fórmula ganadora fue Alfonsín–Martínez, representantes de la UCR, que obtuvo un total de 7.724.559 votos (El 51, 75 % del total de electores); los representantes del PJ Luder–Bittel fueron votados por 5.595.402 electoras y electores, y el Partido Intransigente Alende–Viale se posicionó como tercera fuerza política con 347.654 votos.En las elecciones de 1983 participaron un total de 15.350.186 votantes, que representaba el 85,61% del padrón electoral. En: Resultados Elecciones Nacionales - 30 de octubre de 1983
Frente a una numerosa multitud que festejaba su triunfo, el recién electo presidente Raúl Alfonsín, decía lo siguiente:
“Agradezco el esfuerzo, porque ha sido la participación de la ciudadanía argentina en su conjunto lo que ha garantizado que este proceso de democratización de los argentinos culminara con éxito” (...)
“Yo les pido que comprendan que iniciamos una nueva etapa en la Argentina. Es necesario, absolutamente necesario que todos comprendamos que este día en el que inauguramos una etapa nueva en la Argentina, inauguramos un largo período de paz y de prosperidad y de respeto por la dignidad del hombre y de los argentinos. Este día en que recibimos el saludo alborozado de las democracias del mundo y muy particularmente de las democracias de los países de América Latina, como la de Uruguay, como la de Paraguay. Este día debe ser reconocido por los argentinos, como el día de todos. Acá hemos ido a una elección, hemos ganado, pero no hemos derrotado a nadie, porque todos hemos recuperado nuestros derechos”.
Tomado del Ministerio de Cultura.
El filósofo y politólogo Eduardo Rinesi (2013) describe este tiempo de transición democrática como una “utopía”, un horizonte al que llegar. Al respecto, sostiene que:
“Desde el comienzo del fin de la dictadura, precipitada tras la derrota militar del régimen en la guerra del Atlántico Sur, la democracia empezó a avizorarse como una especie de contrafigura del régimen que se quería dejar atrás, como el nombre de una suerte de puerto de llegada de un camino que debía ser, quizás en primer lugar, de ‘reforma moral e intelectual’ (‘cultural’, se decía), de revisión de los componentes autoritarios de una ‘cultura política’ escasamente tolerante a la que obstinadamente se ponía en la base de los horrores de esa dictadura y del pasado argentino en general, y de construcción de unas instituciones que garantizaran, en cambio, la vida y la libertad a todo el mundo. La tarea se sabía difícil y por eso asumía la figura de un recorrido, de una ‘transición’.” (Rinesi, 2013: 23)
La recuperación de la democracia implicaba la restauración de un Estado de Derecho, y de las garantías constitucionales para las ciudadanas y los ciudadanos, el derecho a la libertad de expresión, de circular libremente, de trabajar, de organizar y participar en asociaciones sindicales, el derecho a la vida, a la identidad, a pedir justicia, entre tantos otros. Los primeros años del nuevo gobierno estuvieron abocados al fortalecimiento de las instituciones y prácticas democráticas en todos los ámbitos de la vida social que habían sido vulneradas a través de la censura, la persecusión y el terrorismo de Estado que se ejerció sistemáticamente durante la última dictadura cívico-militar.
Al respecto, pueden destacarse algunas iniciativas en materia de derechos humanos y justicia. Cinco días después de asumir la presidencia, el 15 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsin creaba una Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) con el objetivo de investigar la violación a los derechos humanos durante la última dictadura cívico-militar. Su informe final publicado en 1984 y titulado “Nunca Más” se constituyó en una importante prueba documental en el juicio a las Juntas Militares que comenzó unos meses después.
Fue un tiempo en el que muchas y muchos artistas e intelectuales retornaban del exilio, podían difundir o publicar sus obras, realizar conciertos, abrir espacios culturales y expresarse con libertad y sin temor.
Como contraparte, la democracia fue desafiada en reiteradas ocasiones. Entre 1987 y 1989 se produjeron una serie de levantamientos y sublevaciones militares que pretendían detener el avance de los procesos judiciales y reclamaban una solución política al asunto. En materia económica los procesos hiperinflacionarios representaron un duro revés para toda la sociedad y apresuraron el traspaso del poder a su sucesor presidencial Carlos Menem.
Las elecciones presidenciales de 1983 y la masividad de los festejos populares a partir del triunfo de la fórmula Alfonsín-Martínez son acontecimientos simbólicos y representativos del retorno democrático. Una democracia que tiene continuidad hasta el presente pero que ha ido asumiendo nuevos desafíos a lo largo de los últimos 40 años. La reflexión sobre las relaciones entre el Estado, la ciudadanía y la participación política es una opción más que interesante para analizar el sistema democrático en este periodo.
Materiales de consulta para profundizar sobre el tema
Ley de Ciudadanía Argentina N° 26.774. Disponible en Infoleg.
Rinesi, Eduardo (2013) “De la Democracia a la Democratización”. En: 1ra Jornada Latinoamericana “Estado, Populismo y Democracia”. Disponible en Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).
Vommaro, Gabriel (2014) “La participación política en la Argentina democrática: legitimidades, moralidades, intereses”. FORJANDO, Revista del Centro de Estudios e Investigaciones Dr. Arturo Jauretche del Banco de la Provincia de Buenos Aires, año 3 N° 6. Pp. 40-49.
Resultados de las Elecciones Nacionales - 30 de octubre de 1983. Disponible en Presidencia de la Nación, Secretaría General, Dirección Nacional Electoral.
Plataforma electoral de la Unión Cívica Radical para las elecciones presidenciales de 1983. Este documento forma parte de la colección “Archivo histórico”, disponible en el Portal educ.ar.
30 de octubre de 1983: el retorno de la democracia. Disponible en Ministerio de Cultura de la Nación.