Las plazas

Propuesta orientada a la enseñanza de las sociedades pasadas y presentes a través del análisis de las plazas, su naturaleza y funciones como espacios públicos, usos y normas que los regulan y cambios en el tiempo.

Creado: 3 enero, 2024 | Actualizado: 6 de febrero, 2024

INTRODUCCIÓN

La enseñanza de las Ciencias Sociales en el primer ciclo de la educación primaria busca enriquecer las ideas que las chicas y los chicos tienen acerca de la vida en sociedad, cuestionar o relativizar otras, indagar sobre aspectos de temáticas cercanas, o aproximarse a otras desconocidas para construir representaciones que progresivamente les permitan advertir la diversidad y la complejidad de los mundos sociales del presente y del pasado, así como desnaturalizar su mirada sobre las sociedades y sobre el conocimiento social. 

Las plazas son escenario de la vida cotidiana de las infancias y también de las personas adultas, y sabemos que lo cotidiano constituye una dimensión relevante para acercarse a conocer distintos contextos sociales pasados y presentes. El propósito es enseñar sobre la sociedad a través del análisis de las plazas. Será importante atender a las comparaciones que las chicas y los chicos establecen entre el pasado en estudio y el presente, cuidando evitar las relaciones anacrónicas y estereotipadas que suponen un pasado y un presente homogéneos. Hay diversidad en las plazas del pasado y del presente. El presente, además, es diverso y desigual, y muchos aspectos del pasado subsisten en la actualidad en determinadas regiones, grupos sociales, prácticas culturales, etc. Por ejemplo, las plazas del “centro” y las de los barrios de las localidades son diferentes tanto en el pasado como en la actualidad.

Desnaturalizar las ideas y representaciones de la vida en sociedad, diversificarlas y complejizarlas son también aspectos fundamentales para contribuir a la formación ciudadana de las alumnas y los alumnos de las escuelas.

Las plazas constituyen una realidad cercana a las y los estudiantes y un tema clásico de la escuela. La cercanía o lejanía no es sinónimo de fácil o difícil. El tratamiento tradicional de algunos temas por lo general formulados en singular –la familia, el barrio, la escuela, la plaza– puede resultar “fácil” si se limita a un enfoque descriptivo que a fin de cuentas suele limitarse a lo que las chicas y los chicos ya saben. Proponemos aquí un enfoque interpretativo/explicativo en el que niñas y niños puedan construir algunas ideas sobre la naturaleza de los espacios públicos, la multiplicidad de usos de las plazas, los distintos tipos de normas que los regulan y sus funciones, así como algunos de los cambios que experimentaron y sus razones. 

Para analizar cambios y permanencias seleccionamos un pasado relativamente cercano, la década de 1950, porque permite indagar el tema a partir de entrevistas con informantes clave (abuelas y abuelos, personal de la escuela, vecinas y vecinos) así como a través de diversas fuentes: fotografías de la época, testimonios e historias de vida publicados, material audiovisual, etc. 

El estudio de estos aspectos implica también que las chicas y los chicos se aproximen a algunos procedimientos específicos de las ciencias sociales: la recolección in situ de datos, la elaboración de planos, la realización y el análisis de entrevistas, la lectura de distintos tipos de textos y de imágenes.

Para las situaciones de lectura y de escritura que proponemos, cada docente evaluará las modalidades que adopta: la lectura a través de la o del docente; la elaboración de presentaciones en base a la información que suministramos y de la que consideren relevante sumar; distintas escrituras como listas de palabras, punteos, dictado a la maestra o el maestro; dibujos con escritura de título y algunas referencias, etc.

No es necesario realizar la totalidad de las actividades ni utilizar todas las fichas. En función de las características del grupo, del tiempo disponible, etc., cada docente diseña su propio itinerario, seleccionando las fuentes de información que le parecen más adecuadas.

LAS PLAZAS COMO CONTENIDO DE ENSEÑANZA

Es una tarea muy compleja definir qué es una plaza, en parte porque, si tomamos en cuenta la enorme diversidad de plazas que se registran en el mundo y en las distintas épocas, solo comparten algunos rasgos básicos. De hecho, no hay ninguna característica o elemento que sea indispensable para que exista una plaza.

Una plaza no es más que un lugar, un espacio público y abierto que puede tener características y funciones muy variadas. De hecho, plaza y lugar se utilizan muchas veces como sinónimos. Intentaremos identificar algunos rasgos básicos.

Una cuestión a tomar en cuenta es la omnipresencia; en los barrios, pueblos, pequeñas localidades y ciudades hay plazas. También hubo uno o más espacios de este tipo en prácticamente todos los asentamientos de las sociedades conocidas del pasado, desde el más pequeño hasta los de gran escala. Hablamos de asentamientos y esto nos acerca a otra característica distintiva: las plazas son un fenómeno urbano, pues carecen de sentido en otro contexto. Esta omnipresencia permite inferir que las plazas cumplen funciones de relevancia como lugar de encuentro, de celebraciones (cívicas, religiosas), de esparcimiento, deporte, mitigación de problemas ambientales, de reclamo, de espectáculos y muchas más.

Existen plazas solo en los espacios urbanos del pasado o del presente. Las plazas son espacios abiertos y son espacios públicos. Podemos sumar otra idea que contrasta fuertemente con las representaciones de las niñas y los niños: las plazas son construcciones artificiales. Por lo general chicas y chicos piensan que las plazas son restos de la naturaleza que subsisten y que sus funciones y las actividades que en ellas se realizan son exclusivamente las que ellas y ellos realizan o conocen, las que les resultan más significativas.

Por otra parte, las plazas pueden tener diversos orígenes. Algunas surgen como tales desde sus comienzos –es el caso, por ejemplo, de las plazas de la ciudad de La Plata–, otras fueron “huecos” o terrenos baldíos. Hay también plazas que surgieron en los cruces de caminos y que se usaban en el pasado para hacer una parada (por ejemplo, en tiempos de transporte en carretas para el descanso de las personas y los animales). Otras se originaron en mercados que dejaron de funcionar como tales, también en corrales y hasta en basurales. Muchas veces, las plazas de los barrios fueron quintas de las afueras en las que se producían frutas, verduras, huevos, leche, pollos, para el abastecimiento de la localidad, que con el tiempo y con el crecimiento de la urbanización quedaron englobadas dentro de las ciudades. 

Estos espacios fueron transformándose tanto en su diseño y equipamiento como en las actividades que albergan a lo largo del tiempo. Por ejemplo, muchos de los cambios en las plazas de nuestro país se produjeron hacia fines del 1800, cuando arquitectos y paisajistas tomaron como modelo las plazas de ciudades europeas, especialmente las de Francia. Fue entonces cuando incorporaron jardines, bancos y fuentes mientras que los juegos infantiles comenzaron a instalarse mucho tiempo después.

En el trabajo con esta temática se espera que las y los estudiantes de primer año:

  • Conozcan algunos aspectos de las plazas que no son los que a ellas y ellos les resultan familiares. 
  • Se aproximen a la idea de que las plazas son espacios artificiales construidos y no restos de la naturaleza que subsisten en la actualidad.
  • Identifiquen algunos cambios en el tiempo y establezcan relaciones con otros cambios –en las costumbres, las tecnologías, el crecimiento de la población y la extensión de las ciudades– que experimenta la sociedad.
  • Reconozcan diversidad de actores: quienes trabajan en la plaza, quienes pasean, quienes se divierten, quienes descansan, etc., con especial atención a la presencia del Estado (en las regulaciones, la señalética, el personal de limpieza y mantenimiento) así como la existencia de conflictos entre ellos y algunas formas de resolverlos.
  • Se aproximen a la existencia y naturaleza de algunas normas que regulan el uso de los espacios públicos. 
  • Extraigan, recolecten, ordenen y sistematicen información de diversas fuentes.

A continuación, incluimos algo de información sobre la historia de las plazas con la intención de que las y los docentes decidan si incluyen parte de ella en la presentación o en distintos momentos de la propuesta. Se trata de información que, si bien está disponible, se encuentra dispersa en documentos de diverso tipo y que por esa razón reunimos y sistematizamos aquí.

Las plazas en la América indígena

La América indígena fue un mundo predominantemente rural. Pero también hubo, por cierto, algunas ciudades incluso algunas muy grandes como Tenochtitlán y Cuzco, las capitales de los imperios inca y azteca, que despertaron la admiración de los españoles. Hubo también numerosas ciudades más pequeñas a lo largo y a lo ancho de todo el continente.  Grandes o chicas, el hecho es que en todas ellas invariablemente se registra la existencia de por lo menos una plaza.

En los modestos asentamientos indígenas de América del Norte, por ejemplo, no se observan muchos espacios diferenciados (característica propia de las sociedades poco jerarquizadas y con escasa complejidad), sin embargo, todos ellos tienen un hueco en el centro que funcionaba como espacio comunitario. De manera similar, entre los guaraníes, las viviendas (o malocas) se construían alrededor de un espacio común que servía como el lugar de todos. 

En los grandes imperios americanos, las ciudades tenían en su centro una gran plaza y en ella los principales edificios, templos y palacio de las autoridades imperiales. En momentos especiales era común que estas plazas albergaran los mercados.  En Cuzco, capital del Imperio Inca, la plaza principal era la de Huacaypane. Después de conquistar la ciudad, los españoles transformaron una parte de ella en la Plaza de Armas.  Las plazas de armas llevaban ese nombre porque eran el lugar en los que los vecinos realizaban su entrenamiento para la defensa de la ciudad.  

Las ciudades mayas tenían diferentes tamaños, arquitectura y estilos artísticos, pero en todas ellas los estudios arqueológicos han identificado un centro ceremonial formado por varias pirámides y construcciones monumentales ubicadas alrededor de una plaza. 

Las plazas en las ciudades fundadas por los españoles

La conquista española avanzó en el control de los territorios a partir de la fundación de las ciudades. Es importante tomar en cuenta que tales ciudades en sus comienzos no eran más que modestos puestos de avanzada constituidos por un fuerte y por algunas viviendas dispuestas en torno de una plaza. 

Las fundaciones seguían un mismo protocolo en toda América: en el marco de un ritual que incluía una misa, un puñado de hombres, en general acompañado por grupos de indígenas, proclamaba la fundación y le ponía un nombre a la ciudad. En el lugar de la fundación quedaba situada la plaza principal. 

Simultáneamente algunos poblados indígenas fueron incorporados al nuevo sistema colonial. También surgieron nuevos pueblos, muchos de ellos a partir de la iniciativa de las diferentes órdenes religiosas. Estas construyeron numerosos pueblos de indios todos ellos con la misma fisonomía: en el centro una plaza rodeada por la iglesia, el convento, el cementerio, los talleres, la cárcel y el cabildo. Es el caso, de las misiones jesuíticas ubicadas en el noreste de la Argentina, en la actual provincia de Misiones, en Paraguay, en Brasil y en muchos otros lugares.

Durante la colonia las plazas fueron el corazón de las ciudades. Su función más importante era la de albergar los mercados.  Pero la plaza también fue sede de los espectáculos públicos, las corridas de toros, las procesiones y celebraciones religiosas e incluso de los castigos ejemplarizadores. La difusión de información se realizaba también en ese lugar (pregones y bandos, carteles en la fachada de las principales iglesias, etc.).  El fuerte y la catedral eran lo primero en erigirse en torno de la plaza, luego vendrían los cabildos, audiencias, las casas de los funcionarios. Finalmente, de la plaza salían las calles principales y cerca de ella levantaban sus casas los vecinos más pudientes.

Durante el siglo XVII las plazas llamaron la atención de las autoridades –virreyes y gobernadores, entre otros– que buscaron embellecerlas como lugar de esparcimiento. Entre otros cambios, se introdujeron alamedas y se sacó la picota, o “palo de la justicia” que era el símbolo de la jurisdicción penal donde se exhibían los cuerpos de los ejecutados o se amarraba a los reos para exponerlos a la vergüenza pública.  

PLAZAS EN TODAS PARTES

Para entrar en tema:

Por tratarse de un contenido en parte conocido por las chicas y los chicos, su presentación como objeto de estudio puede comenzar con la observación de algunas imágenes y la formulación de algunas preguntas. Las imágenes pueden ser las que se ofrecen en el conjunto de fichas de este material (ver Materiales complementarios) u otras. En ambos casos, recomendamos incluir fotos de la o las plazas cercanas a la escuela, de alguna otra que pueda resultar conocida para las niñas y los niños –la plaza principal de la localidad, una plaza emblemática como la Plaza de Mayo o la de la República, donde está ubicado el Obelisco de Buenos Aires–, imágenes de plazas en el pasado, en otros lugares del mundo, etc. La idea es ofrecer la mayor diversidad posible como apoyo para formular algunos interrogantes que apunten a los rasgos básicos de las plazas. A modo de ejemplo, aquí reproducimos imágenes de cuatro plazas del país en las que no se ven las características que seguramente las niñas y los niños esperan encontrar en una plaza. Estas imágenes están disponibles en la presentación en el PDF Las plazas 1: Diferentes plazas.

Plaza del Centro Cívico de la ciudad de Bariloche. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de San Carlos de Bariloche.

Plaza de la República, ciudad de Buenos Aires (con el Obelisco). Fuente: Imagen tomada del sitio oficial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Plaza Moreno, ciudad de La Plata. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de La Plata.

Plaza General San Martín, ciudad de Azul. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial del Ministerio de Cultura.

Para abrir el intercambio, sugerimos algunas preguntas:

¿Las imágenes que vimos son todas de plazas? ¿Por qué les parece que sí? ¿Por qué les parece que no? ¿Son todas actuales? ¿En qué se parecen? ¿En qué se diferencian?

Estos interrogantes apuntan a pensar en algunos rasgos básicos de las plazas y, al mismo tiempo, su enorme diversidad. Es importante prestar mucha atención a las respuestas y sobre todo a las razones que dan las chicas y los chicos, sostener el intercambio y, si se considera oportuno, tomar notas acerca de:

  • lo que tienen en común,
  • lo que es diferente,
  • nuevas preguntas.

A continuación, la o el docente puede organizar una presentación del tema que se va a trabajar basada en parte de la información que ofrecimos más arriba. En función de lo que se haya conversado a propósito de las imágenes, se pueden adelantar algunos de los aspectos que se van a tratar y anunciar que, después de estudiarlos, van a volver sobre las imágenes y los interrogantes, las respuestas y los argumentos que quedaron formulados para comentarlos, revisarlos, ajustarlos, corregirlos, etc.

Otros interrogantes que se pueden agregar:  

¿Qué hacen las personas en las plazas? ¿Cuándo van más (de día, de noche, los sábados y domingos, en verano/invierno o cuando hace calor/frío)? ¿De quién son las plazas? ¿Quién las cuida/mantiene? ¿Qué actividades se pueden practicar en las plazas? ¿Hay algunas prohibidas? ¿Cuáles? ¿Quién establece las normas? ¿Quién controla que se cumplan? ¿Siempre hubo plazas? ¿En el pasado las plazas habrán sido diferentes?

Para cerrar, la o el docente puede comentar que en la Argentina y en todo el mundo, los barrios, los pueblos y las ciudades tienen plazas y que, en las sociedades del pasado, incluso desde tiempos muy remotos, allí donde se instalaron poblaciones hubo espacios abiertos y públicos para el uso comunitario.

LAS PLAZAS EN EL PASADO Y EN EL PRESENTE

Las plazas en la década de 1950

¿Siempre hubo plazas? ¿Las plazas fueron cambiando a lo largo del tiempo? ¿Cómo fueron esos cambios?

Para conocer algunos de los cambios que experimentaron las plazas, elegimos un pasado cercano, la década de 1950. Este pasado se puede presentar a las chicas y a los chicos como la época en que sus abuelas, abuelos u otras personas adultas de su familia vivieron su infancia, o las plazas hace 70 años, etc.

Sugerimos tratar dos aspectos de las plazas en el pasado: las características del espacio y el equipamiento, y las actividades que se desarrollaban. Incluimos una entrevista y sugerimos realizar otra/s con las chicas y los chicos.

La entrevista a Adriana

A continuación, transcribimos una entrevista que habla de distintos aspectos de la Plaza San Martín en el partido de General San Martín. La entrevista es extensa. Invitamos a las y los docentes a trabajarla en forma completa –y en ese caso dividirla en dos partes para analizarlas por separado– o bien seleccionar sólo algunos fragmentos para compartir con las y los estudiantes. 

La entrevistada fue contando algunos cambios y comparando algunas de las características que tenía la plaza cuando ella era chica con las que presenta en la actualidad. Puede ser que la persona que entrevisten las y los estudiantes hable espontáneamente de cosas que cambiaron, de todos modos sugerimos planificar una pregunta para indagar sobre los cambios.

Entrevista a Adriana    

Imagen archivo DGCyE.                                                                     

Plaza de San Martín (Partido General San Martín)

Adriana es abuela de tres nietos. Tiene más de 70 años. Ella nació, creció y sigue viviendo en el partido de General San Martín, en la Provincia de Buenos Aires. Cuando nació, en su barrio había pocas casas y las calles eran de tierra. Hoy viven muchas personas, todo está construido, hay edificios altos y mucho tránsito. 

¿Cómo era la Plaza de San Martín cuando eras chica?

Por lo que recuerdo era la única plaza en esta zona. Hoy hay varias. Ocupaba una manzana cuadrada. En un lado estaba la Municipalidad y la Catedral, en otro la escuela nº 1, en otro el Banco Provincia y uno de los dos cines de la ciudad. Había tres confiterías elegantes alrededor de la plaza. Comento esto porque, a fines de la década de 1970, la plaza pasó a ocupar dos manzanas y se debieron derribar y reubicar algunos de estos edificios.

Había canteros con magnolias, palmeras y flores y varios senderos. El más ancho tenía dos leones de cemento en una punta y dos en la otra. En el centro estaba y sigue estando la estatua de San Martín. Y también una glorieta que era como un escenario donde las bandas de los partidos de esta zona tocaban marchas militares, músicas patrióticas y populares los días de fiesta y algún fin de semana. Las autoridades pronunciaban discursos desde allí y los vecinos se reunían alrededor para escuchar, enterarse, conversar y festejar.

¿Ibas a jugar a la plaza?

No recuerdo que hubiera juegos en la plaza. Ir era, a veces, una salida familiar. Nos poníamos ropa “de salir” para ir al “centro”. Íbamos a pasear, a cruzarnos casualmente con otros vecinos, o a la salida del cine. Mientras los chicos y chicas jugábamos a la escondida entre los árboles, corríamos por los senderos, nos subíamos a la glorieta, los adultos conversaban sobre cuestiones “aburridas”. Hacíamos amigos por ese rato, porque nuestros amigos permanentes estaban en el barrio, con ellos jugábamos en la calle después de terminar los deberes de la escuela.

También “pasábamos por la plaza” cuando íbamos a hacer compras en los negocios del centro. Eso era por la mañana o después de la hora de la siesta. Recuerdo que había mucha gente que iba y venía por la plaza durante el día. Era una fiesta de movimiento, de sonidos y de colores. Cuando se abrió la primera heladería, pasar por allí tuvo todavía mucho más encanto, se incorporaron los sabores.

¿Qué hacían esas personas en la plaza?

Pienso que estaban haciendo trámites en las oficinas de la municipalidad, en las inmobiliarias, en los estudios de abogados, esperando la hora de una consulta médica o de un encuentro, o descansando después de hacer compras y antes de tomar sus colectivos. Porque alrededor o cerca de la plaza estaban todos esos servicios y allí llegaban los colectivos que comunicaban con “la capital”, es decir, la ciudad de Buenos Aires.

La gente se sentaba en los bancos, a la sombra de los árboles en el verano y buscando el sol en el invierno. Conversaba un rato con alguien, descansaba y seguía su camino. Los ritmos no eran como ahora sino mucho más lentos. Había tiempo para sentarse en la plaza porque sí, a mirar el movimiento y los cambios de la ciudad que iba creciendo.

¿Qué era lo que te gustaba de ir a la plaza?

Cuando niña, mi expectativa era que estuviera Pirulo, el vendedor ambulante de los más deliciosos cubanitos rellenos que recuerdo. Pirulo era un personaje conocido por todos en San Martín. Iba con su bicicleta y su carrito y pregonaba: “Mamá, comprame un Pirulín” y después se respondía a sí mismo “¡Pobreciiiiito, la mamá no le quiere comprar un pirulín…!”. Como las mamás se sentían culpables y los chicos insistíamos… Al final: ¡nos compraban! Era como un juego entre Pirulo, nuestras mamás y nosotros…

Cuando jovencita, la plaza fue el lugar de festejo del final de las clases: con todo el curso caminábamos hasta la plaza cantando y una vez allí hacíamos rondas alrededor de las magnolias. ¡La plaza era nuestra! La gente se paraba a mirarnos, a compartir nuestra alegría… Algunos pasaban de largo con caras de molestos; tal vez pensaban: “¡qué locos estos jóvenes! En mis tiempos…” La plaza era, entonces, un lugar de festejo.

 ¿Qué se festejaba en esos tiempos?

Durante mi infancia y mi juventud gobernaron varias dictaduras militares que daban mucha importancia al festejo de las fechas patrias con desfiles alrededor de la plaza. Recuerdo que cada escuela enviaba a sus abanderados junto con una delegación al acto de la plaza. Para nosotros, desfilar era una tarea muy seria y comprometida. No podíamos fallar y hacer un papelón. Las maestras nos hacían ensayar cómo marchar en filas manteniendo todos el mismo paso y el mismo ritmo, y cómo se debía hacer para girar en las esquinas sin desordenarnos. Parecíamos soldaditos, temíamos equivocarnos. Para nosotros era aburrido escuchar discursos largos, que no entendíamos, pronunciados por personas desconocidas que parecían ser muy importantes. Con el tiempo comprendí lo que significaban las dictaduras. Ahora, el recuerdo de los desfiles me produce tristeza. 

Por suerte más tarde llegó la democracia y se sucedieron muchos festejos por las elecciones. También por partidos de fútbol. Esos sí eran festejos populares, más espontáneos, sin exigencias. Pienso que en esos momentos sentíamos que la plaza era nuestra. Igual, creo que la plaza está llena de recuerdos de todos y todos tenemos recuerdos de algo que pasó en la plaza. Es nuestro “centro”

Para el análisis de la entrevista:

Dada la extensión de la entrevista, sugerimos trabajarla por partes y, para cada una, promover un intercambio siguiendo los dos ejes propuestos, las características del espacio, por un lado, y el equipamiento y las actividades que se desarrollaban por otro.

Después de un espacio para el intercambio de lo que las chicas y los chicos quieran comentar, se pueden leer y releer fragmentos para relevar la información referida al lugar y a las actividades e ir registrando los aportes en forma de listas. 

Luego sugerimos ir mostrando alguna/s fotografías de la Plaza San Martín incluidas en la presentación en PDF “Las plazas 2. Entrevista a Adriana. Las plazas de antes”. Será necesario explicitar que todas las imágenes corresponden a la actualidad.

Para ver en las imágenes de la Plaza San Martín, del Distrito de San Martín:

Foto 1: desde uno de los ingresos a la plaza se pueden identificar espacios diferenciados. Adriana comenta que cuando era chica no había palomas (que se ven en la foto) ni cotorras, sí había muchos gorriones.

Foto 2: en la manzana que se sumó al ampliar la plaza está emplazado un monumento a los soldados de Malvinas, atrás del monumento se ve la catedral.

Foto 3: puesto de la feria Manos de San Martín que se instala los días jueves en la plaza. (La presencia del estado municipal es un aspecto para tomar en cuenta cuando se trate el rol del Estado en los espacios públicos).

Foto 4: se reconocen fuente, mástil, monumento a San Martín y palmeras.

Foto 5: sector de juegos infantiles (una notable diferencia respecto de lo que cuenta Adriana sobre la década de 1950 en la que no había juegos infantiles).

Las imágenes 1 a 5 fueron tomadas por Adriana Villa, archivo de la DGCyE.

En la observación de todas las fotografías será importante atender a que niñas y niños adviertan si se trata de instalaciones y construcciones que existían en la década de 1950 y que permanecen, o son construcciones e instalaciones más nuevas.

Como cierre, sugerimos sostener una conversación en torno a cuestiones como: ¿lo que cuenta Adriana sigue siendo igual? ¿Qué cosas cambiaron?

Entrevista/s de las chicas y los chicos 

Para contar con más datos, después de compartir la entrevista a Adriana –en su totalidad o en parte– sugerimos planificar una entrevista más. El propósito en este caso es doble. Por un lado, que niñas y niños se aproximen a un procedimiento propio de las ciencias sociales como es la realización de entrevistas y, por otro, construir una nueva fuente de información para contrastar y establecer comparaciones con la entrevista a Adriana.

Sugerimos invitar al aula a una persona y realizar la entrevista entre todas y todos.  Recomendamos explicitar los criterios con los que se elige a la persona informante (edad, haber pasado la infancia en una localidad de la provincia) y que sea grabada para poder escuchar y reescuchar las veces que sea necesario.

Sugerimos que las preguntas sean formuladas grupalmente, teniendo en cuenta algunas que no pueden faltar, por ejemplo. 

  • Nombre, edad y localidad en la que vivió la persona entrevistada durante su infancia. 
  • Nombre de la plaza a la que hace referencia.
  • Cuándo iba y qué hacía en la plaza.
  • Qué recuerda que había en la plaza. 
  • Si había otras personas, qué hacían las personas adultas, qué hacían las chicas y los chicos.
  • Algunas diferencias respecto del presente.

Como conclusión de este trabajo sugerimos la elaboración colectiva de un texto/punteo de algunas características que tenían las plazas en la década de 1950 en localidades de la provincia de Buenos Aires. 

Las Plazas en la década de 1950:

Entrevistamos a...

Preguntas:

Las plazas en la actualidad: la plaza cercana a la escuela

Por lo general, las maestras y los maestros saben cuál o cuáles son las plazas más conocidas y frecuentadas por sus estudiantes. De no ser así, sugerimos hacer un rastreo –en una conversación grupal– para identificarlas y delimitarlas como objeto de análisis y de conocimiento.

Para abordarla proponemos dos vías. 

  • La búsqueda de información en distintas fuentes, entre ellas la página web del municipio, sitios de organizaciones, blogs, redes sociales de personas conocidas de la localidad, etc. 
  • Una visita grupal a la plaza.

Ficha: la página del municipio y otras fuentes de información

Nombre de la plaza

Fecha de fundación (¿la plaza que vamos a estudiar existía en la década de 1950?)

Otra información relevante sobre 

  • el nombre,
  • monumentos,
  • mejoras/reformas,
  • fotografías de la plaza,
  • plano.

La salida a la plaza

Durante la salida sugerimos dos tipos de indagación:  

La realización grupal de una o dos entrevistas a personas que están en la plaza. Sugerimos en lo posible que sean diferentes perfiles: edades diferentes, o alguien que está trabajando (vendedoras o vendedores, calesitera o calesitero, personal de mantenimiento, etc.)  y alguien paseando, descansando, jugando, etc.

El relevamiento de algunas características del lugar: una posibilidad es llevar un plano realizado entre todas y todos previamente en la escuela y durante la visita tomar fotografías de carteles (que serán necesarios cuando se trabaje con las normas), cestos para la basura, monumentos, placas, espacios diferenciados (canchas, caniles, juegos infantiles, feria, etc.), bancos, árboles o plantas. La o el docente o alguna persona adulta que acompaña va tomando fotografías (en diálogo con las chicas y los chicos) y tomando nota de su ubicación en el plano.

Las niñas y los niños también pueden dibujar en la plaza, como una propuesta que ayude con la observación y a prestar atención. 

Entrevistas en la plaza

Persona entrevistada: (nombre, edad, ocupación)

  • ¿Viene muy seguido a la plaza? ¿Con qué frecuencia? ¿En algún horario? ¿Qué días? ¿En verano/invierno?
  • ¿Cómo viene (caminando, transporte público, bicicleta, etc.)?
  • ¿Para qué viene a la plaza?
  • ¿Qué es lo que más le gusta?
  • ¿Le agregaría o cambiaría algo? ¿Qué le agregaría o cambiaría?

De vuelta en la escuela

Proponemos organizar un intercambio abierto y general sobre la experiencia de la salida, abriendo un espacio para que las chicas y los chicos comenten lo que les pareció importante, novedoso, les gustó o disgustó, sorprendió, etc.

Luego volver sobre todo el material recogido (escuchar las entrevistas, si se grabaron o revisar las notas) y completar el plano con la información relevada y, si se puede, con las fotografías impresas.

Algunas conclusiones (en base a las entrevistas y lo que las chicas y los chicos pudieron ver en la salida)

Hay personas que van a la plaza XXXX para…

Otras personas…

Todas/ algunas/ la mayoría de las personas que entrevistamos van a la plaza caminando/en bicicleta/en colectivo, etc. porque viven cerca/lejos…

En la plaza había (jóvenes/niñas y niños/personas adultas mayores/personas adultas con bebés) que estaban (jugando, paseando, descansando, haciendo deporte, tomando mate).

Encontramos… (un uso de la plaza que no teníamos previsto)

Intercambio para el cierre:

Finalmente, se puede organizar un intercambio acerca de la importancia que tienen las plazas en la vida cotidiana de las personas, para retomar las ideas que se formulen cuando se aborden otros aspectos de las plazas.

¿Son importantes las plazas para la vida cotidiana de las personas? ¿Por qué? ¿Cómo afectaría la vida de XXX (persona entrevistada en la plaza) no contar con la plaza? ¿Qué pasará cuando no haya plazas cerca de donde vive la gente?

LOS USOS DE LAS PLAZAS

Para entrar en este aspecto sugerimos recuperar lo que se haya discutido en el debate sobre la importancia de contar con plazas cercanas y desde allí identificar algunos usos. La idea es relacionar la importancia de las plazas con las actividades que se despliegan en ellas. 

Los usos de las plazas son muy diversos en el presente y lo fueron también en el pasado, algunos se conservan y otros no. Las actividades y usos dependen del lugar en el que la plaza está ubicada (en el centro, en los barrios), de sus características y equipamiento, de sus dimensiones, etc.  También cambian los usos de día y de noche, en verano o en invierno, los días laborales y los fines de semana. Hay usos que involucran a algunos actores en especial –las niñas y los niños, las personas adultas mayores– mientras que otros convocan al conjunto de la comunidad.

Sugerimos algunas preguntas para comentar las entrevistas y la información obtenida en la salida, ahora focalizando en las actividades que aparecen. 

¿Qué contaba Adriana que hacía en la plaza de San Martín cuando era chica? ¿Y las demás personas que entrevistamos?

En la salida a la plaza vimos que había………………………………………………………….. (juegos, bancos, monumentos…)

También vimos que había gente que estaba………………………………………. (paseando, descansando, trabajando…)

A continuación, proponemos la observación de algunas imágenes con la intención de reconocer usos de la plaza que ya se comentaron y algunos que no fueron mencionados.

Recomendamos proyectar las imágenes disponibles en la presentación en PDF “Las plazas 3. Los usos de las plazas” e ir haciendo una lista de las actividades y una caracterización de las personas que participan en cada una de ellas.  De no ser posible proyectarlas, se pueden imprimir (algunas o todas) y distribuirlas entre grupos de chicas y chicos.

Es importante que las niñas y los niños reparen también en las características del espacio, las instalaciones, infieran si hace frío o calor, en qué momento del día transcurre la actividad, etc. En todos los casos, los enlaces conducen a sitios en los que se pueden encontrar más fotografías y ampliar la información.

Plaza Azcuénaga, ciudad de La Plata.Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de la Plata.

Plaza de Casbas, Municipio de Guaminí. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de Guaminí.

Plaza 20 de julio, Quilmes. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

Plaza 9 de julio, Martínez. Provincia de Buenos Aires. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de San Isidro.

Plaza Mitre, Municipio de Las Flores. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de Las Flores.

Plaza San Martín, General Villegas. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de General Villegas.

Plaza de Junín, Junín. Fuente: Imagen tomada de Junín News.

Plazoleta rotonda Av. José de San Martín y Remedios de Escalada, Merlo. Fuente: Imagen tomada del sitio oficial de la Municipalidad de Merlo.

Plaza San Martín, Rojas. Fuente: Imagen tomada de Rojas Ciudad y su región.

Analizar las fotografías en función de algunos ejes. Además, se puede invitar a chicas y chicos para que cuenten sus experiencias, si vieron o participaron en actividades especiales, si hay algún festejo importante de la localidad que se hace en la plaza.

  • Las actividades que se desarrollan.
  • Quiénes participan de las actividades.
  • Cómo son las instalaciones que se utilizan.

Luego sugerimos como instancia de ordenamiento y sistematización, revisar y completar la lista de actividades registradas y comentar sus relaciones con el equipamiento de la plaza (juegos, canchas, espacios verdes, glorietas, galerías, dispositivos para hacer ejercicios, sendas para caminar/andar en bicicleta, arquitectura efímera como los gazebos) y con los distintos momentos del día. 

Algunas de las ideas a comentar son: 

  • Los usos de las plazas dependen de cómo estén diseñadas y de sus instalaciones. También de cómo se equipan para ciertas actividades especiales: juegos inflables, gazebos, adornos, escenarios, etc.
  • Algunas personas trabajan en las plazas vendiendo productos y servicios (venta ambulante, ferias de artesanías, actividades físicas y recreativas). 
  • En algunas plazas se desarrollan actividades organizadas que pueden ser diurnas o nocturnas.

Usos, conflictos y normas de convivencia

Un contenido relevante para las niñas y los niños de los primeros años es sin duda el de las normas que organizan los usos del espacio y regulan la convivencia. La multiplicidad de actividades que se desarrollan en las plazas no siempre son compatibles. Es probable que para realizar algunas haya que suspender o desplazar otras, o bien que algunas actividades se puedan desarrollar en algunas plazas y en otras no, también que haya zonas diferenciadas para distintos usos. 

La idea es abordar la cuestión de los conflictos que surgen entre distintos actores individuales y colectivos por el uso de las plazas reconociendo, al mismo tiempo, que todas las personas tienen derecho a disfrutar del espacio público.

Compartir un espacio conlleva dificultades y posibilidad de que surjan conflictos. El propósito es abrir un espacio para focalizar en las relaciones entre los actores y los usos del espacio público. Es probable que las chicas y los chicos consideren que si hay conflicto es porque alguna persona o grupo es malo o hace las cosas mal, porque hace o quiere hacer algo que no está permitido. Por eso, interesa aportar elementos para que adviertan que puede haber conflictos entre grupos con intereses legítimos que desean realizar actividades permitidas. 

El establecimiento de normas tiene por finalidad regular estas cuestiones y es una oportunidad de trabajar para que los chicos y las chicas se aproximen a la noción de ley. Para esto es necesario que sean conocidas por todas y todos y de ahí, por ejemplo, la existencia de carteles.

Las normas, a su vez, tienen distintos sentidos –algo que es obligatorio, algo permitido, algo prohibido– que se pueden advertir entre las que regulan el uso de las plazas.

Por último, existen distintos mecanismos para controlar el cumplimiento de las normas. Las y los estudiantes podrán establecer relaciones entre la idea de norma y la convivencia en un espacio, así como distinguir entre normas de distinto tipo, escritas y no escritas, del ámbito público y del privado, etc.

Después de revisar y comentar la lista de actividades que el grupo relevó a partir de las imágenes, proponemos plantear un interrogante para focalizar la atención en un nuevo aspecto: el de los conflictos y las normas que rigen el uso del espacio público.

¿Todas estas actividades se pueden desarrollar en el mismo espacio y al mismo tiempo? ¿Cuáles sí? ¿Cuáles no? ¿Surgirán conflictos? ¿Entre quiénes? ¿Cómo harán para resolverlos? 

Por ejemplo, en una misma plaza puede haber un grupo que quiere jugar al fútbol y, al mismo tiempo, personas que quieren descansar y otras que quieren pasar por donde están jugando para acortar camino. El desarrollo del juego puede interferir en el descanso y también en el paso de las personas.

Algunas ideas para abordar este tipo de problemas se pueden tomar del fascículo “Un mundo para todos” elaborado por de Isabelino Sede para el Ministerio de Educación de la Nación en el año 2011 en el marco de la serie Piedra Libre. El documento está destinado a niñas y niños de años superiores y hace foco en las formas de participación de la sociedad; sin embargo, las páginas “¿De quién es la plaza?” y “La plaza es de todos y de cada uno” –que se reproducen en la presentación en PDF “Las plazas 4. Espacios públicos. Conflictos y normas de convivencia”– ofrecen imágenes y plantean problemas que resultan sumamente pertinentes para abordar con las chicas y los chicos de primero.

Proponemos comenzar con una observación detallada de la primera imagen y un intercambio a propósito de lo que allí se representa:

  • ¿Qué es lo que está representado? ¿Qué conflictos se plantean?
  • ¿Quién o quiénes tienen razón? ¿Se pueden resolver estos conflictos?

¿De quién es la plaza?

La primera cuestión a tomar en cuenta es que en ningún caso se trata de actividades prohibidas sino de usos e intereses legítimos que resultan incompatibles. Las chicas y los chicos suelen explicar la existencia de conflictos como consecuencia de acciones de personas malas o que no cumplen con las normas.

La ilustración que sigue ofrece algunas pistas para pensar posibles resoluciones.

  • El establecimiento de espacios diferenciados.
  • Horarios (y días) para las distintas actividades.

Entre todo el grupo podrían pensar en otras: ampliar la superficie de las plazas, aumentar el número de plazas, habilitar otros espacios públicos municipales (auditorios, canchas, clubes).

La plaza es de todos y de cada uno

Fuente: Educ.ar

LA PLAZA ES UN ESPACIO PÚBLICO

En este apartado interesa focalizar en el carácter de espacio público que tienen las plazas. El carácter público implica distintas cuestiones. Entre ellas, que es de disfrute y uso comunitario (no se puede apropiar en forma privada) y que es el Estado (por lo general municipal) quien regula los usos en base a normas cuyo cumplimiento controla, y quien se encarga de su cuidado y mantenimiento.

Las siguientes imágenes permiten identificar acciones e inferir el papel del Estado en relación con las plazas.

Para el mantenimiento y cuidado de las plazas se pueden identificar acciones de distinto tipo. La instalación de contenedores de residuos promueve la conducta individual de contribuir con la limpieza. Por otro lado, el municipio hace frente a acciones de rutina, como pueden ser pintar instalaciones, cortar el césped, regar, arreglar desperfectos y también realiza reformas, introduce equipamientos, etc.

La figura de las guardianas y los guardianes de plaza permite inferir un modo de hacer que las normas se cumplan y reconocer la presencia del Estado.

Fuente: Imagen tomada del sitio oficial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Por último, este cartel ubicado en la plaza Almagro de la Ciudad de Buenos Aires grafica distintos tipos de normas con símbolos que seguramente las niñas y los niños podrán leer y comentar.

Fuente: Imagen tomada del sitio oficial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

RECAPITULACIÓN Y SÍNTESIS DE LO TRABAJADO 

Para cerrar el proyecto de trabajo con las plazas, proponemos retomar algunos de los interrogantes que se hayan formulado a lo largo del proyecto, conversar sobre posibles respuestas basadas en lo que se estudió a lo largo de la secuencia. Algunos de los que sería importante considerar son:

  • ¿Siempre hubo plazas? 
  • ¿En el pasado las plazas habrán sido diferentes? 
  • ¿Qué hacen las personas en las plazas? ¿Cuándo van más (de día, de noche, los sábados y domingos, en verano/invierno o cuando hace calor/frío)?
  • ¿De quién son las plazas? ¿Quién las cuida/mantiene? 
  • ¿Qué actividades se pueden practicar en las plazas? ¿Hay algunas prohibidas? ¿Cuáles? ¿Quién establece las normas? ¿Quién controla que se cumplan? 

Para sistematizar lo conversado y brindar una nueva ocasión de repensar-reelaborar lo aprendido, se sugiere una escritura colectiva sobre las plazas. Será importante considerar su diversidad, las distintas funciones que cumplen, las normas que regulan los usos, los conflictos y el rol del Estado. 

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