Leer en comunidad 2024: Tercera jornada de bibliotecas escolares abiertas

Documento base para trabajar en torno al eje “Proyectar”.

Creado: 20 septiembre, 2024 | Actualizado: 14 de octubre, 2024

Índice

Proyectar nuestra biblioteca

Orientaciones para la realización de la jornada

Bibliografía

Proyectar nuestra biblioteca

“Para poder cumplir plenamente con su misión, para ayudar a consolidar el vínculo de niños y adolescentes con la cultura escrita, la biblioteca tiene que ser el lugar para el desvío, el rodeo, en el que el vínculo con el conocimiento, con la lectura, con los libros, sea de un orden diferente al existente en clase y que no se limite a la búsqueda de información o documentación. Tiene que transformarse en un espacio cultural más que en un dispositivo didáctico, especialmente cuando los alumnos no tienen la posibilidad de acceder fácilmente a otra biblioteca, sea familiar, municipal o popular. De ese modo, no será tanto el espacio donde ‘construir’, ‘formar’ o ‘calificar’ lectores, sino aquel en el que un niño, un adolescente, pueda muchas veces descubrir el deseo de formarse, construirse, calificarse”. 

(Petit, ¿Cuándo llegará un real reconocimiento a la importancia de los bibliotecarios escolares?, 2008, p. 13)

Desde el año 2022 las Jornadas de bibliotecas abiertas Leer en Comunidad se realizan en tres momentos diferentes del año y tienen objetivos complementarios: Descubrir, Habitar y Proyectar. En las dos jornadas anteriores de este año se trabajó en torno a la escucha de narraciones, la búsqueda de una manera singular de contar, la construcción de historias, habitar la propia voz y sumarla a un tapiz junto a otras voces de la comunidad. Fueron dos ocasiones en las que narradoras y narradores compartieron espacios de celebración de la palabra junto a niñas y niños, jóvenes, adultas y adultos del sistema educativo bonaerense. 

A continuación, se presentan algunas experiencias que se recibieron a través del Formulario de Registro. Los relatos de autoridades, equipos directivos, bibliotecarias, bibliotecarios, docentes, auxiliares, estudiantes y familias permiten conocer de qué modos se entrama el proyecto Leer en Comunidad en el día a día de cada institución de los diferentes niveles y modalidades.

CeATDI Nº 1 de Alberti

En el Centro de Atención Temprana para el Desarrollo Infantil Nº 1 de Alberti la jornada fue planteada desde el lema Tejer la voz, tejer el habla. Compartieron narraciones, lecturas y tejido en articulación con la Escuela de Educación Especial Nº 501 “Mario Vitalone”. Los textos literarios seleccionados fueron abordados previamente en el taller de biblioteca. El encuentro habilitó la conversación, la escucha y la reflexión en torno a las diferencias y los prejuicios. “A medida que se iba narrando, también se tejía una manta que quedó en la Institución para que disfruten las alumnas y los alumnos” (docente del CeATDI Nº 1).

Fuente de imágenes: DGCyE.

Primaria de Adultos N° 721 de Mar del Plata

En la Escuela Primaria de Adultos N° 721 de Mar del Plata la actividad permitió resignificar desde un punto de vista narrativo las biografías de cada una y cada uno y, en ese proceso, ponerlas en común construyendo comunidad. Las y los estudiantes eligieron habitar la palabra con la narración de textos breves, anécdotas, e inventaron historias a partir de objetos sorpresa” (docente de la Escuela Primaria de Adultos N° 721).

Fuente de imagen: DGCyE.

Instituto San Antonio de Puán

Estudiantes de primer a tercer año del Instituto San Antonio de la localidad de Puán visitaron el Espacio de Adultos Mayores que funciona actualmente en el Centro Integrador Comunitario. Esta actividad permitió intercambiar experiencias de vida entre generaciones y fortaleció los lazos de la comunidad. “El fin fue escuchar anécdotas, historias y testimonios orales de cómo eran sus vidas en la juventud” (docente del Instituto San Antonio, de Puán).

Fuente de imagen: DGCyE.

Secundaria N° 21 de Zárate

En la Escuela Secundaria N° 21 de Zárate la jornada se articuló con el proyecto de continuidad pedagógica llevado adelante por dos preceptoras. “Se organizó un espacio con almohadones para que las y los estudiantes tuvieran comodidad y leyeran en voz baja el primer capítulo de cada libro. Posteriormente intercambiaron opiniones sobre cómo les resultó, si les interesó, les dio intriga cómo seguiría la trama, etc.” (docente de la Escuela Secundaria N° 21). 

Fuente de imagen: DGCyE.

Sobre la organización general de las Jornadas 

El viernes 1º de noviembre se realizará la tercera y última jornada del año Leer en Comunidad en las bibliotecas de las instituciones educativas. Se espera que sea una oportunidad para el encuentro con toda la comunidad, para hacer un cierre del ciclo que retome y ponga en valor las acciones orientadas a la formación de lectoras y lectores y que habilite la posibilidad de proyectar, entre todas y todos de manera democrática, la biblioteca institucional. Como en las jornadas anteriores, se invita a inscribirse en el siguiente formulario.

JornadaFechaPropuesta
Proyectar. Proyectar nuestra biblioteca1º de noviembreMirar la biblioteca en prospectiva y en comunidad.

En este sitio del Portal abc encontrarán los documentos y recorridos de los años 2022, 2023 y 2024 para quienes deseen releer propuestas anteriores.

Fundamentación

Si se concibe a la lectura como “un derecho de todas y todos porque permite el pleno ejercicio de la democracia” Castrillón (2005, p. 91), es imprescindible considerar que la sola existencia de los libros no garantiza la formación de lectoras y lectores. Felipe Munita (2021, p. 37) insiste en que “la formación de lectores es un paso obligatorio a la inclusión plena de ciudadanos conscientes y críticos”. Por su parte, Graciela Montes va más allá al plantear que “leer es lo que nos hace humanos” (2017, p. 101). Diagnosticar ―en forma colectiva y democrática―, evaluar y proyectar las prácticas pedagógicas y comunitarias que mejor contribuyan a la formación de lectoras y lectores es una de las formas de las que dispone la institución educativa para garantizar el derecho a la lectura. 

Para pensar el cierre de un ciclo, en este caso el de las jornadas, hace falta realizar una mirada introspectiva institucional junto a quienes son protagonistas de estas acciones, fundamentada en la necesidad de consolidar, en algunos casos y construir en otros, vínculos comunitarios para la formación de lectoras y lectores. 

Al respecto, Silvia Castrillón sostiene que la convocatoria a la participación comunitaria tiene “el doble propósito de generar en la sociedad transformaciones de sus representaciones e imaginarios sobre la cultura escrita y sobre la necesidad de hacerla propia”. Estas posibilidades de transformación y apropiación tendrán lugar siempre y cuando la institución y la biblioteca ofrezcan alternativas de lectura que vayan más allá de lo que la comunidad conoce y dice necesitar, propongan “una ampliación de los intereses y de los horizontes de lectura” (Castrillón, 2017, p. 9).

El Reglamento General de las Instituciones Educativas de la provincia de Buenos Aires en su artículo 117 establece que las escuelas, en su calidad de organizaciones que aprenden, deben desarrollar mecanismos y procesos de autoevaluación como parte de su Proyecto Institucional (DGCyE, 2012). En esta jornada la propuesta es hacer un tiempo y un espacio para la autoevaluación conjunta de las prácticas pedagógicas y, en particular, las relacionadas con la formación de lectoras y lectores. 

Las condiciones para que este proceso se lleve a cabo hacen necesaria la participación democrática de la comunidad educativa, así como también la sistematización y la comunicación posterior de la reflexión colectiva acerca de estas prácticas. De esta manera, el análisis debe basarse en la realidad de cada establecimiento educativo teniendo en cuenta los objetivos del Proyecto Institucional.

Esta última jornada del año se presenta como la ocasión de convocar a la institución para que la biblioteca como espacio democrático, albergue a la comunidad poniendo en valor aquello que en materia de lectura, escritura y oralidad ha sido relevante para las y los estudiantes, ha producido avances y, sobre todo, si las actividades realizadas han generado una vinculación real entre lectura y lectores y han enriquecido el camino lector de la comunidad.

Objetivos específicos

  • Generar la ocasión para que toda la comunidad educativa conozca las acciones cotidianas de la biblioteca institucional y las experiencias orientadas a la formación de lectoras y lectores desarrolladas en la institución durante el ciclo escolar 2024.
  • Propiciar la participación democrática de la comunidad en la evaluación de las prácticas vinculadas a la formación de lectoras y lectores.
  • Proyectar y/o esbozar acciones bibliotecológicas y de formación lectora que puedan implementarse en el Plan anual de biblioteca 2025.

Marco conceptual

En la primera jornada Leer en Comunidad “Descubrir los paisajes de la escucha” (DGCyE, 2024) se propuso descubrir la escucha como condición de apertura para alojar a la otra, al otro. En esta oportunidad, recuperamos su valor pedagógico para hacerles un lugar y un tiempo a las voces de toda la comunidad. Al abrir sus puertas, la biblioteca institucional reafirma su sentido democrático como espacio de encuentro y debate, donde la diversidad pueda coexistir. Un lugar donde se edifique a partir de la identidad compartida y su pluralidad. 

El diagnóstico participativo 

Para evaluar junto a la comunidad educativa las acciones de formación de lectoras y lectores, que se llevan adelante en la institución y en la biblioteca, se propone implementar la herramienta del diagnóstico participativo. La Comunicación Conjunta Nº 1, plantea: “Al realizar el diagnóstico, no sólo identificamos problemas y potencialidades, sino que también consensuamos un sentido y un ‘lugar’ al que queremos llegar, una situación deseada, a partir de los saberes y la participación de cada uno de los actores involucrados en el análisis” (DGCyE, 2010, p. 8). La utilización del diagnóstico participativo hace efectivo el artículo 16 de la Ley Provincial de Educación Nº 13688 que invita a “propiciar la participación democrática de docentes, familias, personal técnico y profesional de apoyo, estudiantes y comunidad en las instituciones educativas de todos los Niveles y Modalidades” (DGCyE, 2012). 

La formación de lectoras y lectores en la escuela y en la biblioteca

Son múltiples y diversas las acciones que se llevan adelante en la escuela y la biblioteca para formar lectoras y lectores. Algunas son escenas cotidianas: momentos de lectura en voz alta, conversaciones sobre libros, etcétera, que están imbricadas en el currículo escolar y que son propias de la actividad diaria de las y los docentes. Otras actividades, como las referidas en el Anexo II. Recursos para la formación de lectoras y lectores, requieren de la acción conjunta de diferentes actores de la comunidad educativa. Es conveniente que estas últimas tengan un lugar en la planificación docente, en la planificación anual de la biblioteca y en el Proyecto Institucional. Algunas pueden tener la duración de un encuentro puntual y otras estar planificadas para realizarse a lo largo de todo un año.

La formación de lectoras y lectores en la escuela y la biblioteca, y en especial al pensar en la lectura literaria, requiere de una mediadora o un mediador entendido no como quien “está en el medio”, sino todo lo contrario, como quien se transforma en “puente” (Rivera, 2012). A la bibliotecaria o al bibliotecario le corresponde privilegiar “desde su competencia la tarea pedagógica de propiciar la formación de lectores autónomos” (Reglamento de las Instituciones Educativas de la provincia de Buenos Aires, 2012, Artículo 78). Asimismo, la Resolución 2245/2009 que establece las normas de organización de las bibliotecas escolares concibe a la biblioteca como un espacio cultural y llama a involucrar a toda la comunidad educativa para fortalecer las actividades que se desarrollan en ella con el objetivo de revalorizarla como un espacio pedagógico y social (DGCyE, 2009). Esta dinámica entre la biblioteca escolar y el resto de la institución es vital en la realización de las actividades de formación lectora. 

Una posible manera de evaluar las acciones de formación de lectoras y lectores 

La elaboración del diagnóstico participativo requiere que toda la comunidad conozca la situación actual de la biblioteca y de la institución en torno a la lectura, la escritura y la oralidad. Sólo así podrá evaluarse de manera conjunta lo realizado en el ciclo lectivo 2024 y determinar los objetivos de las próximas intervenciones, así como las expectativas que se tienen respecto de estas. Para ello, el equipo organizador de la jornada recolectará la información necesaria, la sistematizará y la comunicará a las y los asistentes y al resto de la comunidad. Esta información tendrá aspectos cuantitativos y cualitativos a ser analizados. La bibliotecaria o el bibliotecario podrá aportar datos significativos para esta tarea. En términos cuantitativos, podrán usarse como indicadores las estadísticas de la biblioteca: “cantidad de préstamos al aula, cantidad de préstamos a domicilio, cantidad de préstamos en sala, cantidad de préstamos interbibliotecarios, índice de satisfacción del usuario con los materiales, índice de satisfacción del usuario con la atención recibida, índice de tipos de usuarios, razones de no uso de la biblioteca, libros más consultados por materia” (CENDIE, 2010, p. 8-9). Estos indicadores proporcionarán datos valiosos acerca de la relación entre la biblioteca y la comunidad educativa. 

La formación de lectoras y lectores tiene aspectos difíciles de medir en términos cualitativos. A continuación, se proponen algunos criterios posibles para su evaluación:

  • El tiempo: observar si los tiempos para las distintas intervenciones estuvieron correctamente asignados. 
  • El reconocimiento del otro: revisar si los criterios de selección contemplaron las diversas biografías lectoras de quienes participaron.
  • La autonomía: atender si, paulatinamente, las y los participantes fueron requiriendo menos de la acción de la mediadora o del mediador. 
  • El arraigo: es fundamental convocar a aquellas personas destinatarias de las actividades, de tal forma que se apropien de las mismas. En ese sentido, las propuestas pueden evaluarse por el arraigo que produjeron en la vida institucional. 

A partir de la evaluación de las actividades de formación de lectoras y lectores realizadas en el año, será posible establecer cuáles iniciativas convocaron de manera más amplia y generaron mejores oportunidades de encuentro en torno a la lectura, cuáles son valiosas para darles continuidad al año siguiente y cuáles deben ser reformuladas o suspendidas. También pueden proponerse nuevas actividades, como las que figuran en el Anexo II. Recursos para la formación de lectoras y lectores. Toda actividad que haya sido estimada como valiosa o significativa por parte de la comunidad educativa podrá planificarse como proyecto para el año que viene.

Orientaciones para la realización de la jornada

Antes de la jornada

Actividades previas para el equipo organizadorPropuestas de actividades previas con estudiantes
Realizar un video balance que sintetice lo trabajado durante el año en la biblioteca, así como lo relativo a la formación lectora en otros espacios institucionales.
Realizar encuestas a estudiantes, docentes y familias1, y sistematizar los resultados. (ver Anexo I. Modelo de encuesta).
Realizar una convocatoria amplia que promueva la mayor participación posible de las familias. 
Evaluar la dinámica de diálogo y participación comunitaria más conveniente para la institución. 
Listar y describir las actividades orientadas a la formación de lectoras y lectores de las que participó cada curso, en un documento para ser compartido y visibilizado el día de la jornada. 
Recopilar la bitácora de lecturas de cada año y plasmarla en un afiche.
Poner en valor las acciones destacadas del año respecto a la lectura y definir criterios para otorgar reconocimientos a la actividad lectora de las y los estudiantes el día de la Jornada. 
Pedirles a las y los estudiantes que indiquen tres palabras que caractericen a su biblioteca. Armar una nube de palabras por año (opcional)2.

El día de la Jornada

La organización del encuentro puede dividirse en tres momentos.

El primer momento será de bienvenida a la comunidad. Es importante que el equipo organizador reciba a las familias y a las y los estudiantes y comparta cómo será la dinámica de la jornada. Luego, tendrá lugar la proyección de un video balance que refleje todas las prácticas y las actividades vinculadas a la formación de lectoras y lectores realizadas durante el año (puede incluirse el registro que se haya tomado durante las jornadas Descubrir y Habitar en 2024, otros proyectos institucionales con eje en la lectura y la biblioteca, visitas de escritoras o escritores, de narradoras o narradores).

El segundo momento estará destinado a la elaboración del diagnóstico participativo. La forma en la que se organice la participación de la comunidad variará en función de la modalidad, el nivel y la cantidad de estudiantes de la institución. Se propone que, en principio, el equipo organizador comparta con las y los asistentes los resultados de las encuestas realizadas (ver Anexo I. Modelo de Encuesta) y presente los ejes acerca de los cuales se las y los convoca a evaluar y proyectar para dar lugar al intercambio con la comunidad. 

El diálogo puede darse en torno a:

  • La percepción de la comunidad acerca de la importancia de ser convocada a instancias de diálogo.
  • Las concepciones y expectativas acerca de la biblioteca institucional.
  • El impacto de las actividades de formación lectora dentro de la institución en los recorridos lectores de la comunidad.
  • La vinculación de las familias con otros proyectos culturales que se hayan llevado a cabo desde la institución.
  • La evaluación de las acciones realizadas en la institución.
  • La elaboración en común de un diagnóstico.
  • Nuevos proyectos a realizar el año siguiente. 

El tercer momento consistirá en un cierre en el que se contemple la entrega de reconocimientos a la comunidad lectora de la institución. Se sugiere que previamente se acuerde entre las y los estudiantes, docentes y la bibliotecaria o el bibliotecario cuáles serán las prácticas y los avances que merezcan un reconocimiento. Entre otras posibilidades, puede ser a estudiantes que hayan participado de las jornadas anteriores, o que representaron a la escuela en otros proyectos de lectura; también puede haber distinciones relacionadas con la biblioteca (quien retiró mayor cantidad de libros, quien colaboró con mayor frecuencia, etc.); a quienes hayan alcanzado metas significativas en torno a la lectura literaria y a la alfabetización, entre otros.

Después de la jornada

Con el equipo organizador
  • Realizar una evaluación conjunta de la jornada.
  • Completar el Formulario de Registro de experiencias.
  • Evaluar los resultados de las encuestas y relacionarlos con las conclusiones surgidas del diálogo con la comunidad educativa.
  • Documentar el trabajo realizado en la jornada y compartirlo con la comunidad (en carteleras, plenarias, redes sociales, etc.).
  • En una instancia posterior, el equipo organizador podrá utilizar los resultados del diagnóstico como insumo para evaluar el plan de trabajo anual y comenzar a formular el del año siguiente. En caso de haber definido alguna actividad de lectura, se podrá presentar al equipo directivo y a integrantes de la cooperadora escolar.

Una última invitación

La documentación de las experiencias pedagógicas es un material muy valioso porque visibiliza las prácticas y la construcción de conocimiento que en ellas se genera. Es por esto que se insiste en la importancia de este trabajo en cada nivel y modalidad, teniendo en cuenta que esta documentación constituye en sí misma una herramienta con gran potencial pedagógico y una forma de desarrollar saberes a partir de la reflexión sobre las propias prácticas.

Quienes deseen compartir el trabajo realizado pueden hacerlo en el Formulario de Registro de experiencias.

Recomendaciones para el envío de material audiovisual.

  • Que las imágenes y los videos enviados no superen la cantidad de cinco en total.
  • De ser posible y, a fines de su sistematización, es importante que las imágenes y los videos se nombren con el número y el nombre de la institución educativa, la localidad y el número de región educativa.
  • Que las imágenes sean de buena calidad, esto es, que no sean borrosas ni estén fuera de foco y reflejen el espíritu de la jornada (reunión de personas en torno a la lectura). Si es posible, deben superar los 1440 píxeles y los videos ser grabados en calidad HD, razón por la que se recomienda también que sean breves.
  • Que la orientación de las fotos sea horizontal.
  • Que los videos se envíen en crudo (sin música o efectos agregados) para su posterior edición.

Las imágenes que incluyan personas menores de edad o adultas reconocibles deben contar con la correspondiente autorización de uso de imagen. Estas serán conservadas por la institución educativa.

Finalmente, si desean realizar consultas o sugerencias respecto a las jornadas pueden hacerlo a través del correo electrónico leerencomunidad@abc.gob.ar, de la siguiente manera:

  • Asunto: LEER EN COMUNIDAD - Proyectar.
  • Cuerpo del mail.
  • Nombre de la institución.
  • Distrito.
  • Región.
  • Nivel educativo.

Anexo I. Modelo de encuesta

El objetivo de los modelos de encuesta que se presentan en los materiales complementarios es recabar información acerca del impacto en el vínculo con la biblioteca institucional y en las prácticas lectoras de la comunidad educativa, entre ellas, las Jornadas Leer en Comunidad.

Esta información tendrá como destino la propia institución, por lo que será un insumo clave al momento de llevar adelante el diagnóstico participativo en la jornada Proyectar. Los modelos de encuesta están dirigidos a cuatro grupos destinatarios: estudiantes, docentes, bibliotecarias y bibliotecarios y familias.

Las preguntas de las que consta cada modelo tienen carácter orientativo de manera que pueden emplearse, adaptarse o redefinirse en función de las particularidades de la realidad institucional. Los soportes en los que se llevará adelante la encuesta pueden ser papel o medios digitales (formularios en línea: Google Forms; WhatsApp, u otros).

La mayoría de las preguntas de las encuestas modelo son cerradas, es decir, que quien las complete deberá ajustar su respuesta a las opciones que aparecen listadas debajo de cada pregunta. Si bien también hay preguntas abiertas (la respuesta no está contemplada en una lista sino que se solicita una elaboración personal), estas conforman un porcentaje menor. Es necesario tener en cuenta que, al momento de analizar los resultados y para el caso de las preguntas abiertas, es preciso formalizar la información identificando las distintas opciones surgidas de la diversidad de respuestas. Por ejemplo, ante la pregunta acerca de las actividades que podrían incorporarse a la biblioteca, si una persona respondió “que las narradoras o los narradores nos cuenten más cuentos” y otra respondió “que vengan narradoras y narradores a la biblioteca”, ambas respuestas deberían incluirse en una categoría que las englobe, como “Ciclo de narración oral”.

Una vez que la información haya sido relevada y con el objetivo de socializarla con la comunidad educativa, los datos pueden presentarse de distintas formas: gráfico circular o de torta para exhibir porcentajes; gráfico de barras para representar y comparar valores; histograma para representar la distribución de la frecuencia de una variable, etcétera. 

Es recomendable que los datos que surjan de las encuestas realizadas se sinteticen en un resumen de conclusiones que puede estar organizado en torno a distintos ejes como, por ejemplo: la relación de la comunidad con la biblioteca, el impacto de las actividades de formación en las prácticas lectoras, la proyección de las experiencias de formación lectora, entre otros.

En el caso de que se decida reformular la encuesta, a continuación se proponen algunas sugerencias.

  • Definir el objetivo de la encuesta y la información que se desea obtener en forma específica.
  • Redactar el cuestionario teniendo presentes las características de las personas destinatarias.
  • El proceso del cuestionario no debe ser muy extenso.
  • El lenguaje empleado debe ser claro y preciso.
  • Las preguntas deben ser sencillas y directas.
  • Es recomendable que el carácter de la encuesta sea anónimo.
  • Estimar el tiempo que llevará responder cada pregunta.

En el material complementario de esta propuesta se comparten cuatro modelos de encuestas para descargar.

Anexo II. Recursos para la formación de lectoras y lectores

En este anexo se encuentra un listado de actividades orientadas a la formación de lectoras y lectores que pueden ser adaptadas, modificadas y enriquecidas por cada institución. Durante la jornada pueden ser puestas a consideración de la comunidad educativa para su posible implementación en el siguiente ciclo escolar. Se propone una clasificación en relación a la idea de encuentro: con la voz, con los libros como objeto, con la palabra escrita y entre lectoras y lectores.  

El encuentro con la voz 

Esta categoría engloba todas las actividades de lectura en voz alta y narración oral. Pueden ser presenciales pero también virtuales, utilizando la tecnología y las redes sociales. Solo requieren de un auditorio y una persona dispuesta a narrar.

  • Ciclos de poesía. La propuesta consiste en la creación de espacios en la institución que inviten a compartir poesías. La poesía, con sus metáforas y su musicalidad, tiene la potencia de brindar a la palabra resonancias que hablan de manera personal y atienden al sentido de comunidad que se reconoce en las marcas del lenguaje que comparte, en sus inflexiones, acentuaciones, cadencias y silencios. Se trata, entonces, de habilitar un espacio poético para generar un punto de encuentro destinado a la lectura por parte de la totalidad de la comunidad educativa.
  • Ciclos de narración oral. En el Documento de la jornada Leer en Comunidad 2024. Descubrir los paisajes de la escucha se detallan la fundamentación, las recomendaciones y las posibles actividades previas para llevar adelante ciclos de narración oral. La propuesta consiste en invitar a narradoras y narradores de la comunidad, o que sean integrantes de la institución educativa, a que narren historias significativas o relatos de la tradición oral. Tal como se plantea en el documento: “Para las y los estudiantes de cualquier edad, la escucha literaria construye estas vivencias, esas experiencias personales significativas, genuinas; que con un tono emocional, quedan grabadas en la memoria. En palabras de Laura Devetach, se suman a la textoteca interna de cada una y cada uno y desde allí invitan a investigar, descubrir y querer repetir”. (DGCyE, 2024, p. 11).
  • Estudiantes narradoras y narradores. En el documento de la jornada Leer en Comunidad 2024. Habitar nuestra voz: contar a otros y contar con otros se detallan la fundamentación, recomendaciones y posibles actividades previas para llevar adelante un proyecto en el cual un grupo voluntario de estudiantes se convierta, en un ambiente respetuoso y a través de prácticas periódicas, en “Estudiantes narradoras y narradores” (DGCyE, 2024, p. 18). Este grupo puede desarrollar la narración oral en distintos momentos de la vida de la institución, ya sea cotidianos: inicio o cierre de la jornada escolar, recreos, horas de clase, actos escolares; así como representar a la institución en actos destacados de la comunidad. 
  • Pódcast literarios. Los pódcast son episodios grabados en audio sobre un tema que se transmiten online por redes sociales. En este caso, la literatura será la elegida. Para realizarlos se sugiere seleccionar de la colección de la biblioteca institucional poemas de una autora o un autor, un título sugerente o una temática. Por ejemplo, podría ser Poemas para untar e invitar a las y los participantes a buscar poemas que les gustaría leer o que les leyeran durante una merienda. Una vez seleccionados, cada lectora o lector podrá ensayar su lectura en voz alta durante un tiempo hasta que sienta seguridad para grabarla. La bibliotecaria o el bibliotecario junto con la o el docente compilarán los poemas y editarán el pódcast. Este podrá ser compartido en la radio local o en las redes sociales de la institución. La misma dinámica puede implementarse con otros itinerarios como cuentos de distintos géneros, leyendas urbanas, chistes, trabalenguas, etcétera.
  • Recorridas narrativas. Si existe en la institución un equipo de “Estudiantes narradoras y narradores” puede recorrer los distintos cursos realizando narraciones. Así, se podrán organizar recorridas temáticas según géneros (terror, ciencia ficción, realismo, fantástico) u otra clasificación que el grupo considere pertinente. Esta experiencia apela a los rituales colectivos y a la interacción de las y los estudiantes de las diferentes secciones y años de la institución. También podrán visitar otras instituciones educativas o de la comunidad (hogares de adultas y adultos mayores, plazas, hospitales, etcétera) y narrar a las y los presentes. 
  • Cancionero de nanas y arrullos. En el Nivel Inicial y en especial en los Jardines Maternales se cantan y se recitan cotidianamente nanas, arrullos y canciones tradicionales acompañadas muchas veces por juegos corporales. Estas canciones deben ser valoradas como uno de los primeros acercamientos de las y los bebés a la literatura, tal como afirma María Emilia López: “Cada vez que cantamos una nana para dormir, para calmar un dolor, para ayudar a bajar la ansiedad, estamos produciendo una situación literaria y musical, que lleva a la simbolización, que integra sentimientos, que potencia la imaginación y da seguridad interior.” (López, M. E., 2021, p. 11). Esta idea está plasmada en el documento Nidos de lectura: desde la cuna (Ministerio de Educación de la Nación, 2021) donde se desarrolla la potencialidad de la mediación de lecturas en los jardines maternales. 

El encuentro con los libros

A este tipo de encuentro corresponden todas las acciones en las que se proporciona un entorno favorable para la exploración libre de títulos. Para el caso de las mesas de libros y otras acciones similares se requerirá de una disposición donde exista una diversidad de libros que inviten a la manipulación, para que cada persona pueda encontrarse y ser encontrada por aquel libro que la convierta en lectora. También pueden realizarse a través de internet y las redes sociales: recomendaciones de libros a través de pódcast, booktubers, bookstagramers, etc.

  • Mesas de libros. El armado de una mesa de libros es una de las actividades de formación lectora más simple y efectiva a la hora de acercar los libros a sus potenciales lectoras y lectores. Consiste en exhibir libros y otros materiales de lectura de la biblioteca en un lugar de circulación cotidiana de las y los integrantes de la institución. Puede tratarse del pasillo donde está situada la puerta de la biblioteca, un rincón del patio, cerca del kiosco, cafetería o comedor, etc. La mesa de libros permite a la comunidad educativa acercarse, conocerlos, hojearlos con tranquilidad y tiempo. Por otra parte, permite a la bibliotecaria o el bibliotecario, o a quien esté llevando adelante la actividad, entablar una conversación literaria para conocer los gustos lectores de quienes se acercan y recomendarles otros libros. No requiere de una gran cantidad de ejemplares, pero sí su renovación periódica, en forma semanal o mensual para que las y los estudiantes no pierdan el interés. La mesa de libros puede presentar una colección entregada a la institución o un itinerario lector determinado previamente. Un itinerario lector agrupa un número de libros a partir de un hilo conductor que los entrelaza. En principio, puede tratarse de la autora o el autor o del género, pero también pueden entrar en juego otras ideas como un tipo de narrador, un espacio (una región, la escuela, etc.). La presentación de los itinerarios lectores en carteleras, mesas de libros, conversaciones literarias, pódcast, puede acompañar a la mesa y tomar diferentes formas a partir de la creatividad: un ranking, un “menú literario”, un recorrido temático, espacial o temporal, etc. 
  • Visita literaria de otras bibliotecas o instituciones. La propuesta reside en generar un encuentro entre las y los integrantes de la comunidad educativa en la biblioteca institucional, con las bibliotecarias y los bibliotecarios de otra biblioteca cercana ya sea pública, popular o especializada. Este encuentro puede ser el comienzo de una agenda común de acciones en torno a la lectura compartida. En este marco, la bibliotecaria o el bibliotecario puede compartir información acerca de los servicios que ofrece, las colecciones que aloja, las actividades de extensión que realiza. Se busca propiciar lazos que fortalezcan a la comunidad de lectoras y lectores en el sentido amplio, es decir, más allá de las paredes de la institución. Puede ser una oportunidad para que familias y estudiantes conozcan otros espacios culturales cercanos donde pueden asociarse, participar, estudiar, alimentar su curiosidad por conocer más, etc. Así las instituciones educativas cumplen su función pedagógica en la enseñanza de lo público incentivando a la comunidad a apropiarse de la biblioteca de la zona y habitarla como propia.
  • Colaboración voluntaria en la biblioteca. Se convoca a las y los estudiantes a colaborar voluntariamente en la biblioteca para ocuparse de las tareas de préstamo, devolución y orientación de las lectoras y los lectores durante el recreo. La bibliotecaria o el bibliotecario puede capacitar a las y los estudiantes permitiéndoles el acceso al catálogo, brindándoles las normas de la biblioteca institucional y el modo de llevar a cabo los préstamos. Esta actividad propone valorar el cuidado del libro y otros materiales de la biblioteca. Como así también asumir el rol de mediadoras y mediadores de lectura, al seleccionar, recomendar y construir itinerarios lectores para sus pares. 
  • Programas de radio sobre lectura y literatura. La conversación literaria y las recomendaciones de libros, autoras y autores pueden salir de las paredes del aula, la biblioteca y la institución gracias a la tecnología. Esta actividad propone encontrar un espacio en las radios locales para tener una sección de conversaciones acerca de literatura, recomendaciones de libros, promoción de actividades culturales. Puede ser realizada por la bibliotecaria o el bibliotecario, docentes, estudiantes y la comunidad educativa. También puede usarse el formato del pódcast, que permite un canal de difusión a través de internet.
  • Columnas en periódicos zonales. La actividad anterior también puede llevarse a cabo en forma escrita usando espacios en los periódicos zonales.

El encuentro con la palabra escrita

El momento de la lectura debe ser tomado en cuenta para poder constituirse, como en la canción de María Elena Walsh, en un “tiempo no apurado”. Laura Devetach lo denomina “tiempo neto leído” y lo define de la siguiente manera: “Ese tiempo privadísimo que se logra transgrediendo algunas normas de la vida cotidiana institucionalizada. Un tiempo no cronológico durante el cual nada se mide, ni se pesa, ni se ciñe a obligaciones” (Devetach, 2008, p. 97). Las actividades de encuentro con la palabra escrita se producen en forma cotidiana en la vida escolar, pero pueden ser altamente significativas cuando se les otorga un espacio diario como son los momentos de lectura sostenida. 

  • Lectura en familia. Se trata de un proyecto mediante el cual las familias destinan un tiempo de su rutina semanal a la lectura. Implica el compromiso de las familias en la formación de lectoras y lectores y el acompañamiento por parte de la institución que lleve adelante el proyecto. Se establecen criterios para seleccionar el material de lectura (que puede estar a cargo, según las colecciones disponibles en la biblioteca institucional); el horario de lectura (que será propuesto por las personas a cargo, y que puede abarcar todos los días de la semana o solo algunos acordados con antelación); el seguimiento de la lectura a partir de un cuaderno donde cada estudiante registrará un comentario acerca de la lectura diaria; su dinámica: ella o él lee junto a alguien de la familia y luego se destina un tiempo para conversar acerca del texto leído.
  • Sobres y bolsas viajeras. “Las bolsas viajeras contienen diversos materiales de lectura destinados a niñas y niños, material específico para personas adultas e incluye un cuaderno y una lapicera para que las familias expresen su opinión, realicen comentarios, soliciten materiales o envíen sugerencias lectoras. Los sobres viajeros se diferencian de las bolsas porque contienen un libro, de literatura o informativo, destinado a una lectora o a un lector en particular o a las familias. Igual que las bolsas viajeras, también incluyen un cuaderno donde la familia, la niña o el niño pueden anotar apreciaciones sobre la obra leída”. (DGCyE, 2023, s. f.). Esta propuesta fue elaborada por la Dirección de Educación Inicial para acompañar la jornada “Leer en Comunidad 2023. Habitar”, de acuerdo al Diseño Curricular para la Educación Inicial. Con las modificaciones pertinentes, este proyecto puede hacerse extensivo a los demás niveles y orientaciones construyendo y fortaleciendo el vínculo entre la biblioteca y la comunidad, por un lado, y valorando el rol de la o del estudiante como mediadora o mediador de lectura frente a su familia.
  • Momentos de lectura en el aula. Este proyecto consiste en destinar momentos específicos a la lectura en el aula. Puede ser en los primeros minutos o en los últimos de la jornada escolar y el texto leído puede ser literario o estar relacionado con la currícula. Asimismo, la lectura puede ser en voz alta por parte de la o del docente; o, a partir de una pequeña selección de textos, libre y silenciosa, por parte de las y los estudiantes. Investigaciones como las llevadas a cabo por Jim Trelease (Trelease, 2010) han comprobado que si este proyecto es adoptado por toda la comunidad y se sostiene por un periodo prolongado de tiempo, tiene un gran impacto en las prácticas lectoras de las y los estudiantes.
  • Agendas o bitácoras de lectura. Las agendas o bitácoras de lecturas permiten a cada lectora o lector, en forma individual o grupal, llevar un registro de los libros y otros materiales leídos a lo largo de un periodo de tiempo: el ciclo lectivo, el funcionamiento de un club de lectura, etc. Esta agenda o bitácora puede ir acompañada de fichas con los datos editoriales del libro y una reseña escrita por cada lectora o lector. De esta manera se convierte en un registro que destaca y valora la biografía lectora de quien la confecciona. Por otro lado, se vuelve un medio de recomendación de libros entre pares. 

El encuentro entre lectoras y lectores

Aquí se engloban todas las actividades que permiten a las lectoras y los lectores conversar acerca de lo leído: clubes de lectura, talleres alrededor de un género o temática, etc. La conversación literaria relaciona lo leído con la propia experiencia, incentivando el intercambio de impresiones personales y profundizando los lazos dentro de la comunidad de lectura (Hirschmann, 2011, p. 88 y 89).

  • Foros de lectura temáticos alrededor de una palabra. Esta propuesta se desarrolló para la jornada Leer en Comunidad 2023. Descubrir y propone considerar a la biblioteca institucional como espacio de circulación de las diferentes formas de la palabra. En ella se dan intercambios acerca de temas de interés común o de diversos tipos de lecturas, por lo tanto, se trata de un espacio privilegiado para vincular la palabra propia con la palabra pública. La propuesta, entonces, es explorar la biblioteca como un foro, descubrir en ella los textos que ayuden a pensar y conversar en torno a la palabra como derecho. Para esto, se proponen diversos ejes: “la palabra desconocida, la palabra poética, la palabra jurídica, la palabra pronunciada, la palabra imaginativa y la palabra científica” (DGCyE, 2023, p. 6). Por grupos, la comunidad educativa elegirá uno de los ejes para llevar a cabo un taller coordinado por docentes, bibliotecarias y bibliotecarios, donde se establecerá una dinámica que permita compartir los diversos significados de la palabra elegida y vincularla con los de otras y otros. 
  • Encuentros literarios. La propuesta consiste en generar encuentros literarios, teniendo en cuenta que son una de las actividades más potentes para habitar la biblioteca, democratizar la palabra y hacer accesibles los acervos a la comunidad. En grupos de no más de veinte participantes, coordinados por una mediadora o un mediador que puede ser la bibliotecaria o el bibliotecario, docentes o miembros del equipo directivo, se llevarán a cabo lecturas de textos. Es importante que en la selección de las obras se tenga en cuenta que sean atrayentes para posibles lectoras y lectores, y a la vez complejos, para que estimulen la conversación literaria posterior, que constituirá el segundo momento del encuentro.
  • Clubes de lectura. Un club de lectura es un encuentro literario periódico sostenido en el tiempo. La realización de estos espacios propicia la conformación de comunidades lectoras permanentes. La propuesta consiste en organizar en la escuela un club de lectura. Cada institución educativa definirá su organización, metodología, selección de lecturas, periodicidad. También, quiénes conformarán los grupos (si docentes, familias, estudiantes) de acuerdo a sus necesidades y especificidades. Su conformación debe partir de un proyecto consensuado que requiere de la participación de varias personas y ser plasmado como parte del proyecto en curso de la biblioteca institucional. Es posible también que el club de lectura sea un proyecto a desarrollar junto con una biblioteca cercana.
  • Redes sociales literarias. Las tecnologías y las redes sociales pueden convertirse en aliados de la formación de lectoras y lectores. Los blogs literarios, el formato de booktubers o las redes sociales como Facebook, Instagram o TikTok donde las y los estudiantes recomiendan libros y hablan acerca de sus impresiones durante la lectura, llegan a muchas y muchos adolescentes y ayudan a construir comunidad en torno a autoras y autores, libros o géneros literarios. Este proyecto propone generar en la institución educativa, en especial las de Nivel Secundario y Superior, espacios relacionados con estas prácticas, teniendo en cuenta las medidas de protección de la privacidad de las personas menores de edad en el uso de las redes sociales.

Actividades para realizar por parte de la comunidad

Todas las actividades de lectura antes mencionadas pueden ser adaptadas para realizarse con la comunidad, ya sea con las familias, o a partir de su convocatoria por parte de la Asociación Cooperadora. Sin embargo, se destacan como más interesantes aquellas en las que se produce una comunicación, una conversación lectora entre la biblioteca y las familias, y donde las y los estudiantes actúan como mediadoras y mediadores de lectura.

Respecto a la disponibilidad de libros para las familias, es necesario tener en cuenta que en el Nivel Secundario está llegando a todas las bibliotecas escolares de las escuelas de gestión pública la colección Identidades Bonaerenses; también al Nivel Especial ha llegado la colección Tiempo de Leer. Ambas colecciones tienen títulos de sumo interés para las personas adultas de la familia. 

Si por cuestiones organizativas, los clubes de lectura y otras actividades similares no pueden realizarse en la institución, una opción puede ser que se lleven a cabo en bibliotecas populares, u otras organizaciones barriales, como clubes o sociedades de fomento que proporcionen sus instalaciones en un horario más extenso que el de la jornada escolar, incluso los fines de semana. 

  • Murales literarios. Consiste en la realización de murales en las paredes exteriores de la institución, u otras del barrio y la comunidad donde esté permitido. Puede tratarse de tapas de libros, frases literarias, imágenes alusivas a una determinada lectura u otras que se desprendan del debate y la deliberación colectiva. La existencia de murales genera un impacto visual en la comunidad educativa y barrial que puede redundar en un mayor interés por acercarse a la biblioteca educativa, pública o popular. Los momentos previos de selección de la imagen o el texto a pintar pueden incluir la exploración de libros y otros materiales, así como recomendaciones de obras, autoras y autores dando lugar a una conversación literaria que forje los lazos de una comunidad de lecturas.
  • Mapas y recorridas literarias. La exploración de los lugares del barrio y la comunidad asociados a la literatura, como la existencia de calles, plazas, lugares con nombres de autoras y autores, esculturas, lugares donde transcurran hechos ficticios narrados en una obra, pueden dar lugar a un mapa literario que puede ser agregado en Google Maps, pero también puede destinarse un día de “Recorrida literaria” en el que la comunidad transite los lugares destacados, y en cada uno de ellos haga un alto para un momento de lectura o narración relacionada.
  • Bibliotecas al paso. La biblioteca al paso consiste en habilitar un espacio resguardado del clima donde disponer una determinada cantidad de libros. La biblioteca al paso se ubica en un lugar concurrido y apreciado por la comunidad y ofrece la posibilidad de retirar de ella los libros que las y los transeúntes consideren de su interés para devolverlos luego de su lectura. Para ponerla en funcionamiento requerirá una selección previa del material bibliográfico.
  • Arte efímero literario. Es una forma de expresión artística que se caracteriza por la brevedad de su permanencia. Al contrario de las obras de arte tradicionales que están diseñadas para sostenerse en el tiempo, el destino de las obras de arte efímero implica su transformación o desaparición en un breve lapso de tiempo (DGCyE, 2024, s. f.). El foco está puesto en la experiencia en sí, dado que su sentido radica en que su construcción sea accesible, comunitaria y participativa. De esta manera, las intervenciones artísticas pueden consistir en collages donde se represente la imagen de una autora o un autor que tenga trascendencia para la comunidad; la ilustración de algún tópico de una obra literaria que la comunidad haya leído y valorado; un fragmento de un texto que haya sido compartido. Ejemplos de arte efímero son: murales con tizas en pizarras; grafitis en el pavimento; intervenciones en árboles: decorarlos con telas, mensajes escritos en papel; etc.; intervenciones en la entrada de la institución, etc.   
  • Cancionero familiar. Una manera de compartir y crear comunidad consiste en recopilar las nanas, los arrullos y las canciones que cada familia canta a sus hijas y a sus hijos. Las canciones pueden ser grabadas en celulares y agrupadas en una lista de reproducción. Esta actividad no requiere más que el deseo de animarse a compartir y llevará seguramente a valorar las tradiciones orales, a hacer lugar a otros idiomas y otras maneras de decir y cantar el nuestro.
  • Bibliotecas solidarias. El Proyecto Biblioteca Solidaria (Programa de Lectura y Escritura en Español de ANEP, Codicen, 2014) se plantea el desafío de formar equipos comunitarios para que las familias y la comunidad formen parte de los proyectos de lectura de las escuelas, mediante actividades continuas y planificadas en diálogo con los equipos docentes. Se lleva adelante en Uruguay y se trata de una iniciativa que apela a la diversidad de la comunidad educativa (familias, estudiantes y exestudiantes, integrantes de la cooperadora, vecinas y vecinos) para trabajar solidariamente en la formación de lectoras y lectores. El equipo tiene el cometido de leer semanalmente en la escuela. De este modo, se fortalecen y amplían los conocimientos y las aptitudes lectoras de las y los estudiantes y se afirma la premisa de que la lectura es una práctica importante para la inclusión social y la participación cultural.

Bibliografía

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Castrillón, S. (2005). El derecho a leer y a escribir. Fondo de Cultura Económica.

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Castro, C. (2020). Una silenciosa revolución. Experiencias de promoción de lectura en la región central de Perú. Biblioteca Nacional del Perú.

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Trelease, J. (2010). Manual de la lectura en voz alta. Fundalectura. 


1  Cada institución evaluará la necesidad de diseñar un dispositivo de encuesta adecuado a las particularidades y a la extensión de la comunidad (se puede llevar a cabo una recorrida por los cursos para recabar información en forma democrática, u otra estrategia que se considere pertinente). Se acerca también un modelo de encuesta en el Anexo I de este material.

2  Una nube de palabras es una forma de visualizar información. Consiste en una imagen que muestra las palabras más usadas en un texto: las que aparecen más frecuentemente se escriben en tamaño mayor, mientras que las menos frecuentes son más pequeñas. Esto ayuda a ver rápidamente cuáles son las ideas o temas principales. Existen programas y aplicaciones que pueden crear nubes de palabras y se puede acceder a ellas por medio de internet. 

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