Información y reflexiones sobre la dictadura cívico militar

Creado: 20 marzo, 2024 | Actualizado: 25 de marzo, 2024

Momentos de esta propuesta

  1. 1El pozo. Orientaciones docentes
  2. 2Información y reflexiones sobre la dictadura cívico militar
  3. 3Anécdotas de infancia
  4. 4Los lugares de la infancia

Anexo I

Fragmento de El golpe y los chicos, de Graciela Montes

El golpe y los chicos, por Graciela Montes (fragmento)

Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que, si no las recordamos van a volver a suceder; es precisamente por eso por lo que nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria. 

Es el caso de la historia que vamos a contar aquí, algo que pasó en nuestro país hace ya veinticinco años*, cuando todos éramos más jóvenes y muchos de los que están leyendo estas páginas ni siquiera habían nacido. 

No es una historia fácil de contar porque nosotros mismos fuimos protagonistas, porque lo que pasó nos pasó a nosotros y no a otras personas, porque son cosas que vimos con nuestros ojos, que vivimos en nuestro cuerpo. 

El 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado. Un golpe de Estado es eso: una trompada a la democracia. Un grupo de personas, que tienen el poder de las armas, ocupan por la fuerza el gobierno de un país. 

Toman presos a todos: al Presidente, a los diputados, a los senadores, a los gobernadores, a los representantes que el pueblo había elegido con su voto, y ocupan su lugar. Se convierten en dictadores. (…) Se sienten poderosos y gobiernan sin rendirle cuenta a nadie. (…) Como militares que eran lo militarizaron todo e hicieron que los civiles nos sintiéramos reclutas. El país entero se convirtió en un gran cuartel, y en los cuarteles, ya se sabe, hay mucho grito y poca oreja: órdenes, consignas, y la sociedad, calladita, obediente, y sin poder hacerse oír. Más que gobernar mandaban, decretaban, vigilaban, censuraban, acallaban, recortaban, uniformaban todo. 

*Cuando la autora escribió este texto, habían pasado 25 años. Hoy, en el año 2024, han pasado ya 48 años desde 1976.

Esta obra de Graciela Montes es muy probable que se encuentre en la biblioteca de todas las escuelas o en las bibliotecas populares que suelen existir en cada localidad. Vale la pena hojearla con las y los estudiantes; su texto e ilustraciones pueden ser para ellas y ellos testimonios muy significativos.

La censura durante la dictadura

Muchas obras literarias, libros sobre temas políticos y económicos, libros de historia argentina o de otros países; canciones folclóricas o de diferentes formas musicales como el rock; periódicos, revistas, etc., fueron prohibidos por la dictadura militar.

“Muchas y muchos, por miedo a que la policía o el ejército allanara su casa, hicieron con sus libros y revistas grandes hogueras en la calle o en algún terreno baldío. Si te encontraban en tu domicilio algún título prohibido, podían detenerte y entonces nadie sabía si volverías o desaparecerías para siempre”, contó hace diez año una vecina de Mercedes al ser consultada por un periodista local.

“Nosotros escondimos los libros en el taparrollos de la ventana del dormitorio y mis viejos pusieron sus libros en un tarro de pintura y los enterraron en el fondo de su casa”, cuenta a las alumnas y los alumnos el profesor de Educación Física de una escuela secundaria. 

Algunos títulos prohibidos y otros que se refieren a la época de la dictadura

  • El año verde, de Elsa Bornemann 
  • Un elefante ocupa mucho espacio, de Elsa Bornemann 
  • La torre de cubos, de Laura Devetach
  • La ultrabomba, de Mario Lodi 
  • El pueblo que no quería ser gris, de Beatriz Doumerc 
  • La planta de Bartolo, de Laura Devetach 
  • El caso Gaspar, de Elsa Bornemann

Las chicas y los chicos de sexto año pueden consultar en la biblioteca escolar cuáles de estos títulos se encuentran en la escuela y pedirlos en préstamo. Si comparten entre varias o varios un un mismo título, pueden comentarlo o recomendarlo a sus compañeras y compañeros en un ratito de una clase a la semana siguiente de haberlo llevado en préstamo. 

Otros títulos pueden buscarse en Internet, algunos estarán completos, de otros conocerán sus tapas o encontrarán un breve resumen. En otro momento de la semana, pueden compartir lo que han llegado a averiguar sobre ellos. 

Las chicas y los chicos de sexto año conocen los títulos de dos novelas prohibidas durante la dictadura; han encontrado sus títulos en El pozo, el cuento de Juan Sebastián Ronchetti que se leyó en el aula.

Los libros que escondía Ojeda en el pozo

Al abrir la bolsa de nylon que el padre de Cury escondió en el pozo bajo los durmientes del ferrocarril, Juan encontró libros y revistas. Al momento de elegir, seleccionó dos. 

“Por los títulos pensé que iban a ser los más divertidos, El juguete rabioso, fue el primero, y Mascaró, el cazador americano, el segundo”, señala el narrador. 

Sin embargo, se debe haber encontrado con dos grandes historias, para nada divertidas. 

Roberto Arlt fue un gran escritor argentino. Las y los estudiantes pueden leer su biografía en Wikipedia u otra fuente de información. Verán que ya había muerto cuando se inició la dictadura militar de 1976. 

“Al principio de la novela Silvio Astier tiene 14 años. Vive en el barrio de Flores, un suburbio pobre de Buenos Aires. No va a la escuela ni trabaja. Le fascinan las historias de ladrones y los inventos. Junto con un par de amigos se dedican durante un tiempo a robar y fundan un ‘Club’ de ladrones. Casi son atrapados por la policía cuando roban la biblioteca de una escuela. Este episodio termina con sus aventuras delictivas… Aunque debe soportar humillaciones y tratos desagradable por parte de sus empleadores*, logra desempeñarse bien y ganarse la vida honestamente […]” (Sobre El juguete rabioso).

* ¿Tal vez, el relato de estas crueldades haya llevado a censurar la novela de Arlt?

Haroldo Conti nació y vivió en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires. Mascaró, el cazador americano fue su última novela. Sus personajes integran un circo ambulante, visitan lugares extremadamente pobres; el circo que llega es la única comunicación de las y los habitantes del pueblo con el exterior. Es un “despertador de conciencias” que brinda un espacio de felicidad.

“Apenas pasada la medianoche del 5 de mayo de 1976, un grupo de militares irrumpió en la casa del escritor argentino, lo golpearon e interrogaron durante seis horas, robaron sus pertenencias y se lo llevaron secuestrado […] Recién en 1980, el dictador Videla le confirma a algunos periodistas españoles que Haroldo Conti estaba muerto”.

Artículos de interés sobre el tema

Se sugiere la lectura de: Infobae (2021, 5 de mayo) 45 años de la desaparición de Haroldo Conti: 4 libros para no dejar de leerlo nunca. Infobae.

También se comparte una nota periodística publicada en Página 12; es de lectura opcional. Si la maestra o el maestro deciden leerlo, delimitará los tiempos y la oportunidad para compartir la lectura y los comentarios entre todas y todos.

24 de marzo, conmemoración del Día de la Memoria

La dictadura militar argentina y la censura: del Rock Nacional al Nuevo Cancionero del folklore

De la "Marcha de la Bronca" de Pedro y Pablo a "Ayer Nomás" de Moris, la dictadura censuró a artistas como Charly García y Mercedes Sosa. El Plan Cóndor intentó borrar la cultura en Latinoamérica. 8 canciones, antes prohibidas, hoy son himnos y "Nunca más" de la memoria argentina

Por Valentino Vitolla

Este 24 de marzo se cumplen 48 años del último golpe cívico militar en Argentina, día en el que la Junta Militar derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón. Se instauraba así la dictadura más sangrienta de la historia argentina, caracterizada por la represión, la desaparición forzada de más de 30.000 personas y la persecución y censura a las representaciones culturales de la Argentina.

En medio de este proyecto de clandestinidad, ilegalidad y violencia, la dictadura militar llevó a cabo uno de los ataques más siniestros a la cultura que nuestro país jamás haya vivido. Se censuraron libros, películas y revistas para borrar cualquier recuerdo de la cultura argentina popular. Pero por sobre todo se prohibieron centenares de canciones con el objetivo de evitar, en palabras del dictador Videla, “cualquier lavado de cerebro, confusiones a nuestra juventud y desapegos a nuestros valores tradicionales”.

"Marcha de la Bronca” de Pedro y Pablo

"Bronca porque está prohibido todo / hasta lo que haré de cualquier modo / Bronca porque no se paga fianza / si nos encarcelan la esperanza"

"Cómo la Cigarra" por Mercedes Sosa, su autora es María Elena Walsh

“Tantas veces me borraron, tantas desaparecí. A mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo del pañuelo pero me olvidé después que no era la única vez y seguí cantando…”.

"El Twist de Mono Liso" de María Elena Walsh

“La naranja se pasea de la sala al comedor,/ no me tires con cuchillo, tírame con tenedor”

 Vitolla, Valentino (2024, 7 de marzo) La dictadura militar argentina y la censura: del Rock Nacional al Nuevo Cancionero del folklore. Página 12. 

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