Caperucita Roja. Orientaciones docentes

Propuestas de lectura y escritura organizadas alrededor de una de las historias que ha sido renarrada y recreada de múltiples formas a lo largo del tiempo.

Creado: 13 junio, 2023 | Actualizado: 5 de marzo, 2024

La secuencia que se presenta en esta oportunidad incluye situaciones de lectura y escritura en torno a “Caperucita Roja” y situaciones de reflexión sobre el lenguaje. En este caso, se articula estrechamente el desarrollo de la secuencia con la actividad habitual de lectura, en la cual se propone leer una versión no-canónica de Caperucita Roja y otro cuento clásico con lobos que –además de contribuir a la formación de las y los niños como lectores literarios- darán lugar a la relectura de ciertos fragmentos de estos cuentos y resultarán inspiradores para las dos situaciones de producción de textos planteadas. Finalmente, las situaciones de reflexión sobre el lenguaje abordan contenidos ortográficos.

Además, como la actividad habitual de lectura responde al propósito de que las y los estudiantes se adentren en la cultura escrita, se recomienda incluir en ella otros cuentos contemporáneos que son versiones no-canónicas de “Caperucita Roja”.

Las propuestas incluidas bajo el título “Escribir pensando en el sistema de escritura” están destinadas a aquellas o aquellos estudiantes que requieren seguir avanzando en la adquisición de la alfabeticidad.

El Anexo, disponible en los materiales complementarios, se puede descargar, imprimir y/o fotocopiar de tal modo que las y los integrantes del grupo puedan resolver las consignas planteadas.

En las orientaciones que se desarrollan a continuación, se hacen sugerencias referidas a la organización en el tiempo de las propuestas que se presentan en este material.

¿En qué orden proponer en el aula las diferentes situaciones? Para decidirlo, hay que tomar en consideración ciertos criterios:

  • Conocer el cuento y haber intercambiado sobre él es una condición a tener en cuenta para que las niñas y los niños se atrevan a leer por sí mismos algunos pasajes de cierta extensión dentro de un texto completo con el propósito de profundizar en la interpretación y también para que tenga sentido para ellas y ellos producir textos vinculados con la historia. Por lo tanto, la lectura a través de la o el docente y el intercambio entre lectores preceden a todas las otras situaciones.
  • Como la interpretación global del cuento genera condiciones para profundizar en episodios o aspectos específicos de la historia o del relato, las situaciones de lectura de las niñas y los niños por sí mismos pueden plantearse inmediatamente después del primer intercambio y sostenerse en diferentes momentos de la secuencia.
  • Las propuestas de producción de textos requieren que las chicas y los chicos tengan cierto dominio del cuento, por eso hay que plantearlas después de algunas sesiones de lectura e intercambio sobre diferentes aspectos de la historia o el relato. Sin embargo, a partir de cierto momento, es necesario intercalar lectura y escritura de tal modo que estas dos prácticas estén presentes a lo largo de la secuencia. Para decidir cuáles situaciones de lectura intercalar, es imprescindible considerar aquellas que se articulan con la producción de alguno de los textos. 
  • Es conveniente considerar el orden en algunas de las propuestas de producción de textos atendiendo al problema que propone cada una. Por ejemplo, la propuesta de reescribir un episodio central de la historia -el encuentro de Caperucita con el lobo en el bosque proponiendo una niña menos ingenua- es más compleja que la otra ya que exige renarrar la historia con una transformación importante -cambiando rasgos de subjetividad de la protagonista que afectan, en alguna medida, a la historia.
  • Las situaciones de reflexión sobre el lenguaje propuestas en esta oportunidad se refieren a contenidos ortográficos generales, que no están vinculadas con problemas específicos planteados por las propuestas de escritura. Por eso pueden realizarse en diferentes momentos de la secuencia y luego orientar a las alumnas y los alumnos para que reutilicen los conocimientos construidos al revisar sus textos.
  • Las propuestas de escribir pensando en el sistema de escritura pueden intercalarse con las restantes y ofrecerse con cierta frecuencia con el objeto de intensificar las oportunidades e intervenciones docentes para que las y los estudiantes avancen con premura en la apropiación de la alfabeticidad.
  • La formación del lector no puede limitarse a propuestas de lectura y escritura en torno a un único cuento. Por ello se propone una actividad habitual de lectura de otras narraciones -que puede comenzar una vez que las niñas y los niños conocen bien “Caperucita Roja” y realizarse con una frecuencia semanal- para que las chicas y los chicos tengan oportunidades de ampliar su recorrido literario.

En virtud de estos criterios, una organización posible sería la siguiente:

“Caperucita Roja” es un cuento tan conocido que la sola mención de la niña, el lobo y la abuelita trasladan hacia esa antigua historia y hacia las variadas versiones –canónicas y no canónicas- que se han recreado a partir de ella a lo largo del tiempo.

Compartir con las niñas y los niños este cuento clásico contribuye a conectarlos con una tradición cultural. Como nueva generación de lectoras y lectores, tienen derecho a conocer y apreciar esa herencia literaria que es patrimonio universal. Y así también podrán internarse en los nuevos caminos narrativos que se abren hacia Caperucitas llenas de humor, relatos paródicos, regresos de la niña envalentonada o astuta, lobos temerosos, bosques urbanos…

LECTURA A TRAVÉS DEL DOCENTE Y ESPACIO DE INTERCAMBIO

Como ya es sabido, leer a través de la o el docente e intercambiar acerca de las obras leídas hace posible que las niñas y los niños participen en la cultura escrita compartida, se adentren en el mundo de la ficción y vayan apropiándose del lenguaje literario.   

En esta oportunidad, proponemos para los espacios de intercambio -además de intervenciones que favorezcan una aproximación inicial al sentido de la obra- tres ejes que permitirán profundizar en el sentido del cuento: sobre las características de los personajes, sobre el tiempo de la historia y el tiempo del relato, sobre el bosque como escenario de este cuento y de otros.

Para abrir el intercambio

Al presentar el cuento –antes de leerlo para el grupo- la o el docente puede comentar a las chicas y los chicos que se trata de una historia que seguramente ya conocen -así como su familia, abuelas y abuelos y hasta las abuelas y los abuelos de sus abuelos- aunque quizá en una versión diferente de la que van a compartir. Es importante hacerles saber que eso es posible porque se trata de un cuento tradicional –originado en la literatura oral- que ha sido relatado de muy diversas formas a partir de sus versiones escritas originales: la primera, de Charles Perrault, y la siguiente, de los hermanos Grimm, que es la que conocerán en esta oportunidad. 

Después de la lectura completa del cuento, la o el docente promueve que fluya una conversación general acerca de la obra, de modo que todas y todos puedan participar desde lo que fueron pensando mientras se leía, que circulen y se pongan en común las diferentes interpretaciones. 

  • La primera vez que leí este cuento, hubo momentos en que tuve miedo por Caperucita. Desde el principio, porque la madre le dijo insistentemente que tuviera mucho cuidado en el camino hacia la casa de su abuela, que no hablara con desconocidos… ¿Ustedes también tuvieron miedo o sabían que la historia terminaba bien? 
  • ¿Conocen otros cuentos con lobos hambrientos?, ¿cuáles?
  •  En esos cuentos, ¿el lobo también engaña o intenta engañar a los otros personajes?

Para pensar sobre las características de los personajes

Es interesante detenerse en las características de la protagonista de esta historia, ya que son su ingenuidad y su despreocupación las que hacen posible que el lobo, su antagonista, logre obstaculizar el plan de llevar comida a su abuelita enferma.

Además de buena y cariñosa, Caperucita parece ser andariega y amable ya que es conocida y querida por todos los habitantes de su pueblito, se dispone rápidamente a llevar alimentos a su abuelita, retoza alegremente en el bosque y no duda en saludar cordialmente al lobo que se le aparece de forma repentina. La candidez con la que se comporta frente a un animal tan temible la lleva a ser fácilmente engañada en dos oportunidades. No solo comete la imprudencia de detenerse a hablar con desconocidos -a pesar de la advertencia de su madre- sino que sigue confiadamente las recomendaciones del lobo. De este modo, parece actuar de manera poco inteligente y con cierto descuido. 

Por su parte, el lobo demuestra su sagacidad al conversar amistosamente con Caperucita e ir obteniendo información valiosa para llevar a cabo su plan. Además, la tradicional astucia de este personaje literario puede reconocerse cuando invita a Caperucita a observar y disfrutar de la naturaleza, cuando imita su voz para engañar a la abuelita y cuando se viste con su ropa para atraer a la niña. Estos engaños del lobo son los que hacen emocionante la historia y generan momentos de tensión en las y los lectores. 

Ahora bien, los rasgos de los personajes que acabamos de señalar no están explícitos en el cuento: como el narrador no los describe, es necesario que las chicas y los chicos reparen en lo que hacen y dicen los personajes para reconstruir sus características e intenciones y profundizar en la interpretación del cuento.

La o el docente podrá realizar algunas de las siguientes intervenciones:

  • Cuando escuchamos la primera parte del cuento, empezamos a enterarnos de cómo es Caperucita Roja. Les vuelvo a leer esa parte (página 3). ¿Qué dice sobre ella?
  • Como dice “todos la querían muchísimo”, a mí me hace pensar en que Caperucita era una nena andariega porque si todos la conocían seguramente no se quedaba en su casa, sino que andaba por todos lados en el pueblito. ¿Ustedes qué piensan? 
  • ¿Alguna otra parte del cuento les sugiere que esta niña es inquieta?
  • Esta parte en que Caperucita le dice a su mamá “No te preocupes, mamá; lo haré todo bien” me da la impresión de que es una nena obediente y amable porque enseguida acepta llevarle la comida a su abuelita. En lo que dice y hace Caperucita, ¿hay otras pistas que lleven a pensar que ella es amable? 
  • Unas chicas y unos chicos de otro grupo que también leyeron el cuento me dijeron que les parecía que Caperucita fue demasiado inocente y confiada al contarle tantas cosas a un desconocido. ¿Ustedes qué opinan? ¿Hay otras pistas en el cuento que nos permitan pensar que Caperucita era muy ingenua?
  • ¿Podría haber actuado de otra forma Caperucita frente al lobo? 
  • Me sorprendió esta parte que voy a leerles: "Con una gran sonrisa, la fiera la saludó: - Buenos días, Caperucita." ¿Por qué les parece que la saludó de esa manera? ¿Cuáles eran las intenciones del lobo?
  • Sin dudas el lobo sí que fue astuto, ¿cuáles otras artimañas usó para engañar a Caperucita y comerla? ¿Y para engañar a la abuelita?
  • Quizá ustedes conozcan otros cuentos en que el lobo es un personaje malvado. En los próximos días vamos a leer algunos y trataremos de advertir si también es astuto y cómo reaccionan frente a él los otros personajes.

El tiempo en esta historia 

En “Caperucita Roja” el tiempo del relato se organiza así: al inicio, las acciones avanzan linealmente en un orden que coincide con el orden en que se desarrolla el texto; luego, se narran uno tras otro –conectados por “mientras tanto”- dos sucesos que en la historia ocurren simultáneamente (mientras la protagonista se entretiene en el bosque, su antagonista toma el camino más corto, llega antes a la casa de la abuela y se la come); finalmente, Caperucita y el lobo vuelven a encontrarse en un mismo tiempo y un mismo espacio (la casa de la abuela). 

Detenerse a reflexionar acerca de la simultaneidad en la historia de acciones que son relatadas en forma sucesiva –focalizando cada vez en uno de los personajes protagónicos-permitirá a las pequeñas y los pequeños lectores comenzar a tomar conciencia de un problema que plantea la narración: ¿cómo contar las acciones que tienen lugar al mismo tiempo? Comprender que, en algunos casos, los hechos que se presentan sucesivamente en las páginas del libro ocurren simultáneamente en la historia representa un desafío para las y los lectores. Luego, en las situaciones de producción de textos, las chicas y los chicos podrán recuperar como escritores algunas de las reflexiones compartidas en las instancias colectivas de intercambio entre lectores. 

Después de reparar en lo que el lobo le dice a Caperucita antes de separarse –para incitarla a demorarse en el bosque-, la o el docente podrá releer la escena en que la niña se entretiene en el bosque (pág. 10 y 11) para hacer reparar, por una parte, en las diferentes acciones que realiza y, por otra parte, en una cierta lentificación del relato provocada por la descripción del escenario -en la que se usan verbos en pretérito imperfecto (“los rayos de sol bailaban de un lado a otro”; “estaba todo lleno de flores”) que se refieren a acciones o estados prolongados en el tiempo.

Algunas intervenciones posibles:

  • En esta parte Caperucita se queda en el bosque después de hablar con el lobo. Cuando la leo me da la sensación de que se queda ahí tranquilamente, como si el tiempo pasara sin apuros. ¿A ustedes les pasa lo mismo? ¿Qué de lo que dice el texto puede causarnos esta sensación?
  • Parece que Caperucita le hace caso al lobo y se detiene a contemplar el bosque. ¿Qué hace y qué piensa? 
  • También tenemos la impresión de que cada vez se aleja más de la casa de su abuela. ¿Cómo nos damos cuenta de esto? ¿Qué pistas hay en el texto? Les releo (p. 13) y ustedes me dicen qué expresiones nos muestran que se está alejando de su camino. 

Seguramente, las y los chicos advertirán que en este episodio el narrador focaliza en Caperucita, como si fuese una cámara, para luego poner la mirada en las acciones del lobo. Las dos focalizaciones sucesivas son conocidas por el lector, pero no por la protagonista. Las y los lectores sabemos que la niña ha sido engañada por el lobo pero ella no lo sabe; por eso nos preocupamos por el riesgo que corre mientras ella parece disfrutar de su estadía en el bosque. Al releer ese mismo fragmento en que se distrae en el bosque podemos plantear:

  • Caperucita está muy tranquila en el bosque pero nosotros estamos un poco inquietos. ¿Por qué? ¿Será que sabemos algo que ella ignora?

Al releer y comentar lo que sucede cuando el lobo llega a la casa de la abuela (páginas 12 y 13), es importante contrastar el ritmo del relato en este episodio y en el anterior para tomar conciencia de que los dos episodios transcurren en diferentes “velocidades”. En tanto que la acción se lentifica cuando Caperucita se distrae en el bosque, en la escena siguiente la acción se acelera porque el lobo se propone concretar su plan antes de la llegada de la niña. 

Algunas intervenciones posibles:

  • En otro grupo, las chicas y los chicos me dijeron que en esta parte de la historia todo sucede muy rápido porque el lobo sabe que cuenta con poco tiempo para llevar a cabo su plan, ¿por qué creen que habrán dicho eso?, ¿en qué palabras o expresiones del cuento se habrán fijado para demostrar que tenían razón? 
  • Al inicio de este fragmento dice: “Mientras tanto, el lobo se fue corriendo a la casa de la abuela”. ¿Qué nos está diciendo ese “mientras tanto” ?, ¿es lo mismo que si dijera “más tarde” o “poco después” o hay alguna diferencia?
  • Y mientras tanto, ¿qué estará haciendo Caperucita?

En este caso, es fundamental que las chicas y los chicos reparen en la información que se brinda al lector sobre lo que sabe el lobo y desconoce Caperucita, así como en el ritmo acelerado de la narración, que está marcado por la presencia de verbos en pretérito perfecto simple –en particular por la rápida sucesión de acciones del lobo a partir del momento en que entra en la casa (página 13)-. Esta sucesión se une a la ausencia de un remanso descriptivo –la casa de la abuela no se describe, a pesar de que es el escenario en el que tendrá lugar la acción a partir de ese momento- para generar en el lector la impresión de presenciar escenas que transcurren vertiginosamente. 

Otra vez en el bosque 

El bosque es escenario frecuente donde se sitúan sucesos de muchos cuentos tradicionales.  Un bosque que “alberga” distintas historias y que se presenta de diferentes maneras ante los protagonistas. En “Blancanieves” el bosque es el lugar donde ocultar el crimen porque la reina envía al cazador a matar allí a la niña; en “La Bella Durmiente”, el bosque es mágico e impenetrable porque guarda el sueño de la joven durante 100 años; en “Hansel y Gretel”, el bosque provee de leña pero es el laberinto en el que abandonan a los hermanos y en el que encontrarán a la malvada bruja; en “El lobo y los siete cabritos”, el bosque es un lugar amenazante y por eso la madre decide dejar a sus hijos en su casa aun ante la probable llegada del lobo; en “El sastrecillo valiente”, es el lugar donde el joven prueba sus habilidades y su valentía al enfrentarse con un gigante; en “Caperucita Roja”, es lugar de distracción por sus atractivos colores y aromas, pero también es el lugar donde puede encontrarse con desconocidos y seres peligrosos.

Así, todo lo que no es seguridad del hogar y del palacio, es bosque. El bosque como escenario de muchos cuentos se presenta como el lugar de peligro, amenazante, también mágico, impenetrable y bello. 

La o el docente puede proponer detenerse nuevamente en la escena en que Caperucita Roja se entretiene en el bosque, pero esta vez para hacer reparar en cómo se describe ese escenario y en los efectos que esa descripción genera en las y los lectores. Para ello, podrá releer el fragmento de las páginas 10 y 11 y plantear las siguientes intervenciones:

  • Antes dijimos que Caperucita se entretiene en el bosque porque el lobo la invita a observar la naturaleza y que parece estar muy tranquila allí. El bosque está descripto como un bello lugar. Les vuelvo a leer esa parte (páginas 10 y 11). ¿Qué palabras del texto nos dan esa sensación de un lugar bello y tranquilo?
  • Dice: “vio cómo los rayos del sol bailaban de un lado a otro a través de los árboles”, ¿qué nos querrá decir el autor con esa expresión?
  • Al leer “recorrió lo más profundo del bosque”, me da la sensación de un lugar inmenso, en el que uno podría perderse, ¿a ustedes qué sensación les produce?  

Luego del intercambio, la o el docente podrá registrar en un afiche a la vista de todas y todos aquellas palabras y expresiones que describen el bosque de este cuento así como las sensaciones que generan en el lector. Este registro podrá reutilizarse en la propuesta de “Reescribir un episodio introduciendo una variación: El encuentro de Caperucita Roja y el lobo en el bosque”.

El episodio que se propone reescribir es el encuentro de Caperucita y el lobo en el bosque. Para que las chicas y los chicos puedan reparar en el bosque como escenario frecuente de este y de otros cuentos tradicionales, y advertir que no se trata de EL bosque sino de distintos bosques que se presentan de manera diferente ante las y los protagonistas de esas historias, la o el docente podrá recuperar aquellas historias de niñas o jóvenes que suceden en este escenario. Estas fueron leídas en el marco de la actividad habitual de lectura de la propuesta en torno a “Ricitos de Oro”.

  • Otras historias suceden también en el bosque. Ya leímos algunas, ¿ustedes conocen otras?
  • ¿Cómo era el bosque en el cuento de Ricitos? ¿Y en los otros cuentos que leímos?
  • ¿Es igual el bosque donde Ricitos encuentra la casa de los osos a este donde Caperucita se encuentra con el lobo?

La o el docente podrá releer los fragmentos de aquellos cuentos donde se presenta el bosque y reparar en las palabras o expresiones que permiten a las y los lectores construir una imagen de esos escenarios. Asimismo, podrá ir ampliando el registro de notas iniciado con el intercambio sobre el bosque de Caperucita.

En diferentes versiones de “Caperucita Roja” pueden encontrarse descripciones del bosque también diferentes. Una de ellas se encuentra en la hermosa versión no-canónica de Elsa Bornemann.1

  • En otros cuentos como "Lobo Rojo y Caperucita Feroz" de Elsa Bonermann también aparece el bosque –que en este caso tiene nombre- y se lo describe de forma muy bonita. Les vuelvo a leer alguna de esas partes.

En el bosque de Zarzabalanda –precioso bosque que queda bastante lejos de aquí– había una vez en la que la paz era la reina del lugar. Sus habitantes convivían felices y contentos: desde los troncos más anchos y las copas más altas hasta las hierbas más delicadas… desde los osos más corpulentos hasta la más frágil de las mariposas. Todos, felices y contentos. 

  • Al principio dice “había una vez en la que la paz era la reina del lugar” y lo que sigue me da esa sensación de tranquilidad y armonía. ¿Qué impresión les produce a ustedes? 
  • Parece que hay muchos habitantes en este bosque. Fíjense quiénes viven allí y cómo se sienten. 
  • Algunas expresiones me parecen muy bonitas: “convivían felices y contentos: desde los troncos más anchos y las copas más altas hasta las hierbas más delicadas… desde los osos más corpulentos hasta la más frágil de las mariposas”. ¿Qué les llama la atención a ustedes en esta descripción?
  • A mí me resultan atractivos los contrastes que hace el narrador:
  • Imaginen que caminamos por ese bosque, ¿para dónde miraríamos si quisiéramos ver las copas de los árboles? ¿Y para ver “las hierbas más delicadas”? 
  • ¿Cómo nos sentiríamos ante “los osos más corpulentos” ?, ¿y ante “la más frágil de las mariposas”? 
  • ¿Qué efecto producen en nosotros estos contrastes?

Luego de este intercambio, la o el docente podrá agregar al afiche las palabras o expresiones sobre las que se ha reflexionado, de tal modo que queden disponibles para que las niñas y los niños puedan consultarlas en el curso de las situaciones de escritura. 

Finalmente, podrá generar intriga acerca del relato de Elsa Bornemann:  

  • Cuando leamos “Lobo Rojo y Caperucita Feroz” -que, como su título lo indica, es una versión muy especial de esta historia-, vamos a ver que la paz de ese bosque se termina cuando aparece la temible protagonista. 

MIENTRAS TANTO…

Una actividad habitual de lectura literaria

Para que las niñas y los niños avancen en su formación como lectores, es necesario incrementar su experiencia de lectura con otros cuentos. En este caso, proponemos organizar una actividad habitual de lectura a través del docente de cuentos con lobos tradicionales y otros que no lo son, así como con Caperucitas que rompen con las características prototípicas de este personaje en las versiones de los hermanos Grimm y de Perrault. 

Al iniciar este recorrido, resultará relevante leer “El lobo y los siete cabritos” y “Lobo Rojo y Caperucita feroz” de Elsa Bornemann. Además de conocer lo singular de estas dos historias, su inclusión responde a la intención de establecer relaciones entre ellas y la versión de los Hermanos Grimm que constituye el eje de la secuencia. Por lo tanto, es necesario que la lectura de “El lobo y los siete cabritos” y de la versión no-canónica de Caperucita escrita por Elsa Bornemann sea posterior al intercambio en torno a la versión clásica de “Caperucita Roja”.  

Entre tantos cuentos con lobos, ¿por qué privilegiar “El lobo y los siete cabritos”?

Resulta conveniente conversar con las chicas y los chicos acerca de las vinculaciones entre este cuento tradicional y “Caperucita Roja” para advertir la presencia de algunas escenas recurrentes así como el contraste de las reacciones de algunos personajes. 

En relación con los personajes, en ambas historias el lobo se presenta como astuto, capaz de idear distintos planes para lograr su cometido: devorar a sus víctimas. Sin embargo, en “El lobo y los siete cabritos”, los pequeños muestran cierta desconfianza ante ese lobo sagaz que intenta engañarlos en reiteradas oportunidades con distintas artimañas, a diferencia de una Caperucita ingenua que parece ignorar los peligros del bosque y acepta hablar con un animal desconocido. 

Después de intercambiar con las chicas y con los chicos acerca de las vinculaciones entre ambos cuentos, la o el docente podrá registrar en un afiche las intenciones y acciones de cada uno de esos personajes en un cuento y en el otro. Este registro podrá ser recuperado durante el desarrollo de la propuesta: “Reescribir un episodio introduciendo una variación: El encuentro de Caperucita Roja y el lobo en el bosque”.

Por otra parte, en ambas historias hay una madre que hace recomendaciones sobre cómo cuidarse frente a la amenaza que representa el lobo –aunque la mamá de Caperucita no lo mencione explícitamente-. Además de intercambiar con las chicas y los chicos acerca de la singularidad de estas escenas en cada uno de los cuentos, será productivo reflexionar sobre las vinculaciones que pueden establecerse entre las dos historias. En particular, será interesante reparar en lo específicas que resultan las recomendaciones de la mamá cabra en relación con el lobo, lo que seguramente incide en que los cabritos asuman una actitud mucho más desconfiada y cuidadosa que la de Caperucita.  Luego de este intercambio, se podrá plantear una propuesta de lectura por sí mismos para focalizar en las advertencias que estas madres hacen a sus hijos ante la posibilidad de enfrentar ciertos peligros (ver propuesta: “Releer las recomendaciones de la mamá a Caperucita”, en este mismo material).   

Finalmente, aunque esto varía según las versiones, cabe señalar que el desenlace de ambos cuentos frecuentemente es similar: aparece un personaje ayudante que castiga al lobo y salva a sus víctimas.

¿Por qué introducir un cuento contemporáneo que recrea esta historia?

Como ya se ha mencionado, “Caperucita Roja” es una historia que ha sido renarrada y recreada de múltiples formas a lo largo del tiempo. Por lo tanto, contribuirá a la formación de las chicas y los chicos como lectores que conozcan algunas de estas obras y conversen sobre las relaciones de intertextualidad entre este cuento y la versión tradicional de “Caperucita Roja”. En particular, “Lobo Rojo y Caperucita Feroz” propone una Caperucita con características totalmente opuestas a las de la niña ingenua de la versión original. Advertir estas diferencias en la caracterización de la protagonista -y cómo esto transforma completamente la trama- contribuirá a delinear los rasgos de la nueva Caperucita que protagonizará la producción escrita a elaborar por el grupo.  

Otra razón central para incluir este cuento de Elsa Bornemann es que está bellamente relatado, lo que permitirá detenerse en algunos pasajes para reflexionar sobre el lenguaje literario (Ver: “Otra vez el bosque”). 

¿Qué otros cuentos leer?

Como “Caperucita Roja” ha dado lugar a muchas versiones no-canónicas, la lectura del cuento de Elsa Bornemann puede relacionarse con otros cuentos de calidad literaria que suelen estar disponibles en las bibliotecas escolares. Por ejemplo, “Caperucita tal como se la contaron a Jorgede Pescetti, “Caperucita 2. El regreso”, de Esteban Valentino, “Una Caperucita” de Marjolaine Leray.

La lectura de estos cuentos también podrá estar a cargo de la o el docente bibliotecario en una tarea compartida con la maestra o el maestro del grado. 

LECTURA DE LOS NIÑOS POR SÍ MISMOS

Proponer situaciones en las cuales las niñas y los niños leen por sí mismos episodios de una historia conocida favorece que puedan anticipar qué es lo que está escrito, así como buscar y leer o releer ciertos fragmentos seleccionados por el o la docente. Es decir, para que puedan leer y aprender a leer las niñas y los niños que aún no leen en el sentido convencional del término,2 es necesario atender a dos criterios fundamentales: asegurar que conozcan el contenido del texto a leer y presentarlo en el contexto en que efectivamente aparece.  

Las propuestas de lectura de las y los estudiantes por sí mismos que se presentan a continuación plantean distintos desafíos, según el problema involucrado en cada una de las consignas que se proponen. El desafío dependerá también de las posibilidades de las chicas y los chicos de anticipar el significado –que están relacionadas con lo que saben acerca del contenido del fragmento y la forma en que está expresado- y de reconocer indicios que les permitan confirmar sus anticipaciones –es decir, del repertorio de letras que pueden utilizar operativamente al leer-. En cuanto a la localización del fragmento que se va a leer, será más o menos accesible en función de la existencia (o no) de ilustraciones cercanas vinculadas con lo que se está buscando, así como de marcas de puntuación y tipográficas que puedan ser utilizadas como indicios. 

Las situaciones propuestas son:

  • ¿Por qué llaman “Caperucita Roja” a la protagonista de esta historia?
  • ¿Qué le recomienda la mamá a Caperucita? ¿Por qué le hace esas recomendaciones?
  • Dos finales diferentes para una misma historia (lectura compartida).
  • Diálogos famosos (lectura dramatizada).

Las tres primeras propuestas podrán realizarse en forma individual o en parejas para que sus integrantes puedan ayudarse entre sí, siempre con el texto disponible y al alcance de la vista para todas y todos. 

Enseñar a leer supone colaborar con las chicas y los chicos para que puedan enfrentar y resolver los problemas de lectura planteados. La colaboración necesaria por parte de la o el docente seguramente variará según las posibilidades como lectores que irán adquiriendo sus alumnas y alumnos a lo largo del año, pero siempre será imprescindible acompañarlos -no dejarlos solos frente al texto, precisamente porque se está enseñando a leer-. 

En todos los casos, las primeras intervenciones de la maestra o el maestro estarán orientadas a reconstruir con el grupo lo que sucede en la escena o episodio que se indica leer, de tal modo que las chicas y los chicos evoquen el contenido de esa parte del cuento y tengan elementos para anticipar lo que puede estar escrito. Asimismo, al plantear la situación, es imprescindible poner en primer plano el propósito de lectura, de tal modo que las y los pequeños lectores sepan para qué se está leyendo –qué están buscando al leer el fragmento propuesto-. Si las niñas y los niños tienen un propósito centrado en el significado del texto, intentarán comprender y, de este modo, será posible evitar el riesgo de que se aferren al deletreo o se limiten a oralizar lo escrito.   

Luego, durante el desarrollo de cada situación, la o el docente adecuará sus intervenciones a lo que resulte necesario para diferentes alumnas y alumnos. Seguramente, habrá que alentar a quienes no se atrevan a comenzar a leer así como dar pistas para quienes no logren anticipar por sí mismos lo que sigue en el texto o verificar si efectivamente dice lo que suponen. A continuación, se ofrecen diferentes ejemplos de intervenciones docentes en el contexto de las diferentes propuestas.3 En todos los casos, la o el docente delegará progresivamente la responsabilidad de leer para que sus alumnas y alumnos avancen como lectores. 

¿Por qué llaman “Caperucita Roja” a la protagonista de esta historia? 

Para responder al propósito planteado en la consigna que da título a este punto, las chicas y los chicos tendrán que buscar la primera parte del cuento y releer lo que allí se dice sobre las razones por las que la gente del pueblo ha dado ese apodo a la protagonista. Luego, se planteará otro interrogante referido a la relación entre Caperucita y su abuela, a los sentimientos entre ambos personajes -algunos explícitos en el texto y otros que se podrán inferir-. Para seguir pensando en la relación que sostienen nieta y abuela, será posible recuperar también otras pistas, en episodios posteriores del cuento. 

  • Ya sabemos que este cuento se llama “Caperucita Roja” porque es la forma en que llamaban a la protagonista. Pero ¿por qué la llamaban así? ¿Quiénes le pusieron ese apodo?
  • Busquen en el cuento la parte que lo explica.

Seguramente, las niñas y los niños recordarán que es al comienzo del cuento cuando se habla del apodo de Caperucita y lo localizarán fácilmente, pero quizá sea necesario intervenir para ayudarlos a encontrar el origen de ese apodo: 

  • ¿Quién le había regalado la caperuza roja? Les releo todo lo que dice en esta página y ustedes sigan en el texto lo que voy leyendo para ver dónde dice quién se la regaló: 

Había una vez una niña buena y cariñosa que vivía con su mamá en un pueblito rodeado por un hermoso bosque. Todos la querían muchísimo, pero quien más la quería era su abuela. Siempre pensaba en ella y se ocupaba de tejerle guantes y bufandas abrigadas para los días de mucho frío. En una ocasión, la abuelita le regaló una capa roja con capucha. A la niña le gustaba tanto que no se la quitaba nunca. Así fue que todo el mundo comenzó a llamarla Caperucita Roja.

Una vez que las niñas y los niños detengan la lectura de su maestra o maestro en la oración en cuestión, señalando que efectivamente –tal como ellas y ellos lo recordaban- es la abuela quien le había hecho ese regalo, la o el docente podrá solicitarles que localicen en el texto dónde y cómo dice eso. El o la docente decidirá cuáles de las siguientes intervenciones es conveniente realizar con diferentes alumnos o alumnas:   

  • “En una ocasión…”, lean lo que sigue.
  • ¿Dice “abuela” o “abuelita” ?, ¿cómo se dieron cuenta?
  • ¿Dónde dice “le regaló”? ¿Qué le regaló, una capa o una caperuza?, ¿cómo saben?
  • Después cuenta que Caperucita usaba todo el tiempo esa capa. Sigan ustedes para ver cómo lo dice: “A la niña…”
  • Ustedes dicen que la llamaban así porque nunca se sacaba la caperuza roja. ¿Dice que no se la sacaba o que no se la quitaba?

Una vez que se ha dado respuesta al primer interrogante, es posible volver sobre el texto focalizando en la relación entre la protagonista y su abuela. 

  • ¿De qué nos enteramos acerca de la relación entre la abuelita y la niña? ¿dónde lo dice?
  • Releamos juntos la primera parte. “Había una vez una niña buena y cariñosa que vivía con su mamá en un pueblito rodeado por un hermoso bosque. Todos la querían muchísimo, pero quien más…” Sigan ustedes, ¿qué dice después? 
  • Antes les leí “Todos la querían muchísimo”, ¿dónde dice “querían”? y después dice “Pero quien más la…”, ¿qué dice allí? 
  • Así es. Quien más la quería era la abuela. ¿En qué se notaba que la quería tanto?
  • ¿Qué le tejía? Claro, guantes, bufandas y la capa con la capucha. Fíjense dónde dice “bufanda” (empieza como “buena”). ¿Y “guantes”? “Capa” y “capucha” empiezan igual, ¿cuál es cuál?  

En caso de que algunas y algunos integrantes del grupo hayan podido leer por sí mismos con mayor autonomía y rapidez, se les podrá hacer otra propuesta de lectura, para que la lleven a cabo mientras sus compañeros y compañeras continúan con la anterior. Para que sigan trabajando en el mismo tema, una posibilidad es pedirles que busquen si encuentran algún indicio del cariño que siente por su abuela en la escena en que la niña se entretiene en el bosque (Páginas 10 y 11).  

Finalmente, se puede hacer un comentario colectivo para poner en común lo que todas y todos piensan acerca de la relación entre los dos personajes. 

¿Qué le recomienda la mamá a Caperucita? ¿Por qué le hace esas recomendaciones? 

Esta propuesta se orienta a releer las recomendaciones de la madre de Caperucita con la intención de entender mejor cuáles son las razones que la llevan a hacerle esas advertencias. Será posible también intercambiar acerca de las pistas que ofrecen al lector para anticipar cómo sigue la historia

En primer lugar, se podrá recuperar lo conversado en los espacios de intercambio sobre las características de Caperucita: 

  • Se acuerdan de que estuvimos comentando que Caperucita, además de ser muy conocida y querida por los habitantes de su pueblito, parecía ser una nena amable y obediente porque, cuando su madre le pide que lleve comida a su abuela, ella enseguida lo hace. Busquen en el cuento esa parte, así volvemos a leer qué le dice la mamá a Caperucita y pensamos juntos en por qué se lo dice.

Localizar el fragmento indicado resultará seguramente accesible para todas y todos los integrantes del grupo porque saben que esa escena está al comienzo de la historia -antes de que Caperucita parta hacia el bosque- y porque la ilustración ofrece información que facilita su ubicación. Además, el fragmento solicitado se dispone en una única página, lo que hace innecesario que las y los lectores se ocupen de circunscribir desde dónde hasta dónde dice lo que están buscando. 

De todos modos, si alguien lo necesitara, la o el docente puede orientar la búsqueda: les preguntará o recordará en qué momento de la historia la madre hace ese pedido a Caperucita, los incitará a apoyarse en las imágenes para encontrar dónde está esa escena o, en última instancia, les indicará en qué página se encuentra. 

Luego, podrá recuperar el sentido de la propuesta de lectura:

  • Lean este fragmento del cuento donde la madre le pide a Caperucita que lleve comida a su abuela y fíjense qué recomendaciones le hace. 

Algunas alumnas o alumnos pueden requerir intervenciones más precisas para comenzar o para continuar la lectura, por ejemplo: 

  • En esta parte, desde acá que está la rayita de diálogo, la mamá le dice a Caperucita que le lleve un pedazo de pastel de moras y una botella de leche. Después, le dice que tenga muchos cuidados. ¿Qué es lo primero que le dice sobre el camino? 

El camino es largo y tienes que atravesar el bosque. No te desvíes del sendero, no vayas saltando que puedes caerte y se puede romper la botella. No olvides saludar a la abuela cuando llegues y no te pongas a curiosear por todos los rincones. Pero, sobre todo, no hables con desconocidos.

  • Fíjense dónde dice “camino”. Señálenlo. Y acá (señalando “es largo”), ¿qué dice? 
  • El camino pareciera ser muy, muy largo, porque le dice que tiene que atravesar el bosque, ¿dónde dice “bosque”? Señálenlo.
  • En esta parte (mostrando “no te desvíes del sendero”) la mamá le dice que no se desvíe. Fíjense si dice “no te desvíes del camino” o “no te desvíes del sendero”.

Seguramente, las niñas y los niños podrán ubicar esas palabras muy conocidas valiéndose de las escrituras registradas durante el espacio de intercambio en torno al bosque de este cuento y de otros cuentos (Ver en Intercambio entre lectores: “Otra vez en el bosque”), además de recurrir a otras fuentes de información seguras presentes en el aula y en los cuadernos (Ver: “Leer los nombres de personajes y otros nombres para luego armar el banco de datos” en este mismo apartado).

  • Luego, la mamá le dice que tenga ciertos cuidados con la botella de leche que lleva en la canasta, ¿recuerdan qué le decía? Vamos a leerlo. Yo empiezo a leer y ustedes siguen, (lee y señala) “no vayas saltando que…”. 
  • Antes de que Caperucita le diga a su mamá que no se preocupe y que iba a hacer todo bien, su madre le dio una última recomendación muy importante, ¿se acuerdan de qué le dijo?
  • Entonces ahora lean entre los dos esta última frase (señalando en el texto “no hables con desconocidos”) y después me dicen cuál fue esta última recomendación de la mamá. 

Terminada la lectura, se realiza una puesta en común para recuperar las recomendaciones de la mamá y conversar sobre las razones por las cuales le hace a su hija todas esas advertencias. Durante el intercambio, las chicas y los chicos podrán releer algunas partes o expresiones del fragmento que refieran a las distintas recomendaciones (sobre el camino, sobre el alimento que lleva la niña, sobre qué hacer al llegar a la casa de su abuela…).

Algunas intervenciones posibles: 

  • ¿Qué le dice la mamá a Caperucita sobre el camino?
  • ¿Qué cuidados le pide que tenga con la botella de leche? 
  • Hay una recomendación muy importante al final de esta parte. Una recomendación que, lamentablemente, Caperucita no tomará en cuenta. ¿Cuál fue esa recomendación?, ¿cómo lo dice en el texto?
  • Ahora, pensemos: ¿Por qué será que la mamá le habrá dicho todo eso a su hija?
  • Cuando leemos esta parte, pareciera que Caperucita no advierte del peligro de cruzar sola ese bosque; sin embargo, a nosotros nos da la sensación de que algo puede llegar a pasarle. ¿Por qué será que nos da esa impresión?
  • ¿En cuáles de todas esas recomendaciones Caperucita obedece a su madre? ¿Y en cuáles no?

Es interesante comparar la actuación de Caperucita con la de los siete cabritos frente a las recomendaciones de su madre y es por eso que se ha sugerido leer “El lobo y los siete cabritos” antes de llevar a cabo la relectura de los chicos por sí mismos de las advertencias de la madre de Caperucita (Ver: Mientras tanto… Una actividad habitual de lectura literaria). La o el docente podrá recuperar lo conversado en torno a la actitud de los cabritos frente a las recomendaciones de su madre e incluso proponer que las chicas y los chicos lean por sí mismos la escena en que la cabra hace esas recomendaciones a sus hijos. 

Para el desarrollo de esta última propuesta, convendrá que la o el docente presente a las chicas y los chicos el fragmento ya delimitado (Ver: Anexo. Las recomendaciones de la mamá cabra).

  • En “El lobo y los siete Cabritos”, la madre también hace distintas recomendaciones a sus hijos. Lean este fragmento para recordar qué dice esta mamá a sus cabritos para que se cuiden y qué informaciones les da sobre cómo es el lobo. 

A medida que las parejas de alumnos resuelven el problema de lectura planteado, la o el docente se acercará para apoyarlos en la tarea adecuando sus intervenciones a lo que las chicas y los chicos necesiten. Las intervenciones serán similares a las ya presentadas en este apartado, otras podrán inspirarse en el cuadro “Intervenciones docentes para quienes necesiten mayor ayuda (síntesis)”. 

Luego de destinar un tiempo para que las chicas y los chicos lean el fragmento propuesto e intercambien en parejas a partir de la consigna planteada, la o el docente realizará una puesta en común orientada a establecer semejanzas y diferencias entre las advertencias de ambas madres:

  • ¿Se parecen en algo estas dos escenas de ambas historias? ¿Qué tienen en común?
  • ¿Por qué será que las dos madres dan tantas recomendaciones a sus hijos?
  • Algunas chicas y algunos chicos que leyeron los dos cuentos dicen que la mamá de los cabritos fue más clara al advertirles que tuvieran cuidado con el lobo malvado, mientras que la de Caperucita solo le recomendó que no hablara con desconocidos, no le habló del lobo. ¿Ustedes qué piensan?

Dos finales diferentes para una misma historia

La propuesta consiste en comparar el final del cuento ya leído con el de la versión narrada por Charles Perrault, cuyo desenlace es notablemente diferente del de la relatada por los Hermanos Grimm. 

Para desarrollar esta comparación, será necesario plantear dos situaciones de lectura y un espacio de intercambio acerca de las diferencias entre los dos desenlaces. 

En primer lugar, se propondrá a las niñas y los niños la lectura del desenlace del cuento ya leído. Para que conozcan bien el episodio final de esta versión, la o el docente puede entablar una conversación con el grupo, en el marco de la cual releerá algunos pasajes significativos y delegará en sus alumnas y alumnos la lectura de otros. Como se trata de una lectura compartida, es conveniente que la o el docente pueda ir señalando lo que ha leído o solicita leer en un texto a la vista de todos, por lo cual sería productivo contar con la posibilidad de proyectarlo.  

Una vez que el lobo come a Caperucita, aparece y se destaca el cazador, un personaje ayudante de la protagonista que logra vencer a su gran oponente, el lobo. 

  • Después de todo eso aparece el cazador, ¿cómo se dio cuenta de que algo había pasado en la casa de la abuelita? Aquí dice “se sorprendió al escuchar los horribles ronquidos del lobo”. ¿Qué fue lo que lo sorprendió? 
  • Parece que él ya conocía a la abuelita. Vamos a leer el segundo párrafo que empieza diciendo qué estaba pensando el cazador (lee y señala “Pensó”), ¿en quién está pensando? 
  • Claro, allí dice “la abuela”. Él se había sorprendido por los “horribles ronquidos del lobo”, ¿será que la abuela no roncaba o sí roncaba pero de otra forma? Fíjense bien. 
  • Entonces, ¿qué es lo que nos permite saber que conocía a la anciana?

Después de leerles toda la página 18, la docente pregunta si el cazador ya conocía al lobo y les pide que lean lo que dice al comienzo de la página siguiente:

  • Esto (señalando “¡Lobo malvado! ¡Por fin te encuentro!”) es lo que dice el cazador al ver al lobo en la cama de la abuelita. ¿Qué dice? Lean para ustedes y luego me cuentan.  
  • Muy bien. Entonces releo la parte que ustedes leyeron y después leo lo que falta. “¡Lobo malvado! ¡Por fin te encuentro! ¡Tanto tiempo buscándote!, pensó el cazador y levantó la escopeta para dispararle”. ¿Por qué será que el cazador lo buscaba desde hacía mucho tiempo al lobo?
  • Sin embargo, después decide no dispararle, ¿por qué?

Luego, la o el docente continúa leyendo hasta el final del cuento y solo cede la lectura a las niñas y a los niños en ciertos momentos en que considera que ellos pueden resolver los problemas que plantea. Por ejemplo, puede hacerles preguntas –siempre centradas en el significado- con la intención de que busquen las respuestas en el texto:

  • ¿Qué dijo Caperucita cuando “saltó de la barriga del lobo”? ¿Se acuerdan de que dice algo referido a la oscuridad de la panza? Fíjense aquí al final, donde está el guión que marca que habla un personaje (p. 20).
  • Después sale la abuela y el cazador le dice a Caperucita (lee señalando en el texto): “Ve hasta la orilla del arroyo y…” Sigan ustedes. De acuerdo. Acá no dice para qué quiere el cazador las piedras, ¿para qué será? 

Luego, la o el docente puede hacerse cargo de todo lo que dice el narrador y pedirles a sus alumnas y alumnos que relean el diálogo final entre el cazador y Caperucita. Por último, será interesante hacerles notar que este diálogo evoca en el lector el objetivo inicial con el que la niña había ido a la casa de su abuelita, ya que finalmente los personajes pueden disfrutar de la leche y la torta que ella le había llevado.

La segunda situación de lectura está centrada en el final de la versión de Perrault (Ver: Anexo. Caperucita Roja. Otro final). Es un texto relativamente breve que las y los integrantes del grupo no conocen pero cuyo contenido y forma son muy parecidos a los de la versión que ya leída, comentada y releída, puesto que se trata del diálogo canónico entre el lobo y Caperucita cuando ella entra a la casa de la abuelita. Las niñas y los niños podrán apelar entonces a lo que ya saben de esta historia para enfrentar el problema de lectura planteado y entender “qué dice” en esta nueva versión que termina sin que ningún personaje ayudante aparezca para salvar a la niña y su abuela. Por lo tanto, en este caso, es posible delegar la lectura en las y los niños, organizados por parejas.

La propuesta puede introducirse así:

  • Cuando les presenté el cuento, les conté que esta historia es tan antigua que tiene diferentes versiones. Nosotros ya leímos y comentamos la de los hermanos Grimm, y ahora les propongo leer la parte final de la historia narrada por un autor francés, Charles Perrault. Como los finales de las dos versiones son diferentes, será interesante compararlos y comentar qué nos parecen. 
  • A pesar de que terminan de manera diferente, ustedes van a volver a encontrar en el texto partes del cuento que ya conocen muy bien. 

Para aquellas niñas y aquellos niños que necesiten mayor ayuda para leer, la o el docente podrá contribuir con intervenciones como las siguientes:

  • En esta parte, dice lo que le pasó a Caperucita Roja cuando escuchó la voz ronca del lobo, aunque creyó que su abuela estaba resfriada. Dice que primero se espantó. Fíjense dónde dice “espantó”. Empieza como “Esteban”. ¿Y dónde dice “escuchar la voz ronca del lobo”, ¿dónde dice?, ¿de dónde hasta dónde?
  • Después Caperucita Roja le contesta y le dice lo que le lleva porque la madre se lo envía. Fíjense qué le envía en esta versión. Podemos compartir la lectura, yo empiezo y siguen ustedes (lee) ‘Es tu nieta…). 
  • Después, ¿quién contestará? Claro, el lobo. ¿Se acuerdan de qué le contestaba en la versión de los hermanos Grimm que habíamos leído? Acá dice (lee y señala): “El lobo le gritó, suavizando un poco la voz…”. Desde acá, de la raya de diálogo, habla el lobo. ¿Qué le contesta? 
  • Yo sigo leyendo el narrador y ustedes intentan leer lo que dicen los personajes, así conocemos cómo es esta parte de la historia en esta versión. (Lee y señala): “Caperucita Roja tiró la manija y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la manta…”. Sigan ustedes, desde esta rayita habla el lobo.
  • Fíjense, acá en lo que sigue hablan todo el tiempo los personajes. Nos damos cuenta por las rayas de diálogo, igual que en la versión que leímos. Pero Caperucita está vez empieza por los brazos, fíjense, ¿dónde dice “brazos”?, ¿qué dirá en lo que sigue? Ahora relean todo lo que le dice. 
  • ¿Y qué responderá el lobo? 
  • Los dejo leyendo a ustedes hasta el final mientras voy con otros compañeros. Parece que Caperucita le sigue diciendo asombrada por lo grande de otras partes del cuerpo como en la otra versión, pero algunas partes que nombra no son las mismas aunque otras sí. Después conversamos. 

Una vez que se ha dado un tiempo suficiente para que las chicas y los chicos puedan leer por sí mismos el fragmento propuesto -recibiendo más o menos ayudas- e intercambiar entre las y los integrantes de las parejas acerca de las diferencias entre los dos finales, la o el docente propondrá una puesta en común: 

  • Entonces, ¿cómo termina esta historia?
  • ¡Qué final diferente!, ¿no? A mí me sorprendió ¿a ustedes? ¿Cuál de los dos les parece mejor?
  • Este episodio final también tiene algunas otras diferencias con de la otra versión. ¿Cuáles son?

Diálogos famosos (lectura dramatizada)

En el aula, se pueden proponer situaciones de lectura en voz alta siempre que presenten un propósito significativo. En este caso, se trata de volver a vivir escenas emocionantes desde la voz de los personajes.

Leer en voz alta, dramatizando, ciertos diálogos que forman parte de la historia resultará accesible para las chicas y los chicos porque, como ya conocen bien su contenido, podrán centrarse en cómo interpretarlos para comunicar las motivaciones y sentimientos de los personajes que hablan.  

Se presentan a continuación dos situaciones de lectura dramatizada: una consiste en leer el diálogo entre Caperucita Roja y el lobo en la casa de la abuela; otra, en leer el diálogo entre ambos personajes durante su primer encuentro en el bosque. 

En el caso del diálogo entre Caperucita y el lobo en la casa de la abuela, el texto es muy conocido por los chicos e incluye expresiones que se reiteran. Además, se presenta en la página con cierta disposición y ofrece informaciones diversas -no solo las letras- que facilitan tanto la anticipación como la búsqueda de indicios para corroborar lo anticipado: el intercambio de los dos personajes sobre cada parte del cuerpo separado del siguiente, las variaciones en la tipografía y su tamaño, y la presencia de marcas de puntuación que delimitan las voces de los personajes. 

Para iniciar la situación de lectura en voz alta de este diálogo entre la niña y el lobo, será conveniente que la o el docente destine un momento para reconstruir lo que sucede en ese episodio, reparar en los sentimientos y las reacciones de ambos personajes y recuperar algo de lo conversado anteriormente acerca de sus características. Algunas intervenciones docentes pueden ser las siguientes:

  • Cuando Caperucita llegó a la casa de la abuelita y se acercó a su cama, a la niña le pareció que algo raro sucedía, ¿lo recuerdan?
  • ¿Qué pensó Caperucita en ese momento? Les leo: “¡Qué rara está! Debe estar muy enferma”. Por eso le hace varias preguntas a ese lobo disfrazado de abuelita, ¿qué le pregunta?
  • Vieron que en esta parte la letra está cada vez más grande, ¿por qué será que va creciendo el tamaño de la letra?, ¿qué querrán indicarnos con eso a los lectores?
  • Acuérdense de que cada vez que comienza a hablar un personaje hay una raya de diálogo para marcar que cambia el que habla. 

Durante este pequeño intercambio que introduce la propuesta de lectura en voz alta, además de recuperar el contenido de ese fragmento, resultará conveniente reflexionar sobre la entonación en las voces de cada personaje en relación con sus intenciones y reacciones: la tentación contenida del malvado animal por comerse a Caperucita y la niña ingenua pero que en este momento pareciera desconfiar de quien está en la cama de su abuela y por eso hace muchas preguntas. Se trata de reparar en la forma del relato de este fragmento: la insistencia en preguntas similares por parte de la niña da cuenta de su desconfianza, y el modo de responder del lobo revela su astucia e intención de engañar a su víctima y de atraerla. Además, la presencia de marcas del texto y de edición aportan al sentido de este episodio en relación con rasgos de subjetividad de los personajes.

Luego, se podrá proponer que, en parejas, ensayen la lectura dramatizada distribuyendo los roles entre los integrantes -el lobo y Caperucita- e intentando expresar los estados de ánimo por los que van pasando los personajes. Durante el ensayo, la o el docente se acercará a los grupos para compartir la lectura, por ejemplo, leyendo la voz de Caperucita y un niño o una niña la voz del lobo o leyendo una parte y alentando a que ellos continúen. Para compartir la lectura con el resto de los compañeros y compañeras se esperará a que, luego de los ensayos, la lectura resulte amena y reconstruya el clima amenazante de esa escena. 

Si lo considerara conveniente, la o el docente podrá organizar otra situación de este tipo para leer el episodio en que el lobo y Caperucita conversan en el bosque. Este diálogo resultará más desafiante para las y los pequeños lectores porque, si bien su contenido es anticipable, no sucede lo mismo con la forma en que se presenta: las niñas y los niños saben que durante ese encuentro el lobo le hace distintas preguntas a la niña -sobre su destino, lo que lleva en la cesta y el lugar donde vive su abuela- y que ella responde, pero no saben con exactitud cómo lo dice. Además, si bien este fragmento presenta indicios y marcas de edición que ofrecen información al lector -los guiones de diálogo y la bajada de línea gráfica-, no son tan marcados ni sugerentes como los del diálogo entre ambos personajes en la casa de la abuela.

Al igual que en la propuesta anterior, será necesario destinar un tiempo para reconstruir el contenido del episodio y reparar en los estados de ánimo y vivencias de los personajes durante este primer encuentro. En este sentido, será necesario recuperar lo conversado durante el eje de intercambio en torno a las características de los personajes, así como lo comentado en el curso de la lectura de las recomendaciones de la mamá a Caperucita.

Otras propuestas de lectura

Si lo considera necesario para su grupo o para algunas o algunos de sus integrantes, la o el docente podrá realizar otras propuestas de lectura de las niñas y de los niños por sí mismos en relación al cuento, con la intención de que se centren en pensar en el sistema de escritura desde la perspectiva del lector. Se trata de situaciones complementarias de las anteriores.

  • Leer los nombres de personajes y otros nombres para luego armar el banco de datos.

Consiste en la lectura de los “carteles” sueltos con los nombres de los personajes para pegar en tarjetas personales que quedarán disponibles en un sobre o folio propio para que cada quien pueda consultar cada vez que lo necesite (Ver: Anexo. Los personajes). Esta propuesta plantea el problema de descubrir “cuál es cuál” entre un conjunto de palabras que en algunos casos son muy diferentes y en otros muy parecidas. La misma situación podrá plantearse con nombres de los distintos objetos que Caperucita encuentra –o podría encontrar- en el bosque y que provocan su distracción (Ver: Anexo. El bosque).

Para organizar la situación ajustando los problemas de lectura que se plantean a las posibilidades de las niñas y de los niños y considerando las intervenciones docentes que pueden resultar productivas, recomendamos consultar “El hombrecito de jengibre”.4

  • ¿Qué responde el lobo ante cada exclamación de Caperucita? 

Se trata de leer enunciados breves muy conocidos y aparear lo que dice un personaje con la respuesta de su interlocutor: unir cada exclamación de Caperucita con la respuesta que le da el lobo disfrazado de abuela (Ver: Anexo. Leo y uno). El desafío consiste en reparar en el interior de cada enunciado lo que lo distingue de los demás, tanto en el caso de las exclamaciones como en el de las respuestas correspondientes. Luego de resolverlo, podrán poner en común lo que pensaron y las razones para decidir cuál enunciado corresponde a cada expresión de la niña. 

  • ¿Cuáles son las artimañas que usa el lobo para engañar a Caperucita y a su abuela? 

Esta propuesta consiste en leer enunciados cuyo contenido es posible anticipar porque las y los lectores conocen el cuento y han intercambiado acerca de las acciones del lobo para engañar a Caperucita y la abuela; sin embargo, como no saben de qué manera están expresados esos enunciados, aumenta la incertidumbre sobre lo que dice en el texto (Ver Anexo: ¿Cómo engaña este lobo?). El problema que se les presenta a las chicas y a los chicos es decidir cómo dice lo que saben que dice y descartar aquellos enunciados que no corresponden con las formas de engañar del lobo en este cuento. Ante de realizar la actividad, puede ser conveniente recuperar con las y los estudiantes las formas utilizadas por el lobo para engañar a los otros personajes en el cuento de Caperucita y en el de los siete cabritos.  

Se podrán desarrollar también otras situaciones de lectura de las niñas y de los niños por sí mismos que se vinculan con la “Actividad habitual de lectura literaria de cuentos”. Por ejemplo, se puede proponer:  

  • Leer los títulos de una agenda de lectura de cuentos con lobos y con Caperucitas para identificar cuál es cuál de los títulos leídos y tener presentes todos los cuentos que van conociendo. 
  • Rastrear en “El lobo y los siete cabritos” las artimañas del lobo para engañar a sus víctimas. Ir listando esos engaños a medida que se conocen nuevos cuentos. 
  • Leer el fragmento de las características de la Caperucita del cuento “Lobo Rojo y Caperucita Feroz” de Elsa Bornemann para advertir las grandes diferencias entre esta protagonista y la del cuento tradicional. Se podrá ir registrando las características de la protagonista de las distintas versiones leídas

Intervenciones docentes para quienes necesiten mayor ayuda (síntesis)

Para localizar los fragmentos en el texto:

  • Contextualizar el episodio que se va a buscar en el tiempo de desarrollo de la historia:
  • El momento en que el lobo llega a la casa de la abuelita está hacia el final, entonces busquen por las últimas páginas del libro.
  • Reponer parte de la trama especificando el momento en que sucede:
  • Esa parte está después de que el lobo y Caperucita se separan luego del encuentro en el bosque. 
  • Indicar el número de página del cuento donde se presenta ese episodio:
  • En la página 18 está la parte en que el cazador piensa en lo que sabe de la abuelita.
  • Circunscribir el fragmento que se ha solicitado leer:
  • Aquí empieza la parte donde el lobo trata de distraer a Caperucita.

Una vez localizado el fragmento:

  • Compartir la lectura: la o el docente lee la voz del narrador, alguna niña o algún niño lee la voz del lobo y otra u otro, la de Caperucita. 
  • Alentar a anticipar el contenido del texto:
  • Antes de que Caperucita tranquilice a su mamá asegurándole que haría todo bien, la madre le dio una última recomendación muy importante, ¿se acuerdan de cuál era?
  • Anticipar algunas palabras incluidas en el enunciado propuesto para leer y pedir que las localicen, como pistas para luego leer el enunciado completo:
  • Pero Caperucita esta vez empieza por los brazos, fíjense, ¿dónde dice “brazos” ?, ¿qué dirá en lo que sigue? Ahora lean todo junto lo que le dice. 
  • Ofrecer alternativas acerca de lo que puede estar escrito: 
  • En esta parte (señalando “no te desvíes del sendero”) la mamá le dice que no se desvíe. Fíjense si dice “no te desvíes del camino” o “no te desvíes del sendero”.
  • Proponer que reparen en otras marcas del sistema de escritura:
  • Desde acá, donde está la raya de diálogo, habla el lobo. ¿Qué le contesta? 
  • En esta parte que está entre estas comillas, dice lo que pensó el cazador.
  • Leer la primera parte del enunciado y alentar a las niñas y a los niños a continuar:
  • Luego, la mamá le dice que tenga ciertos cuidados con la botella de leche que lleva en la canasta, ¿recuerdan qué le decía? Vamos a leerlo. Yo empiezo a leer y ustedes siguen, (lee y señala) “no vayas saltando que…”. 
  • Reponer el significado del fragmento que están leyendo:
  • Después Caperucita Roja le contestó al lobo: le dijo qué le llevaba a su abuela porque la madre se lo enviaba. Fíjénse qué le envía en esta versión. 

De este modo, las intervenciones de la o el docente se orientan a anticipar el contenido del texto, a pedir que localicen ciertas expresiones que comienzan con letras que seguramente reconocen como indicios significativos, a ofrecer opciones acerca de lo que puede estar escrito, a leer partes poco anticipables señalando dónde están en el texto y a pedirles que lean para sí mismos y luego le cuenten lo que dice en la parte leída.

Son intervenciones productivas porque ayudan a leer -no solo en este caso, sino en general- a chicas y a chicos que aún están aprendiendo a leer por sí mismos o que leen muy esforzadamente, a veces centrándose en el descifrado. Son intervenciones que promueven que las y los estudiantes coordinen la anticipación del significado y el reconocimiento en lo escrito de indicios que permiten verificar o rechazar lo que se cree que dice.

ESCRITURA 

Las propuestas de producción de textos en torno a “Caperucita Roja” solo pueden plantearse –como se ha señalado en materiales anteriores- una vez que las chicas y los chicos conocen bien el cuento porque lo han leído a través de la o el docente y han sostenido diversos intercambios para poner en común y discutir sus interpretaciones en torno a la historia y el relato. Será necesario también desarrollar previamente algunas propuestas de lectura de las niñas y los niños por sí mismos, en particular aquellas que se articulan con la situación de producción que se va a plantear. Además, durante el desarrollo de la escritura, es imprescindible recuperar lo conversado acerca del episodio del cuento al que se refiere el texto que se está produciendo y, en algunos casos, releer algunos fragmentos.

En la Unidad Pedagógica, la enseñanza de la escritura se orienta hacia dos objetivos fundamentales: que las niñas y los niños aprendan a producir textos y que avancen en su apropiación del sistema de escritura alfabético. Es por eso que en este apartado distinguiremos dos tipos de situaciones, en cada uno de los cuales predomina alguno de los objetivos señalados. Es imprescindible que estos dos tipos de situaciones se alternen, porque escribir alfabéticamente no es requisito para producir textos –las y los docentes de la Unidad Pedagógica han visto sin duda textos escritos silábicamente o en forma cuasi-alfabética- y porque solo es posible aprender aspectos fundamentales del proceso de escritura cuando se escriben textos continuos de cierta extensión.

PRODUCIR TEXTOS

En el marco de esta secuencia, se plantean dos propuestas de producción de textos. En la primera, los niños y las niñas escriben por sí mismos y en la segunda se propone que comiencen escribiendo a través de la o el docente y luego continúen produciendo por sí mismos en parejas: 

  • reescribir un episodio del texto original: la llegada de Caperucita a la casa de la abuelita y el encuentro con el lobo hasta que se la come (individual) o la escena de la llegada del cazador que salva a Caperucita y su abuela (en parejas).
  • reescribir un episodio introduciendo una variación: el episodio es el encuentro de Caperucita con el lobo en el bosque y la variación es que la protagonista sea menos ingenua –más desconfiada- que la del cuento clásico.  

Reescribir un episodio del texto original 

La llegada de Caperucita a la casa de su abuela

Esta propuesta permite a las chicas y a los chicos producir un texto sin la exigencia de inventar algo diferente de lo que se narra en el cuento. Sin embargo, tendrán que resolver varios problemas: circunscribir la parte de la historia que la o el docente les haya propuesto escribir -desde dónde hasta dónde se desarrolla esa escena-, prever los acontecimientos indispensables de la historia y el orden en que suceden, seleccionar las formas de decir “que se parezcan” a las utilizadas en los cuentos leídos y también -por supuesto- problemas propios del sistema de escritura.

Será necesario que la o el docente destine un tiempo a orientar la planificación del texto. Desarrollar esta instancia de manera colectiva permite que todas y todos puedan intercambiar y tomar decisiones vinculadas con la historia (los acontecimientos centrales y el orden en que tienen lugar) y con el relato (qué expresiones utilizadas en el cuento o en el fragmento final de la versión de Perrault leída para comparar los dos desenlaces les gustaría incluir en su texto). Asimismo, se podrán consultar otros escritos intermedios que se hayan producido durante las situaciones anteriores –los elementos usados por el lobo para disfrazarse de abuela, por ejemplo-. Los acuerdos establecidos serán registrados en un afiche a la vista de todos para que las chicas y los chicos puedan consultarlos mientras escriben.

Algunas intervenciones posibles para ayudar a planificar el texto:

  • Destinar un tiempo para pensar acerca de lo que se va a escribir y tomar decisiones:
  • Cada uno va a escribir el episodio en que Caperucita llega a la casa de su abuela y es engañada por el lobo hasta que el malvado animal se la come. Pero antes, pensemos juntos qué van a contar sobre esa parte de la historia para no olvidar nada importante, para que quede bonito y lo más parecido a la historia de Caperucita Roja.
  • Releer la parte de la historia que se propone escribir y recuperar lo conversado acerca de las características de ambos personajes en los espacios de intercambio.
  • Recuperar los hechos más importantes del episodio y anotarlos. 

      Un listado posible es el que sigue:5

  • llegada de Caperucita a la casa de la abuela,
  • indicaciones del lobo sobre cómo abrir la puerta,
  • pensamientos de Caperucita cuando ve a su abuela, 
  • diálogo entre Caperucita y el lobo,
  • el lobo se come a Caperucita.
  • Alentar a las niñas y los niños a volver al texto fuente para recuperar algunas expresiones, por ejemplo:
  • Relean la parte del cuento en que Caperucita entra a la casa de su abuela para fijarse qué es lo que hace antes de acercarse a la cama y cómo lo dice el texto.
  • Ofrecer un inicio. Por ejemplo:

Después de recoger flores para regalarle, Caperucita retomó el sendero que la llevaba a la casa de su abuela. Se acercó a la puerta y…

Además de contribuir a la planificación del texto, durante la textualización la o el docente anima a las chicas y a los chicos a escribir. Transmite confianza en sus posibilidades y está cerca de ellas y ellos para ayudar en lo que necesiten: lee y comenta como lector, por ejemplo, sobre algo que no se entiende bien o puede resultar ambiguo; promueve la consulta a escritos intermedios como el plan de texto para que no les falte ninguno de los aspectos acordados; alienta a releer el cuento que se ha leído para resolver cómo expresar una idea o para ver cómo incluir la voz de los personajes, es decir, enseña a revisar mientras están produciendo y no solo al finalizar el escrito. Además, puede realizar otras intervenciones como las siguientes:

  • Autoriza a volver al texto fuente y al fragmento de la parte final del cuento de Perrault cada vez que lo necesiten (por ejemplo, para recuperar el orden en que Caperucita hace las distintas preguntas al lobo).
  • Promueve la consulta a las fuentes de información que se han elaborado en el marco de esta secuencia y están disponibles en el aula o en los cuadernos.
  • En el calendario están los nombres de los días de la semana, fijate dónde dice “domingo” ¿Te sirve para escribir “dormitorio”?
  • Ustedes tienen las imágenes de los personajes con sus nombres. Si necesitan, pueden fijarse ahí cuando tengan que escribir alguna palabra que se parezca al nombre de Caperucita Roja o de otro personaje del cuento. 

Cuando se sugiere a las y los integrantes del grupo que recurran a las fuentes de información seguras, hay que evitar que esta búsqueda los descentre de la composición del texto. Para evitar este riesgo, la o el docente podrá ofrecer directamente la información solicitada por los niños y posponer la reflexión sobre cómo se escribe (cuáles letras, cuántas y en qué orden) para el momento en que se revise el texto.

Para aquellas niñas y aquellos niños que aún se esfuerzan mucho al escribir, la o el docente puede ofrecer ayudas como las siguientes: 

  • Comparte la producción del texto: 
  • “Por un ratito vos me dictás qué querés escribir y yo escribo. ¡Perfecto! Ahora seguí vos.”
  • Brinda rápidamente información para resolver un problema vinculado con el sistema de escritura: 
  • ¿Qué querés escribir? ¿Abrió las cortinas? Este es el cartel del mes de ABRIL, fijate qué te sirve para escribir “abrió”, son varias las que te sirven.

La reescritura de la escena donde el cazador salva a Caperucita y la abuela resulta más desafiante que la anterior: si bien el episodio que se solicita reescribir es conocido por las niñas y los niños, no presenta una estructura tal fácilmente recordable como el anterior. La organización en parejas es óptima en este caso porque favorece que sus integrantes se ayuden mutuamente. Además, es posible rotar los roles del escribiente y el dictante y esta rotación alivia el esfuerzo que significa ocuparse simultáneamente de la composición del texto y del sistema de escritura. 

Al igual que en la propuesta anterior, la o el docente acompañará a las chicas y a los chicos en la planificación del texto con intervenciones semejantes a las ya presentadas –aunque puede ser necesario detenerse algún tiempo para reconstruir o releer algunos pasajes que las chicas y los chicos no tengan muy presentes-.  Además, será conveniente recuperar lo conversado durante la propuesta de lectura de las niñas y los niños por sí mismos acerca de los pensamientos y formas de actuar del cazador (Ver: “Dos finales diferentes para una misma historia” en este material).

Reescribir un episodio introduciendo una variación

El episodio que se propone reescribir es el encuentro de Caperucita y el lobo en el bosque y la variación consiste en modificar la personalidad de la protagonista, presentándola como una niña menos ingenua, que no se deja engañar tan fácilmente.

Esta propuesta permite a las niñas y a los niños producir un texto en el que casi todo es conocido: los hechos que se narrarán, los personajes que los protagonizan y el espacio en el que suceden. Sin embargo, el desafío será inventar algunas formas de pensar, actuar y decir de la protagonista que será más desconfiada al encontrarse con el desconocido que la aborda en el bosque. En consecuencia, tendrán que inventar también cómo reacciona y qué decisiones toma el personaje antagonista -el lobo- para llegar de todos modos a la casa de la abuelita antes que Caperucita Roja. Esta es una restricción a tener presente a lo largo del relato del episodio porque la historia tiene que continuar de la misma manera. 

Probablemente, el escenario sufrirá también ciertos cambios: algunos aspectos que se describan de ese bosque podrán vincularse con reacciones de los protagonistas o con las resoluciones del lobo para llegar antes que la niña al lugar de destino. Dos ejemplos de esa vinculación: esta vez Caperucita se negó a mirar las flores silvestres que crecían junto al camino, entonces el lobo intentó distraerla con los nidos de los pájaros sobre los árboles; aunque Caperucita no toma el camino más largo, el lobo logra llegar antes porque conoce atajos del bosque que son más cortos o por los que puede correr más rápido porque están más despejados.

Además de resolver los problemas planteados por la modificación de la personalidad de Caperucita, será necesario abordar también los que se presentan habitualmente al reescribir un episodio: circunscribir desde dónde hasta dónde re-narrar, prever los acontecimientos indispensables de esa escena y el orden en que suceden, así como seleccionar formas de decir del lenguaje escrito propio de los cuentos. 

Dada la complejidad del desafío, es conveniente que la escritura comience en forma colectiva a través de la o del docente y, una vez que la producción esté encaminada, se puede proponer que las niñas y los niños continúen escribiendo por sí mismos -en parejas- la última parte del texto (a partir del momento en que Caperucita Roja y el lobo se separan).

Al producir colectivamente, las y los integrantes del grupo podrán centrarse en la composición del texto, ya que no tendrán que ocuparse del sistema de escritura.  

Como ya señalamos, habrá que destinar tiempo para conversar sobre el texto que se va a producir, tomar notas de los acuerdos e imaginar posibles transformaciones de la escena que se está reescribiendo. En esta oportunidad, en la instancia de planificación del texto será imprescindible conversar detenidamente acerca de las transformaciones a efectuar –lo que seguramente requerirá destinar más tiempo a planificar del que se ha dedicado cuando se trataba de reescribir un episodio sin variaciones respecto al texto fuente-. 

Después de comentar con las y los estudiantes que la idea es reescribir la escena donde Caperucita y el lobo se encuentran en el bosque, pero que esta vez la niña no se dejará engañar tan fácilmente por ese desconocido, pueden realizarse intervenciones como las siguientes:

  • Releer la escena que se propone reescribir y hacer un listado de los hechos más importantes que suceden en esa parte de la historia. Por ejemplo:
  • Encuentro del lobo y la niña en el bosque.
  • Conversación entre Caperucita y el lobo (adónde va, qué lleva en la canasta, dónde vive su abuela).
  • Pensamientos del lobo.
  • Intentos de distraer a Caperucita con el bosque.
  • Caperucita se demora en el bosque. Se desvía. 
  • Llegada del lobo a la casa de la abuela.

Al avanzar con la planificación del episodio y tomar decisiones sobre las transformaciones a efectuar, se podrá tachar, ampliar y/o modificar algunos de esos núcleos narrativos originales.

  • Recuperar lo conversado acerca de las características de Caperucita Roja y el lobo en los espacios de intercambio. 
  • Recordar las reacciones de los cabritos en el cuento leído en la Actividad Habitual de Lectura (“El lobo y los siete cabritos”) puede contribuir a pensar en cómo actúa alguien que desconfía de las intenciones de otro, ya que cuando el lobo intenta engañar a los cabritos para que le abran la puerta, ellos le van pidiendo “pruebas”. Conversar acerca de las características de estos personajes y de sus reacciones relacionadas con las recomendaciones que les había dado su madre. 
  • Ahora vamos a releer esa parte para fijarnos en cómo reaccionan los cabritos cada vez que el lobo golpea la puerta de la casa, vamos a ver qué hicieron ellos después de esas recomendaciones.
  • Los cabritos desconfiaron del desconocido, ¿nos sirve esto para pensar en cómo actuará Caperucita si desconfía del lobo?
  • Conversar acerca de la desconfianza que pudo haber sentido Caperucita Roja al aparecer el lobo y sobre lo que pudo haber pensado ante sus propuestas, relacionando esa desconfianza ante el desconocido con las recomendaciones de la mamá, sobre las cuales seguramente ya se habrá intercambiado durante una situación de lectura de las niñas y los niños por sí mismos. Registrar lo que acuerden sobre estos aspectos y establecer vinculaciones con los núcleos narrativos antes anotados permitirá a las niñas y a los niños recurrir a este escrito mientras estén escribiendo. 
  • Recordemos las recomendaciones que la madre le dio a Caperucita Roja. Habíamos dicho que ella le hizo caso en algunas y en otras no, ¿a cuál tendría que hacerle caso en esta oportunidad para nuestra versión de este episodio? 
  • Pensemos en esta Caperucita, ¿qué sospechas y dudas puede haber tenido? ¿Algo en la actitud del lobo puede haberla hecho dudar?
  • Los cabritos le pedían pruebas al lobo para asegurarse de que no los querían engañar, ¿qué podría haberle respondido Caperucita al lobo si fuera menos crédula?
  • Quizá convenga que no persiga mariposas aunque le gusten mucho, así no se desvía del camino.¿Qué le puede haber respondido al lobo cuando le insiste en que disfrute del bosque?
  • Conversar acerca de cómo podría ser este bosque y cuáles otros elementos o aromas podría tener para que este escenario le permita al lobo contar con nuevas posibilidades de distraer a la niña.  
  • Tendríamos que describir más lo que puede haber en el bosque para que el lobo tenga alguna otra excusa para tentar a Caperucita a que se distraiga y le dé más tiempo a él para llegar. 
  • Podemos decir que había desde ‘inquietas ardillas hasta pajaritos de muchos colores’, parecido a como lo dice en el cuento de Caperucita Feroz, así el lobo se los señala para que ella juegue con esos animalitos.  
  • Recuperar lo que se ha intercambiado acerca del bosque de este y otros cuentos, así como el afiche en el que se listaron palabras y expresiones que describen ese escenario. Será conveniente registrar lo que acuerden sobre las modificaciones a realizar del escenario en vinculación con el modo de actuar de los personajes.
  • Ofrecer dos o tres sugerencias acerca de lo que pudo haber hecho el lobo para llegar antes a la casa de la abuela, a pesar de que Caperucita no le haya creído y, por lo tanto, no se haya desviado del sendero ni entretenido en el bosque. Por ejemplo: el lobo conoce muy bien el bosque y encuentra por dónde ir, o bien el lobo consulta con alguien que lo ayuda a encontrar un atajo más corto o despejado. Como seguramente será esta escena la que las parejas de chicas y chicos continuarán escribiendo por sí mismas, será productivo destinar un tiempo para conversar sobre las posibilidades de desarrollo en la historia de cada una de esas sugerencias:  
  • Pensemos que el lobo conoce muy bien el bosque, es su territorio, entonces ¿cómo hará para llegar rápido a la casa de la abuelita a pesar de que Caperucita no se distraiga en el bosque porque no le hace caso?
  • Otra opción podría ser que el lobo hable con algún otro animal para que lo ayude a llegar rápido. ¿Cuál podría ser? ¿Les parece el zorro que también es astuto? ¿Qué le recomendaría?
  • Ofrecer una consigna y un posible inicio como el siguiente:
  • Vamos a escribir el encuentro de Caperucita y el lobo en el bosque a partir de acá:

Caperucita se marchó hacia la casa de su abuela que vivía en medio del bosque, debajo de los tres grandes pinos. De pronto…

Durante la textualización6 la o el docente podrá hacer intervenciones como las siguientes:

  • Releer mientras se está escribiendo para controlar la coherencia del relato, para relacionar lo ya elaborado con lo que se escribirá a continuación, para que las niñas y los niños adviertan algún problema que es necesario resolver. 
  • Dar la palabra a diferentes estudiantes –no solo a quienes participan espontáneamente- para que la escritura sea efectivamente colectiva. 
  • Verbalizar algunas decisiones vinculadas a la organización del texto y al empleo de signos de puntuación. Por ejemplo, la o el docente podrá decidir cuándo emplear puntos y aparte y explicitar esta decisión al grupo (“Aquí voy a poner un punto y aparte y sigo escribiendo debajo porque ahora vamos a escribir la parte en que Caperucita llega a la casa de la abuela”), el uso de marcas de puntuación que indican las voces de los personajes u otros signos que considera esencial emplear en el texto que se está produciendo -por ejemplo, signos de interrogación-.
  • Releer algunos fragmentos de la escena del cuento leído para recuperar algunas expresiones y consultar el plan de texto para decidir cómo continuar. 

En muchos casos, también resulta conveniente para favorecer la participación más activa de todas y todos realizar otras intervenciones:  

  • Pedir que piensen en pequeños grupos cómo resolver un problema (por ejemplo, la reiteración innecesaria de “Caperucita”) para luego poner en común las propuestas. 
  • Solicitar que escriban por sí mismos, en pequeños grupos, una nueva propuesta del lobo para distraer a Caperucita. Discutir las diferentes propuestas para definir colectivamente cuáles se incorporan al texto compartido. 

Cuando está terminada la primera versión del texto hasta el momento en que se separan Caperucita Roja y el lobo, se realiza –también en forma colectiva- la revisión final (Ver en este mismo punto “Tiempos para revisar lo escrito”). 

Después de realizar una primera revisión global de la parte del texto producido de forma colectiva, la o el docente podrá proponer que las niñas y los niños continúen escribiendo por sí mismos -en parejas- la última parte: la escena donde el lobo se dirige a la casa de la abuela y llega a destino antes que la niña. En el curso de la escritura, el o la docente acompaña a las chicas y a los chicos con intervenciones semejantes a las desplegadas en la propuesta de escritura antes presentada, además de las desarrolladas en las Orientaciones para 2do. año en torno a “Ricitos de Oro” (pág.18).

Tiempos para revisar lo escrito7

Finalizada la escritura -en cualquiera de las propuestas de producción anteriores-, la o el docente destina un tiempo para compartir con las niñas y los niños la revisión del texto producido. Estas instancias de revisión compartida son imprescindibles para que las alumnas y los alumnos vayan apropiándose de la revisión como constitutiva del proceso de escritura y aprendiendo cuáles son los aspectos que hay que revisar. Para esto será necesario que la maestra o el maestro opere como lector de los textos producidos y también como escritor más avezado, que puede orientar y ofrecer soluciones a los problemas que la escritura plantea a sus estudiantes.

En cuanto a la reescritura del famoso episodio en que Caperucita llega a la casa de la abuelita y encuentra al lobo disfrazado o bien de la escena de la llegada del cazador que salva a Caperucita y su abuela -según se decida cuál proponer-, la o el docente orientará la revisión con algunos comentarios para que las y los integrantes del grupo puedan detectar ciertos aspectos a mejorar en sus textos. Ante todo, será importante destacar aspectos logrados de las producciones (por ejemplo, que los textos producidos se parecen mucho a esa parte de la historia que han leído, que en casi todas las escrituras está el fragmento donde Caperucita y el lobo hablan…).

Luego, los comentarios referidos a la revisión podrán orientarse a: 

  • recordar algún hecho ausente y/o señalar algo que no se entiende; 
  • reparar en el orden de los sucesos narrados, por ejemplo: “Fíjense si la última pregunta de Caperucita al lobo se refiere a su boca”; 
  • señalar repeticiones innecesarias, principalmente en los modos de nombrar a los personajes, por ejemplo: “Cuando lo leo, noto que está repetido muchas veces ´Caperucita´ y ´lobo’, piensen de qué otra manera podemos llamar a estos personajes, pueden fijarse en el cuento también”;
  • hacer notar que, en el cuento, lo que dice cada personaje está separado de lo anterior y se inicia con una rayita que se llama raya de diálogo. “Fíjense si en esa parte que ustedes escribieron hicieron esa marca para indicar a quien lee esta historia que esa es la voz de cada uno de los personajes”.

No será necesario que la o el docente realice todos estos comentarios con todas las niñas y todos los niños, sino que decidirá cuál o cuáles hace a cada quien según los problemas de escritura que presentan los textos. 

En el caso de quienes aún están lejos de escribir alfabéticamente, es necesario asegurar que puedan leer lo que han escrito recuperando su sentido, por lo cual se propondrá revisar apenas hayan terminado de escribir la primera versión completa. Al leer su texto, seguramente repararán en que a algunas palabras “les faltan letras” y las escribirán de manera más próxima a la alfabética. Además de ayudarlos a recordar qué quisieron decir, y de compartir alguna devolución vinculada al contenido y organización del texto producido, el o la docente podrá hacerlos reparar en otras palabras que presentan problemas semejantes a los que han detectado por su cuenta o que son centrales para la comprensión del episodio, así como en otras cuya forma convencional conocen o pueden consultar porque han sido trabajadas previamente como “escrituras seguras”.  Por ejemplo: 

  • Fíjense si todas las veces que escribieron “Caperucita”, “abuela” y “lobo” lo escribieron igual. Recuerden que pueden fijarse en las tarjetas de los nombres de los personajes.
  • Vos acá quisiste escribir ‘malvado’ (en MAO), fijate en tu cuaderno, en la ficha donde caracterizamos al lobo, dónde está escrito “malvado” para ver si te faltan letras y cuáles son. 

Al proponer la revisión colectiva de la parte del episodio que se ha producido también colectivamente, todas y todos podrán opinar con tranquilidad ya que son autoras y autores de ese escrito. Después de destacar algunos aspectos logrados en la producción, la o el docente podrá realizar intervenciones que contribuyan a mejorar el texto. En principio, mostrará prácticas que alienten a una revisión global del texto, por ejemplo:

  • Relee el texto desde el inicio para controlar si hace falta agregar algún acontecimiento o algún detalle que permitan al lector entender mejor lo que sucede en esa parte de la historia, o bien si es necesario modificar o sacar algo.
  • Recupera los diversos aspectos registrados en el plan de texto -acordados al planificar la producción- a fin de chequear si están contemplados en el escrito. 

Luego podrá focalizar en algunos problemas que las chicas y los chicos reconozcan o en otros que considere relevante señalar, por ejemplo: 

  • En el caso de que aún persistieran reiteraciones de la conjunción “y” que no hayan sido resueltas durante la textualización, destina un tiempo para recuperar lo reflexionado en el marco de la secuencia de “Ricitos de Oro” en torno a esta cuestión. 
  • Hace notar –si las niñas y los niños no lo han advertido- la repetición de verbos que introducen las voces de los personajes y recupera lo que se ha reflexionado sobre los verbos del decir en el marco de la secuencia “Ricitos de Oro”. Luego, sugiere volver al cuento “Caperucita Roja” para ampliar la lista de los verbos ya iniciada en aquella secuencia. Finalmente, propone un intercambio en torno a alternativas de sustitución de estos verbos no solo para evitar posibles repeticiones, sino también para seleccionar aquellos que resulten más adecuados para expresar cómo habla, qué siente y cuáles son las intenciones del personaje cuya voz se está introduciendo.

ESCRIBIR PENSANDO EN EL SISTEMA DE ESCRITURA

Como ya hemos mencionado en materiales anteriores, es necesario proponer a las chicas y a los chicos diversas situaciones que les permitan debatir y reflexionar sobre cómo escribir. Estas situaciones resultan esenciales para asegurar que todas y todos los estudiantes avancen en su apropiación del sistema alfabético y son complementarias de las de producción de texto. En otras palabras, será imprescindible que estas situaciones centradas en la reflexión sobre el sistema de escritura se desarrollen en el aula en simultáneo a las propuestas de producción antes presentadas. Tal como se habrá observado en el punto anterior, cuando las niñas y los niños producen por sí mismos un texto, la o el docente realiza diversas intervenciones en el curso de la textualización y la revisión, algunas de las cuales tienden a producir progresos en las conceptualizaciones infantiles sobre el sistema alfabético de escritura. 

Se proponen a continuación otras situaciones e intervenciones que contribuirán a ampliar y fortalecer el trabajo sobre el sistema de escritura. Algunas de estas situaciones están directamente referidas al cuento sobre el cual se está trabajando, en tanto que otras no se relacionan con él.

  • Producir listas: se propone hacer una lista de los alimentos que Caperucita Roja llevaba en su canasta (Ver: Anexo. La canasta para la abuelita) y de algunos otros objetos que también podría haber llevado (Ver: Anexo. Más cosas para la abuela). Estas listas podrán ser consideradas en el momento de acompañar a las niñas y los niños a planificar las situaciones de producción de textos, tanto en la escritura colectiva -el encuentro de Caperucita con el lobo en el bosque con la transformación en las características de la protagonista-, como cuando las niñas y los niños reescriben por sí mismos de forma individual -el episodio donde Caperucita llega a la casa de su abuela y del otro lado de la puerta le dice a su “abuela” lo que le trae en su cesta-. 

Además, se podrán proponer otras listas –por ejemplo, qué prendas usó el lobo para disfrazarse de abuela (Ver: Anexo. El disfraz del lobo)- así como plantear que se rotulen las partes del cuerpo de este personaje (Ver: Anexo. El lobo feroz). Las escrituras resultantes de ambas situaciones podrán ser retomadas durante la planificación del texto del episodio.

  • Completar qué podría pasar de noche en el bosque de Zarzalabanda: A partir del conocimiento del relato “Lobo Rojo y Caperucita Feroz” de Elsa Bornemann, la actividad consiste en producir un texto breve en el que las chicas y los chicos imaginen y relaten qué podrían haber visto los "pájaros madrugadores".

Sobre las formas de desarrollar estas propuestas según las conceptualizaciones sobre la escritura de las niñas y los niños, respecto al agrupamiento y formas de intervenir, sugerimos consultar: 

  • Escribir pensando en el sistema de escritura (pags. 21 y 22) de las orientaciones para 2do. en torno al cuento “Ricitos de Oro”
  • Documento n° 3/2020 Orientaciones sobre la enseñanza de la lectura y la escritura a distancia 1 Unidad Pedagógica (pág.14-21). Material destinado a Talleristas para trabajar con estudiantes de Primer Ciclo. Prácticas del Lenguaje. “El hombrecito de jengibre” (Primera y segunda entrega). Programa para la Intensificación de la Enseñanza “+ATR”. Año 2021. Disponible en: +ATR - Primaria.

REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE

En este apartado desarrollamos propuestas que focalizan en dos contenidos ortográficos:  

  • delante de R y L nunca se emplea V;
  • QU va siempre delante de E o de I para representar el sonido /k/

En el primer caso, se trata de una restricción gráfica de la escritura en castellano –que es totalmente independiente del sonido- y, en el segundo caso, de una regla fono-gráfica contextual, porque vincula una grafía que representa cierto sonido en un contexto particular: antes de determinadas letras. 

Una vez que las niñas y los niños hayan adquirido la base alfabética del sistema de escritura, es importante dar lugar a una reflexión sistemática sobre la ortografía a fin de que progresivamente comiencen a revisar y controlar lo que escriben apoyándose en conocimientos que ya han adquirido y en fuentes confiables para consultar.

Seguramente, la o el docente ha relevado en distintas producciones escritas de las niñas y de los niños palabras que no responden a la ortografía convencional. Por ejemplo, para “bosque” pueden escribir “bosce” o “bosque”; para “quiero/quería”, “ciero”/”sería” o “kiero”/”kería”. Sin embargo, es posible que las chicas y los chicos aún no se hagan preguntas respecto de este problema o que sean pocos los que consulten. 

En cuanto a la restricción gráfica antes señalada, es frecuente que las niñas y los niños que recién están consolidando la escritura alfabética alternen el uso de V y B –en general y, en particular, delante de R o L- y puede ser que aún no se planteen dudas sobre esta cuestión. Cabe señalar que las y los estudiantes se apropian de esta restricción más fácilmente que de la alternancia C/QU, una alternancia que contradice el principio alfabético, ya que un mismo sonido /k/ puede ser representado por tres grafías diferentes (C, QU y K) y que C, usada delante de E o de I, corresponde a otro sonido (/s/). 

Hacer progresivamente visibles estos problemas y proponer a las chicas y los chicos situaciones de reflexión sobre ellos es central para que comiencen a adquirir algunas normas convencionales de la escritura.   

Delante de R o L, ¿se usa B o V?

En general, es difícil tener certezas acerca de si una palabra se escribe con B o con V. Sin embargo, en el caso que aquí estudiaremos se puede saber con toda seguridad cuál es la letra que corresponde porque hay una regla que, por ser una restricción gráfica propia de la escritura en castellano, no tiene ninguna excepción. Es por eso que resulta adecuado plantear este problema a quienes recientemente se han apropiado de la escritura alfabética. 

La o el docente podrá organizar un conjunto de situaciones dirigidas a reflexionar sobre la cuestión y proponer a sus alumnas y alumnos que las resuelvan agrupados en parejas. En todos los casos, las situaciones se orientan al propósito de que las chicas y los chicos puedan advertir que delante de R y L nunca se emplea V y que esta regla no tiene ninguna excepción. 

Situación 1:

  • Es muy frecuente que tengamos dudas acerca de en cuáles palabras usar la B larga, esta que es de “Bruno”, “Bianca”, “bote” y cuáles palabras se escriben con V corta, que es la de “viernes”, “Viviana”, “víbora”. Sin embargo, en algunos casos podemos estar completamente seguros. Veamos cuáles son.  
  • Todas las palabras siguientes incluyen una B (larga). Fíjense si tienen alguna otra letra en común:

abrazó - bruja - abril - brillo - abrigo - fiebre - candelabro - sobre - cobra - cubrir - broche - Brasil - bronca - fábrica - culebra - colibrí - obra - palabra - cubrir - pobre - cubrir - sabroso. 

En caso de que sea necesario, la o el docente puede hacer una pregunta más directa: 

  • Fíjense cuál es la letra que aparece después de la B en cada palabra. 

Se constatará así que en todas esas palabras la B aparece delante de una R

Situación 2:

  • Vamos a pensar en las letras de estas palabras y tratar de observar qué tienen en común: 

blanco - blando - bloque - tabla - biblioteca - hablar - cable - doblar - niebla - culpable - estable - diablo - sable - bailable - biblia - imposible – horrible - blusa

Dado que esta actividad es similar a la anterior, seguramente las y los integrantes del grupo se darán cuenta enseguida de que también se usa B en todas estas palabras, pero la letra que aparece después es una L.  

La o el docente alienta a elaborar de forma compartida una conclusión a partir de lo que se ha trabajado en las dos situaciones y a anotarla. Se podrá acordar una conclusión provisoria como la siguiente: “según las listas de palabras que observamos, parece que antes de L o de R se usa B y no V”.

Situación 3

La o el docente propone averiguar si existe algún caso en que se pueda usar V delante de R o de L.

Para saber si esto es posible, se propone:  

  • Buscar por parejas, en textos diferentes –por ejemplo, en diferentes páginas de Caperucita en las que aparezcan palabras que incluyen B antes de R- si se encuentra alguna palabra que empiece con V y tenga como segunda letra una R o una L

Luego, se puede elegir una de las siguientes actividades:

  • Escribir en procesador de textos infringiendo la regla: si se escribe “avrir”, “povre” o “amavle”, el corrector sustituirá inmediatamente por “abrir”, “pobre” o “amable” y, si se insiste en escribirla con V, las marcará como erróneas.  

El docente puede realizar esta actividad proyectando lo que va escribiendo, de tal modo que todos y todas puedan verlo.

  • Recurrir a un diccionario, localizar las palabras que comienzan con V y tratar de encontrar alguna que tenga R o L como segunda letra. 

Esta actividad también se desarrollará en forma colectiva, de tal modo que la o el docente sea quien elija y muestre –preferentemente proyectándolas, para que esté a la vista de todas y todos- las páginas del diccionario en las que vale la pena realizar esa búsqueda. 

  • Buscar en un diccionario on line una palabra que incluya la combinación VR: si se escribe “avrir”, aparecerá inmediatamente “abrir”; si se escribe “povre”, aparecerá “pobre” y lo mismo ocurrirá con cualquier otro intento similar.

Después de realizar la primera actividad propuesta y al menos una de las siguientes, se podrá revisar la conclusión provisoria elaborada en la Situación 2 y escribir una conclusión definitiva, que es conveniente formular en forma negativa: “Antes de R o L nunca va V”. La regla elaborada se escribe en un afiche que permanezca a la vista en el aula -por un tiempo seguramente breve, porque es una regla de la que las chicas y los chicos suelen apropiarse rápidamente-.  

Para que las y los integrantes del grupo se familiaricen con la regla gráfica establecida, la o el docente podrá pedir que escriban otras palabras que presenten la composición gráfica estudiada. Por ejemplo, a partir de ciertas imágenes preseleccionadas, se solicita que escriban los nombres correspondientes: brócoli, brújula, abrelatas, sable, bloques, blusa, cable. 

Una vez finalizada esta reflexión ortográfica, la o el docente podrá proponer a las chicas y a los chicos que revisen sus textos con la siguiente orientación: 

  • Fíjense si hay alguna palabra o algunas palabras que deberían ir con B porque luego le sigue la L o la R y tienen que corregirla.

¿Cuándo se usa C y cuándo se usa QU?

La o el docente podrá plantear a las chicas y a los chicos que al leer sus diversos escritos -tanto los producidos en las situaciones vinculadas con “Caperucita Roja” como en otras- ha advertido varias veces que una misma palabra aparece escrita de dos maneras diferentes: “que” y “ce”; “ceso” y “queso”, “aquí” y “ací”… 

A partir de esta constatación, formula la pregunta: 

  • ¿Cómo sabemos cuándo va C y cuándo va QU

La o el docente no espera que “el problema salga espontáneamente de las niñas y los niños” y tampoco espera recibir inmediatamente una respuesta certera, sino que propone algunas situaciones para pensar juntos, debatir y avanzar colectivamente hacia la reconstrucción de la regla. Una secuencia de reflexión posible es la que se presenta a continuación. 

Situación 1

El propósito de esta situación es que las niñas y los niños adviertan que -en el conjunto de palabras que se presentan-, para representar el sonido /k/ se usa C delante de A, O, U y se usa QU delante de E/I.

  •  Acá tienen un conjunto de palabras. Les propongo que las lean y observen si llevan C o QU. Luego, ubíquenlas en el cuadro según consideren.

vaca – arco – barco – muñeco – caballo – mosca – paquete – capa – arquero – bosque – parque – taco – cucurucho – manteca – documento – boscoso – pacú – mosquito – ñoquis – maquillaje – esquí – mantequera


Palabras que se escriben con
C delante de A

Palabras que se escriben con
C delante de O
Palabras que se escriben con
C delante de U






Palabras que se escriben con
QU delante de E
Palabras que se escriben con 
QU delante de I





Luego de completar el cuadro, se pedirá a las niñas y a los niños que observen las palabras incluidas en cada una de las columnas intentando elaborar una respuesta para el siguiente interrogante: ¿cómo podemos saber cuándo se usa C y cuándo se usa QU? Se propone que conversen en parejas y, si es necesario, se les puede sugerir una pista: 

  • Fíjense en las letras que siguen a C y a QU, ¿cuáles aparecen luego de C?, ¿y cuáles después de QU? (Ver: Anexo. ¿Con C o con QU?)

Finalmente, propone una puesta en común a partir de las respuestas elaboradas por las diferentes parejas. En los intercambios alienta a que observen en qué casos se usa C y en cuáles QU

Situación 2: 

El propósito de esta situación es que las niñas y los niños adviertan que algunos diminutivos se forman con la terminación cuyo sonido es /kito-kita/, que se escribe con QU

Aunque no es necesario explicitarlo en segundo año, el diminutivo se forma así cuando la raíz de la palabra original termina en C, que representa al sonido /k/. En consecuencia, esta lista de palabras será una nueva oportunidad de verificar que se usa C delante de A, O y U, pero es sustituida por QU delante de I.

  • Ahora observen esta lista de palabras con sus diminutivos y fíjense con cuáles letras se escriben, sin perder de vista que nos estamos preguntando ¿cuándo se usa C y cuándo se usa QU? Luego transcriban el diminutivo en el cuadro de la situación anterior. 

arco - arquito

vaca - vaquita

barco - barquito

muñeco- muñequito

mosca - mosquita

Una vez ubicadas las palabras en el cuadro, se plantea la consigna: 

  • Expliquen por qué ubicaron ciertas palabras en una columna y sus diminutivos en la otra.    

Luego de destinar un tiempo al intercambio entre las y los integrantes de cada pareja y a la escritura de una respuesta, la o el docente indica una puesta en común de lo que han comentado y escrito. Al retomar las respuestas e intercambiar sobre ellas, destaca que las palabras de cada par pertenecen a la misma familia, es decir que están emparentadas por su sentido y, sin embargo, cambia algo de su ortografía. Finalmente, propone escribir entre todas y todos la conclusión que hayan podido producir hasta el momento. Se trata de anotar lo que las y los niños advierten al analizar la ortografía de las palabras de la manera más clara en que pueda expresarse, aunque sea una aproximación.  Por ejemplo:

“Delante de E/I va QU para que suene /ke/ o /ki/”, o

“Después de QU siempre van E o I”. 

Es probable que las chicas y los chicos formulen una conclusión como la siguiente:

“Delante de E/I siempre va QU y delante de A, O, U siempre va C”.

Para hacerles notar que falta algo en la formulación general que hicieron -ya que muchas otras consonantes pueden ir delante de cualquiera de las vocales-, el o la docente puede ofrecer contra-ejemplos: 

  • ¿Eso quiere decir que no puedo escribir “Perro”, “Luna”, “Tiza”, “Sal” ni “Sol”, porque puse otras letras que no son ni C ni QU delante de E, U, I, A y O? Me parece que tenemos que agregar algo en esa conclusión, ¿qué es?

Seguramente las chicas y los chicos se darán cuenta de que falta indicar que “siempre” se usa C delante de A, O, U y QU delante de E o I cuando se trata de representar el sonido /k/.

Situación 3

El propósito de esta situación es elaborar una respuesta para el siguiente interrogante: 

  • ¿Por qué no se puede usar C delante de I o de E para representar el sonido /k/?

Para contribuir a elaborar la respuesta, la o el docente puede recurrir a palabras de uso muy frecuente en el aula en las que C se encuentra delante de I o de E: algunas de ellas han aparecido reiteradamente a lo largo de la secuencia -como Caperucita o desconocido-, otras pueden ser nombres de alumnas o alumnos -como Cinthia o Ciro, de un color -como celeste- o de un personaje -como Cenicienta-. Al ir haciendo una lista con esas palabras conocidas, la o el docente solicita a las chicas y a los chicos que las lean y piensen a qué sonido corresponde C en cada uno de esos casos.

A partir de esta actividad, se podrá concluir que, cuando C aparece delante de E o de I, corresponde al sonido /s/ y por eso ha sido necesario que otra grafía (QU) represente el sonido /k/ delante de esas letras. 

Al trabajar en otras secuencias a lo largo de segundo año, será posible ir registrando otras palabras de uso frecuente en las que C se usa para representar el sonido /s/.8

Ahora bien, dado que no hay reglas que den cuenta de cuándo se usa C y cuándo S -o Z- para representar el sonido /s/, la alternancia entre estas letras será objeto de estudio a lo largo de la escolaridad y se realizará sobre todo a partir del estudio de familias de palabras y de algunos rasgos morfológicos de la lengua (terminación de diminutivos en “cito”, sufijo “azo”, verbos cuya raíz termina en Z, como “comenzar”, etc.). 

En segundo año -además de considerar la ortografía de palabras de uso muy frecuente- lo fundamental es enseñar y aprender reglas generales, una de las cuales rige la alternancia C/QU para representar el sonido /k/.  

Situación 4

El propósito de esta situación es que las niñas y los niños se familiaricen con la regla elaborada acerca del uso de C/QU para representar el sonido /k/ al aplicarla en diferentes situaciones. 

  • En estas oraciones, se han escrito ciertas palabras de dos maneras diferentes. Elijan cuál de las dos posibilidades es la correcta (Ver: Anexo. Actividad 4).

Si bien en esta propuesta no se invita a justificar la elección entre las alternativas propuestas -porque la justificación suele resultar difícil para niñas y niños que están iniciando la reflexión sobre aspectos ortográficos de nuestro sistema de escritura-, es importante que la o el docente comparta con el grupo la justificación ortográfica en cada caso, siempre en vinculación con las conclusiones alcanzadas entre todos.

Una vez finalizada la secuencia de reflexión sobre C y QU, la o el docente podrá proponer a las chicas y lo chicos que revisen sus textos con orientaciones específicas como las siguientes:  

  • Revisen su texto para ver si escribieron bien todas las veces la palabra “bosque”. 
  • Vuelvan a leer lo que escribieron para controlar si cada vez que escribieron “que” lo hicieron con QU. Fíjense sobre todo en “¡qué manos grandes tienes!” y en las otras exclamaciones de Caperucita cuando se sorprende por la apariencia del lobo disfrazado de abuelita. 

Utilizar el conocimiento ortográfico que se ha adquirido como herramienta para revisar el texto es fundamental, ya que le otorga sentido al aprendizaje de la ortografía.


1 Dado que en esta secuencia se recurrirá con diferentes propósitos a fragmentos de “Lobo Rojo y Caperucita Feroz”, se recomienda leer el cuento completo en el marco de la Actividad Habitual de Lectura. 

2 Para profundizar en la situación de lectura de las niñas y los niños por sí mismos, ver: Material destinado a Talleristas para trabajar con estudiantes del Primer Ciclo. Prácticas del Lenguaje. “El hombrecito de jengibre”, Primera entrega. Los personajes (págs. 4 a 6). Todos quieren comer al hombrecito pero no todos lo dicen igual (págs. 7 a 10) y Segunda entrega. Leer juntas y juntos ciertas partes del cuento (págs. 2 a 14).  Programa para la Intensificación de la Enseñanza +ATR. Año 2021. Disponible en +ATR - Primaria

3 Asimismo, estas intervenciones se sintetizan al final de este apartado.

4 Ver “El hombrecito de jengibre”, Primera entrega (pág. 4 y 5)

5 Este listado posible se incluye como orientación, pero es muy importante que sea elaborado colectivamente con las niñas y los niños partir de la relectura del episodio.

6 Tal como ya se señaló en las Orientaciones en torno a “Ricitos de Oro”, durante la textualización, es conveniente disponer de dos afiches o dos archivos de Word, de tal modo que sea posible utilizar uno de ellos como borrador e ir anotando en el otro las frases que se va acordando incluir en esa parte de la historia que se está reescribiendo con las variaciones acordadas durante la planificación. El borrador es necesario porque seguramente habrá distintas propuestas formuladas por diferentes niñas o niños para una misma acción del lobo para distraer a Caperucita o diferentes respuestas de la niña que muestren desconfianza hacia el lobo. La o el docente podrá anotar estas propuestas para discutir cuál expresa mejor lo que quieren decir, cuál se parece más al lenguaje utilizado en el cuento… En algunos casos, hará sugerencias para que la idea quede “mejor escrita”.

7 Recomendamos atender a las condiciones fundamentales a prever durante la revisión en el material para 2° año en torno a “Ricitos de Oro”. Año 2023. Apartado: Tiempos para revisar lo escrito (pág.18).

8 Enfatizamos una vez más la importancia de conservar en el aula, a la vista de las y los integrantes del grupo, fuentes de información que se van construyendo en el marco de situaciones de lectura y escritura cotidianas –y también de reflexión- porque una misma escritura ofrece distintas informaciones, no solo las vinculadas a cuántas letras, cuáles y el orden en que van, sino también a aspectos ortográficos.

Este documento fue generado de manera automática. Para una mejor experiencia ingresar a Continuemos Estudiando.