Las aventuras de Pinocho. Orientaciones docentes, segunda parte
Propuestas de escritura en torno a la versión de esta obra de la literatura clásica.
Creado: 31 octubre, 2024 | Actualizado: 8 de noviembre, 2024
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Momentos de esta propuesta
- 1Las aventuras de Pinocho. Orientaciones docentes, primera parte
- 2Las aventuras de Pinocho. Orientaciones docentes, segunda parte
Índice
En el marco del aula
Durante la escritura
Revisión diferida
Un desafío interesante: la escritura de un nuevo capítulo (XVI)
Más allá de la frontera del aula
Galería de personajes
Recomendación de la novela para otras lectoras y otros lectores
Introducción
Una vez finalizada la lectura completa de la novela a través de la o del docente, y después de haber tenido diversas oportunidades de compartir la lectura y de producir escrituras de trabajo con las y los estudiantes, se han creado en el aula las condiciones necesarias para proponer producciones escritas de mayor envergadura y que puedan ser compartidas con otras lectoras y otros lectores. Si se propicia un clima que permite escribir sin temor a equivocarse, si se favorece la colaboración entre pares, la consulta a la o al docente y a diferentes fuentes “seguras” de información, las y los estudiantes se atreverán progresivamente a escribir y conquistarán mayor dominio sobre el sistema de escritura y una autonomía creciente como escritoras y escritores.
Escritura
En el marco de la secuencia de enseñanza en torno a Las aventuras de Pinocho, en la primera entrega de estas orientaciones docentes hemos incluido distintas situaciones de escritura que están estrechamente vinculadas con las situaciones de lectura propuestas en relación con esta novela.
Destacaremos a continuación algunas características de las situaciones de escritura dado que en la entrega anterior solamente fue posible mencionarlas e indicar en qué momento del desarrollo de la secuencia conviene realizarlas.
En el marco del aula
- Fichas de personajes.
- Diferentes propuestas en las que se recuperan escenas del capítulo que se ha leído.
- Reescritura de un capítulo de la novela con variaciones respecto del texto original.
- Un desafío interesante: la escritura de un nuevo capítulo (XVI).
Más allá de la frontera del aula
- Galería de personajes. Escritura de epígrafes para las carteleras de la escuela.
- Recomendación de la novela para otras lectoras y otros lectores.
El anexo al que se refiere en el transcurso de estas orientaciones se puede descargar desde los materiales complementarios.
En el marco del aula
- Las fichas1 pueden incorporarse –de a una o de a dos por vez– cuando los diferentes personajes aparecen en escena en cada capítulo. Se vuelve a ellas para completarlas cuando se reconoce un rasgo del que vale la pena guardar registro escrito. Por ejemplo, la descripción de la nariz del Maestro Cereza, la rabia de Gepeto, los múltiples arrepentimientos de Pinocho, etc. Los datos que se consignan en estas fichas servirán de insumo, en un momento posterior, para la elaboración de los epígrafes que acompañan las imágenes que se presentan en la galería de personajes, por ejemplo (Anexo. Fichas de personajes).
- Las propuestas de escritura, en las que se recuperan escenas del capítulo que se ha leído, requieren ser presentadas a las chicas y los chicos muy cerca del momento en que han escuchado leer el capítulo y participado en el espacio de intercambio. Esa relectura es necesaria para profundizar en el contenido a escribir, para recuperar alguna expresión propia del autor que se decida reutilizar o para repensar algunas interpretaciones que ahora, en el rol de escritor, generan ciertas dudas (Anexo. Pinocho va a la escuela, Dos burros, El campo de los milagros, Pinocho busca a su papá).
- La propuesta de reescritura de un capítulo de la novela, por ejemplo, el Capítulo 4. Pinocho tiene hambre y encuentra un huevo que pensó preparar para comérselo… contempla la composición del texto introduciendo variaciones –mayores o menores– respecto del texto original, especialmente en relación con el relato, con los modos de decir (Anexo).
La producción de un texto extenso enfrenta a las niñas y los niños al desafío de recuperar o reconstruir una parte de la historia que ya conocen. Para colaborar con las y los estudiantes en la resolución de la situación de escritura propuesta, será necesario que la o el docente realice intervenciones como las siguientes:
- Releer el capítulo que se propone reescribir. La relectura puede estar a cargo de las niñas y los niños organizados por parejas e, incluso, puede resultar productivo que lean en forma conjunta un único texto. La o el docente alentará a quienes integran la pareja a colaborar entre sí e irá rotando por las diferentes mesas ofreciendo la ayuda que considere necesaria para acompañar en la lectura.
- Empiezo a leer (lee) “Ya empezaba a anochecer y Pinocho comenzó a sentir apetito. Ese apetito se transformó en …”
- ¿Recuerdan cómo eran de grandes los bostezos de Pinocho? Dice (lee): “Daba unos bostezos tan grandes que la boca le llegaba al lugar de las orejas”.
El sentido de esta relectura reside en recuperar esa parte de la historia reparando en los hechos que habrá que relatar y en el orden en que están narrados; es decir, se relee una parte de la novela “con ojos de escritor”.
- Conocer una nueva versión del mismo episodio para comparar “modos de decir” que se pueden considerar para incorporar a la reescritura. Resulta relevante dedicar algún momento a comentar los efectos que generan ciertas expresiones que se apartan de las formas cotidianas de usar el lenguaje y que varían según el estilo de cada autora o autor. Por esa razón, compartimos un fragmento de la versión del mismo capítulo escrita por Laura Devetach y Gustavo Roldán2 (Pinocho tiene hambre y prepara una tortilla que sale volando por la ventana) para que las y los estudiantes la conozcan y puedan tener otras opciones al momento de escribir.
Otra versión
(...) Pinocho tiene hambre y prepara una tortilla que sale volando por la ventana.
Anochecía, Pinocho sintió una cosquilla en el estómago. Una cosquilla que se parecía mucho al apetito y recordó que no había comido nada. Pero el apetito en los chicos camina rápido, y en pocos minutos se transformó en hambre y el hambre, en un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en un hambre de lobo.
Corrió hacia el fogón donde estaba la olla que hervía y trató de destaparla para ver qué había adentro. Pero era la olla pintada en la pared. Su nariz, que ya era larga, le creció por lo menos cuatro dedos más.
Empezó a recorrer la habitación hurgando en todos los cajones y recovecos en busca de un pedazo de pan, aunque fuera pan duro, alguna cascarita, algún hueso olvidado por el perro. Pero no encontró nada de nada.
Empezó a recorrer la habitación hurgando en todos los cajones y recovecos en busca de un pedazo de pan, aunque fuera pan duro, alguna cascarita, algún hueso olvidado por el perro. Pero no encontró nada de nada.
El hambre crecía y crecía, y el pobre Pinocho no tenía otro alivio que el de bostezar. Los bostezos eran tan grandes que la boca le llegaba hasta las orejas. Después de bostezar escupía, y sentía que se quedaba sin estómago.
Entonces, desesperado, dijo llorando:
—El grillo tenía razón. Hice mal en escaparme de casa. Si mi papá estuviera aquí no estaría muriéndome de tanto bostezar. ¡Qué mala enfermedad es el hambre!
De pronto le pareció ver, en un montón de basura algo redondo y blanco como un huevo de gallina. Dar un salto y abalanzarse sobre eso fue una sola cosa. Era verdaderamente un huevo.
Y besándolo decía:
—¿Cómo lo puedo cocinar? ¿hago una tortilla? ¡No, es mejor hacerlo al plato! ¿O frito en la sartén?, ¿o pasado por agua? Lo más rápido será hacerlo al plato o en una cacerola. ¡Tengo demasiadas ganas de comérmelo!
Puso una cacerola sobre un brasero encendido, en vez de aceite o manteca puso un poco de agua. Cuando el agua empezó a calentarse, ¡tac! rompió la cáscara del huevo y trató de echarlo adentro.
Pero en vez de la clara y la yema escapó del cascarón un pollito muy alegre que, haciendo una reverencia dijo:
—¡Muchas gracias, señor Pinocho, por haberme ahorrado el trabajo de romper el cascarón! ¡Hasta la vista, y saludos a su familia!
Y salió volando por la ventana y se perdió a lo lejos. El muñeco se quedó como embrujado, con los ojos fijos, la boca abierta, y con las cáscaras en las manos. Cuando volvió en sí, empezó a llorar, a gritar, a patalear lleno de desesperación, diciendo:
—¡El grillo tenía razón! ¡Si no me hubiese escapado y si mi papá estuviera aquí, no me estaría muriendo de hambre! ¡Qué mala enfermedad es el hambre!
Y como la panza protestaba cada vez más, pensó ir hasta el pueblito cercano con la esperanza de encontrar a alguien que le diera un poco de pan.
(...)
La o el docente focaliza en algunas de las expresiones que permiten conversar sobre esas diferentes “formas de decir” para contar la misma historia. Incluso puede armar un panel donde se comparen, para que las chicas y los chicos tengan disponibles diferentes maneras de contar lo que sucede en el capítulo.
“Pero el apetito en los chicos camina rápido, y en pocos minutos se convirtió en hambre, y el hambre, en un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en un hambre de lobo”.
“El hambre crecía y crecía, y el pobre Pinocho no tenía otro alivio que el de bostezar. Los bostezos eran tan grandes que la boca le llegaba hasta las orejas”.
“El muñeco se quedó como embrujado, con los ojos fijos, la boca abierta, y con las cáscaras en las manos…”.
- Recuperar algunos aspectos vinculados con la subjetividad del protagonista que han sido comentados durante los espacios de intercambio y que han quedado registrados en las fichas de los personajes. Se puede reparar en su desesperación, el tardío arrepentimiento, la necesidad de reencontrarse con su padre, la credulidad en la bondad de la gente del pueblo, entre otras situaciones. La o el docente puede ir registrando en un afiche –de manera sintética y a modo de notas– para que quede disponible en el aula a la vista del grupo mientras se produce el texto.
- ¿Qué le pasaba a Pinocho?, ¿cómo se sentía?
- ¿Había algo que lo aliviaba?
- ¿Grillo Parlante estaba con él?
- ¿Qué le ocurre cuando intenta cocinar el huevo?
- ¿Qué le dice el pichón que sale volando?
- ¿Qué decide hacer finalmente?
Durante la escritura
- Promover la relectura de lo ya escrito para saber si los hechos que acordaron contar están respetados, evaluar cómo va quedando, ofrecer alternativas para debatir qué expresión les parece más adecuada.
- En la novela que leímos dice que el hambre de Pinocho es un hambre atroz; en el fragmento de la otra versión que también leímos dice que el hambre de Pinocho era un hambre de lobo. ¿Qué van a decir ustedes sobre cómo era el hambre de Pinocho?
La relectura de lo ya escrito es una práctica habitual del escritor para controlar lo ya escrito y decidir cómo continuar.
- Compartir con todo el grupo un ejemplo para cooperar en la búsqueda de soluciones que mejoren el texto.
Cuando vayan terminando de escribir, la o el docente impulsará la relectura de lo producido intentando revisar si se entiende lo que han contado y si les falta algo de lo acordado al planificar. Es conveniente que esta primera revisión se realice apenas se ha terminado la escritura, para que las chicas y los chicos recuerden bien qué quisieron escribir.
Revisión diferida
Al día siguiente o unos días después de que hayan terminado la producción, la o el docente propone una revisión global del texto, focalizando especialmente en algunos de los aspectos recurrentes que haya advertido a partir de la lectura de los textos producidos por las y los estudiantes como, por ejemplo, las reiteraciones de los nombres y la necesaria sustitución léxica para que el texto resulte más legible.
- Veo que en los textos que escribieron ponen muchas veces “Pinocho”, ¿de qué otra manera podemos nombrar a nuestro protagonista?
- ¿Dónde podríamos cambiar “Pinocho” por “niño travieso” y quedaría mejor?
Es el caso también del uso de “y” como único conector. Se puede reflexionar con las y los estudiantes acerca de los modos de reemplazarlo: uso de la puntuación, de otros conectores, etc. La o el docente puede transcribir uno de los textos producidos por las niñas o los niños para revisarlo colectivamente y solicitar luego que cada quien relea el propio para revisar ese aspecto sobre el que han reflexionado.
- Les leo este texto de Pablo y Sol, a quienes les pedí permiso para hacerlo. Lo transcribí en este afiche. Como hay algo que se repite muchas veces, podemos revisarlo juntos y hacerles sugerencias para que quede mejor. Luego son ellos los encargados de tomar en cuenta las sugerencias y corregirlo. Después, cada pareja revisará el suyo porque, seguramente, hay muchas “y” que revisar.
Considerando el estado de conocimiento de las y los estudiantes en relación con el sistema de escritura, la maestra o el maestro podrá confiarles la corrección alentando a que consulten las palabras seguras disponibles en el aula y, eventualmente, señalen aquellas que puedan ser corregidas de manera autónoma. Dará un tiempo en la clase para que eso ocurra.
Asimismo, la o el docente realizará intervenciones específicas considerando palabras relevantes de la historia cuya escritura puedan mejorar si se centran en pensar con cuáles y en qué orden se escriben. Por ejemplo:
- Algunos escribieron “BASERO” cuando querían escribir “brasero”. Les falta esta: R. Localicen esa palabra en su texto y piensen dónde hay que poner la R. Después vemos dónde la puso cada uno.
- Saben bien cómo se escribe “carozo” y también “cereza” porque en la novela aparecen muchas veces. Fíjense bien si las escribieron con “Z”.
- En este capítulo seguro escribieron “hueso” y “huevo”, o alguna de las dos. No se olviden de revisar si lo escribieron con “H”.
La propuesta de reescritura también puede desarrollarse con otros capítulos de la novela, como por ejemplo el Capítulo 8. Comefuego le regala a Pinocho cinco monedas de oro para que se las lleve a Gepeto. Pinocho se deja engañar por la Zorra y el Gato y se marcha con ellos, o el Capítulo 12. Tras unos meses de diversión en el País de los Juegos, a Pinocho y a Palito les crecen orejas y se convierten en burros.
Un desafío interesante: la escritura de un nuevo capítulo (XVI)
En el capítulo 15, Pinocho deja de ser un muñeco y se convierte en un niño de verdad. En ese momento, se puede incluir un capítulo de invención, respetando el mundo creado por la novela y las características de los personajes ya conocidos.
La organización de la situación en cada clase podrá variar entre estas dos propuestas:
- Escritura a través del docente3.
- La escritura comienza a través del docente y la continúan las y los estudiantes escribiendo por sí mismos en parejas.
Es posible proponer, en primer término, que las chicas y los chicos –organizados por parejas o pequeños grupos– anoten un listado de aventuras que pudiera vivir Pinocho, cuáles de los personajes conocidos intervendrán y si aparecerá un nuevo personaje (en ese caso, qué características tiene ese nuevo personaje); en qué escenario sucederá la nueva aventura (¿se repetirá alguno de los escenarios conocidos o también será nuevo el escenario?); cuál será el problema que tendrá que enfrentar esta vez el protagonista y de qué manera se resolverá. La o el docente ayudará a las y los estudiantes a formular por escrito sus ideas (Anexo. Una nueva aventura con el gato y la zorra).
Más allá de la frontera del aula
Estos escritos tienen la particularidad de ir más allá de las fronteras del salón de clase y podrán compartirse con otras personas. Esto requiere que los textos producidos sean revisados con mucho cuidado, de modo tal que las chicas y los chicos realicen la mejor producción de la que son capaces en este momento de su escolaridad. La o el docente sugerirá a cada autora o autor cuáles son los aspectos que es imprescindible revisar y brindará la ayuda que sea necesaria para que los textos resulten fácilmente legibles.
Galería de personajes
Los epígrafes para fotos, imágenes u objetos diversos están presentes en diferentes soportes: se pueden encontrar en revistas, periódicos y álbumes, así como en muestras fotográficas, pictóricas y museos.
Producir una galería de personajes de la novela implica tomar decisiones acerca de cuáles personajes deberían participar de la presentación, para que otras niñas y otros niños de la escuela y sus familias puedan visitarla y comprender de qué se trata. La propuesta consiste en escribir epígrafes que “cuenten” aspectos del personaje en cuestión que no puedan ser conocidos a través de la imagen; es decir, los epígrafes informan, exponen o explican aspectos que no pueden ser apreciados a través de la sola percepción de la imagen4.
Esa galería debería permitir adentrarse en el mundo del muñeco de madera tanto a aquellas o aquellos que hayan leído la novela como a quienes aún no lo hayan hecho y se estén acercando a ella por primera vez.
Las primeras propuestas que se presentan forman parte de la planificación de la escritura en tanto que la última está vinculada con la revisión.
- Tomar decisiones acerca de qué personajes estarán presentes en la galería
Para organizarla, las niñas y los niños proponen y acuerdan con la o el docente qué personajes no pueden faltar para que la galería represente lo mejor posible a Las aventuras de Pinocho (En el anexo hay algunas imágenes que se pueden utilizar).
- Acordar qué se va a contar de cada personaje
La escritura de los epígrafes puede realizarse por parejas. Como el epígrafe es un texto medianamente corto, como se trata de un personaje que conocen mucho y tienen escrituras de trabajo disponibles, es conveniente pensar en las parejas de niñas y/o niños que en este momento del año tienen conocimientos próximos. Se dispone, entonces, de una sola hoja de papel y un lápiz para ambos. ¿Sobre qué personaje escribe cada pareja?, ¿quién toma el lápiz y quién dicta primero? ¿Cuándo cambian los roles de dictante y escribiente?
- Volver a leer para escribir
Se trata de intervenir para que las niñas y los niños puedan establecer una relación más significativa entre las imágenes y lo escrito, en donde el texto agrega información o expresa algo no dicho por la imagen.
Releer las fichas y volver a los capítulos que sean necesarios para ampliar la información sobre el personaje. Recordarles que escribir este tipo de texto implica contar cómo es el personaje en la novela y no detenerse en describir la imagen.
Como la situación de escritura tendrá lugar en el aula en varios días consecutivos, habrá que ayudar a las y los estudiantes a releer lo que escribieron en la sesión anterior para continuar el texto guardando coherencia con lo ya escrito.
- Revisar lo escrito para que otras personas destinatarias lo entiendan
Cuando la o el docente considere que el texto está avanzado o terminado, se puede proponer que cada pareja lea lo que otra escribió para entablar un diálogo “del lector al autor”. Se recomendará especialmente a las y los estudiantes que, en caso de que les parezca necesario que algún pasaje resulte más comprensible, le hagan sugerencias a la autora o al autor acerca de cómo modificarlo. La intención no es “corregir” el texto de la compañera o del compañero sino ayudar a mejorarlo para que lo entiendan bien las lectoras y los lectores que visiten la galería.
- Escribir a través del docente las invitaciones para visitar la galería
En este caso, como se trata de un texto único que llegará a las personas destinatarias de la invitación (familias, autoridades de la escuela, otro grado o sala de jardín), proponemos que se realice a través del docente. Por lo tanto, hay que acordar qué información es especialmente relevante y no puede faltar: de qué se trata, dónde y cuándo se los espera, por qué esperamos que nos acompañen. Pueden leer otras invitaciones que estén en los cuadernos de comunicaciones y aporten ideas posibles para tener o no en cuenta al escribir las propias.
Recomendación de la novela para otras lectoras y otros lectores
Las recomendaciones son textos breves sobre las lecturas realizadas, que escriben las lectoras y los lectores para fomentar que otras personas decidan leer cierta obra. Aparecen en distintos espacios: en la contratapa de los libros, en los catálogos de las editoriales, en los sitios web de librerías, en revistas de literatura, en las secciones de cultura de los diarios –tanto de papel como digitales–, entre otros.
En las recomendaciones se brindan datos de la obra, además de opiniones y comentarios de quien hace la recomendación. Al producir una recomendación, las niñas y los niños aprenden a escribir expresándose como lectoras y lectores. Es una nueva oportunidad para que escriban por sí mismos su parecer sobre la novela leída, las razones por las que la consideran valiosa o divertida, sabiendo que el propósito de la recomendación es convencer a las personas destinatarias de que vale la pena leer Las aventuras de Pinocho.
Aprender a contar algo significativo sobre la obra, organizando de manera coherente una breve información o una eficaz argumentación (no basta el “me gustó mucho” sino el por qué me gustó mucho), recoge el camino de lectura y de los escritos de trabajo. Como se indicó en relación con la galería de personajes, también en este caso será necesario hacer una cuidadosa revisión de los textos con ayuda de la o del docente. Además, en el caso de las recomendaciones, al revisar hay que poner en primer plano que, para cumplir su función (convencer), tienen que mostrar que la novela es atractiva. En el anexo encontrarán algunos papelitos donde podrán escribir la versión final de las recomendaciones que se produzcan para ser expuestas en las carteleras de la escuela.
1 Las Fichas de personajes se sugieren a partir de la lectura del Capítulo 2 de la novela. Ver: Las aventuras de Pinocho. Orientaciones docentes, primera parte.
2 Las aventuras de Pinocho. Versión de Laura Devetach y Gustavo Roldán. EUDEM, 2022.
3 Ver: Escritura a través del docente en El lobo y los siete cabritos. Orientaciones docentes y en Irulana y el ogronte. Orientaciones docentes (Portal Continuemos Estudiando).
4 En el anexo disponible como material complementario hay algunas imágenes que se pueden utilizar para este propósito.