El fútbol, ¿un deporte para quiénes?

Un itinerario didáctico que articula la perspectiva de la ESI con la indagación del ambiente social y propone interrogar sobre un deporte por demás popular: el fútbol.

Creado: 12 noviembre, 2021 | Actualizado: 1 de noviembre, 2024

En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y la Semana de la Promoción de espacios educativos libres de violencias por razones de género, se subraya la necesidad de continuar diseñando y fortaleciendo iniciativas pedagógicas que promuevan experiencias de vida más justas e igualitarias para las niñas y los niños desde el nivel inicial.

La violencia por razones de género es un problema social y estructural que atraviesa, con distintas expresiones, la vida cotidiana en los jardines de infantes y representa un desafío para la tarea educativa que involucra a las niñas y los niños más pequeños. A modo de orientación general y teniendo en cuenta el Currículum Prioritario en relación con la ESI, se trata de jerarquizar líneas de acción que permitan desnaturalizar los sentidos tradicionales de la feminidad y masculinidad y su íntima relación con la legitimación de las desigualdades.

El género es una relación social de poder que tiene efectos concretos en nuestras ideas y formas de comportarnos. Junto con otros condicionamientos socioculturales, económicos y políticos, produce una narrativa binaria y determinista que orienta la manera en que percibimos el mundo, nos percibimos, nos proyectamos e, incluso, nos evaluamos. Es la suposición naturalizada de la existencia de dos sexos (macho y hembra) que se vinculan taxativamente con dos únicos modos de identificación posible (varones y mujeres) y cuyos roles sociales y comportamientos se conciben como diferenciados y desiguales (masculinos y femeninos). Estas premisas configuran, desde nuestra niñez, prejuicios, prácticas discriminatorias y estereotipos de género como mandatos acerca de cómo debemos y podemos vivir y desear, y también qué expectativas tener para nuestras vidas.

La reflexión institucional sobre esta problemática se presenta, entonces, como posibilidad de mirar hacia adentro de los jardines de infantes en las múltiples dimensiones que constituyen la trama de la vida escolar: desde cómo pensamos la enseñanza y los diferentes trabajos que se llevan adelante en los jardines (cuáles son de incumbencia "de las mujeres" y cuáles "de los varones"1); cómo concebimos a las niñas y los niños; cómo significamos el propio lugar docente y organizamos la tarea (con las disposiciones espaciales, las normas y acuerdos institucionales, por ejemplo); las relaciones que establecemos y maneras de interpelar a los grupos familiares (a quiénes nos dirigimos, cómo pensamos la maternidad, la paternidad y la distribución de tareas dentro de las familias) hasta las decisiones sobre las propuestas y materiales didácticos que elaboramos para las salas.

Sobre esto último, hacer visibles colectivamente los sentidos y las prácticas que abonan la reproducción de los estereotipos y la desigualdad de género, es el primer puntapié para promover una mirada crítica y problematizadora con las niñas y los niños. Entendemos que las iniciativas pedagógicas en torno a este tema, antes que prescribir formas correctas y deseables de comportamiento –sea las que fueren–, son una valiosa oportunidad para cuestionar las formas naturalizadas de la desigualdad de género e instalar la pregunta por la justicia respecto de estas construcciones.

En esa dirección, esta Semana de la Educación en Igualdad se vuelve una ocasión para profundizar en la perspectiva de género como eje de la ESI y repensar desde allí la apuesta pedagógica que puede realizarse transversalmente en todas las áreas que conforman la currícula de nivel Inicial, buscando siempre poner de relieve las propias voces de las niñas y los niños sobre estas temáticas.

En este caso, presentamos un itinerario didáctico que, articulando la mirada de la ESI con la indagación del ambiente social, propone interrogarnos sobre un deporte por demás popular y conocido: el fútbol.

Marco general: 25 de noviembre

25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

En la Semana de la educación en la igualdad, acercamos a las comunidades educativas materiales para trabajar con los grupos docentes, de crianza, familias y estudiantes para la prevención y erradicación de las violencias por motivos de género [...]

Continuar leyendo el marco general.

Itinerario didáctico: el “fútbol femenino”, logros y obstáculos

Al igual que ocurre con diferentes campos de lo social, el deporte estuvo marcado desde siempre por representaciones y prácticas de género, y entre las actividades deportivas, la del fútbol fue especialmente considerada como exclusiva de los varones, cuyo ejercicio promovía y reafirmaba características propias de la masculinidad hegemónica, tales como la fuerza, la virilidad, la agresión, etc.

Si bien en la actualidad hay una mayor legitimidad del interés y la participación de las mujeres en el fútbol -con equipos amateurs y profesionales, campeonatos propios y mayor visibilidad en los medios de comunicación- los sentidos y las prácticas tradicionales respecto de la masculinidad y la feminidad parecen continuar permeando de diversas maneras este deporte. ¿Cómo se concibe a las mujeres que disfrutan de jugar o ver fútbol? ¿Qué se piensa de los varones que nunca han tenido interés o éxito en este deporte? ¿Qué impulso económico recibe la práctica profesional de las mujeres en relación con la de los varones? ¿Qué repercusión mediática concitan los torneos y mundiales de fútbol femeninos? En definitiva, ¿de qué forma el binarismo sexo-genérico está a la orden del día en el fútbol?

El fútbol como práctica deportiva popular tanto para adultas y adultos como para niñas y niños constituye un contexto significativo en el cual poner en cuestión la construcción desigual y estereotipada respecto de la masculinidad y la feminidad.

Orientaciones pedagógico-didácticas

En la siguiente propuesta didáctica, destinada a las salas más grandes del jardín, se indaga en los logros y también en los obstáculos con los que se encuentra el fútbol cuando es practicado por mujeres.

Invitamos a las niñas y a los niños, junto con sus familias, a elegir y llevar escrito al jardín el nombre de una persona que se destaque en el fútbol. Luego, en la sala, con ayuda de sus docentes, compartir en grupo los nombres y analizar conjuntamente si la mayoría son de varones y si aparece mencionada alguna futbolista mujer.

Preguntas para conversar

¿Por qué motivo piensan que casi no han aparecido nombres de futbolistas mujeres?

¿Conocen mujeres a las que les guste jugar al fútbol?

¿Por qué creen que no suelen ser “famosas”?

¿Y chicas a quienes les gusta mirar fútbol o ir a la cancha?

¿Conocen varones a los que no les guste jugar o ver partidos de fútbol?

¿Qué suele pensarse de ellos? Y a ustedes, ¿les gusta jugar o mirar partidos de fútbol?

La maestra o el maestro cuenta o lee al grupo el siguiente texto.

Durante mucho tiempo el fútbol fue jugado tan solo por hombres y solo iban ellos a la cancha a mirar los partidos. El hecho de que a las mujeres les gustara mirar partidos de fútbol o jugarlos no era aceptado socialmente, más allá de que muchas lo hicieran. Este modo de pensar la práctica deportiva del fútbol fue cambiando al punto de que, en la actualidad, las mujeres, además de jugar por placer, lo hacen de manera profesional, es decir, cobran un sueldo por jugar.

Así, por ejemplo, en la actualidad cada club de primera división tiene que tener jugadoras profesionales mujeres y la Argentina cuenta con una selección de fútbol de mujeres que participó del mundial en Francia.

Sin embargo, la práctica del fútbol en el caso de las mujeres aún tiene muchas desigualdades en relación con la de los varones.

En las siguientes actividades se indaga en los logros y también en los obstáculos con los que se encuentra el "fútbol femenino".

  • Observar las fotos en las cuales se aprecia a mujeres jugando al fútbol y leer los epígrafes informativos que las acompañan.

1.

En esta foto de un partido de fútbol del Club Atlético Unión de Santa Fe se ve la destreza y habilidad de las jugadoras.
Fuente: Wikimedia Commons.

2.

Esta es la foto de un partido; al lado de las jugadoras, el réferi observa la jugada. 
Fuente: Wikimedia Commons.

3.

En esta foto también del Club Atlético Unión de Santa Fe se observa el entrenamiento y una charla con el entrenador. 
Fuente: Wikimedia Commons.

4.

La Argentina cuenta con una selección de fútbol de mujeres que participó del mundial en Francia. 
Fuente: Wikimedia Commons.

5.

En esta foto se observa a las jugadoras festejando en el banco de suplentes y la jueza de línea con su camiseta amarilla y el banderín. 
Fuente: Wikimedia Commons.

6.

En esta foto, jugadoras del grupo La Nuestra Fútbol Feminista, de Buenos Aires, están realizando una manifestación frente del Congreso Nacional para reclamar por los derechos del fútbol femenino.  
Fuente: Asociación de Arte, Cultura y Educación.

Preguntas para conversar

  • En las fotos donde se observan mujeres jugando al fútbol, quienes trabajan de entrenadores, jueces de línea, réferis, ¿son también mujeres?
  • ¿Sabían que de los 17 equipos que hubo en el torneo profesional femenino solamente 4 fueron dirigidos por mujeres?
  • ¿Se imaginan por qué las mujeres futbolistas estarán manifestándose en la última foto?

La o el docente lee al grupo el testimonio de Juliana, una jugadora de fútbol profesional, con la intención de conocer en primera persona la experiencia de una mujer que practica desde hace tiempo este deporte.

Mi nombre es Juliana Román Lozano. Soy futbolista, feminista, directora técnica nacional. Nací en Colombia y vivo hace muchos años en Argentina. Tengo 37 años y juego al fútbol desde que tenía 9.

_ ¿Cuándo y dónde empezaste a jugar al fútbol?

_ Empecé a jugar al fútbol en un equipo de niñas cuando tenía 9 años. Antes de venir a vivir aquí, vivía en Suecia y allí empecé a jugar: había equipos para niñas, torneos, entrenadores para chicas. Había muchísimas cosas que acá estamos aún luchando por tener. Fue una experiencia muy linda. Pude aprender que el fútbol es para todas y todos. Desde la primera vez que jugué me enamoré del fútbol y desde allí no dejé de jugar.

_ ¿Tuviste algún problema por querer jugar al fútbol y ser mujer?

_ Tuve varios problemas; cuando estaba en Suecia no había ningún problema, pero cuando volví a Colombia me decían que era "una marimacha por jugar al fútbol”. No había lugares para que las niñas jugásemos fútbol, así que jugaba en equipos que eran solo de niños. Yo era la única niña y me cargaban por eso. También se burlaban de mí porque tenía demasiados músculos en las piernas para ser una niña. Esa fue mi primera experiencia de discriminación.

Cuando llegué a la Argentina jugaba en el Club Atlético Huracán y entrenábamos sin luz, no teníamos un buen entrenador, usábamos los uniformes usados por los varones, no teníamos médico, no nos pagaban el transporte para poder ir a jugar los partidos. Jugábamos y entrenábamos igual que los varones, pero teníamos la mitad de sus derechos.

Cuando estudié para ser directora técnica de fútbol fui la única mujer entre 86 varones y fue muy difícil porque hacían diferencias y me exigían más que a los varones. Todo el tiempo tenía que demostrar que sabía de fútbol, que podía analizar el partido, que podía hacer la parte práctica también (correr, entrenar, saltar). Casi todos los maestros que nos enseñaban eran varones.

_ ¿Tenés alguna anécdota para contarnos?

_ La anécdota es que cuando empezamos a jugar en la Villa 31, en la ciudad de Buenos Aires, no nos dejaban: los varones se metían e interrumpían el entrenamiento, nos mandaban “a lavar los platos”, decían que “las mujeres solo sirven para tener hijos”. Y nosotras juntas, movidas por el deseo, nos quedamos día y noche durante casi un año todos los martes y los jueves para poder ocupar el espacio y reclamar nuestro derecho a jugar. Finalmente, lo logramos y hoy somos más de 200 mujeres, empezando por niñas de 5 años, quienes entrenamos y somos un club que se llama La Nuestra Fútbol Feminista. Juntas, hermanadas, pudimos reclamar el derecho a jugar y hoy somos dueñas de esa cancha.

_ ¿Qué logros te parece que se conquistaron en relación con la práctica profesional de las mujeres?

_ El derecho a ser consideradas trabajadoras del deporte, tener nuestros derechos como un sueldo digno, el acceso a la salud, la licencia por maternidad si alguna compañera decide ser madre y lo es durante su tiempo de contrato en el equipo de fútbol. Y también que todos los partidos se muestren por televisión, que se conozcan nuestros nombres, nuestras historias y que se construya un fútbol diferente. Empezamos a ser parte de la “historia” y de los grandes logros deportivos en el fútbol.

Yo siempre digo que una no puede ser lo que no puede ver, y tener entrenadoras mujeres, mujeres árbitras, mujeres periodistas deportivas, definitivamente, es un cambio muy importante para la sociedad.

_ ¿Cuáles son los problemas con los que aún se enfrenta el fútbol profesional de las mujeres?

_ Aún quienes toman decisiones y quienes deciden en qué se va a gastar el dinero son los varones. Otra cosa que falta por cambiar es que haya espacios para niñas; hay muchas niñas que se están quedando afuera de los equipos porque no hay divisiones inferiores, espacios donde las niñas puedan jugar con entrenadoras y tener árbitras y referentes mujeres.

También hay muchísima discriminación. Por ejemplo, el sueldo de las mujeres que juegan al fútbol profesionalmente es muchísimo menor que el de los varones.

En la práctica del fútbol en los barrios y en los clubes se ven problemas similares.

_ ¿Qué es lo que más te gusta de jugar al fútbol y por qué? ¿Y lo que menos?

_La libertad que siento, la potencia que siento de mi cuerpo, cómo puedo conectar con mis compañeras y que es una construcción colectiva: que todas, absolutamente todas, somos necesarias, y que una sola no puede ganar un partido.

Del fútbol me gusta todo, creo que explico mi vida y vivo mi vida a través del fútbol. Me encanta.

Entrevista realizada en octubre de 2021 por la Dirección Provincial de Educación Inicial, DGCyE.

1.

Juliana Román Lozano, futbolista.

2.

Como dice Juliana, "entender que las transformaciones son necesariamente colectivas: haciendo un pase, levantando la cabeza y conectando con otra compañera se pueden cambiar las cosas y se es muchísimo más fuerte. Creo que hemos avanzado mucho, pero también que falta mucho por cambiar”. 

Fuente de imágenes 1 y 2: La Nuestra Fútbol Feminista

Preguntas para conversar

  • A partir de lo que cuenta Juliana, ¿qué cambió en el "fútbol femenino" en el último tiempo y qué problemas enfrenta aún?
  • ¿Por qué les parece que Juliana dice que es importante contar con entrenadoras mujeres, mujeres árbitras y mujeres periodistas deportivas?

Si conocen a alguna mujer que juegue al fútbol, pueden hacerle una entrevista para conocer su experiencia.

En grupo, observar algunos de los cortos de Ley de ventaja de la Asociación de arte, cultura y educación. Se trata de historias breves que plantean distintas experiencias en la práctica de un deporte, como el fútbol, que se ha identificado históricamente con lo "masculino".

Kiara es una niña a la que le gusta jugar de delantera

Preguntas para compartir

  • ¿Dónde juega Kiara y con quiénes?
  • ¿Quién la entrena?
  • ¿Qué es lo que más le gusta de jugar al fútbol?

Aldana es jugadora de la selección argentina

Preguntas para compartir:

  • ¿Cómo es un día de Aldana?
  • ¿En qué consiste el entrenamiento?
  • ¿Quién la entrena?
  • ¿Qué significa el fútbol para Aldana?

Después de conocer estas historias y la de Juliana, ¿qué piensan del “fútbol femenino”?

La o el docente lee al grupo una noticia que salió hace un tiempo en el diario sobre el caso de una nena a quien no la dejaban jugar al fútbol en un equipo de varones. Luego, entre todas y todos, conversen y debaten.

Polémica en una liga de Santa Fe

Tiene 7 años y no la dejan jugar en el equipo de fútbol de su pueblo por ser nena

Candelaria tiene 7 años y ama jugar al fútbol. "Es su gran pasión", cuenta orgullosa Rosana, su mamá. Candelaria forma parte de un equipo infantil de su pueblo y es la única nena de la categoría 2010, que este año empezó a participar de un campeonato que por reglamento impide la participación de niñas.

La discriminación que sufre Candelaria se hizo conocida gracias a una publicación en las redes que hizo su mamá. Ante la repercusión mediática del caso, los organizadores del torneo adelantaron que se van a juntar en una reunión extraordinaria para rever esta decisión.

Lo cierto es que desde hace algunas semanas Candelaria mira los partidos de su equipo, Huracán de Chabás, desde la tribuna. Entrena toda la semana, pero no puede jugar el campeonato. “Están discriminando a mi hija, y nosotros solo pretendemos que la dejen jugar para que sea feliz”, dice Rosana.

“Desde muy chiquita Candelaria pateaba tarritos, tapitas, bollitos de papel, hasta que un día tuvo su primera pelota y comenzó una historia de amor muy especial", describió su mamá. Por miedo "al rechazo", la mamá trató de convencerla de hacer otros deportes. Empezó hockey, pero no funcionó.

"Fue entonces que con su papá decidimos que empezara a entrenar en inferiores de Huracán tras la aceptación de los profes y de todo el grupo de niños. Ese día me di cuenta que Candelaria era feliz, nunca había visto esa carita, emocionaba verla, no quiere faltar nunca y mucho menos a un partido, jamás llega tarde", agregó en su relato.

Hace algunos días, Rosana y su marido se enteraron de que por una normativa las nenas no pueden jugar con varones en un mismo equipo. En las últimas horas, los directivos de la liga se comunicaron con Rosana para anticipar que van a rever esta decisión y que hay consenso para cambiar el reglamento. "Las lágrimas de mi hija no fueron en vano", escribió en su cuenta de Facebook.

Clarín (2018, 31 de julio). Tiene 7 años y no la dejan jugar en el equipo de fútbol de su pueblo por ser una nena. Recuperado en noviembre de 2021.

Para conversar entre todas y todos

  • ¿Por qué piensan que la mamá de Candelaria primero intentó que su hija jugara a otros deportes en lugar de practicar fútbol?
  • ¿Por qué les parece que la mamá de Candelaria escribió "las lágrimas de mi hija no fueron en vano"?
  • ¿Piensan que las nenas y los nenes pueden jugar juntas y juntos al fútbol? ¿Por qué?
  • ¿Podrían jugar al fútbol mixto en el jardín?

Para terminar, entre todas y todos, pueden “dictar” a su docente algunas de las ideas aprendidas para que formen parte de una cartelera acerca de qué cambió en el “fútbol femenino” en el último tiempo y qué problemas enfrenta aún.

Finalmente, proponemos debatir en grupo acerca de los distintos cambios sobre la práctica de este deporte, que no quiere decir que a todas las mujeres les debe gustar ver o jugar fútbol. ¿Y a todos los varones? ¿Qué piensan?

Tal como decíamos en un comienzo, conocer acerca del “fútbol femenino”, sus logros y también los obstáculos por los que atraviesa, constituye una oportunidad para comprender los cambios respecto de la construcción desigual y estereotipada tanto de la feminidad como de la masculinidad y también para problematizar las permanencias sobre las cuales seguir trabajando. La propuesta de focalizar en esta práctica deportiva, sin lugar a dudas, nos invita -más acá y más allá del fútbol- a promover experiencias más justas para niñas y niños y la sociedad en su conjunto.


1. Tal como se aborda en el itinerario didáctico del 11 de septiembre, Día de la maestra y el maestro: “Los trabajos de varones y de mujeres en el jardín de infantes”.

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