Los pueblos diaguitas. Fichas

Selección de textos, un mapa e imágenes de diferente tipo: ilustraciones, esquemas, fotografías y grabados de Guamán Poma de Ayala.

Creado: 8 enero, 2024 | Actualizado: 27 de febrero, 2024

Las orientaciones para docentes que acompañan a estas fichas están disponibles en Los pueblos diaguitas.

Índice

1. Los pueblos originarios 

2. Los pueblos diaguitas

3. Vivir en las montañas

4. Cultivar en un ambiente seco y montañoso

5. Agricultores de montaña

5.1 Cultivar maíz

5.2 Cultivar papa

5.3 El calendario agrícola de Guamán Poma de Ayala 

6. Cuidar los cultivos

7. Los jefes diaguitas

8. Los pueblos diaguitas hoy: los Amaicha del Valle

1. LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Desde hace miles de años el continente americano estuvo poblado por los pueblos originarios. Se los llama así porque fueron los primeros que poblaron estas tierras.

Los pueblos que se establecieron en el territorio que hoy ocupa la Argentina, muchísimo tiempo antes de que existiera este país, fueron muchos y muy diversos. Y lo siguen siendo. Este mapa muestra cómo estaban distribuidos muchos de los pueblos originarios que habitaban el actual territorio argentino hace unos 500 años.

Mapa de Argentina con la distribución de los pueblos indígenas desde siglo XVI a XVII.

Mapa tomado del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

Como pueden ver, casi todo el territorio estaba habitado por pueblos originarios, aunque eran más numerosos en el norte y en el centro.

2. LOS PUEBLOS DIAGUITAS

Para contar la historia de los diaguitas vamos a ubicarnos alrededor del año 1000 –hace unos 1000 años–. Aunque se los llama con un mismo nombre, los diaguitas eran en realidad un conjunto de pueblos diferentes que eran independientes entre sí: los quilmes, los tolombones, los pulares, los abaucanes, los famatinas y muchos otros.

Cada pueblo respondía a su propio jefe, vivía en su propia aldea y cultivaba sus propias tierras, pero todos tenían mucho en común. Todos los diaguitas hablaban un mismo idioma, el kakán. Y para todos ellos era muy importante cultivar la tierra y también defender su independencia. 

Los pueblos diaguitas vivían en aldeas ubicabas en los cerros, valles y quebradas del noroeste del actual territorio argentino, en tierras que hoy corresponden a las provincias de Jujuy, Salta, La Rioja, parte de Tucumán y Catamarca.

Entre ellos eran muy frecuentes los conflictos por los recursos (por ejemplo, los montes de algarrobo). Por eso, se instalaban en lugares altos de las montañas para vigilar los accesos a sus aldeas y para que a los enemigos les fuera más difícil llegar. 

En lo más alto de los cerros construían su pucará, que era una especie de fuerte para vigilar y para refugiarse en caso de guerra. Las casas de los jefes estaban en esa zona. Bajando por la montaña, cerca de los lugares de cultivo, se encontraban las casas de la mayoría de la población. 

Ilustración de Leicia Gotlibowski. Dirección Provincial de Educación Primaria, Subsecretaría de Educación, DGCyE.

3. VIVIR EN LAS MONTAÑAS

Los pueblos diaguitas vivían en el noroeste del actual territorio argentino, en una zona pedregosa y de montañas altas. Construyeron sus poblados en las laderas de los cerros y en el fondo de los valles. Así se protegían del frío y de los vientos fuertes que soplan en las cumbres de los cerros.

Los diaguitas eran agricultores: cultivaban distintas variedades de maíz, papas, porotos, zapallos, quínoa. Conocían muy bien su territorio y otros ambientes cercanos. Por eso sabían cuáles eran los mejores lugares para cultivar sus productos y también dónde encontrar otros recursos: 

  • Vieron que la papa y la quínoa aguantaban el frío de los vallecitos y quebradas de las “tierras altas”, y que allí las llamas y las alpacas estaban a su gusto porque su lana las protegía. 
  • Conocieron las salinas y canteras de la Puna, una planicie de gran altura. Allí obtenían sal para procesar sus alimentos y piedras de obsidiana para hacer puntas de flecha. 
  • En los valles de las “tierras medias” notaron que crecían muy bien el maíz, los zapallos, los porotos, los ajíes y muchas otras plantas.
  • Comprobaron que los tallos y ramas secas de las plantas de los cerros (el churqui, la tola, los cardones) servían como leña para cocinar y calentarse. Y que podían usar las espinas de los cardones para hacer agujas.
  • Aprendieron a procesar las semillas de los algarrobos que crecían en los valles para hacer una harina muy nutritiva y para preparar la aloja, una bebida alcohólica que usaban en los festejos comunitarios y para hacer ofrendas a sus dioses. 
  • En los valles y quebradas cazaban venados y guanacos para comer su carne y usar su cuero para fabricar objetos. 

Los distintos pueblos diaguitas se fueron organizando para aprovechar todos estos recursos. Si bien cada pueblo tenía su aldea, no todos los parientes vivían allí todo el tiempo. Unos se iban a las tierras más altas y se ocupaban de cultivar las papas y la quínoa y de criar las llamas y las alpacas. Otros se instalaban cerca de las salinas de la Puna en invierno y cosechaban sal. Y así, por grupos o familias, iban y venían por senderos polvorientos y pedregosos con sus productos. Siempre con pendiente, hacia arriba o hacia abajo, transportaban la carga en el lomo de las llamas. Así llevaban lo que producían a los parientes y recibían de ellos lo que necesitaban. 

Además, intercambiaban algunos productos con sus vecinos. A cambio de maíz, por ejemplo, obtenían caracoles y pescados de los pueblos de la costa del Pacífico; o plumas, miel y frutas de los pueblos de la selva. 

Vicuñas encerradas para ser esquiladas, puna catamarqueña. Diaguitas. Los ecos de la puna. Canal Encuentro.

Cardones y tolas en los cerros. Diaguitas. La lucha por la tierra.

Llamas utilizadas para el transporte y consumo de carne y de lana. Diaguitas. La lucha por la tierra. Canal Encuentro.

Maíz de la chacra de Felisa en los Valles Calchaquíes, Comunidad de Amaicha del Valle. Diaguitas. La lucha por la tierra. Canal Encuentro.

4. CULTIVAR EN UN AMBIENTE MONTAÑOSO Y SECO 

Los pueblos diaguitas eran agricultores: cultivaban distintas variedades de maíz y de papa. También porotos, zapallos, quínoa, ajíes. Con el correr del tiempo llegaron a organizar sistemas de cultivo con tanta precisión e ingenio que lograron producir alimentos en cantidad para mantener a una población muy numerosa. 

Cultivar en la zona de montaña donde vivían tiene dos dificultades muy importantes. 

Una dificultad es que el espacio a cultivar es escaso porque los terrenos tienen mucha pendiente. Por eso los diaguitas aplanaban la ladera de las montañas y construían terrazas o andenes de cultivo. Así resolvían el problema y lograban producir alimentos en abundancia.

LADERA DE MONTAÑA (NATURAL)

LADERA CON ANDENES DE CULTIVO (CONSTRUIDO)

Ilustración Leicia Gotlibowski, Dirección Provincial de Educación Primaria, Subsecretaría de Educación, DGCyE.

La construcción de andenes de cultivo: los diaguitas usaban piedras apiladas prolijamente para construir muros bajos en la ladera de los cerros y rellenaban el espacio con tierra fértil. De este modo, lograban obtener superficies planas y contener el deslizamiento de la tierra por la pendiente. Así multiplicaban la superficie para cultivar.

La otra dificultad es que en las tierras de los diaguitas llueve muy poco, es una zona árida. Solo entre los meses de diciembre y marzo puede haber nubes y algunos chaparrones. El agua de esas lluvias de verano escurre hacia los arroyos y los arroyos la llevan a los ríos. El resto del tiempo la tierra está seca, los arroyos se quedan sin agua, las plantas se ponen más amarillentas… 

Entonces, para retener el agua del verano, los diaguitas construían reservorios con piedras. Luego la iban distribuyendo a lo largo del año: para consumir ellos, para dar de beber a sus animales y para regar los cultivos. 

El sistema de riego. Elaborado en base a Roxana Boixadós y M. Palermo (1992). Ilustración de Leicia Gotlibowski, Dirección Provincial de Educación Primaria, Subsecretaría de Educacxión, DGCyE.

El sistema de riego fue una obra de ingeniería de los pueblos diaguitas y de muchos otros pueblos andinos. Construyeron reservorios en zonas altas de la montaña e hicieron canales que permitían que el agua corriera hacia los andenes de cultivo. Para distribuir el agua y no desperdiciarla, cuando los cultivos necesitaban riego, los aldeanos sacaban algunas piedras de los muros y dejaban que el agua de los canales pasara a las acequias y regara los andenes. Cuando el riego había sido ya suficiente, volvían a colocar las piedras en su lugar, tapaban la salida de agua y derivaban el riego hacia otros andenes.

5. AGRICULTORES DE MONTAÑA

CULTIVAR MAÍZ

El calendario agrícola realizado por Guamán Poma de Ayala nos permite conocer el sistema de cultivo de los pueblos andinos, como los diaguitas, así como sobre los trabajos que realizaban las agricultoras y los agricultores para producir alimentos en la montaña. 

Imágenes tomadas de Primer nueva crónica y buen gobierno, de Guamán Poma de Ayala. Disponible en la Biblioteca Real de Dinamarca, sitio consultado en enero de 2024.

CULTIVAR PAPA

EL CALENDARIO AGRÍCOLA DE GUAMÁN POMA DE AYALA (1615)

Imágenes tomadas de Primer nueva crónica y buen gobierno, de Guamán Poma de Ayala. Disponible en la Biblioteca Real de Dinamarca, sitio consultado en enero de 2024.

En el calendario están representadas las tareas agrícolas que los pueblos andinos realizaban en los diferentes meses del año para cultivar sus productos principales: el maíz (zara, en lengua quechua) y la papa. El año agrícola comienza en agosto, con la ceremonia de la Pachamama: la comunidad agradece lo recibido a la Madre Tierra y le pide buenas cosechas. 

La cosecha y la siembra son los momentos de mayor trabajo para los agricultores. Pero mientras las plantas crecen, también hay que realizar tareas: las mujeres quitan las malezas que crecen junto a los cultivos con la ayuda de herramientas (como podés ver en el mes de febrero) en tanto que los hombres ahuyentan a los animales. Otra tarea muy importante es el riego. En el recuadro del mes de noviembre, podés ver un reservorio de agua construido con piedras. Los campesinos realizaban estas construcciones en las zonas más elevadas para almacenar agua durante los meses de verano, en la estación húmeda. El resto del año, mientras duraba la estación seca, regaban sus cultivos con el agua almacenada. 

6. CUIDAR LOS CULTIVOS

Una tarea agrícola muy importante es proteger los campos de cultivo de los animales, entre ellos, las aves. Hay que evitar que se coman las semillas y, a medida que van creciendo, los brotes de las plantas o los granos listos para la cosecha. 

Los grabados de Guamán Poma muestran aves sobrevolando los cultivos durante todo el año. También muestran cómo los campesinos las ahuyentan. 

¿Cómo lo hacen?

Imagen tomada de Primer nueva crónica y buen gobierno, de Guamán Poma de Ayala. Disponible en la Biblioteca Real de Dinamarca, sitio consultado en enero de 2024.

Algunas tareas de cuidado se realizaban por la noche, por ejemplo, ahuyentar a los animales nocturnos (como las zorrillas de noche, representadas en el mes de febrero en el calendario). Pero también había que vigilar durante la noche por otras razones. 

En el siguiente grabado Guamán Poma representó a las mazorcas de maíz maduras, listas para cosechar, y un peligro que acecha la producción que el campesino vigila junto al fuego

¿Cuál es ese peligro?

Imagen tomada de Primer nueva crónica y buen gobierno, de Guamán Poma de Ayala. Disponible en la Biblioteca Real de Dinamarca, sitio consultado en enero de 2024.

7. LOS JEFES DIAGUITAS 

Los jefes o curacas se encargaban de organizar todas las tareas agrícolas. También dirigían la construcción de las aldeas (con su pucará y sus murallas) y el trabajo de los artesanos especializados. Entre los especialistas estaban los alfareros que trabajaban la cerámica para hacer recipientes (platos, vasijas, ollas, urnas); las tejedoras, que producían textiles para sus ropas o bolsas para trasladar sus cosas; los metalúrgicos, que fabricaban objetos de metal como discos, brazaletes, hachas o adornos. Otros artesanos se especializaban en el pulido de la piedra, por ejemplo, para la confección de adornos. 

Además cada cacique estaba al mando de sus guerreros en las campañas militares y era el responsable de organizar los rituales y las fiestas religiosas. 

El cacique podía ser hijo o sobrino del jefe anterior pero no alcanzaba con eso: para ser elegido, debía ser un muy buen guerrero y también tener capacidad para la negociación. 

Los jefes se vestían con ropas especiales y usaban adornos y objetos solo reservados para ellos, como tocados de plumas de colores, brazaletes, tobilleras o discos de metal. Vivían con sus familias en lo más alto del cerro, la zona más protegida de la aldea.

Imagen tomada de Primer nueva crónica y buen gobierno, de Guamán Poma de Ayala. Disponible en la Biblioteca Real de Dinamarca, sitio consultado en enero de 2024.

Este grabado de Guamán Poma representa la celebración de la Pachamama antes de empezar la siembra del maíz.

Esta celebración está presidida por el jefe de la aldea.

¿Cuál es el jefe? 

¿Por qué? ¿Cómo se dieron cuenta?

8. LOS PUEBLOS DIAGUITAS HOY

En Amaicha del Valle –provincia de Tucumán– viven los amaichas, una comunidad originaria diaguita-calchaquí. 

Comunidad indígena de Amaicha del Valle. Amaichas: historias para no olvidar. CONICET.

La comunidad vive en tierras que ocupan desde tiempos muy remotos en los Valles Calchaquíes. Tienen un gobierno indígena formado por un cacique elegido por los miembros de la comunidad y un Consejo de Ancianos. Para tomar decisiones importantes se reúnen en la Asamblea General. 

Uno de los proyectos actuales de los amaichas es una bodega comunitaria en la que producen vinos orgánicos, sin químicos ni fertilizantes. Desde hace siete años, agricultores de unas sesenta familias se encargan de la producción de uvas y de la elaboración y venta de vinos. Es la primera bodega indígena de América Latina. 

Bodega Los Amaichas.

Jesús Pastrana, productor.

Molienda de la vid.

Carlos Navarro, encargado del proceso de producción.

“Bodega comunitaria Los Amaichas”. SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA, MINISTERIO DE AGROINDUSTRIA, 2017.

Los amaichas se dedican también al turismo rural. Brindan alojamiento y comida en las casas familiares y trabajan como guías nativos en diferentes lugares de la comunidad como el bosque petrificado, el desierto, el salar o la Ciudad Sagrada de los Quilmes (otro pueblo diaguita que vivió en los Valles Calchaquíes). Combinan la actividad turística con la producción de artesanías.

Para preservar su cultura, hace unos años organizaron la Casa de la Memoria Comunitaria de los Amaichas. Allí estudian su pasado y se ocupan de registrar y conservar sus saberes, sus experiencias, sus tradiciones y sus historias. 

Los amaichas realizan ceremonias religiosas. La ceremonia de la Pachamama es la más importante, igual que para otras comunidades andinas. Cada año, el primer día del mes agosto, las comunidades agradecen todo lo recibido: tocan la mejor música, cantan y bailan, comen y beben los frutos de la tierra que más aprecian y hacen ofrendas para devolverle a la Pachamama lo que recibieron de ella. Además de agradecer, la comunidad pide permiso a la Madre Tierra para usar sus recursos durante el nuevo año agrícola que comienza con esta ceremonia.

Ceremonia de la Pachamama en pandemia. En El Remate, Los Zazos (2020). Amaicha del Valle. CONICET DIALOGA.

Ceremonia en el puesto de la familia Reyes (2021). Amaicha del Valle. CONICET DIALOGA.

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