Los lugares de la infancia
Creado: 20 marzo, 2024
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Momentos de esta propuesta
- 1El pozo. Orientaciones docentes
- 2Información y reflexiones sobre la dictadura cívico militar
- 3Anécdotas de infancia
- 4Los lugares de la infancia
Anexo III
La historia relatada en El pozo ocurre en un lugar bien definido por el narrador. Tratemos de ubicarnos en el mapa de la provincia de Buenos Aires. En cada escuela, podrán empezar por localizar su propio distrito.
Mapa tomado del Portal Educ.ar.
Los protagonistas de El pozo viven en la región más poblada de la Provincia, el Gran Buenos Aires o conurbano bonaerense, es decir, el grupo de distritos que se halla alrededor de la Capital Federal o Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Imagen tomada de Wikimedia commons.
Las chicas y los chicos seguramente pueden localizar sus propios distritos en el mapa, es decir, las localidades donde viven y en las que se hallan sus escuelas.
Si buscan en Internet podrán averiguar a qué distancia viven los protagonistas de El pozo de sus domicilios.
Entre dos o tres estudiantes, pueden elaborar un párrafo de presentación de su propio distrito, localidad o paraje. Estas son solamente algunas ideas para incluir en la descripción.
- Es imposible dejar de indicar el nombre del lugar, decir si es un paraje o localidad dentro de uno de los distritos (los pibes de El pozo, por ejemplo, deben vivir en Wilde o en Sarandí, localidades del distrito de Avellaneda) o si viven en la parte céntrica del distrito.
- ¿Se trata de un distrito predominantemente urbano o mayormente rural? ¿Llega el ferrocarril hasta el lugar donde las y los estudiantes viven? La estación ferroviaria, ¿está cerca o lejos de sus casas? ¿Ven pasar trenes de pasajeros y trenes de carga? ¿Hay vagones detenidos en los alrededores, para cargar o descargar? ¿Probaron las pipas?
Los durmientes, las vías del ferrocarril y los campitos que rodean esos espacios dan a los protagonistas la oportunidad de vivir algunas aventuras más o menos peligrosas… ¿Qué lugares hay en tu distrito o localidad que pueden invitar a inventar travesuras?
Finalmente, se invita a las maestras y los maestros de sexto año a compartir con sus estudiantes el fragmento de una nota periodística que se publicó hace algunos años, cuando se estrenó una película que tiene un “aire de familia” con el cuento leído.
Es para leer, comentar y discutir qué piensan las chicas y los chicos de las similitudes y las diferencias entre el origen de la tristeza, del que hablan los entrevistados y el cuento que acaban de leer.
Si deciden leer la nota, no dejen de conversar sobre algunas frases: por ejemplo, ¿A qué se refiere el título del artículo cuando habla de “los turbulentos 70”? es una de las frases que vale la pena comentar.
Pasaje de la literatura al cine: Sarandí, los turbulentos 70 y el fin de la inocencia
El escritor Pablo Ramos y el cineasta Oscar Frenkel hablaron con Infobae Cultura sobre el estreno de “El origen de la tristeza”, película en la que debutan como guionista y director respectivamente
Por Noelia Gómez
Pasaron más de catorce años desde que se publicó la primera novela de Pablo Ramos: El origen de la tristeza. Una obra que le rinde tributo a la amistad, el barrio y el fútbol. Retrata la historia de Gabriel, un adolescente humilde de Sarandí, al sur del conurbano bonaerense. Además, es un fiel retrato de una Argentina de mediados de los setenta, donde asomaban algunos relámpagos de los que serían los años más oscuros del país.
Esta prosa ahora regresa pero en otro formato, llevándola al cine de la mano del director Oscar Frenkel. La cámara de Eduardo Pintos recorre el barrio El Viaducto, las vías del Roca, los monoblocks, el cementerio, el arroyo Sarandí y por supuesto, la cancha del Arse, que son los escenarios para que esta banda de amigos compuesta por Marisa, Gavilán, Alejandro, El Chino y El Tumbeta se vaya chocando con el rigor del mundo de los adultos sin perder la magia que envuelve la mirada de los niños.
–¿Por qué decidiste que la historia de El origen de la tristeza fuera tu ópera prima?
O. F.: La novela es increíble, me emocionó mucho. Me sentí muy identificado. Veía mi infancia reflejada en ella. Me imaginaba a mí en esas mismas situaciones jugando con mis amigos. Todos los que participamos somos del conurbano, por esa razón fue imposible no apropiarse de este proyecto.
¿Por qué retratar la infancia?
P. R.: Allí se encuentra lo más rico, los valores, es una manera de investigarse. Ir a la infancia es entender qué te pasa. Es importante volver a ese lugar para analizarlo. Si te detenés a pensar, elegí contar un momento muy particular en la vida de Gabriel, ese paso de la niñez a la adolescencia, donde empieza a chocar con la realidad y a dejar de idealizar a los padres.
(Gentileza Marcelo Fabián Mehri)
–¿Qué diferencias encontrás con la infancia que viviste vos, que es la de la película, con la actualidad?
P. R.: Yo viví una infancia perfecta en la que, si bien había pobreza, en la mesa siempre había para comer, la heladera estaba llena, no había la miseria que hay ahora. La calle ahora es muy pesada para los pibes. Antes, con una pelota y dos cascotes nos divertíamos. La calle era buena, hay que volver a ganarla.
–¿Por qué decidieron que fueras el encargado de poner las voces en off?
P.R.: Que esté yo, es una decisión moral, una manera de hacerme cargo de la historia. Que se plantee como el último recuerdo que recuerdo.
–¿Qué sentiste al ver el proyecto terminado?
P. R.: Por esto me dedico al arte, a escribir, porque permite hablar de cosas muy dolorosas. Queremos llegar a los barrios. Es una película que le gusta a la gente. Los barrios y algunas ciudades del interior siguen siendo bastante parecidos. Después, queremos mostrarla por el resto del país e ir con el equipo girando como si fuéramos una banda de rock.
Gómez, Noelia (2018, 20 de septiembre) Pasaje de la literatura al cine: Sarandí, los turbulentos 70 y el fin de la inocencia. Infobae.